4. EL ESCANDALO IOR-AMBROSIANO

 

Se han escrito libros enteros sobre el papa Luciani  sin hacer referencia a los escándalos económicos, que como obispo, como patriarca o como papa hubo de afrontar. Se suele dar esta razón: Luciani no entendía de dineros ni de negocios. Sin embargo, se ocultan los problemas de tipo económico que con rectitud y firmeza afrontó, cuando estaba en juego la misión y la credibilidad de la Iglesia. Así sucedió con el caso Antoniutti  (1962), con la venta de la Banca Católica del Véneto (1972) y con el problema de la conexión IOR-Ambrosiano (1978).  Juan Pablo I h abía tomado la decisión importante y valiente de terminar con los negocios vaticanos.           

 

Descargo de conciencia

El 9 de agosto de 1962, Albino Luciani , obispo de Vittorio Véneto, dirigía una carta a sus diocesanos: “Dos de mis sacerdotes – les decía - han errado. No en las cifras exageradas que alguno dice o escribe, no haciéndose de alguna manera responsables por tráfico de drogas o de armas o por cosas aún peores, pero han errado”.

¿Qué había sucedido? El 17 de junio de 1962, el mismo día en que desapareció Calvi  veinte años después, Carlo Luigi Antoniutti  se pegó un tiro. En muchos años de dudosa actividad, Antoniutti había conseguido levantar en Treviso un notable imperio financiero, un banco secreto, a base de préstamos que recogía e invertía en oscuros tráficos bancarios y en especulaciones arriesgadas. Entre los muchos que se vieron atraídos por la perspectiva de un rico negocio estaban dos sacerdotes de Vittorio Véneto: monseñor Stefani , párroco y además consejero del servicio administrativo diocesano, y don Cescon , tesorero de dicho servicio. Al fin, la terrible noticia: Antoniutti está en quiebra. La intentan evitar a toda costa. El tesorero no ve otra solución: la administración diocesana. Pero con ello solamente va a complicar aún más las cosas. Viéndose sin salida, lo confiesa todo al obispo Luciani , que le cesa inmediatamente en su cargo, quedándose la diócesis con un descubierto de más de 283 millones de liras. El tesorero fue condenado a un año y cuatro meses de cárcel. El monseñor dejó la diócesis. El obispo Luciani no dudó en presentar a Juan XXIII  su propia dimisión, si no podía resolver la cuestión como creía que debía hacerse. El papa le dio carta blanca y la diócesis restituyó hasta el último céntimo a los pequeños ahorradores defraudados: “no porque esté obligada, dijo Luciani, sino porque se trata de gente no rica, que ha prestado poniendo su confianza en el sacerdote” [1] .

La biógrafa alemana Regina Kummer  lo dio a conocer en su libro sobre Albino Luciani , publicado en 1988, pero el obispo de Vittorio Véneto se molestó con ella, porque entendía que eso no debía publicarse. Esta confidencia de la autora me la comunicó Antonia , la mujer de Eduardo  Luciani, en su casa de Canale d’Agordo, casa natal de Juan Pablo I.

Loris Francesco Capovilla , que fue secretario de Juan XXIII  y actualmente es arzobispo de Mesembria, no tiene inconveniente en comentar la historia de Vittorio Véneto. Lo hace para rebatir la idea de que el obispo Luciani  fuera tímido. Dice: “Es firme, prudente. Lo demuestra en una coyuntura inquietante en la que ve implicados, en una operación financiera poco limpia, a dos de sus sacerdotes. El obispo no lo duda. Compromete a su clero en la obra de reparación hasta enajenar los bienes de la Iglesia. Verdad, justicia, caridad se conjugan juntamente, no sin gestos de misericordia hacia los culpables” [2] .

En 1972, Albino Luciani , patriarca de Venecia, se encuentra por primera vez con el problema del IOR. Su presidente Marcinkus , sin consultar a nadie, había vendido la Banca Católica del Véneto a Roberto Calvi , principal administrador del Banco Ambrosiano.

La Banca Católica, fundada para las diócesis vénetas, daba préstamos a bajo interés y se había distinguido por ayudar a esos sectores de la sociedad que no tienen peso político, como los deficientes y los minusválidos. Luciani  se había mostrado vivamente preocupado por apoyar a los centros especiales de trabajo. A mediados de 1972, terminaron los préstamos a bajo interés. El IOR había vendido la Banca Católica al Banco Ambrosiano. Los obispos de la región urgieron al patriarca de Venecia para que fuera directamente a Roma. Con prudencia, Luciani empezó a indagar. Lo que fue descubriendo sobre Calvi  y Sindona  le dejó anonadado. Sin embargo, gozaban de la confianza de Pablo VI .

Luciani  fue a ver a Benelli , entonces sustituto de la Secretaría de Estado, y le contó el problema. Benelli se explicó ampliamente. La venta de la Banca Católica era el resultado de un plan que habían puesto en marcha Calvi , Sindona  y Marcinkus . Marcinkus ayudaba a Calvi a disfrazar la verdadera naturaleza de esta y otras operaciones financieras, sustrayéndolas a la vigilancia de los inspectores del Banco de Italia, aprovechando las amplias facilidades de que gozaba el Banco Vaticano. Fondo de la cuestión: “evasión de impuestos, movimiento ilegal de acciones”. La reacción de Luciani no se hizo esperar: “¿Qué tiene que ver todo esto con la Iglesia de los pobres? En nombre de Dios... “ Benelli le interrumpió: “No, Albino, en nombre del dividendo” [3] .

Luciani  sacó a los obispos vénetos de la Banca Católica. Tras su conversación con Benelli , le comentó a su secretario Mario Senigaglia : “Estoy liberado. Lo he dicho todo”. Esta confidencia me la comunicó el propio Senigaglia, en Venecia, en presencia de Camilo Bassotto . El patriarca Luciani sabía que algo olía mal en las finanzas vaticanas. Cuando fue elegido papa, se encontró de frente con el problema.

 

El IOR, el Banco Vaticano

Un poco de historia. En 1887, León XIII  constituyó una Comisión cuya función consistía en “guardar y administrar los capitales de las fundaciones pías”. En 1904 Pío X  modificó este organismo y, posteriormente, cambió su nombre por el de Comisión para las Obras de Religión, ampliando su actividad a toda Italia.

El 11 de febrero de 1929, cincuenta y nueve años después de la toma de Roma por las tropas italianas, Italia y el Vaticano firman la paz en los Pactos de Letrán. El Concordato con Benito Mussolini reconocía al papa el poder temporal sobre el Estado Pontificio o Ciudad del Vaticano. Además, un acuerdo financiero resolvía todas las cuestiones económicas pendientes: “Como compensación por las pérdidas, el Estado italiano donaba a la Santa Sede cien millones de pesetas en bonos del tesoro público, al cinco por ciento anual de interés, además del equivalente a setenta y cinco millones de pesetas en efectivo” [4] .

La mayor parte de este patrimonio fue confiada a una comisión, la Administración Especial de la Santa Sede, que invirtió el dinero de la siguiente forma: un tercio en acciones de industrias italianas, otro tercio en inmuebles y un último tercio en divisas y en oro. Otro organismo, la Administración General de la Santa Sede, seguía administrando el patrimonio constituido en 1876 por el cardenal Antonelli .

Como consecuencia de los pactos de Letrán nació también el Governatorato, órgano de gobierno del Estado Ciudad del Vaticano, que se ocupaba de resolver los problemas inherentes a cualquier Estado: carreteras, gasolina, matriculación de automóviles, correos, víveres, etc.

En 1942 Pío XII  constituye el Instituto para las Obras de Religión (IOR), cuya finalidad es “velar por la custodia y la administración de los capitales (en títulos o en efectivo) y de los inmuebles transferidos o confiados al Instituto, por personas físicas o jurídicas, destinados a obras de religión y piedad cristiana”.

El IOR funciona con una fórmula original: los clientes se comprometen a ceder o a destinar, al menos parcialmente y con vistas al futuro, una parte de sus ahorros para obras religiosas, lo que sustituye a las comisiones que cobran los bancos ordinarios: “A cambio de ello, los clientes del IOR cobran intereses libres de impuestos, pueden convertir los capitales invertidos en el IOR en cualquier divisa, sin ningún tipo de limitaciones y, lo que es más importante, pueden transferir su dinero a cualquier parte del mundo. Si se tiene en cuenta que entre Italia y el Estado del Vaticano no existen aduanas ni fronteras, se entenderá fácilmente que el IOR haya sido una plataforma importante y cómodamente utilizada para evadir capitales desde Italia hacia el extranjero” [5] .  

Los Pactos de Letrán fueron la base financiera de la economía moderna de la Santa Sede. El Vaticano empezó a intervenir en el campo de las finanzas italianas e internacionales de una forma que hubiera sido impensable años atrás: “En la década de 1950, los organismos económicos del Vaticano compraban en todos los rincones de Italia, contribuyendo así a la reconstrucción del país, destrozado por la guerra, pero obviamente mirando también por los propios intereses... Se entraba a formar parte de las cajas de ahorro y de los bancos, o se compraban bonos del tesoro público inglés; se accedía a la fábrica de armas Beretta o al Instituto Farmacológico Serono, fabricante de píldoras anticonceptivas; se compraban acciones de una fábrica de bicicletas en Japón, de una industria de tranvías en los Estados Unidos o se entraba a formar parte de multinacionales que fabricaban material bélico, como en el caso de la Lockheed” [6] .

Eran los años de la gran expansión económica europea. Los beneficios que obtenía el Vaticano “estaban exentos de impuestos gracias a una concesión de Benito Mussolini [7] . Se afirma que “Pío XII murió con un patrimonio de 80 millones de marcos en oro y valores y sus tres sobrinos (Carlo, Marcantonio y Giulio) acumularon 120 en los diecinueve años de pontificado del tío” [8] . Sin embargo, Juan XXIII decidió interrumpir los negocios vaticanos, limitándose el IOR a la administración ordinaria y ateniéndose el papa Roncalli a las donaciones de la comunidad católica (Obolo de San Pedro) [9] .

 

La reforma del Concilio

Según el Concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia es misterio de comunión, vivido en comunidad. El Concilio ve en la experiencia comunitaria de los orígenes [10] el modelo no sólo de la vida religiosa, de los misioneros y de los sacerdotes, sino de todo el pueblo de Dios [11] .

La Iglesia es Comunidad, no Estado (y menos, del peor estilo, autocrático). Por tanto, el Estado de la Ciudad del Vaticano no sólo es una antigualla histórica, sino una contradicción estructural, un ejemplo de lo que no debe ser la Iglesia.

Siguiendo las indicaciones del Concilio, Pablo VI  publicó un documento para la reforma de la curia el 15 de agosto de 1967, Regimini Ecclesiae Universae. Por lo que respecta a los asuntos económicos, la idea del papa era someterlo todo a un gran ministerio para la economía, llamado Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede.

            El cardenal Alberto Di Jorio, presidente del IOR,  convenció a Pablo VI de la necesidad de salvaguardar la independencia del banco: “Usted sabe bien, Padre Santo, - repetía el cardenal – que sería imposible conservar el secreto de los nombres de los clientes si el IOR fuese inscrito entre las demás administraciones” [12] . La idea de subordinar al IOR tampoco gustaba al secretario del papa, don Pasquale Macchi . Así pues, el banco se mantuvo al margen de todo control.  

 

Calvi  y Sindona

Roberto Calvi  nació en Milán en 1920. En 1946 entró en el Banco Ambrosiano como empleado en el departamento de asuntos extranjeros. En 1960 participó en la primera gran inversión del Ambrosiano en el extranjero, la adquisición del capital mayoritario de la Banca suiza del Gotardo. Para seguir ascendiendo, Calvi necesitaba ayuda externa. Ese protector se llamaba Michele Sindona , considerado entonces uno de los principales financieros de Italia.

Michele Sindona  nació en 1920, en la ciudad siciliana de Patti. Se licenció en derecho fiscal en la Universidad de Messina. Durante la segunda guerra mundial, se dedicó al negocio de los limones. Lo hacía con la ayuda de la mafia, que controlaba la industria de los productos agrícolas y podía proporcionarle los documentos necesarios. Con este propósito, el obispo de Patti le puso en contacto con Vito Genovese , un importante miembro de la mafia estadounidense que había colaborado en la invasión de Sicilia por parte de las fuerzas aliadas. Entonces se dio cuenta de que “si quería hacer algo grande tenía que tener amigos en Estados Unidos” [13] .

En 1948 Sindona  se trasladó con su familia a Milán. Con una carta de presentación del obispo de Messina, conoció a Massimo Spada , miembro de la nobleza vaticana y principal laico del IOR, y a Giovanni Battista Montini , que entonces era sustituto de la secretaría de Estado,

El atractivo del banco vaticano para un financiero como Sindona  era obvio: “El IOR es el mejor banco extranjero que se pueda imaginar. En lugar de tener la reputación indeseable de un banco del Caribe, cuenta con el respaldo moral de la Iglesia. No es responsable ante ningún gobernador de un banco central, el secreto es total...  y a ningún papa lo eligen por su perspicacia financiera” [14] .

En 1954 Montini  es nombrado arzobispo de Milán y Sindona  le acompaña en sus visitas a fábricas y talleres. En 1958 el arzobispo necesita una suma importante para un hogar de ancianos. Montini recurre a Sindona, el cual, según se dice, “consiguió el dinero de un agente de la CIA que estaba destinado en Italia en aquella época” [15] .

En 1963 Montini  fue elegido papa con el nombre de Pablo VI . Pablo VI consideraba a Sindona un genio de las finanzas.

En 1968, el gobierno italiano se desplaza hacia la izquierda y resuelve derogar la ley fiscal que otorgaba privilegios a la Iglesia en cuestión de impuestos. El Vaticano reacciona y adopta un cambio de política económica: despojarse de su opulencia italiana e invertir la mayor parte de sus fondos en diversos países. En la primavera de 1969 Sindona  es incluido entre los principales asesores financieros del Vaticano [16] .

Durante los años siguientes, Sindona  se asocia íntimamente a los negocios del banco vaticano en estrecha relación con Marcinkus , que desde 1969 era secretario general del IOR y en 1971 fue nombrado presidente. Los negocios de Sindona y del Vaticano estaban tan entrelazados que “cuando Sindona culminaba uno de sus negocios espectaculares en Italia, no se sabía con precisión si se trataba de un negocio del Vaticano, de Sindona, o de ambos” [17] .

Pero Sindona  no se relaciona sólo con eclesiásticos, banqueros y políticos, sino con centros ocultos de poder. El día 2 de noviembre de 1957, en Palermo , un comité de importantes mafiosos sicilianos eligen a Sindona para llevar a cabo “un plan de la mafia de infiltrarse en negocios legítimos de todo el mundo”, “para reinvertir los beneficios de la heroína” [18] . Además, Sindona se hizo miembro de la logia Propaganda Dos en 1964: “Con la ayuda de la P2, ... en diez años escasos, Sindona adquirió media docena de bancos en cuatro países: Italia, Alemania, Suiza y los Estados Unidos” [19] . La logia P2, con Licio Gelli  como gran maestro,  se convirtió en “la organización secreta política más poderosa y violenta de Italia” [20] .

El senador y masón Giusseppe Corsini , que fue alcalde comunista de Pistoia, la ciudad natal de Gelli , informa sobre el pasado fascista del jefe de la P2: “Era el factótum de la federación fascista y era el organizador de todas las acciones de represalia, aun sin motivación, que se hicieron entonces. Tenía un jeep a su disposición y la inseparable metralleta con la que apuntaba sin dudar e incluso disparaba, cuando quería imponer su voluntad. Junto a su digno compadre Fronzaroli  da Bardolino practicaban las más despiadadas torturas sobre aquellos que eran detenidos bajo pretexto de pertenencia o incluso de simple simpatía  hacia las formaciones partisanas” [21] .

A finales de los sesenta, Sindona  conoció a Calvi  y decidió ayudarle en su carrera: “Cuando conocí a Calvi, dice Sindona, era un director de poca envergadura en el departamento de exterior del Banco Ambrosiano. Pero vi que Calvi era el único, entre todo el personal del banco, que tenía mentalidad internacional... y un gran cerebro para las operaciones internacionales” [22] .

 

Banco de negocios

El Banco Ambrosiano, fundado en 1896 por Giuseppe Tovini , ofrecía los servicios propios de una entidad de crédito y, al mismo tiempo, era instrumento de confianza de “congregaciones, obras pías y organizaciones religiosas de carácter benéfico” [23] . Los fundadores esperaban demostrar cómo se puede ejercer la función de otorgar crédito “sin ofender los grandes principios éticos de la enseñanza cristiana, que incluso podían servir de guía para regular la vida económica” [24] . Se limitaba el peso específico de los más importantes paquetes de títulos, para evitar que surgiesen accionistas tan poderosos, que pudiesen reivindicar el control de la gestión. En ningún caso los accionistas individuales podían poseer paquetes superiores al cinco por ciento [25] .

En febrero de 1971, Calvi  accede a la dirección general del Banco Ambrosiano. Calvi y Sindona  quieren convertirlo en un moderno banco de negocios, “un banco que no sólo aceptaba depósitos y concedía préstamos a corto plazo, sino que además operaba agresivamente en el mercado de valores, compraba y vendía empresas y desempeñaba en términos generales el papel de una fuerza dinámica de la economía” [26] . Pero había un obstáculo: la ley de banca de 1936 impedía en Italia a los institutos de crédito ordinarios operar como un banco de negocios. Sin embargo, había una forma de dar la vuelta a la ley. Bastaba con constituir un holding fuera del territorio nacional y, a continuación, crear conexiones en todo el mundo, sobre todo en los paraísos fiscales de Luxemburgo, Liechtenstein y Centroamérica. Y si más tarde esa sociedad extranjera de finanzas deseaba hacer incursiones también en Italia, resultaría difícil averiguar si el dinero procedía del banco matriz o, por el contrario, de clientes foráneos.

Así pues, Calvi  va creando, uno tras otro, todos los bastiones de su imperio, empezando en Luxemburgo con la Compendium, convertida más tarde en Ambrosiano Holding. La Compendium tiene tres derivaciones: la Ultrafin de Nueva York, la de Zurich y la Cisalpine Overseas de las Bahamas, posteriormente Ambrosiano Overseas. Para los movimientos de capital menos azarosos, Calvi cuenta también con la Banca del Gotardo, en Lugano. Calvi es el administrador de ese imperio, “dotado con plenos poderes por voluntad del Consejo de administración y de los accionistas” [27] . El Banco Ambrosiano llegó a ser el primer banco privado de Italia. Además, estaban “las participaciones extranjeras, tanto las conocidas como las ignoradas”, tanto en Sudamérica, como en Asia [28] .

 

Banquero del papa, de la P2 y de la mafia

En la primavera de 1969, el gobierno (de centro-izquierda) tomó la decisión irrevocable de que el Vaticano tenía que pagar impuestos sobre sus valores en cartera.

El Vaticano se dirigió a Sindona  en busca de ayuda. El banquero siciliano propuso una estrategia para evadir recursos del Vaticano fuera de Italia e invertirlos en el mercado del eurodólar a través de una red de sociedades que tributaban en régimen de zona franca. La jugada no sólo facilitaría al Vaticano más discreción, sino que también demostraría a otros países el poder del Vaticano. A largo plazo, dijo Sindona, verían que Italia era la única perjudicada.

Michele Sindona iba a trabajar en íntima relación con el obispo Marcinkus , presidente del Banco Vaticano. Sin embargo, “Sindona tendría la autoridad decisoria” [29] . Por tanto, Michele Sindona, mafioso y masón, se había convertido en “el banquero del papa”.

¿Conocía Pablo VI  el lado oculto de la personalidad de Sindona ? Cuesta creerlo. Lo cierto es que puso el porvenir financiero del Vaticano en las manos de un hombre que era banquero de la mafia y banquero de la logia P2.

Según Luigi Di Fonzo , profesor de la universidad de Harvard y autor de un libro titulado Michele Sindona , el banquero de San Pedro  (1983), es difícil de creer que Pablo VI  no hubiera oído los rumores sobre los vínculos de Sindona con la mafia y con la P2:  “En el mundo real de la banca internacional quienes parecen enemigos a la luz del día, a menudo aparecen como aliados al amparo de la noche”. Dice también: “El ala derecha de la Democracia Cristiana... ha sido la protectora de los intereses del Vaticano en Italia. Sin embargo, desde 1947, los democristianos han sido también socios de la mafia. Ello no significa que el Vaticano o los democristianos no condenen las acciones de la mafia” [30] . Significa que tienen intereses comunes.

E n 1967 un informe de la Interpol, enviado a la policía italiana, identifica a Sindona como el jefe de un grupo de mafiosos y banqueros que estaban “involucrados en el tráfico ilícito de drogas estimulantes, antidepresivas y alucinógenas entre Italia, Estados Unidos y posiblemente otros países europeos”. El nombre de Michele Sindona aparece en primera posición de la lista del informe [31] . Pero nadie puede con él.

En una memoria final la Comisión Parlamentaria italiana sobre la quiebra del banquero siciliano dice: “La venta de la Società Generale Immobiliare (SGI, sociedad de bienes raíces del Vaticano) señala el punto de partida de la desmovilización financiera vaticana y de la relación, cada vez más estrecha, entre el IOR y el sistema Sindona ”. No se trata de una simple transacción económica, sino del establecimiento de una cooperación: “El efecto de la alianza, quizá convertida en simbiosis, entre el Vaticano y Sindona es doble; por una parte, legitima a Sindona en los ámbitos interno e internacional, lo que le permite avanzar hacia su objetivo de crear un imperio financiero; por otra, está el poder adquirido por Sindona ante las autoridades italianas, que ya no le consideran como un banquero privado, sino como la sombra de San Pedro . Este trasfondo es, sin duda, una de las claves para comprender el sistema de poder de Sindona” [32] .

 

Pacto de acción y protección

Sindona  polariza durante aquellos años la actividad económica: “Sus bancos, es decir, la Banca Unione y la Banca Privata Finanziaria, de cuya fusión nace en 1974 la Banca Privata Italiana, se dedican a la exportación de capitales por cuenta de grandes, medianos y pequeños empresarios y profesionales liberales, aterrados por la progresiva depreciación de la lira” [33] . En un programa de la televisión italiana Sindona declararía años después: “Como presidente del IOR, Marcinkus  era socio de dos bancos míos”.

En un servicio informativo, publicado en 1980, la revista socialista Critica sociale señala que en la nochebuena de 1969 se celebró en el bufete romano del abogado Umberto Ortolani , brazo derecho de Licio Gelli  en la P2, una cena histórica: “Los comensales eran Calvi , Sindona  y Gelli; el anfitrión, Ortolani. Propósito de la reunión: establecer un pacto de acción entre los dos banqueros, en función del cual Calvi sería ayudado, gracias a los apoyos vaticanos de que gozaba Ortolani, a progresar en el banco, en tanto que Sindona le respaldaba desde el exterior convirtiéndose en socio suyo en cuantas operaciones emprendiesen conjuntamente en el futuro. Gelli, por su parte, garantizaría el sostén político a todos los niveles y en los dameros más diversos” [34] . Era un pacto de acción y protección.

Del brazo de Sindona , Calvi  entró en contacto con el jefe de las finanzas vaticanas, Paul Marcinkus . Clara, la señora de Calvi, declaró desde Nassau (Bahamas): “Fue Sindona quien presentó a Marcinkus a mi marido. Era el fin de año de 1970, que pasamos juntos aquí” [35]

Al credo común (Iglesia-dinero-anticomunismo) que unía a los tres banqueros, se añadían las sombras de la masonería internacional, la de los servicios secretos y la de la mafia italo-americana. El masón inglés John McCaffrey (antiguo jefe del contraespionaje inglés en Italia, miembro del consejo de administración de la Banca Privata, afiliado a la masonería de Edimburgo que cuenta con la  logia de los Hermanos Negros) lo reconoce. Se trataba de “poner en común a aquellos que compartían las sanas ideas occidentales con el fin de oponerse a la difusión del comunismo en Europa. Con este motivo entré en el mundo de los negocios [36] .

Calvi  sustituye a Sindona

El 14 de marzo de 1974 los periódicos italianos de tendencia izquierdista informan de las pérdidas del Franklin National Bank, el banco que controla Sindona  allende el océano. El rumor da paso a una retirada masiva de depósitos. El 8 de octubre el Franklin National Bank fue declarado insolvente. El imperio de Sindona hace quiebra. Ese mismo mes el gobierno italiano publica dos órdenes de prisión contra Sindona. Carlo Bordoni, director de las operaciones clave del grupo Sindona, huye a Venezuela.

Gelli  llamó por teléfono a Sindona , que se escondía en Suiza: “Vete de Suiza antes de que lo notifiquen a la Interpol. Vete de aquí para que no puedan solicitar tu extradición. Si no lo haces, nuestros enemigos te torturarán. Pueden llegar a matarte... Las cosas han cambiado. Tal vez, si logras escapar, con el tiempo podré utilizar mi poder para ayudarte. Si no, si te cogen, ya sabes lo que tienes que hacer” [37] .

Sindona  metió en su equipaje cuatro frascos de digital. Una dosis tóxica produce arritmia en los músculos del corazón y, en último término, fibrilación muscular. Los músculos vibran, pero no mueven la sangre por el cuerpo. El resultado es la muerte.

A Sindona  se le viene el mundo abajo: “Los fuertes lazos que ha trabado con el partido republicano estadounidense empiezan a vacilar: justo en 1976, el demócrata Jimmy Carter  gana las elecciones presidenciales y, después del escándalo Watergate, los nuevos ocupantes del poder toleran mal cualquier clase de actividad equívoca. En Italia, entretanto, los jueces Ovilio Urbisci  y Guido Viola , encargados de investigar la quiebra, están sacando a la luz, con la ayuda de Ambrosoli , los secretos de sus castillos de naipes” [38] .

A la hora de encontrar un sustituto al sistema creado por Sindona , Calvi  no tiene rivales. El sistema de ambos es el mismo, “expoliar las sociedades que dirigen atendiendo al principio de que las pérdidas sean socializadas a un lado de la frontera, el italiano, y los beneficios privatizados al otro, en el extranjero” [39] .

La relación entre Sindona  y Calvi  se rompe en 1977. Es preciso que alguien intervenga, desembolse los 250.000 millones de liras y ponga fin al procedimiento de quiebra. Calvi promete ayudarle, pero no lo hace.

El 3 de noviembre de 1977 los muros del centro de Milán aparecen con manifiestos blancos, azules y amarillos. Los papeles llevan firma: Comité de vigilancia de las instituciones públicas. El manifiesto explica cómo funcionaba en el pasado la asociación Calvi-Sindona: “El siciliano en quiebra captaba en la Bolsa gruesos paquetes de títulos que más tarde enviaba al extranjero, a las habituales ‘cajas mágicas’ de Liechtenstein o de Panamá, desde donde los vendía a sociedades extranjeras o a sus filiales, con abultados beneficios que iban a parar a las cuentas de Cimafin. Calvi efectuaba estas operaciones bajo cuerda, ya que no constaban para nada en la contabilidad oficial. Por consiguiente, una de dos: o bien Calvi utilizaba los fondos secretos del banco, o bien se servía ilícitamente de los depósitos de sus clientes” [40] . Es la venganza de Sindona .

Calvi  hace gala de una calma suprema. Gelli  ha elegido ya y ha tomado partido por él. El es ahora el banquero de la logia secreta, tanto para los negocios limpios, como para los sucios. La P2 está en fuerte expansión y el Banco Ambrosiano es uno de sus principales brazos operativos.

 

Expansión en América Latina

La preferencia de los banqueros de la P2 por los dictadores latinoamericanos había sido formulada por Sindona : “Prefiero tratar con hombres como Somoza . Hacer negocios con un dictador es mucho más fácil que hacerlos con gobiernos elegidos democráticamente: tienen muchas comisiones, muchos controles” [41] .

Además, la visión común de la masonería y de la política ligaba a los hombres de la P2 con los dictadores latinoamericanos. Lo dirá también Sindona : “Ortolani  y Gelli  tenían mucha relación con los gobiernos (sudamericanos) porque buena parte de ellos están formados por masones. Gran parte de los gobiernos militares de Sudamérica pertenece a los masones. En Argentina, Perón  era uno de los jefes de la masonería; Massera , que era el hombre fuerte de Argentina y gran amigo personal de Gelli, era uno de los más conocidos masones de Sudamérica [42] .

A comienzos de los setenta Calvi  instaló el Banco Ambrosiano Overseas en las Bahamas. Después de fundar las sociedades fantasma en Panamá hizo también breves incursiones a América Central. En 1977, tras entrevistarse con el dictador Anastasio Somoza , Calvi abrió en Nicaragua el Banco Comercial del Grupo Ambrosiano. En 1978, la guerra civil nicaragüense obligó a Calvi a buscar una nueva base latinoamericana y así nació en Perú el Banco Ambrosiano Andino. Entonces Calvi trasladó a Lima, desde Managua y otros lugares, el grueso de los préstamos de las sociedades fantasma. Todas las decisiones se tomaban en Milán. En 1980 se fundó en Argentina el Banco Ambrosiano de América del Sur, con sede en Buenos Aires. La mano de Licio Gelli  estaba detrás.

Con la expansión de Calvi  por América Latina, dos graves amenazas se ciernen sobre él: la justicia italiana investiga sus exportaciones de capitales y, además,  su plan de controlar el Ambrosiano mediante sociedades fantasma empieza a causar tensiones financieras. Los problemas legales y financieros se alimentan recíprocamente en un círculo vicioso: “Gelli  le ofreció a Calvi protección contra las indagaciones judiciales, pero parece que el precio de tal protección fue que Calvi sacara dinero de las arcas del Ambrosiano para sobornar y conceder préstamos cuestionables a hermanos de la P2. Esto, por supuesto, exacerbaba la tensión financiera. Si fueran descubiertos, estos préstamos cuestionables podrían poner en marcha nuevas investigaciones judiciales contra Calvi, lo cual obligaba a pagar por protección adicional” [43] .

Fuera de Italia el mayor contingente de amigos de Gelli  se encontraba en América Latina. Sin embargo, sus contactos más poderosos radicaban en Argentina. La penetración de Gelli en la estructura de poder argentina provenía de su amistad con Juan Domingo Perón . Gelli agregó a su lista de la P2 a personajes como José López Rega , ministro de Bienestar Social y organizador de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), un escuadrón de la muerte al que se atribuyen centenares de desaparecidos. Agregó también al almirante Emilio Massera , jefe de la Armada, considerado “desmedidamente cruel, dispuesto a utilizar contra sus adversarios las torturas más repulsivas”.

Perón  le adjudicó a Gelli  un cargo diplomático argentino, y le nombró asesor económico especial de la embajada argentina en Roma. Perón murió en 1974 y el 1 de julio le sucedió su vicepresidente (y viuda), Isabelita. En marzo de 1976, una junta militar la derrocó. “Gelli salió indemne del golpe, porque uno de los tres miembros de la junta era su viejo amigo el almirante Massera , jefe de la Armada. El cabecilla de la P2 no sólo sobrevivió al golpe de estado, sino que incluso prosperó con éste: los nuevos gobernantes del país decidieron muy pronto invertir miles de millones de dólares en la importación de armas, y uno de los grandes proveedores era Italia. Gelli se dedicó al tráfico de armas, junto con el almirante Massera” [44] .

El poder de Gelli  en Italia y América Latina llega a su apogeo en 1978, precisamente cuando Calvi  empieza a sentirse amenazado por la investigación que el Banco de Italia hace en el Ambrosiano.

 

Investigación del Banco de Italia

El 17 de abril de 1978, un equipo de inspectores del Banco de Italia, encabezado por Giulio Padalino , inicia una investigación en el Banco Ambrosiano, que concluye el 17 de noviembre del mismo año. Según los investigadores, grandes paquetes de acciones habían sido adquiridos por subsidiarias del grupo Ambrosiano, “por corporaciones extranjeras con sede en Panamá y Liechtenstein”.

El informe menciona indicios evidentes de que dichas sociedades podían ser una pantalla para encubrir el hecho de que el control lo ejercían Calvi  o el IOR, el banco del Vaticano. Más de 25 páginas del informe están dedicadas a las relaciones del Ambrosiano y el IOR: “Independientemente de su posición como accionista, el IOR está ligado al ‘grupo Ambrosiano’ por estrechas relaciones de intereses, como demuestra su constante presencia en algunas de las operaciones más significativas y delicadas... acerca de cuya naturaleza se expresa la mayor reserva” [45] .

El  14 de diciembre de 1978, Padalino  entregó los resultados de la investigación a sus superiores del Banco de Italia y, también, a la magistratura italiana. El caso fue confiado a uno de los jueces de instrucción más respetados de Milán, Emilio Alessandrini .

“Estamos haciendo pesquisas”, responde Alessandrini  a un redactor de L’Espresso que le pide información. Era el 10 de enero de 1979. El 26 llama por teléfono el mismo periodista: “¿Hay noticias?”, pregunta. “Nos estamos moviendo”. “¿Prevé usted que se le retire el pasaporte a Calvi ?”. “Podría ocurrir eso; y quizás algo más”. “¿Su detención?”. “Me reservo la respuesta”. Tres días después, Alessandrini fue asesinado por un comando llamado Primera Línea [46] , “oficialmente por subversivos” [47] .

A Alessandrini  le sustituye Luca Mucci . Gelli  estaba obstruyendo y retrasando sistemáticamente la investigación mediante sus contactos con la Guardia de Finanzas. Sin embargo, el 12 de junio de 1980 Mucci recibió un informe de la Guardia de Finanzas: “contenía pruebas de que Calvi  y algunos de sus colaboradores habían cometido varios delitos graves: exportación ilegal de capitales, falsificación de documentos bancarios y fraude” [48] .  

Dos semanas después, Mucci  ordenó a Calvi  que entregara su pasaporte. Calvi y Gelli  hicieron todo lo posible por recuperarlo, aunque solo fuera temporalmente, y lo consiguieron.

Mucci  logró saber quiénes eran los veinte principales accionistas del Banco Ambrosiano en marzo de 1979. El principal accionista es el propio banco, con el 7’39 por ciento del total. El Vaticano posee, por medio del IOR, el 1’82 por ciento [49] , pero las tramas financieras urdidas entre Calvi  y Marcinkus  eran múltiples y, muchas veces, inconfesables: “En el curso de cinco años (1972-1977) el Vaticano ha sido recompensado con cerca de 70 mil millones de liras por haberse prestado a ciertas operaciones con títulos efectuadas por sociedades del grupo Ambrosiano. La función del IOR, que a efectos de la legislación italiana es un banco no residente y por tanto no sometido a las limitaciones que rigen para los bancos italianos, consistió en actuar de pantalla en movimiento de títulos realizados por la escudería del Ambrosiano” [50] .

El 2 de octubre de 1980, Massimo Spada  fue detenido bajo la acusación de haber colaborado, en representación del IOR, en la quiebra de la Banca Privata Finanziaria. Por razones de salud y de edad, fue puesto en libertad provisional poco después. Por las mismas razones, el 7 de febrero de 1981, fue detenido el sucesor de Spada en el IOR, Luigi Mennini . Marcinkus  explicó que el arresto se debía a que, años atrás, Mennini había sido miembro del comité ejecutivo de la Banca Unione de Sindona  y que el IOR no tenía nada que ver en el asunto. El clamor fue colosal, porque Mennini no hacía otra cosa allí que representar los intereses del IOR.

Cinco días después, durante la recepción anual que se celebra en Roma para conmemorar la firma de los pactos de Letrán, comentó el secretario de Estado, Agostino Casaroli : “Los que nos critican tienen toda la razón. Así no se puede seguir. Tenemos que cambiar” [51] .

 

El secuestro de Sindona

A finales de enero de 1979, el doctor Joseph Miceli  Crimi , médico norteamericano de origen siciliano y miembro de la P2,  aparece en Nueva York, en el despacho de Sindona . Le dice: “Somos un grupo de patriotas sicilianos, la mayor parte masones, y necesitamos su ayuda para derrocar al gobierno italiano en Sicilia. Sabemos que usted odia a los comunistas y estamos enterados de la persecución a la que se enfrenta tanto aquí como en Italia. Le necesitamos. Su experiencia financiera, su personalidad, su carisma contribuirían a que el golpe fuese un éxito. La gente de Sicilia no cree que usted sea un criminal, don Michele” [52] .

Tan pronto como el doctor Crimi abandona su despacho, Sindona  llama por teléfono a Gelli . Este le dice que Crimi  es un hombre honrado y digno de confianza, aunque no muy brillante. Dos días después, se encuentran en Nueva York. Gelli dice que el plan de Crimi es una locura: “Sólo podía tener éxito, si los miembros militares y políticos de la P2 lo aprobaban” [53] .

            El 9 de marzo, la justicia norteamericana procesa a Sindona , le acusa de 99 cargos de fraude, perjurio y apropiación indebida de fondos bancarios. Es puesto en libertad con 3 millones de dólares como fianza y con la condición de presentarse cada día en el despacho del oficial de justicia.

En junio, el doctor Crimi  visita de nuevo a Sindona . Los masones y un pequeño grupo de partisanos están dispuestos a pasar a la acción. Pero necesitan más hombres y necesitan el apoyo de la mafia. Sindona se reúne con John Gambino y Rosario Spatola en una habitación del Motel Conca d’Oro en Staten Island. Les dice: “Podemos hacerlo. Pero necesitamos doscientos hombres más. Más armas. Si me ayudáis, garantizaría a todos los mafiosos una amnistía para los crímenes cometidos antes del golpe. Pero hay que dejar el tráfico de droga. Hay que terminar con todos los crímenes de la mafia” [54] . Rosario Spatola dijo que tendría que hablar con el jefe de la familia Gambino de Nueva York y con su gente de Sicilia.

El 20 de julio, John Gambino y Rosario Spatola responden a Sindona . Apoyan la Acción Siciliana. Si Sindona está de acuerdo, le pueden proporcionar pasaporte y disfraz, y le ayudarían a llegar a Palermo . Sindona aceptó el pasaporte y el disfraz, pero el viaje ya estaba preparado por Joseph Macaluso y el doctor Crimi .

El 2 de agosto, Sindona  (que ahora responde al nombre de Joseph Bonamico) se embarca en un avión de la TWA con destino a Viena. Cambia el plan previsto de llegar a Florencia y termina en Salzburgo. Desde allí llama al doctor Crimi . El doctor le dice que vuelva a Viena y espere instrucciones. Sindona empieza a sospechar: Crimi parecía extraño.

En Estados Unidos, la secretaria de Sindona  recibe una llamada telefónica anónima: “Hemos secuestrado a Michele Sindona. Recibirán más información nuestra”. La familia de Sindona recibe una carta: “Tenemos preso a Michele Sindona. Deberá responder ante la justicia proletaria”. El mensaje está escrito en italiano y firmado por el “Comité Proletario para la Implantación de una Justicia Mejor”.

            El doctor Crimi  le comunica a Sindona  un cambio de plan: llegar a Palermo  por Grecia. Por tanto, se encontrarían en Atenas. El 12 de agosto, Crimi llega a Atenas con tres hombres a los que presenta como masones. En realidad, sólo uno lo era, Ignacio Puccio, carnicero de Palermo. Los otros dos pertenecen al sindicato del crimen de Rosario Spatola: Giacomo Vitale y Francesco Foderà.

El 16 de agoto, llegan a Brindisi en barco. Por motivos de seguridad se dividen en dos grupos: Crimi  y Puccio toman el tren , Vitale y Foderà llevan en coche a Sindona .

“Hay algo extraño en todo esto, dice Sindona  a sus acompañantes. Hay algo que apesta en todo este asunto. Voy a regresar a Grecia. Desde allí volveré a Estados Unidos y me defenderé”.

Uno de los hombres saca un revólver de su bolsillo. El otro le dice: “Tiene que venir con nosotros. El jefe quiere que vaya a Palermo . Si se escapa, le mataremos a usted y a su familia” [55] .

Llegan a Palermo . Sus secuestradores le llevan a casa de Francesca Paola Longo, maestra amiga de Crimi  y de Rosario Spatola. Crimi y Francesca le dictan cartas de extorsión. Las cartas exigen dinero para no revelar ciertos documentos, exigen también documentos y están firmadas por el Comité Proletario para una Justicia Mejor. Hacia el cuarto día a Sindona  le ha crecido la barba, ha perdido peso y tiene ojeras. Es el momento de hacer una foto para enviársela a su familia y a sus abogados. Le atan a una silla y cuelgan alrededor de su cuello un letrero que dice: “Le haremos el tipo de juicio que se merece”.

El 23 de agosto, Rosario y Vincenzo Spatola le llevan a otra casa. Con los ojos vendados,  es conducido a una habitación ante un hombre identificado como “il padrone”.

“Señor Sindona , le dice el hombre, se ha convertido usted en una molestia para nosotros... Por culpa de sus problemas legales, la policía está investigando el tráfico de heroína entre Sicilia, Francia, Estados Unidos  y otros países. Cuando ocurre un hecho semejante, nuestros hombres son arrestados, porque los jueces tienen miedo de protegernos. Esto produce muertes. El asesinato realza nuestro poder,  pero, señor Sindona, el asesinato no nos da dinero”.

“Soy amigo de Licio Gelli , dice Sindona . Me ha prometido ayuda. Tiene poder, seguro que lo saben. Hablen con él. Puede decirles que es verdad”.

“Gelli  no es nadie, Michele. Es un peón. Gelli únicamente existe si no se convierte en un problema para nosotros, como ha hecho usted. Mire las cosas que Bordoni [56] ha dicho sobre usted. Le llama el banquero de la mafia. Amigos le dijeron que se deshiciese de él, pero usted se empeñó. Se rebeló. Ahora mire qué ha pasado, Michele. Debe responder ante los hechos. Queremos que haga transferencias de su dinero a distintas cuentas. Queremos saber los nombres de los políticos que le han ayudado. Si nos da esta información, podemos negociar. A los que paguen por ser protegidos, nada les sucederá. Los demás serán sacrificados” [57] .

Durante las semanas siguientes, Sindona  es constantemente interrogado por distintos hombres, casi todos encapuchados. El 21 de septiembre, Crimi  va a Arezzo a ver a Gelli . Crimi le entrega una carta en la que Sindona le pide ayuda. Gelli  convence a Roberto Calvi  de que retire treinta mil millones de liras (50 millones de dólares) de la cuenta de Sindona  de la Banca del Gotardo. El dinero es entregado a un mensajero que representa a la mafia.

El 23 de septiembre, los Spatola y John Gambino le dicen a Sindona  que lo van a liberar: “No intentes ninguna jugada. Has visto nuestra organización. Sabes que podemos dar contigo y con tu familia en cualquier momento. Cumple tu palabra, consigue los documentos y tu familia estará a salvo” [58] .

Sindona  asiente. Pero interviene Crimi : “No puede volver así como así. Debemos estar seguros de lo que va a decir y debemos hacer algo para hacer creer que ha sido secuestrado por terroristas. Tenemos que pegarle un tiro”. Crimi le disparó un tiro en la pierna, le limpió la herida y la vendó.

El 7 de octubre, John Gambino, Crimi  y los dos guardaespaldas (Vitale y Foderà) acompañan a Sindona , que lleva peluca y gafas de sol, al vuelo de Palermo  a Milán. John Gambino le dice: “Te vas a Francfort con el doctor Crimi y los demás. Mi hermano tiene conexiones con la TWA. Te hará volver a Estados Unidos” [59] . El 16 de octubre, 72 días después, Rosario Gambino libera a Sindona en Nueva York junto a una cabina telefónica, en la esquina de la calle 42 con la Décima Avenida de Manhattan.

 

Las listas de la P2

A comienzos de 1981 dos magistrados milaneses, que investigan los lazos de Sindona  con la mafia, viajan a Palermo  para interrogar al doctor Crimi . Los jueces le preguntan por qué, durante el período que Sindona había estado secuestrado en Palermo, había acudido de pronto a Arezzo: “Fui a Arezzo, responde Crimi, porque mi dentista reside allí, y ese verano sufrí un dolor de muelas”. Los magistrados no se quedan conformes con la respuesta y finalmente Crimi confiesa: “La verdad es que fui a Arezzo porque Licio Gelli  estaba allí; Gelli es mi hermano masón y un íntimo amigo de Michele Sindona”. Los magistrados ordenan rápidamente un registro en la casa de Gelli, en Arezzo, y en su oficina de la ciudad cercana de Castiglion Fibocchi. Fue el 17 de marzo.

Así aparecen las listas de la P2. Gelli  había reclutado para su logia a 962 poderosas figuras de casi todos los sectores del sistema: políticos, militares, servicios de inteligencia, negocios y finanzas, medios de comunicación. Se descubre también que “Gelli había estado implicado en una larga serie de escándalos que se remontaban a la década anterior, incluidos el caso Sindona , el escándalo ENI/Petromin y el reciente caso Calvi . Además, entre los amigos de Gelli se contaban varias personas ligadas a acciones del terrorismo de derecha y a conspiraciones para derrocar al gobierno italiano” [60] .

En los archivos de Gelli  aparecen también dos carpetas sobre Calvi , lo que manifiesta que Gelli seguía paso a paso el asunto Calvi [61] .

Calvi  confirmará su adhesión a la P2: “En efecto, yo di mi adhesión a la P2 de Licio Gelli ... el cual se presentaba como hombre con iniciativas importantes como jefe de la Institución P2, y solía presentar sus diversas iniciativas en el campo de los negocios como tomadas bajo la guía de la Gran Logia Madre de Londres. Gelli agregaba gente en torno a sí y consiguió agregarme también a mí, por el sentido de protección que él daba a la pertenencia a la Logia P2” [62] .

Según Anna, la hija de Calvi , su padre intentaba distanciarse de los jefes de la P2 unos meses antes de que estallara la historia de la logia: “Mi padre ya había empezado a negarse a responder las llamadas telefónicas de Gelli  u Ortolani . Me pedía que dijera que no estaba en casa, o que estaba enfermo o acostado” [63] .

Clara, la viuda de Calvi , y su hija Anna  han revelado que Gelli  jamás decía su verdadero nombre cuando alguien de la familia le preguntaba quién era: “Les respondía con su nombre en clave: Luciani [64] . Lo mismo afirma Bettino Craxi , entonces secretario general del Partido Socialista Italiano. A comienzos de 1980, en el Hotel Raphael donde tenía su residencia romana, le hace una “visita de cortesía” un señor que se presenta “como un exponente de la logia P2” y se hace llamar “Luciani, ingeniero Luciani”: “Cuando viene y me habla, dice Craxi, yo entiendo de qué y con quién estoy hablando”. No era sólo una visita de cortesía y el señor en cuestión era el propio Gelli [65] .

El escándalo de la P2 no estalló hasta unas semanas después. Las copias de las listas fueron entregadas al primer ministro Arnaldo Forlani , que decidió no divulgarlas. Gelli  huyó de Italia, pero siguió comunicándose con Calvi . Además, dispuso de tiempo para tratar de limitar la magnitud del escándalo.

El 3 de abril de 1981, el caso Calvi  fue confiado a un nuevo juez de instrucción, Gerardo D’Ambrosio , que adoptó una actitud mucho más severa.

El ministro de Economía italiano Beniamino Andreatta lo veía venir. En los primeros meses del año 81,  manifestó su preocupación al cardenal Casaroli , secretario de Estado: “Con ocasión de un encuentro que me solicitara el cardenal Casaroli por otros motivos, pude expresarle mi preocupación por la conexión IOR-Ambrosiano. Recuerdo que le dije al cardenal que temía que se llegase a situaciones análogas a las que se dieron en su momento entre Sindona  y el IOR”. Le dijo también: “Libraos de Calvi  lo más rápidamente posible” [66] .

En una entrevista, el 13 de febrero del 90, comenta Licio Gelli :

-         A veces almorzaba con Roberto Calvi . Con frecuencia le veía colérico, especialmente cuando volvía de las reuniones que tenía en el IOR. De hecho, me decía: Si las cosas van mal, el Altísimo tendrá que irse de Italia.

-         ¿El Altísimo?

-         ¡Claro, el papa!, explicó Gelli  con tono malicioso [67] .

 

Calvi en la cárcel

Aquel mes de mayo del 81 fue tremendo. El día 13, en la plaza de San Pedro , Juan Pablo II  sufrió un brutal atentado. El día 20, Calvi  fue detenido: “Un terremoto sin precedentes sacudió el mundo de las finanzas” [68] . En el Ambrosiano reinaba la confusión y el pánico.      Ese mismo día, otro hecho vino a aumentar la conmoción causada por la detención de Calvi: la publicación de las listas de la P2. Calvi era el banquero más destacado en las listas de Gelli . La publicación de las listas de la P2 provocó la caída del gobierno de Arnaldo Forlani  y por primera vez desde los años cuarenta el jefe de gobierno no pertenecía al Partido Demócrata Cristiano. Los democristianos cedieron el cargo a un miembro de otro partido: Giovanni Spadolini , del Partido Republicano.

En la cárcel de Lodi, Calvi  explicó a su mujer Clara y a su hija Anna  lo que podían hacer para ayudarle: “Les dijo que había que movilizar a los políticos cuyos partidos se habían beneficiado con la generosidad del Ambrosiano, para que usaran su influencia en favor de él. Añadió que había que presionar al IOR, el banco del Vaticano. Calvi reveló a su familia que las dos operaciones con títulos por las que lo habían detenido no las había hecho por su cuenta, sino en representación del IOR. La Banca del Gotardo, el banco suizo del Ambrosiano, tenía en su poder documentos que probaban la intervención del IOR. Pero las leyes suizas sobre secreto bancario impedían que el Gotardo entregara los papeles sin autorización del IOR. El banquero indicó a sus familiares que la presión debía ejercerse sobre los dos principales directores del IOR: el arzobispo Marcinkus  y Luigi Mennini . Durante una visita de su esposa y de su hija a la prisión, incluso les entregó unos papeles sobre los cuales había escrito: Este juicio se llama IOR”.

Cuando Clara y Anna salían de la prisión se encontraron con el hijo de Luigi Mennini, Alessandro, ejecutivo del Ambrosiano. “Al ver los papeles que mi hija tenía en la mano, intentó arrebatárselos - relató Clara Calvi  más tarde -. Pero yo me senté sobre ellos y no los solté”. Clara Calvi afirma que Mennini les dijo entonces: “No debéis mencionar este nombre (el del IOR) ni siquiera en el confesonario” [69] .

El 22 de mayo, el magistrado Gerardo D’Ambrosio  interrogó a Calvi  en una sesión de cuatro horas y media: le pidió explicaciones sobre una de sus operaciones anómalas con títulos y sobre sus relaciones con Gelli . Por fin, Calvi comprendió que había perdido la partida y dijo torpemente: “Soy totalmente incapaz de dar explicaciones”. El magistrado volvió al día siguiente, llevando consigo documentos sobre el caso judicial de Calvi hallados en los archivos de Gelli.

El juicio empezó el 29 de mayo. El presidente del tribunal es Guido Roda Bogetti  y el fiscal, Corrado Carnevalli , un magistrado competente en exportación de divisas. Durante la noche del 2 al 3 de julio, Calvi  hace llamar a algunos magistrados milaneses. Está desalentado, ve que todos le han vuelto la espalda, que ha perdido la batalla judicial y ha de enfrentarse a una severa condena. Acosado a preguntas, Calvi rompe a llorar y, alternando largas pausas y profundos suspiros, hace una importante confesión: “Yo soy el último mono, traten de comprender... El Banco Ambrosiano no es mío. Soy un simple mandado de otros”. Insisten los magistrados: “Pero ¿quién le manda a usted? ¿De quién es el banco?”. “No puedo decirles más”, responde Calvi [70] .

Sin embargo, esa misma noche , el banquero milanés comenta a los magistrados sus relaciones con Gelli  y, sobre todo, con Umberto Ortolani : “Ortolani tenía amistades en todos los ambientes, también a nivel internacional, en particular en la masonería londinense. Pude comprobar reiteradamente que Ortolani tenía amistades de alto nivel, también en ambientes eclesiásticos, siendo embajador de la Orden de Caballeros de Malta. Fue precisamente Ortolani el que, poco a poco, me hizo entender que en mi posición tenía necesidad particular de protección y de apoyos a nivel político, financiero, administrativo, etc., que él decía que, juntamente con Gelli, me podía garantizar. Con el tiempo Ortolani se fue metiendo cada vez más en mi actividad de banquero, proponiéndome intervenciones, acuerdos con otros grupos financieros, convenciéndome también de que financiara al grupo editorial Rizzoli. En tal contexto, él me hizo entender que me podía ser útil financiar a partidos políticos” [71] .

El 9 de julio corre la noticia de que Calvi  ha intentado suicidarse durante la noche: ingirió cierto número de pastillas y se hirió en la muñeca derecha. Las opiniones son diversas: “lo ha hecho en un instante de abatimiento, al ver que el proceso se le ponía en contra”, “ha sido para despertar la compasión del tribunal”, “quiere provocar la intervención de fuerzas políticas amigas”.

Finalmente, el 20 de julio el tribunal dicta sentencia: Calvi  y otros tres dirigentes del grupo Ambrosiano son declarados culpables. Calvi recibe la sentencia más severa: cuatro años de cárcel y una multa de dieciséis mil millones de liras (más de diez millones de dólares). Los detenidos obtienen la libertad provisional. El Vaticano, la Democracia Cristiana y los socialistas defienden a Calvi [72] .

 

El aval del Banco Vaticano

En el Banco Ambrosiano cundió la alarma. En agosto, los directores del Banco Andino de Perú volaron a Milán y mantuvieron una reunión tempestuosa con Calvi. Giorgio Nassano , presidente del Andino, informó más tarde al Financial Times que “él y sus colegas directores amenazaron con dimitir inmediatamente si Calvi no les ofrecía garantías de que los préstamos a las sociedades panameñas serían reembolsados” [73] .

Calvi  recurrió a Marcinkus . Le pidió  algún tipo de garantía que pudiera servirle para ganar tiempo mientras desbrozaba los problemas financieros del Ambrosiano. Marcinkus se negó a extender una garantía explícita, pero accedió a escribir unas cartas de patrocinio. Escritas el 1 de septiembre y el 26 de octubre de 1981 en el IOR y dirigidas al Ambrosiano Andino de Lima y al Ambrosiano Comercial de Managua, las cartas decían que el IOR controlaba “directa o indirectamente” ocho sociedades (seis panameñas) y estaba “enterado de (su) endeudamiento”, que en ese momento ascendía a unos 1000 millones de dólares. Firmaban: Mennini , segundo de Marcinkus, y Pellegrino de Stroebel, director de contabilidad del IOR [74] .

Los acreedores pudieron  respirar tranquilos. Lo que no sabían era que Marcinkus  no tenía la intención de cancelar las deudas. Existía otra carta, secreta, de Calvi  al IOR, del 27 de agosto, en la que aseguraba que el IOR no sufriría “daños ni pérdidas adicionales” [75] . Era la carta de descargo.

Marcinkus  lo explica así: “Calvi  sale de la cárcel en 1981 y viene y me dice: ‘Tengo problemas y he de ver cómo solucionarlos. Como no puedo ocuparme de todo, hágame el favor de echarme una mano y cuidarme estos asuntos’. No dijo que fueran asuntos nuestros. Le pedí que nos escribiera una carta, una carta aclaratoria, en la que dijera que aquellos negocios ni eran nuestros ni nunca lo habían sido. Insistí en que se tomaran todas las medidas para disminuir la deuda, y que en año y medio todo tenía que estar resuelto y nosotros desentendidos del asunto. Es como un compromiso fiduciario. No le dí garantía alguna ni cosa por el estilo. Lo único que sabíamos era la deuda que había, eso es todo” [76]

En el otoño del 81, después de asumir la vicepresidencia del Ambrosiano, Roberto Rosone empezó a interrogar a Calvi  acerca de los préstamos a las sociedades panameñas. Calvi dijo vehementemente: “Detrás de esas deudas está el Vaticano: el papa”. A comienzos del 82, Rosone insistió en lo mismo y Calvi le hizo callar con esta frase: “¿Eso significa que usted alimenta alguna duda acerca del banco central del Vaticano?” [77] .

En diciembre, el financiero Carlo De Benedetti , en calidad de vicepresidente y accionista del Ambrosiano, intentó saber con precisión qué relación había entre el banco de Calvi  (y de la P2) y el banco del papa. Como Calvi eludió la respuesta, diciendo que se trataba de “cosas particularmente reservadas”, De Benedetti buscó otro camino y consiguió un encuentro privado con monseñor Achille Silvestrini , de la Secretaría de Estado:

“El encuentro se produjo en Roma, en mi despacho, estando presente - en calidad de amigo y por pura cortesía - el honorable Virginio Rognoni  (ministro del Interior y diputado democristiano). En esa ocasión, partiendo yo de la explícita afirmación de que el presidente del IOR Marcinkus  era un ladrón y de que me parecía inconcebible que un Estado como el Vaticano hubiera confiado las propias finanzas a un tipo así, hablé de la necesidad, en interés del Vaticano, de que se mirara bien la actividad del IOR y la relación IOR-Ambrosiano. Monseñor Silvestrini , con aire dolorido, tomó acta de mi hablar explícito y firme, y me dijo que ni siquiera ellos - refiriéndose al cardenal Casaroli  - sabían gran cosa de la actividad del IOR” [78] .

  

Nuevos protectores

En marzo del 81, Calvi  contrata a Francesco Pazienza  como consultor del Ambrosiano. En su libro titulado El desobediente, Pazienza se reconoce como masón. Pertenece desde mayo de 1980 al Gran Oriente de Italia, legitimado por la Gran Logia de Inglaterra [79] .

Unos meses antes, el 25 de noviembre del 80, Pazienza  había acudido al Vaticano, enviado por el general Santovito , entonces director del SISMI, el Servicio de Información y Seguridad Militar Italiano. Allí le esperaba monseñor Celata, brazo derecho del cardenal Casaroli . Motivo del encuentro: querían hacerse con una documentación comprometedora para Marcinkus . Pazienza se puso a indagar:

“En Suiza, en casa del abogado Peter Duft  de Zurich - que había sido consultor del cardenal Vagnozzi  y depositario de muchos documentos del mismo - tuve la fortuna de encontrar cartas peligrosamente comprometedoras para monseñor Marcinkus , probablemente las mismas que el cardenal Casaroli , a través de monseñor Celata, estaba buscando. En efecto, eran documentos depositados en Suiza por el cardenal Vagnozzi, ya difunto. El purpurado había sido un acérrimo enemigo de monseñor Marcinkus, desde el momento en que este último le desbancó en la gestión de las finanzas vaticanas”.

“La cosa más sorprendente, que resultaba de la lectura de aquellos documentos, dice Pazienza , era que el papa estaba mal visto en el círculo de aquellos que habrían debido ser sus más estrechos y fieles colaboradores. Su ‘culpa’ era la de ser una especie de ‘marciano’, un verdadero y propio ‘extraño’, llegado de Polonia y completamente ajeno y rechazado por el núcleo duro de los prelados italianos que constituían el núcleo histórico de la Curia, acostumbrados a llevar a su modo, y de manera absoluta, la complicada pero casi perfecta máquina vaticana. Por tanto, de este papa no se podía uno ‘fiar’, se corría el riesgo de que pusiera en peligro el poder consolidado y construido durante tantos años de trabajo, dentro y fuera de los muros de la Santa Sede. Existía el peligro de que rompiera las incrustaciones que, como ‘extraño’, habría terminado por descubrir, y que habría intentado aminorar y destruir pues poco o nada se conciliaban con los principios de la Santa Madre Iglesia, sino sólo con criterios, quizá cínicos y despiadados, de gestión y de conservación del poder temporal. Por tanto, se imponía, en el diseño de quien detentaba el poder, ‘neutralizar’ al nuevo papa, sobre todo, aislándolo e impidiendo que crease un staff de personas de su absoluta confianza. El hecho de que se hubiera establecido, en cambio, un eje privilegiado entre el papa Juan Pablo II  y Paul Marcinkus , el cual tenía los cordones de la bolsa y por tanto un grandísimo poder, fastidiaba no poco a los ‘conjurados’ y les había inducido a pasar a la acción de modo tan brusco e insólito” [80] .          

Además, estaba el apoyo de Juan Pablo II  al sindicato polaco Solidaridad: “Los flujos de dinero llegaban a Varsovia a través del IOR y, más concretamente, a través del instituto financiero que era el aliado laico por excelencia de la banca vaticana y de Marcinkus : es decir, el Banco Ambrosiano, cuyo presidente era Roberto Calvi . En enero de 1981, tales informaciones me fueron confirmadas autorizadamente también por los franceses, cuyos servicios de inteligencia eran muy distintos de los italianos” [81] .

Otro nuevo protector de Calvi es  Flavio Carboni , hombre de negocios sardo, que parecía tener una cantidad asombrosa de amigos en lugares destacados: en el mundo de la política, de las editoriales, del Vaticano, de los servicios de inteligencia y del hampa. “Desaparecido de escena Licio Gelli , refugiado en el extranjero, el banquero milanés había quedado casi huérfano y aislado... Con el paso del tiempo tuve tiempo de arrepentirme de haber entrado en contacto con Carboni y, sobre todo, de habérselo presentado a Calvi” [82] , dice Pazienza.

En diciembre del 81, Carboni  asumió el papel de principal encargado de las relaciones públicas de Calvi.

Roberto Rosone, vicepresidente del Ambrosiano, definía a Pazienza  y a Carboni  como “individuos que te asustan con sólo verlos” [83] .

El 2 de septiembre de 1981 la sección ordinaria del Tribunal de Casación dicta una orden según la cual todas las investigaciones relacionadas directa o indirectamente con la P2 son competencia de la sede romana de la Fiscalía de la República. Por tanto, los magistrados de Milán y de Brescia deben desprenderse de los sumarios y expedirlos a Roma: “El poder político no puede tolerar el que algunos magistrados políticamente independientes manejen delicadas investigaciones que implican en cierto modo a los secretarios de los dos más importantes partidos del Gobierno” [84] .

Se encargan directamente de la maniobra de la fiscalía romana Achille Gallucci , primer fiscal de la República por Roma, y el fiscal delegado Domenico Sica : “Sica desarrolla una gran actividad en Roma: a él se asignan en esa época las investigaciones más delicadas y candentes de los últimos tiempos, desde el asesinato de Aldo Moro  al del periodista Mino Pecorelli , pasando por el atentado al papa Wojtyla [85] .

Otro asunto. La historia conocida como cuenta Protección se descubre cuando en los archivos de Gelli  aparece un sobre titulado Diputado Claudio Martelli  con tres papeles de contenido explosivo. El primero dice: “Tres millones y medio de dólares en la cuenta Protección número 633369, de la UBS: Fiorini , DDL y Martelli por cuenta de Bettino Craxi,  28-10-1980”; el segundo papel: “Seguirán otros tres millones y medio a la firma del contrato”; el tercero es un apunte en el dorso de un sobre titulado Cámara de los Diputados: “Abonar en la cuenta Protección número 633369” [86] .

El 10 de mayo del 81, el semanario L’Espresso da la noticia de estos documentos comprometedores, a la vista de los cuales los magistrados milaneses Viola  y Fenizia  abren una causa criminal, dictando diligencias contra Martelli , el vicepresidente del Ente Nazionale Idrocarburi (ENI), Leonardo  Di Donna  (DDL), el director financiero de la citada entidad, Florio Fiorini  y Roberto Calvi . Se sospecha que Calvi ha abonado una comisión de 7 millones de dólares sobre una operación monetaria entre el ENI y el Ambrosiano. Además, los instructores milaneses están convencidos de que tras la cuenta Protección  no se esconde una persona física, sino una sociedad fiduciaria con sede en Hong-Kong.

En efecto,  en 1980, Roberto Calvi  obtuvo un fuerte crédito del ENI - controlado por los socialistas - para su banco. El Ambrosiano andaba ya con problemas, y Calvi estaba dispuesto a todo con tal de conseguir dinero fresco. A cambio abonó al PSI (Partido Socialista Italiano) siete millones de dólares en dos cuotas, que pasaron por la cuenta llamada Protección. La cuenta estaba en un banco suizo “a nombre de un arquitecto amigo de Craxi , Silvano Larini , pero en realidad el dinero fue a parar a manos del PSI” [87] .

 

La quiebra del Banco Ambrosiano

En 1981 Calvi  intenta varios planes para salvar la quiebra del Banco Ambrosiano. Con este fin, recurre al Opus Dei: “La organización compraría las acciones del Ambrosiano que estaban en poder de las sociedades fantasma, salvando así a la Santa Sede de las pérdidas financieras (y del deterioro de su imagen pública) que sufriría si el Banco quebraba. A cambio de ello el Opus Dei obtendría varios privilegios dentro de la Iglesia” [88] .

Por su parte, Pazienza  quiere meter en el Ambrosiano al general Pietro Musumeci, antiguo director del SISMI y miembro de la P2. A finales de 1981, Musumeci se presenta en las oficinas del banco para organizar el control de los servicios de vigilancia. Pero el proyecto es demasiado gravoso: “Ni el sha de Persia podría permitirse un servicio de seguridad tan costoso”, dice Rosone a Calvi , dándole a entender que se opone al proyecto.

El 27 de abril de 1982 Rosone sufre un atentado, del que sale herido. El asesino contratado para dicha acción es muerto por un guardia jurado: “El nombre del sicario, Danilo Abbruciati , saca a la luz datos desconcertantes: se trata de un maleante romano, con antecedentes por delitos comunes, pero, curiosamente, de enorme fortuna, por lo cual no necesita para nada los 15 ó 20 millones de un contrato para matar. En efecto, Abbruciati era propietario, por medio de ciertos testaferros, de cinco comercios de automóviles, viajaba con bolsas cargadas de dinero, había intervenido en secuestros de personas y también ensayado el tráfico de armas” [89] .

Los investigadores indicaron que el agresor, al que acompañaba un cómplice llamado Bruno Nieddu , pertenecía al clan romano conocido como Banda de la Magliana. En el bolsillo tenía un carnet de conducir y un papel cuidadosamente doblado en el que aparecían dos números de teléfono. Uno correspondía a Ernesto Diotallevi , cercano a la Banda de la Magliana. Se comprobó que, el día después del atentado contra Rossone , Carboni  había efectuado un pago de 530.000 dólares a favor de Diotallevi. El 28 de enero de 1983, el juez Fernando Imposimato  dio orden de busca y captura contra Carboni y Diotallevi. El segundo número de teléfono, se supo sólo diez años después, correspondía a Enrico Nicoletti , considerado el cajero de la Banda [90] .

Más problemas. A finales de mayo del 82 la Banca del Gotardo reclama al IOR la cantidad de 300 millones de dólares por una operación  hecha por Calvi . Según Flavio Carboni , “Mennini  convocó a Calvi y lo intimó a responder inmediatamente al compromiso. Por eso el banquero decidió marchar al extranjero, seguro de que el Vaticano no podría tirar más de la cuerda; quería buscar el dinero para contentar a Mennini y compañía” [91] .

Anna Calvi  cuenta que escuchó furtivamente una conversación entre su padre y Carboni , durante un fin de semana de mayo: “Mi padre le decía (levantando la voz) a Carboni que éste debía hacerle entender al Vaticano que los curas tenían que hacer honor a sus compromisos, porque de lo contrario él revelaría todo lo que sabía” [92] .

El 30 de mayo Calvi  y su hija están solos en la finca de Drezzo (Como): “Mi padre me dijo que, para resolver los problemas con el IOR, había estudiado y puesto en marcha un proyecto que preveía la intervención directa del Opus Dei, organización que debería aportar una cifra enorme, de una cuantía superior al billón de liras, para cubrir la exposición deudora del IOR con respecto al Banco Ambrosiano”. Calvi le dice a su hija que Casaroli  se muestra contrario a su proyecto, pero el IOR corre el riesgo de quebrar: “Los curas tendrán que vender la plaza de San Pedro ”. Las cifras son enormes: “Por cifras como esas la gente puede asesinar”. Calvi se acerca a su armario, saca un revólver y dice: “Si vienen, dispararé contra ellos” [93] .

El presidente del Banco Vaticano, el arzobispo Marcinkus , se niega desde hace meses a recibir a Calvi , “aunque haya sido su socio de negocios y haya recibido su ayuda para organizar la financiación, según se dice, de 50.000 millones de pesetas a favor del sindicato Solidaridad, a través de bancos panameños” [94] .

Al cerrársele las puertas del IOR, Calvi  se dirige al Opus Dei. Según Carlo Calvi , el plan de su padre era vender al Opus el 16 por 100 del Ambrosiano, que estaba en manos del IOR: “El Opus Dei habría tapado todos los agujeros que Marcinkus  y Luigi Mennini  (su brazo derecho) habían producido en el Banco Ambrosiano” [95] .

En la mañana del 8 de junio, Calvi  le dijo a su hija que se fuera de Italia: “Si las cosas mejoran, te llamaré. O me iré al extranjero y proseguiré la operación escondido. Si las cosas empeoran, empezaré a revelar todo lo que sé” [96] .

Desde que salió de la cárcel, el Banco de Italia presionaba a Calvi  con cartas que exigían explicaciones sobre lo que hacía en el extranjero. La carta del 31 de mayo fue, dice Rosone, “un auténtico bombardeo”. El 7 de junio del 82 llega para Calvi el momento de la verdad: “En una acalorada junta del consejo de administración el banquero se encuentra por primera vez en minoría” [97] .

El  9 de junio Carboni  encuentra a Calvi  en un estado de extrema agitación: “Mennini  le había planteado un brutal ultimátum sobre la cuestión de los 300 millones de dólares, indicándole que esta suma debía ser entregada al IOR no más tarde del  viernes siguiente, día 11 de junio. Mennini le había añadido que su hijo Alessandro, dirigente del  Banco Ambrosiano, tenía ya instrucciones para denunciar a la magistratura la situación y las deudas de Calvi” [98] .

El 11 de junio, Calvi  deja una nota escrita en su apartamento romano: “Debo ausentarme por razones inesperadas”. Desde el aeropuerto de Fiumicino hace varias llamadas telefónicas, una es para Mennini : “Debe perdonarme. No puedo acudir esta mañana a la cita. Estaré con usted el lunes próximo. Una vez más le pido perdón” [99] . 

El l3 de junio, en Klagenfurt (Austria), Calvi  se desahoga con Carboni . Ataca a Marcinkus . Vuelve a hablar de las asociadas sudamericanas (el Banco de Managua y el Andino) y alude “a un masivo desplazamiento de dinero a favor de Solidaridad”. En mayo de 1983, Carboni dirá a los magistrados de Milán: “El día siguiente, Calvi pudo hablarme de sus relaciones importantes en Sudamérica y me dijo también que se había hecho un cuantioso desplazamiento de dinero a favor de la organización sindical polaca Solidaridad. Calvi especificó que la operación había sido elaborada por Marcinkus, aprovechando dinero de las sociedades comunes: 100 millones de dólares USA. Calvi dijo que hubiese deseado controlar la operación, pero Marcinkus lo había hecho todo materialmente él mismo, a fin de tener sólidamente en su puño al papa, que llevaba en el corazón la cuestión polaca” [100] .  

El 14 de junio Marcinkus  presenta su carta de dimisión al director general del banco Ambrosiano de Nassau: “Mi dimisión, dice, está motivada por el hecho de que se me ha hecho imposible encontrar tiempo para asistir a las reuniones de los consejos de administración a causa de las numerosas tareas vinculadas con mi actual responsabilidad” [101] . 

El jueves 17 de junio Il Sole 24 ore publica el texto íntegro de la última carta del Banco de Italia, haciendo públicas las desastrosas noticias acerca de la deuda exterior del Ambrosiano. En la Bolsa sobreviene el desplome. Por la tarde se celebra el último Consejo de administración del Ambrosiano. Se decide poner el banco bajo gestión comisarial. En adelante, el Banco de Italia se ocupará del Ambrosiano.

Ese mismo día, Graziella Corrocher , la secretaria de Calvi , cae desde el cuarto piso de la sede central del Ambrosiano, dejando una “nota de suicidio” en la que maldice a Calvi por el daño causado. Hay quienes dicen que fue “suicidada”. Algo parecido sucede unos meses después, el 2 de octubre, con Giuseppe Dellacha , ejecutivo del mismo banco. Unas horas después que su secretaria, Calvi muere en Londres. Su cuerpo aparece al día siguiente colgado bajo el puente de los Hermanos Negros [102] .

 

Calvi , ahorcado

A las dos de la tarde el profesor Keith Simpson  efectuó la autopsia, según la cual Calvi   murió “por asfixia debida a suspensión”. Estaba todavía vivo cuando el lazo se cerró. En el cuerpo no hay señales de violencia, de estrangulamiento, de golpes, de pinchazos o de asfixia en el agua. El reloj de pulsera, que, como se comprobó, se detuvo al entrar el agua en él, marcaba la 1’52. Los objetos contenidos en la chaqueta y en los pantalones (dos trozos de ladrillo y tres piedras) habían estado sumergidos en el agua; por tanto, la marea del Támesis alcanzó un cierto nivel. La hora de la muerte se fija alrededor de las dos de la madrugada [103] . El profesor Simpson explicó que “no había evidencias que sugirieran que el ahorcamiento era otra cosa que una suspensión autoinfligida” [104] .

La vista por la muerte de Calvi  concluye el 23 de julio. Sentencia del jurado: suicidio. Sin embargo, ¿por qué habría de elegir Calvi una forma de morir tan macabra y complicada?

Podría tratarse de un asesinato ritual.  En algunas viejas ceremonias iniciáticas de la masonería le advierten al nuevo miembro que si revela los secretos de la logia será ahorcado y su cuerpo lavado por el flujo y reflujo de la marea. Para que le quede claro, se le coloca “alrededor del cuello un cordón anudado con el extremo colgando de la espalda” y el candidato jura solemnemente que jamás revelará “parte ni partes, punto ni puntos” de los secretos propios de la masonería “bajo una pena  no menor –en caso de violación de alguno de ellos- de que mi cabeza sea cortada, mi lengua arrancada de raíz y enterrada en la arena del mar sobre la línea de la marea baja, o a distancia de un cable desde la playa, donde la marea regularmente fluye y refluye dos veces en veinticuatro horas, o el más efectivo castigo de ser marcado como un individuo conscientemente perjuro, privado de toda dignidad moral, y totalmente inadecuado para ser recibido en esta venerable logia” [105] .  

El veredicto del jurado suscita muchas dudas. Algunos periódicos italianos sugieren incluso que los investigadores policiales de Londres y Roma han recibido instrucciones de los más altos niveles políticos para que pronuncien un veredicto de suicidio y cierren el legajo de Calvi “ en razón de las incómodas conexiones con el tráfico de armas para Argentina y de la implicación del banco del Vaticano en este caso” [106] .

Se decidió una segunda vista, que tuvo lugar el 27 de junio de 1983. Durante el debate los abogados de la familia Calvi  y de Carboni  chocan con violencia. La familia Calvi atestigua que el banquero temía por su vida. Clara Calvi  enumera entre sus muchos enemigos a políticos, elementos internos del Vaticano y otros. Dice que su marido estaba dispuesto a dar nombres de figuras políticas y del Vaticano durante su juicio de apelación, si era indispensable. También revela que en mayo del 82, un mes antes de su muerte, su marido le había dicho que un alto funcionario del IOR estaba tratando de apoderarse de los documentos donde tenía registradas sus operaciones financieras con el banco del Vaticano.

Según   Robert Clarke, el abogado de Londres que había ayudado a Calvi a conseguir alojamiento  en Londres por petición de Hans Kunz ( amigo suizo de Carboni) , Kunz le dijo que Carboni había actuado “en representación de los intereses del Vaticano” y que si no se hubieran hecho los arreglos para el viaje a Londres “el gobierno de Italia podría haber caído” [107] .

El profesor Antonio Fornari , director del Instituto de medicina legal de la universidad de Pavía, presentó en la segunda vista judicial un peritaje por cuenta de la familia Calvi . Observó que el profesor Simpson  no fue llamado hasta que el cadáver del banquero se encontraba ya en la mesa del depósito. La policía inglesa le había quitado las ropas. El profesor Fornari se hizo entregar las prendas y descubrió en el fondo exterior de los pantalones una  gran mancha. Poco antes de morir, Calvi se había sentado en una superficie muy sucia. En su opinión, en el fondo de una barca. Alguien lo había convencido para que subiera a ella. Otra persona, en la oscuridad de la noche, se había situado a su espalda, sosteniendo en la mano una cuerda de color anaranjado, había hecho el nudo y se lo había apretado alrededor del cuello. “Lo estrangularon por detrás, dice Fornari, e inmediatamente después lo colgaron del pretil” [108] .

La sentencia del tribunal de Palermo  (8 de noviembre de 1985) contra la cúpula de la mafia recoge el testimonio de Tommaso Buscetta sobre un oscuro personaje, Pippo Calò, a quien acusa de estar implicado “en los más graves secuestros y, en Roma, en tramas oscuras, entre ellas el caso Calvi [109] . El proceso supuso 19 penas de cadena perpetua y otras por más de dos mil años de cárcel. El 23 de marzo del 92 fue asesinado el juez Giovanni Falcone , con su mujer y tres hombres de su escolta.  Y el 19 de julio le tocó al juez Paolo Borsellino  y a cinco agentes. Ambos jueces habían redactado la sentencia de Palermo.

En 1992, la magistratura romana consigue trasladar el caso Calvi a la capital y prosigue la investigación que, cinco años después, concluye con orden de captura contra Pippo Calò y Flavio Carboni .

Según los magistrados romanos, el banquero milanés fue asesinado por la trama mafia-camorra-masonería. El homicidio, dice la orden de captura, fue decidido por tres razones: porque Calvi  habría podido “transformarse en una astilla enloquecida no fiable”, porque “existía el temor de que Calvi pudiera intentar salvarse mediante maniobras chantajistas contra sus viejos aliados” y  por “el temor de que el banquero pudiera revelar las informaciones que tenía en su poder” [110] .

 

Orden de captura contra Marcinkus

El 31 de julio de 1982, mes y medio después de la muerte de Calvi , llegan tres sobres certificados al Vaticano. Proceden de Milán y los destinatarios son Paul Marcinkus  y sus dos colaboradores, Luigi Mennini  y Pellegrino De Strobel. Se había iniciado una investigación sobre la hipotética implicación de los interesados en la quiebra del Banco Ambrosiano. Los jueces de Milán ordenaban el secuestro cautelar de los bienes que los tres sospechosos poseían en territorio italiano [111] .

Los tres sobres fueron entregados al embajador de Italia ante la Santa Sede, Claudio Cheli . Se rechazaban por defecto de forma. La transmisión de rogatorias a las autoridades extranjeras debía hacerse por vía diplomática. El forcejeo sobre formalidades jurídicas duraría más de cinco años.

Además, los miembros del IOR se acogieron al beneficio de inmunidad, previsto en el artículo 11 de los pactos de Letrán. El 3 de octubre de 1983, el juez instructor Antonio Prizzi  rechazó tal pretensión: “A los miembros del IOR se les han enviado notificaciones judiciales referentes a indicios de delitos consumados en territorio italiano, con daños a súbditos italianos y realizados con la colaboración de ciudadanos italianos”.

Los magistrados milaneses siguieron investigando. El 23 de enero de 1987, Pier Luigi María Dell’Osso pide al juez Renato Bricchetti  que emita una orden de busca y captura contra Marcinkus , Mennini  y De Strobel: “El apoyo del IOR, que ha sido un socio insustituible del sistema operativo puesto en marcha por Calvi , ha representado una constante inequívoca en la actividad realizada por el grupo directivo del banco Ambrosiano, hasta culminar en la expedición de las cartas de patrocinio, lo que se ha revelado perjudicial para los intereses de dicho banco” [112] . 

El 20 de febrero los magistrados milaneses Antonio Prizzi  y Renato Bricchetti  firman las órdenes de arresto. No se pone en tela de juicio tal o cual operación, sino indistintamente toda la relación del IOR con el Ambrosiano, el acuerdo, el concierto y la colaboración que durante varios años se prestaron mutuamente los dos bancos.

A partir del Banco Ambrosiano de Milán se llegaba a una serie de sociedades financieras, constituidas en el extranjero, llamadas “panameñas” o “sociedades fantasma”: “Esas sociedades, dice la orden de captura, habían sido pensadas y eran controladas por el IOR y por  Calvi ; después, se habían puesto a disposición de éste para que llegaran a ellas, procedentes de otras asociadas, sumas ingentes (de capitales) que figuraban como operaciones bancarias normales”. En realidad, servían “para finalidades diferentes y producían un enorme flujo de dinero sin retorno”.

Según los magistrados, el IOR se prestaba a “encubrir la realidad para no dejar ningún rastro sobre las posibles conexiones entre el Ambrosiano y la principal financiera panameña de todas las sociedades fantasma”,  “la banca del Vaticano ha sido un apoyo formidable para las anómalas operaciones de Calvi ”, y todo ello “prueba la existencia de un entendimiento profundo que funcionaba continuamente, entre los directivos del IOR y los del Banco Ambrosiano”.

Por ello, el IOR “es responsable de distracción, ocultación, disipación y, en cualquier caso, de destrucción” del patrimonio del Banco Ambrosiano. La quiebra supuso un agujero de unos 1.200 millones de dólares (aproximadamente, 156.000 millones de pesetas)” [113] .

El 13 de abril del 87, el Tribunal de la Libertad italiano rechazó un recurso del IOR basado en la inmunidad de los acusados. Los abogados del IOR apelaron al Supremo. El 17 de julio, el Tribunal Supremo italiano anuló definitivamente las órdenes de arresto: “Un tribunal italiano no puede entrometerse en lo que han hecho tres directivos del IOR porque no lo han hecho como individuos privados, sino en cuanto directivos y administradores del IOR” [114] .

Los jueces instructores del Tribunal Penal de Milán jugaron la última carta, la del Tribunal Constitucional, en una demanda interpuesta el 26 de noviembre. El 6 de junio del 88, el Tribunal Constitucional redactaba la sentencia que liberaba definitivamente a Marcinkus . Ningún tribunal de la república italiana podía procesar al presidente del IOR y a sus dos colaboradores. Se establecía el carácter central del IOR entre los órganos de la Iglesia Católica y se confirmaba la consiguiente inmunidad garantizada por el Tratado de Letrán [115] . 

Dice la comisión parlamentaria de investigación sobre la P2: “De hecho, la presencia del IOR servía de cobertura a la red de bancas, sociedades fiduciarias e intermediarias, de compañias-sombra, de cuentas bancarias cifradas, diseminadas por todo el mundo, desde Panamá a Hong Kong; un enredo, dirigido por el Banco Ambrosiano y por la banda de la P2 que había asumido la propiedad y el pleno control, concebido no sólo por razones de evasión fiscal y para escapar a los controles de la autoridad monetaria, sino también para ocultar el flujo y el blanqueo de dinero sucio” [116] .

La relación entre el IOR y el Ambrosiano se había iniciado ya en 1972; es decir, un año después de que Marcinkus  fuera nombrado presidente del banco vaticano. A partir de la compraventa de la Banca Católica del Véneto, el IOR y el Ambrosiano crearon una relación que iba mucho más allá de los vínculos que unen normalmente a las instituciones de crédito.

 

Complicidad del IOR

El 27 de diciembre de 1982 se comunicó oficialmente la firma de un acuerdo para crear una comisión mixta italo-vaticana (tres miembros por cada parte) que estudiara la cuestión IOR-Ambrosiano.

Los comisarios de la parte italiana distinguen entre una “literatura oficial” y una “literatura paralela”. El documento más importante en la documentación paralela es la famosa carta de descargo, pero los comisarios italianos conocen otros diecinueve documentos del mismo tipo, escritos por Calvi  en un periodo de tiempo muy prolongado y sobre todo de 1976 a 1981 [117] . Ello  demuestra que la misión de las cartas de patrocinio y de la carta de descargo, por parte de Marcinkus y de Calvi, representan “la evolución - en un momento difícil - de la técnica ya experimentada en el pasado”.

El abogado Pasquale Chiomenti , presidente de la comisión por parte italiana, concluye que si bien no surge la prueba cierta de que el IOR sea el verdadero propietario de las sociedades patrocinadas, aparece en cambio “más allá de toda posibilidad de duda la prueba de que, al menos desde algún tiempo a partir de 1974, entre Roberto Calvi  y el IOR hubo muy estrechas relaciones todas ellas con el fin de cubrir posiciones y actividades no muy ortodoxas de Roberto Calvi en el ámbito del Banco Ambrosiano y de las sociedades u otras entidades directa o indirectamente  controladas por éste”.

Chiomenti  recuerda que Marcinkus  presentó ante la comisión numerosos documentos con la intención de desmentir que fuese el propietario de las sociedades patrocinadas, pero precisamente estos papeles demuestran al mismo tiempo “que el IOR era conocedor       de que su comportamiento proporcionaba a Roberto Calvi  los medios para poner en marcha operaciones que a éste no le hubiera sido posible desarrollar a la luz del sol”.

Según los tres comisarios vaticanos, “hasta junio de 1981, el IOR sólo conocía la MANIC y la United Trading Company (UTC), pero ignoraba la existencia de las ocho filiales y, en consecuencia, estaba totalmente a oscuras respecto de su actividad” [118] .

La comisión trabajó durante nueve meses escasos y llegó a conclusiones limitadas. El resultado fue una transacción. El acuerdo se firmó en Ginebra el 25 de mayo de 1984, en los locales de la Asociación Europea de Libre Intercambio. Había sesenta funcionarios en representación de 109 bancos acreedores. La ceremonia no tenía precedentes. El IOR tenía que pagar 250 millones de dólares, en tres plazos. Por pronto pago, obtendría un descuento. El IOR pagó exactamente  240.822.222 dólares con 23 centavos [119] .

Cuando el periodista inglés Cornwell  pregunta a Marcinkus  por qué pagó el Vaticano semejante suma de dinero si no tenía nada que ver en el asunto, responde: “Se ha equivocado usted de hombre” [120] .

Ese hombre es Agostino Casaroli . Secretario de Estado desde julio de 1979 y desde 1980 miembro de la Comisión de Vigilancia del IOR, había llegado con nuevos planteamientos. En marzo del 81 se negó a aprobar el balance anual del IOR, si no podía estudiar los documentos con suficiente antelación. Y al final de la primavera, se creó una comisión de quince cardenales para estas cuestiones. Según Flavio Carboni , sobre el asunto Calvi  dijo el papa: “Que caiga todo. Dejemos que se encargue el cardenal Casaroli” [121] .

Especialmente contra Casaroli  va la carta que escribe Calvi  a Juan Pablo II  el 5 de junio de 1982, unos días antes de su muerte:

 

“Santidad, he pensado mucho, mucho en estos días. He pensado mucho, Santidad, y he concluido que Usted es la última esperanza, la última... Santidad, he sido yo quien ha asumido la pesada carga de los errores y de las culpas cometidos por los actuales y precedentes representantes del IOR, incluyendo las fechorías de Sindona  de las que aún sufro las consecuencias. He sido yo, bajo encargo preciso de Sus autorizados representantes, quien ha dispuesto conspicuas financiaciones en favor de muchos países y asociaciones politico-religiosas del Este y del Oeste; he sido yo quien, de acuerdo con autoridades vaticanas, he coordinado en todo el Centro-Suramérica, la creación de numerosas entidades bancarias, sobre todo con el fin de contrarrestar la penetración de las ideologías filomarxistas y soy yo, finalmente, quien hoy es traicionado y abandonado precisamente por esta autoridad a quien he rendido siempre el máximo respeto y obediencia... Los adversarios externos sabemos quiénes son y Usted, Santidad, lo sabe mejor que nadie y los combate mejor que nadie; pero los internos, a la Iglesia quiero decir, los afines, como algunos democristianos, ¿usted, Santidad, los conoce? Yo creo que no. No soy un chismoso y tampoco uno que acusa por despecho o por venganza. Y no me interesa, por tanto, detenerme en tantas habladurías que recaen sobre algunos prelados y, en particular, sobre la vida privada del Secretario de Estado Casaroli , pero me interesa muchísimo señalarle la buena relación que une a este último con ambientes y personajes notoriamente anticlericales, comunistas y filocomunistas, como el ministro democristiano Nino Andreatta , con el que parece que haya llegado a un acuerdo para la destrucción y repartición del grupo Ambrosiano... Pero ¿a qué designio quiere o debe obedecer el secretario de Estado? ¿A qué chantaje?” [122] .

 

La carta escrita al papa no será enviada ese día y quizá nunca. Calvi  la metió en el maletín que llevó consigo a Londres en su última fuga.

En 1982 Marcinkus  queda excluido en los viajes del séquito papal.

El 11 de febrero de 1984 Bettino Craxi , entonces presidente del Consejo italiano, y el cardenal Casaroli , secretario de Estado del Vaticano, firman el concordato entre Iglesia y  Estado. Se dijo entonces que Craxi había firmado sólo con la condición de que Casaroli cerrase el contencioso que enfrentaba al IOR con sus acreedores.

Según el abogado Pasquale Chiomenti , “el papa estaba en contra de la idea de pagar un solo céntimo, convencido como estaba de que se trataba de un litigio entre laicos y de que no había pruebas legales de la responsabilidad de Marcinkus [123] . Casaroli  se dirigió al papa y consiguió arrancarle el sí.

Casaroli  comprendió perfectamente, después de pasarse horas y horas sobre miles de documentos, cuál era el punto débil de Marcinkus . ¿Quién poseía la Manic, UTC y Zitropo, los tres holdings que dirigían numerosas sociedades fantasma responsables del agujero del Ambrosiano por una suma superior a los 1200 millones de dólares? No había duda: el IOR, porque las acciones eran al portador y estaban en su cartera. Pues bien, una cláusula del acto de Ginebra, el 25 de mayo de 1984, preveía la devolución por parte de Marcinkus de todos los títulos de aquellos tres holdings que el IOR llevaba de la mano. ¿Qué significaba todo eso? Muy sencillo: que el IOR era el auténtico propietario de Manic, UTC y Zitropo; y que sus directivos no podían ignorar lo que ocurría frente a sus ojos [124] .

Cuando la periodista Laura Colby  publicó esta noticia [125] en 1987, Marcinkus  se sintió fuera de combate. No respondió inmediatamente, lo hizo dos años más tarde con un memorial preparado por sus abogados y reproducido en el libro de Cornwell , Un ladrón en la noche.

Para demoler la tesis de Marcinkus  habría bastado con revisar la documentación de la Banca del Gotardo, de Lugano, documentación que Marcinkus esperaba que permaneciera sepultada en el banco suizo. Sin embargo, “las cajas con los preciosos documentos  suizos fueron expedidas a Milán en la primavera de 1990, exactamente un día antes del comienzo del proceso por la quiebra del banco Ambrosiano”.

El 9 de marzo de 1989 se anuncia el cese de Marcinkus  como presidente del IOR. De forma discreta, se produce en el contexto de una reforma de la estructura del IOR. Una comisión cardenalicia de cinco miembros, nombrados por el papa para un período de cinco años, vela por la fidelidad del IOR a sus estatutos. Un prelado, no obispo, nombrado por la citada comisión, sigue la vida del instituto, pero sin ninguna función ejecutiva ni de gestión. Un consejo de administración vela por la actividad financiera; entre sus funciones figura la de nombrar director y subdirector del IOR - siempre seglares - y de tres censores de cuentas.

 

Sindona , envenenado

El 27 de marzo de 1980, Sindona  fue declarado culpable de 68 cargos de fraude, apropiación indebida de fondos bancarios y perjurio. En espera de la sentencia, fue encarcelado en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan. El 13 de mayo de 1980, dos días antes de la sentencia, Sindona intentó suicidarse.

El 7 de julio de 1981, el gobierno italiano acusó a Sindona  de ser el responsable del asesinato de Giorgio Ambrosoli , abogado milanés encargado de investigar la quiebra de sus bancos.

El 25 de enero de 1982, Sindona  fue sentenciado en Palermo , junto a 75 miembros de las familias mafiosas Gambino, Inzerillo y Spatola. Se les acusó de haber llevado a cabo un tráfico de heroína entre Sicilia y Estados Unidos por valor de 600 millones de dólares al año [126] .

Sindona  fue extraditado a Italia en 1984 y en 1986 fue condenado a cadena perpetua como mandante del asesinato de Ambrosoli . Murió el 22 de agosto, en la cárcel de Voghera, por beber café envenenado. La investigación habla oficialmente de suicidio, pero no logra explicar cómo le llegó el veneno a Sindona. Dos días antes había sido condenado a cadena perpetua. Sindona había amenazado revelar, tras años de riguroso silencio, los misterios de la organización oculta a la que pertenecía [127] .

Con dos años de antelación, el 27 de septiembre de 1984, Francesco Pazienza  entregó a su abogado un extraño documento titulado Cómo será eliminado Sindona . Escrito antes de la extradición de Sindona, el documento suponía que si Sindona era recluido en una cárcel normal sería asesinado por sus mismos compañeros, mientras que si era recluido en una cárcel de máxima seguridad  y en aislamiento (como estaba), los servicios secretos italianos le harían llegar una taza de café envenenada.

En el caso en que Sindona  muriera en una situación “limpia” e imprevistamente quiere decir que los americanos han entrado en el juego. Pazienza  afirmaba que sólo los americanos podían procurar a los italianos venenos sofisticados capaces de matar sin dejar huellas que se pudieran detectar en la autopsia: “Los italianos no tienen la posibilidad de usar otra cosa que arsénico y cianuro”. Por tanto, los responsables de la muerte de Sindona fueron probablemente los servicios secretos italianos y no los americanos: el veneno usado fue el cianuro. Los investigadores, sin embargo, encuentran más lógica la conclusión del suicidio, pues, dicen, Sindona bebió la taza de café hasta el fondo, a pesar del sabor, del olor y del ardor.

Según Pazienza, también el Vaticano  quería ver muerto a Sindona , “el otro que sabía”, además de Calvi . Junto a los servicios secretos y el Vaticano, “el tercer interesado en la muerte de Sindona era Giulio Andreotti [128] .

 

El juicio del Banco Ambrosiano

El juicio por la quiebra del Banco Ambrosiano se inició el 29 de mayo de 1990, tras ocho años de investigaciones, comenzadas tras empezar la liquidación del banco, dispuesta 50 días después de la muerte de Calvi :

“La decisión judicial, considerada en Italia espectacular, ya que afecta a personajes de primera línea de la empresa, la industria y las finanzas, fue emitida tras dos años de debates, 119 audiencias y una semana de deliberación del tribunal. El agujero financiero provocado por la bancarrota del Banco Ambrosiano fue de alrededor de 150.000 millones de pesetas y significó la ruina de muchos ahorradores y grandes vaivenes en el mundo económico” [129] .

Las cúpulas del Banco Ambrosiano y de la logia P2 fueron condenadas por la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia de Milán. Las principales condenas cayeron sobre los jefes de la P2: 18 años y medio de cárcel para Licio Gelli y 19 para Umberto Ortolani .

Las penas impuestas son 34 en total, que suman más de 300 años de prisión para 33 imputados. Otros imputados son: el ex administrador del grupo editorial Rizzoli, Bruno Tassan Din  (14 años); los administradores del Ambrosiano, Roberto Rosone (12 años) y Orazio Bagnasco  (7 años y medio); el ex agente secreto Francesco Pazienza  (14 años y 8 meses); Flavio Carboni  (15 años).

Diversos  imputados presentaron recursos, que habrían de resolver el tribunal de Apelación y el Supremo [130] .

Otro asunto relacionado con el Banco Ambrosiano, el de la comisión ilegal de la cuenta llamada Protección, comisión que termina en las arcas del partido socialista italiano. El 29 de julio de 1994, el tribunal de Milán pronunció sentencia contra Bettino Craxi , ex secretario del PSI y ex primer ministro italiano, y contra Claudio Martelli , ex ministro italiano de justicia, también socialista. Ambos fueron condenados a ocho años y medio de cárcel. Craxi huyó a Túnez, donde ha permanecido hasta su muerte.

Junto a ellos fueron condenados Licio Gelli  con seis años y medio de reclusión, el ex vicepresidente del ENI y socialista Leonardo  Di Donna  con siete años, y el arquitecto Silvano Larini , por prestar su cuenta corriente, con cinco años y medio.

 

Peligrosa conexión

Ciertamente, sorprende la serie de asesinatos y atentados violentos, relacionados de una u otra forma con la P2, con la mafia, con el Ambrosiano, con el Banco Vaticano: el fiscal Giorgio Ambrosoli , que investigaba la quiebra de los bancos de Sindona , es asesinado el 11 de julio de 1979; el juez Emilio Alessandrini , que investigaba las actividades de Calvi  y del Ambrosiano, es asesinado el 29 de enero de 1979; Juan Pablo I,  que quería terminar con los negocios vaticanos, muere en extrañas circunstancias el 29 de septiembre de 1978; en mayo del 81, cuando ha abandonado a su suerte al Ambrosiano y Calvi es encarcelado, Juan Pablo II  sufre un brutal atentado; Calvi muere ahorcado en 1982; la secretaria de Calvi y un ejecutivo del Ambrosiano mueren también ese mismo año; Sindona muere envenenado en 1986.  En conclusión, la conexión IOR-Ambrosiano resulta muy peligrosa.

En septiembre del 89, del 10 al 17, estuve en Tenerife dirigiendo un curso de inspiración catecumenal  en la parroquia de La Vera. Precisamente, esos mismos días el cardenal Antonio Javierre , responsable de los  archivos vaticanos, predicaba el quinario del Cristo de la Laguna. Además, daba unas conferencias en un convento de Garachico, antigua capital de la isla. Fui con un grupo a la conferencia del sábado. El tema era la misión de los laicos en la Iglesia de hoy. Tras la conferencia, que fue en la capilla, no hubo diálogo, sino una misa solemne. La primera lectura hablaba del becerro de oro, ese falso dios ante el que se postra el pueblo de Israel [131] . En la homilía el cardenal habló de la Virgen y, al parecer, sin inspirarse en el canto del Magnificat. Por supuesto, no esperábamos que revelase ningún secreto vaticano.

Al día siguiente, de vuelta hacia Madrid, leí en el periódico un artículo que me llamó la atención. Era de un sacerdote que es, precisamente, hermano del cardenal. No sé por qué sacaba a colación el lamento del poeta Pablo Neruda : “Busqué a los sabios sacerdotes,/ los esperé después del rito,/ los aceché cuando salían/ a visitar a Dios y al diablo./ Se aburrieron con mis preguntas./ Ellos tampoco sabían mucho;/ eran sólo administradores” [132] . No pude menos de recordar lo del día anterior.  Pensé en los sabios sacerdotes que escriben libros sobre el papa Luciani  y no quieren saber nada del moderno becerro de oro.

 



[1] LUCIANI, Opera Omnia (II), 465-466; ver KUMMER, R., Albino Luciani, papa Giovanni Paolo I, Ed. Messaggero, Padua, 1988, 273-283; y ZIZOLA, Il papa che non volle farsi re, 162.

[2] Ver la introducción de Loris F. Capovilla  al libro LUCIANI,A., Con il cuore verso Dio. Intuizioni profetiche di Giovanni Paolo I. A cura di Saverio Mirijello. Neri Pozza Editore, Vicenza, 1995, 9.

[3] Ver YALLOP, 70.

[4] DOMENECH, Marcinkus . Las claves secretas de las finanzas vaticanas, Ed. B, Barcelona, 1987, 32.

[5] Ib., 77.

[6] Ib., 35.

[7] Ib., 36.

[8] Ver Mario GUARINO, I mercanti del Vaticano, Kaos, Milán, 1999, 10-11.

[9] Ib., 12.

[10] Hch 2,42-47.

[11] PC 15;AG 25;PO 17 y 21;LG 13;DV 10.Ver AA.VV., El Concilio del siglo XXI, PPC, Madrid, 1987, 117-118.

[12] LAI, I segreti del Vaticano da Pio XII a papa Wojtyla, Ed. Laterza, Roma-Bari, 1984,100.

[13] Ver DI FONZO, Michele Sindona , el banquero de San Pedro , Planeta, Barcelona, 1984, 36.

[14] Ver GURWIN,  El caso Calvi. La muerte de un banquero, Ed. Versal, Barcelona, 1983, 37.

[15] DI FONZO, 46.

[16] GURWIN, 38.

[17] Ib., 40.

[18] DI FONZO, 99 y 243.

[19] Ib., 88.

[20] Ib., 81.

[21] La Nazione, 25-8-81.

[22] GURWIN, 33.

[23] Ver SISTI,L.-MODOLO,G., El embrollo del Ambrosiano y la logia P2, Ed. Plaza & Janés, Esplugues de Llobregat (Barcelona), 1983, 61.

[24] Ver GURWIN , 29.

[25] Ver SISTI-MODOLO, 62.

[26] Ib., 44.

[27] Ver SISTI-MODOLO, 67-68.

[28] Ib., 75.

[29] DI FONZO, 22-23.

[30] Ib., 14 y 16.

[31] Ib., 18.

[32] DOMENECH, 100.

[33] Ib., 24.

[34] SISTI-MODOLO, 66.

[35] Ib., 166.

[36] CpiP2, vol. 1, tomo 1, 150. Ver FLAMIGNI, Trame atlantiche. Storia della Loggia massonica segreta P2, Ed. Kaos, Milán, 1996, 285.

[37] DI FONZO, 234.

[38] SISTI-MODOLO, 26-27.

[39] Ib., 26.

[40] Ib., 39.

[41] YALLOP, 195.

[42] CpiP2, vol. 3, tomo, 6, 117. Ver FLAMIGNI, 289.

[43] SISTI-MODOLO,91-92.

[44] Ib.,85.

[45] Ver GURWIN, 72-74.

[46] SISTI-MODOLO, 102.

[47] DE ANGELI, F., Le guide di Mafia connection, II, Biblioteca e Centro Documentazione, 1992, 275.

[48] GURWIN, 98.

[49] Los demás accionistas son los siguientes: Toro Assicurazioni (5’11), Kredietbank de Amberes (3’09), Crédito Overseas de Panamá (2’98), SAPI (1’58), Lantana de Panamá (1’40), Cascadilla de Panamá (1’40), Rekofinanz de Vaduz (1’22), Ulricor de Vaduz (1’04), La Fidele de Panamá (1’02), Cogebel Lux de Luxemburgo (1’00), Ecke de Liechtenstein (0’92), Finkurs de Liechtenstein (0’92), Finprogram de Panamá (0’92), Orfeo de Panamá (0’92), Marbella de Panamá (0’92), Sektorinvest de Liechtenstein (0’65), Crédit Commercial de France (0’46), Sansinvest de Liechtenstein (0’46), Italfid Italtrust (0’70). Ver SISTI-MODOLO, 80-81.

[50] GURWIN, 85-86.

[51] Ib., 167.

[52] DI FONZO, 256.

[53] Ibidem.

[54] Ib., 260.

[55] Ib., 267.

[56] Carlo Bordoni fue director de las operaciones clave del grupo Sindona.

[57] DI FONZO, 270-271.

[58] Ib., 274.

[59] Ib., 275.

[60] GURWIN, 101.

[61] SISTI-MODOLO, 118.

[62] En la sentencia del juez Giuliano  Turone, 17 de julio de 1984, 307-308; ver FLAMIGNI, 287.

[63] GURWIN, 102.

[64] YALLOP, 416.

[65] TRIBUNALE DI MILANO, III SEZIONE PENALE, UBS - Lugano. 633369 "Protezione", Ed. Kaos, Milán, 1996, 111-113.

[66] COEN-SISTI, Marcinkus, el banquero de Dios, Grijalbo, Barcelona, 1992, 150.

[67] COEN-SISTI, 194.

[68] GURWIN, 105.

[69] Ib., 106 y 109.

[70] Ib., 93-94.

[71] CpiP2, vol. 8, tomo 10, p. 399; ver FLAMIGNI, 308.

[72] GURWIN, 118.

[73] Ib., 121.

[74] Ibidem. Ver COEN-SISTI, 77.

[75] Ver GURWIN, 122.

[76] CORNWELL, 100.

[77] GURWIN, 135.

[78] Declaración de Carlo De Benedetti  al Procurador de la República de Milán, 8 de julio de 1982.

[79] PAZIENZA, F., Il disubbidiente, Longanesi & C., Milán, 168.

[80] Ib., 183-184.

[81] Ib., 186.

[82] Ib, 252.

[83] SISTI-MODOLO, 271.

[84] Ib., 214.

[85] Ib., 123-125.

[86] TRIBUNALE DI MILANO, III SEZIONE PENALE, UBS - Lugano. 633369 "Protezione", 5-6,12-13, 61-62 y 205-207. Ver SISTI-MODOLO, 237.

[87] ABC, 30-7-1994.

[88] GURWIN, 145.

[89] SISTI-MODOLO, 272-275.

[90] PAZIENZA, 253-255.

[91] ZIZOLA, G., La restauración del papa Wojtyla , Ed. Cristiandad, Madrid, 1985, 172.

[92] GURWIN, 146.

[93] PIAZZESI-BONSANTI, La historia del banquero Roberto Calvi , Planeta, Barcelona, 1984, 133-134.

[94] ZIZOLA, 166.

[95] Ibidem.

[96] GURWIN, 151.

[97] Ib., 268.

[98] PIAZZESI-BONSANTI, 144.

[99] Ib., 146.

[100] Ib., 158-159.

[101] COEN-SISTI, 121.

[102] Ver GURWIN, 269-270.

[103] Ib.,181-182.

[104] GURWIN, 193.

[105] DE LA CIERVA,R., La palabra perdida. El triple secreto. Orígenes internos, constituciones y rituales secretos de la masonería, Ed. Fénix, 1999, 215-216.

[106] The Observer, 11-7-82.

[107] GURWIN, 265.

[108] Ib., 201.

[109] TRIBUNALE DI PALERMO, Mafia. L'atto d'accusa dei giudici di Palermo . A cura di Corrado Stajano. Editori Riuniti, Roma, 1992, 102.

[110] Ver PAZIENZA, 362.

[111] DOMENECH, 226.

[112] Ver COEN-SISTI, 72.

[113] DOMENECH, 233-236.

[114] Ib., 233.

[115] Ver íb., 92.

[116] CpiP2, vol. 3, tomo 6, 127. Ver FLAMIGNI, 290.

[117] PIAZZESI-BONSANTI, 208.

[118] Ib., 209-212.

[119] Ver DOMENECH, 216-219.

[120] CORNWELL, 103.

[121] DOMENECH, 167 y 189-191.

[122] La Repubblica, 19-20 abril 1992.

[123] COEN-SISTI,  241.

[124] Ib., 244.

[125] LAURA COLBY, Vatican Bank played a central role in fall of Banco Ambrosiano, en Wall Street Journal (27-4-1987).

[126] Ver DI FONZO, 279-280.

[127] DE ANGELI, Le guide di Mafia connection, I, 200.

[128] Ver WILLAN, I burattinai. Stragi e complotti in Italia, Tullio Pironti Ed., Napoles, 1993, 118-119.

[129] Ver El País, 17-4-1992.

[130] Ibidem.

[131] Ex 32,7-14.

[132] En Ya, 17-9-1989.