4.
EL ESCANDALO IOR-AMBROSIANO
Se
han escrito libros enteros sobre el papa Luciani
sin hacer referencia a los escándalos económicos,
que como obispo, como patriarca o como papa hubo de afrontar. Se suele
dar esta razón: Luciani no entendía de dineros ni de negocios. Sin
embargo, se ocultan los problemas de tipo económico que con rectitud
y firmeza afrontó, cuando estaba en juego la misión y la credibilidad
de la Iglesia. Así sucedió con el caso Antoniutti
(1962), con la venta de la Banca Católica del
Véneto (1972) y con el problema de la conexión IOR-Ambrosiano (1978). Juan Pablo I h
abía tomado la decisión
importante y valiente de terminar con los negocios vaticanos.
Descargo de conciencia
El
9 de agosto de 1962, Albino Luciani
, obispo de Vittorio
Véneto, dirigía una carta a sus diocesanos: “Dos de mis sacerdotes
– les decía - han errado. No en las cifras exageradas que alguno dice
o escribe, no haciéndose de alguna manera responsables por tráfico
de drogas o de armas o por cosas aún peores, pero han errado”. ¿Qué
había sucedido? El 17 de junio de 1962, el mismo día en que
desapareció Calvi
veinte años después, Carlo Luigi Antoniutti
se pegó un tiro. En muchos años de dudosa actividad,
Antoniutti había conseguido levantar en Treviso un notable imperio
financiero, un banco secreto, a base de préstamos que recogía e invertía
en oscuros tráficos bancarios y en especulaciones arriesgadas. Entre
los muchos que se vieron atraídos por la perspectiva de un rico negocio
estaban dos sacerdotes de Vittorio Véneto: monseñor Stefani
, párroco y además
consejero del servicio administrativo diocesano, y don Cescon
, tesorero de dicho
servicio. Al fin, la terrible noticia: Antoniutti está en quiebra.
La intentan evitar a toda costa. El tesorero no ve otra solución:
la administración diocesana. Pero con ello solamente va a complicar
aún más las cosas. Viéndose sin salida, lo confiesa todo al obispo
Luciani
, que le cesa inmediatamente
en su cargo, quedándose la diócesis con un descubierto de más de 283
millones de liras. El tesorero fue condenado a un año y cuatro meses
de cárcel. El monseñor dejó la diócesis. El obispo Luciani no dudó
en presentar a Juan XXIII
su propia dimisión, si no podía resolver la
cuestión como creía que debía hacerse. El papa le dio carta blanca
y la diócesis restituyó hasta el último céntimo a los pequeños ahorradores
defraudados: “no porque esté obligada, dijo Luciani, sino porque se
trata de gente no rica, que ha prestado poniendo su confianza en el
sacerdote”
[1]
. La
biógrafa alemana Regina Kummer
lo dio a conocer en su libro sobre Albino Luciani
, publicado en 1988,
pero el obispo de Vittorio Véneto se molestó con ella, porque entendía
que eso no debía publicarse. Esta confidencia de la autora me la comunicó
Antonia
, la mujer de Eduardo
Luciani, en su casa de Canale d’Agordo, casa
natal de Juan Pablo I.
Loris
Francesco Capovilla
, que fue secretario
de Juan XXIII
y actualmente es arzobispo de Mesembria, no
tiene inconveniente en comentar la historia de Vittorio Véneto. Lo
hace para rebatir la idea de que el obispo Luciani
fuera tímido. Dice: “Es firme, prudente. Lo
demuestra en una coyuntura inquietante en la que ve implicados, en
una operación financiera poco limpia, a dos de sus sacerdotes. El
obispo no lo duda. Compromete a su clero en la obra de reparación
hasta enajenar los bienes de la Iglesia. Verdad, justicia, caridad
se conjugan juntamente, no sin gestos de misericordia hacia los culpables”
[2]
. En
1972, Albino Luciani
, patriarca de Venecia,
se encuentra por primera vez con el problema del IOR. Su presidente
Marcinkus
, sin consultar a
nadie, había vendido la Banca Católica del Véneto a Roberto Calvi
, principal administrador
del Banco Ambrosiano. La
Banca Católica, fundada para las diócesis vénetas, daba préstamos
a bajo interés y se había distinguido por ayudar a esos sectores de
la sociedad que no tienen peso político, como los deficientes y los
minusválidos. Luciani
se había mostrado vivamente preocupado por apoyar
a los centros especiales de trabajo. A mediados de 1972, terminaron
los préstamos a bajo interés. El IOR había vendido la Banca Católica
al Banco Ambrosiano. Los obispos de la región urgieron al patriarca
de Venecia para que fuera directamente a Roma. Con prudencia, Luciani
empezó a indagar. Lo que fue descubriendo sobre Calvi
y Sindona
le dejó anonadado. Sin embargo, gozaban de la
confianza de Pablo VI
. Luciani
fue a ver a Benelli
, entonces sustituto
de la Secretaría de Estado, y le contó el problema. Benelli se explicó
ampliamente. La venta de la Banca Católica era el resultado de un
plan que habían puesto en marcha Calvi
, Sindona
y Marcinkus
. Marcinkus ayudaba
a Calvi a disfrazar la verdadera naturaleza de esta y otras operaciones
financieras, sustrayéndolas a la vigilancia de los inspectores del
Banco de Italia, aprovechando las amplias facilidades de que gozaba
el Banco Vaticano. Fondo de la cuestión: “evasión de impuestos, movimiento
ilegal de acciones”. La reacción de Luciani no se hizo esperar: “¿Qué
tiene que ver todo esto con la Iglesia de los pobres? En nombre de
Dios... “ Benelli le interrumpió: “No, Albino, en nombre del dividendo”
[3]
. Luciani
sacó a los obispos vénetos de la Banca Católica.
Tras su conversación con Benelli
, le comentó a su
secretario Mario Senigaglia
: “Estoy liberado.
Lo he dicho todo”. Esta confidencia me la comunicó el propio Senigaglia,
en Venecia, en presencia de Camilo Bassotto
. El patriarca Luciani
sabía que algo olía mal en las finanzas vaticanas. Cuando fue elegido
papa, se encontró de frente con el problema.
El IOR, el Banco Vaticano
Un
poco de historia. En 1887, León XIII
constituyó una Comisión cuya función consistía
en “guardar y administrar los capitales de las fundaciones pías”.
En 1904 Pío X
modificó este organismo y, posteriormente, cambió
su nombre por el de Comisión para las Obras de Religión, ampliando
su actividad a toda Italia. El
11 de febrero de 1929, cincuenta y nueve años después de la toma de
Roma por las tropas italianas, Italia y el Vaticano firman la paz
en los Pactos de Letrán. El Concordato con Benito Mussolini reconocía
al papa el poder temporal sobre el Estado Pontificio o Ciudad del
Vaticano. Además, un acuerdo financiero resolvía todas las cuestiones
económicas pendientes: “Como compensación por las pérdidas, el Estado
italiano donaba a la Santa Sede cien millones de pesetas en bonos
del tesoro público, al cinco por ciento anual de interés, además del
equivalente a setenta y cinco millones de pesetas en efectivo”
[4]
. La
mayor parte de este patrimonio fue confiada a una comisión, la Administración
Especial de la Santa Sede, que invirtió el dinero de la siguiente
forma: un tercio en acciones de industrias italianas, otro tercio
en inmuebles y un último tercio en divisas y en oro. Otro organismo,
la Administración General de la Santa Sede, seguía administrando el
patrimonio constituido en 1876 por el cardenal Antonelli
. Como
consecuencia de los pactos de Letrán nació también el Governatorato, órgano de gobierno del Estado Ciudad del Vaticano,
que se ocupaba de resolver los problemas inherentes a cualquier Estado:
carreteras, gasolina, matriculación de automóviles, correos, víveres,
etc. En
1942 Pío XII
constituye el Instituto para las Obras de Religión
(IOR), cuya finalidad es “velar por la custodia y la administración
de los capitales (en títulos o en efectivo) y de los inmuebles transferidos
o confiados al Instituto, por personas físicas o jurídicas, destinados
a obras de religión y piedad cristiana”. El
IOR funciona con una fórmula original: los clientes se comprometen
a ceder o a destinar, al menos parcialmente y con vistas al futuro,
una parte de sus ahorros para obras religiosas, lo que sustituye a
las comisiones que cobran los bancos ordinarios: “A cambio de ello,
los clientes del IOR cobran intereses libres de impuestos, pueden
convertir los capitales invertidos en el IOR en cualquier divisa,
sin ningún tipo de limitaciones y, lo que es más importante, pueden
transferir su dinero a cualquier parte del mundo. Si se tiene en cuenta
que entre Italia y el Estado del Vaticano no existen aduanas ni fronteras,
se entenderá fácilmente que el IOR haya sido una plataforma importante
y cómodamente utilizada para evadir capitales desde Italia hacia el
extranjero”
[5]
. Los
Pactos de Letrán fueron la base financiera de la economía moderna
de la Santa Sede. El Vaticano empezó a intervenir en el campo de las
finanzas italianas e internacionales de una forma que hubiera sido
impensable años atrás: “En la década de 1950, los organismos económicos
del Vaticano compraban en todos los rincones de Italia, contribuyendo
así a la reconstrucción del país, destrozado por la guerra, pero obviamente
mirando también por los propios intereses... Se entraba a formar parte
de las cajas de ahorro y de los bancos, o se compraban bonos del tesoro
público inglés; se accedía a la fábrica de armas Beretta o al Instituto
Farmacológico Serono, fabricante de píldoras anticonceptivas; se compraban
acciones de una fábrica de bicicletas en Japón, de una industria de
tranvías en los Estados Unidos o se entraba a formar parte de multinacionales
que fabricaban material bélico, como en el caso de la Lockheed”
[6]
. Eran
los años de la gran expansión económica europea. Los beneficios que
obtenía el Vaticano “estaban exentos de impuestos gracias a una concesión
de Benito Mussolini
”
[7]
. Se afirma que “Pío XII murió con un patrimonio
de 80 millones de marcos en oro y valores y sus tres sobrinos (Carlo,
Marcantonio y Giulio) acumularon 120 en los diecinueve años de pontificado
del tío”
[8]
. Sin embargo, Juan XXIII decidió interrumpir los
negocios vaticanos, limitándose el IOR a la administración ordinaria
y ateniéndose el papa Roncalli a las donaciones de la comunidad católica
(Obolo de San Pedro)
[9]
.
La reforma del Concilio
Según
el Concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia es misterio de comunión,
vivido en comunidad. El Concilio ve en la experiencia comunitaria
de los orígenes
[10]
el modelo no sólo de la vida religiosa, de los
misioneros y de los sacerdotes, sino de todo el pueblo de Dios
[11]
. La Iglesia es Comunidad, no Estado (y menos, del
peor estilo, dictatorial). Por tanto, el Estado de la Ciudad del Vaticano
no sólo es una antigualla histórica, sino una contradicción estructural,
un ejemplo de lo que no debe ser la Iglesia. Siguiendo
las indicaciones del Concilio, Pablo VI
publicó un documento para la reforma de la curia
el 15 de agosto de 1967, Regimini
Ecclesiae Universae. Por lo que respecta a los asuntos económicos,
la idea del papa era someterlo todo a un gran ministerio para la economía,
llamado Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede.
El cardenal Alberto Di Jorio, presidente
del IOR,
convenció a Pablo VI de la necesidad de salvaguardar
la independencia del banco: “Usted sabe bien, Padre Santo, - repetía
el cardenal – que sería imposible conservar el secreto de los nombres
de los clientes si el IOR fuese inscrito entre las demás administraciones”
[12]
. La idea de subordinar al IOR tampoco gustaba al
secretario del papa, don Pasquale Macchi
. Así pues, el banco
se mantuvo al margen de todo control.
Sindona
y Calvi
Michele
Sindona
nació en 1920, en la ciudad siciliana de Patti.
Se licenció en derecho fiscal en la Universidad de Messina. Durante
la segunda guerra mundial, se dedicó al negocio de los limones. Lo
hacía con la ayuda de la mafia, que controlaba la industria de los
productos agrícolas. El obispo de Patti le puso en contacto con Vito
Genovese
, un importante miembro
de la mafia estadounidense que había colaborado en la invasión de
Sicilia por parte de las fuerzas aliadas. Entonces se dio cuenta de
que “si quería hacer algo grande tenía que tener amigos en Estados
Unidos”
[13]
. En
1948 Sindona
se trasladó con su familia a Milán. Con una
carta de presentación del obispo de Messina, conoció a Massimo Spada
, miembro de la nobleza
vaticana y principal laico del IOR, y a Giovanni Battista Montini
, que entonces era
sustituto de la secretaría de Estado. El
atractivo del banco vaticano para un financiero como Sindona
era obvio: “El IOR es el mejor banco extranjero
que se pueda imaginar. En lugar de tener la reputación indeseable
de un banco del Caribe, cuenta con el respaldo moral de la Iglesia.
No es responsable ante ningún gobernador de un banco central, el secreto
es total... y a ningún papa
lo eligen por su perspicacia financiera”
[14]
. En
1954 Montini
es nombrado arzobispo de Milán y Sindona
le acompaña en sus visitas a fábricas y talleres.
En 1958 el arzobispo necesita una suma importante para un hogar de
ancianos. Montini recurre a Sindona, el cual, según se dice, “consiguió
el dinero de un agente de la CIA que estaba destinado en Italia en
aquella época”
[15]
.
En 1963 Montini
fue elegido papa con el nombre de Pablo VI
. Pablo
VI consideraba a Sindona un genio de las finanzas. En
1968, el gobierno italiano se desplaza hacia la izquierda y resuelve
derogar la ley fiscal que otorgaba privilegios a la Iglesia en cuestión
de impuestos. El Vaticano reacciona y adopta un cambio de política
económica: despojarse de su opulencia italiana e invertir la mayor
parte de sus fondos en diversos países. En la primavera de 1969 Sindona
es incluido entre los principales asesores financieros
del Vaticano
[16]
. Durante
los años siguientes, Sindona
se asocia íntimamente a los negocios del banco
vaticano en estrecha relación con Marcinkus
, que desde 1969
era secretario general del IOR y en 1971 fue nombrado presidente.
Los negocios de Sindona y del Vaticano estaban tan entrelazados que
“cuando Sindona culminaba uno de sus negocios espectaculares en Italia,
no se sabía con precisión si se trataba de un negocio del Vaticano,
de Sindona, o de ambos”
[17]
. Pero
Sindona
no se relaciona sólo con eclesiásticos, banqueros
y políticos, sino con centros ocultos de poder. El 2 de noviembre
de 1957, en Palermo
, un comité de importantes
mafiosos sicilianos eligen a Sindona para llevar a cabo “un plan de
la mafia de infiltrarse en negocios legítimos de todo el mundo”, “para
reinvertir los beneficios de la heroína”
[18]
. Además, Sindona se hizo miembro de la logia Propaganda
Dos en 1964: “Con la ayuda de la P2, ... en diez años escasos, Sindona
adquirió media docena de bancos en cuatro países: Italia, Alemania,
Suiza y los Estados Unidos”
[19]
. La logia P2, con Licio Gelli
como gran maestro, se convirtió en “la organización secreta política más poderosa y
violenta de Italia”
[20]
. Giuseppe
Carlo Marino, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad
de Palermo, comenta el caso Sindona: “Un negocio cuyo corazón estaba
constituido por el tráfico de drogas y de armas no podía prescindir,
sobre todo para el blanqueo de dinero negro y otras actividades similares,
así como por sus orígenes y el mercado necesariamente internacional
al que se dirigía, de una conexión orgánica con las adecuadas estructuras
financieras”. Sindona es “el personaje en que se evidencia cómo la
masonería – desde siempre parte importante de la historia general
de la burguesía mafiosa – se convirtió en un componente esencial de
la mafia”, “no es casual que las actividades de Sindona dieran como
fruto, con las de la logia masónica P2 de Licio Gelli,la existencia
de una especie de partido en la sombra de la CIA en Italia, una organización
tan especulativa y funcional a los intereses de una red amplísima
de personajes a la caza del poder en Italia”, “tanto para Sindona
como para Gelli el mejor recurso-base a su disposición era el comunismo,
en el sentido de que la lucha contra éste constituía la coartada de
sus empresas, incluídas las de carácter criminal”
[21]
. El
senador y masón Giusseppe Corsini
, que fue alcalde
comunista de Pistoia, la ciudad natal de Gelli
, informa sobre el
pasado fascista del jefe de la P2: “Era el factótum de la federación
fascista y era el organizador de todas las acciones de represalia,
aun sin motivación, que se hicieron entonces. Tenía un jeep a su disposición
y la inseparable metralleta con la que apuntaba sin dudar e incluso
disparaba, cuando quería imponer su voluntad. Junto a su digno compadre
Fronzaroli
da Bardolino practicaban las más despiadadas
torturas sobre aquellos que eran detenidos bajo pretexto de pertenencia
o incluso de simple simpatía hacia
las formaciones partisanas”
[22]
. A
finales de los sesenta, Sindona
conoce a Roberto Calvi (Milán, 1920)
y decide ayudarle en su carrera: “Cuando conocí
a Calvi, dice Sindona, era un director de poca envergadura en el departamento
de exterior del Banco Ambrosiano. Pero vi que Calvi era el único,
entre todo el personal del banco, que tenía mentalidad internacional...
y un gran cerebro para las operaciones internacionales”
[23]
. Banco de negocios
El
Banco Ambrosiano, fundado en 1896 por Giuseppe Tovini
, ofrecía los servicios
propios de una entidad de crédito y, al mismo tiempo, era instrumento
de confianza de “congregaciones, obras pías y organizaciones religiosas
de carácter benéfico”
[24]
. Los fundadores esperaban demostrar cómo se puede
ejercer la función de otorgar crédito “sin ofender los grandes principios
éticos de la enseñanza cristiana, que incluso podían servir de guía
para regular la vida económica”
[25]
. Se limitaba el peso específico de los más importantes
paquetes de títulos, para evitar que surgiesen accionistas tan poderosos,
que pudiesen reivindicar el control de la gestión. En ningún caso
los accionistas individuales podían poseer paquetes superiores al
cinco por ciento
[26]
. En
febrero de 1971, Calvi
accede a la dirección general del Banco Ambrosiano.
Calvi y Sindona
quieren convertirlo en un moderno banco de negocios, “un banco que no sólo aceptaba depósitos y concedía préstamos a
corto plazo, sino que además operaba agresivamente en el mercado de
valores, compraba y vendía empresas y desempeñaba en términos generales
el papel de una fuerza dinámica de la economía”
[27]
. Pero había un obstáculo: la ley de banca de 1936
impedía en Italia a los institutos de crédito ordinarios operar como
un banco de negocios. Sin embargo, había una forma de dar la vuelta
a la ley. Bastaba con constituir un holding fuera del territorio nacional y,
a continuación, crear conexiones en todo el mundo, sobre todo en los
paraísos fiscales de Luxemburgo, Liechtenstein y Centroamérica. Y
si más tarde esa sociedad extranjera de finanzas deseaba hacer incursiones
también en Italia, resultaría difícil averiguar si el dinero procedía
del banco matriz o, por el contrario, de clientes foráneos. Así
pues, Calvi
va creando, uno tras otro, todos los bastiones
de su imperio, empezando en Luxemburgo con la Compendium, convertida más tarde en Ambrosiano Holding. La Compendium tiene tres derivaciones: la Ultrafin de Nueva York, la de Zurich y
la Cisalpine Overseas de
las Bahamas, posteriormente Ambrosiano
Overseas. Para los movimientos de capital menos azarosos, Calvi
cuenta también con la Banca del Gotardo, en Lugano. Calvi es el administrador
de ese imperio, “dotado con plenos poderes por voluntad del Consejo
de administración y de los accionistas”
[28]
. El Banco Ambrosiano llegó a ser el primer banco
privado de Italia. Además, estaban “las participaciones extranjeras,
tanto las conocidas como las ignoradas”, tanto en Sudamérica, como
en Asia
[29]
.
Banquero del papa, de la P2 y de la mafia
En
la primavera de 1969, el gobierno (de centro-izquierda) tomó la decisión
irrevocable de que el Vaticano tenía que pagar impuestos sobre sus
valores en cartera. El
Vaticano se dirigió a Sindona
en busca de ayuda. El banquero siciliano propuso
una estrategia para evadir recursos del Vaticano fuera de Italia e
invertirlos en el mercado del eurodólar a través de una red de sociedades
que tributaban en régimen de zona franca. La jugada no sólo facilitaría
al Vaticano más discreción, sino que también demostraría a otros países
el poder del Vaticano. A largo plazo, dijo Sindona, verían que Italia
era la única perjudicada.
Michele Sindona iba
a trabajar en íntima relación con el obispo Marcinkus
, presidente del
Banco Vaticano. Sin embargo, “Sindona tendría la autoridad decisoria”
[30]
. Por tanto, Michele Sindona, mafioso y masón, se
había convertido en “el banquero del papa”. ¿Conocía
Pablo VI
el lado oculto de la personalidad de Sindona
? Cuesta creerlo.
Lo cierto es que puso el porvenir financiero del Vaticano en las manos
de un hombre que era banquero de la mafia y banquero de la logia P2. Según
Luigi Di Fonzo
, profesor de la
universidad de Harvard y autor de un libro titulado Michele Sindona
, el banquero de San Pedro
(1983), es difícil de creer que Pablo VI
no hubiera oído los rumores sobre los vínculos
de Sindona con la mafia y con la P2:
“En el mundo real de la banca internacional quienes parecen
enemigos a la luz del día, a menudo aparecen como aliados al amparo
de la noche”. Dice también: “El ala derecha de la Democracia Cristiana...
ha sido la protectora de los intereses del Vaticano en Italia. Sin
embargo, desde 1947, los democristianos han sido también socios de
la mafia. Ello no significa que el Vaticano o los democristianos no
condenen las acciones de la mafia”
[31]
. Significa que tienen intereses comunes. E
n 1967 un informe
de la Interpol, enviado a la policía italiana, identifica a Sindona
como el jefe de un grupo de mafiosos y banqueros que estaban “involucrados
en el tráfico ilícito de drogas estimulantes, antidepresivas y alucinógenas
entre Italia, Estados Unidos y posiblemente otros países europeos”.
El nombre de Michele Sindona aparece en primera posición de la lista
del informe
[32]
. Pero nadie puede con él. En
una memoria final la Comisión Parlamentaria italiana sobre la quiebra
del banquero siciliano dice: “La venta de la Società
Generale Immobiliare (SGI, sociedad de bienes raíces del Vaticano)
señala el punto de partida de la desmovilización financiera vaticana
y de la relación, cada vez más estrecha, entre el IOR y el sistema
Sindona
”. No se trata de
una simple transacción económica, sino del establecimiento de una
cooperación: “El efecto de la alianza, quizá convertida en simbiosis,
entre el Vaticano y Sindona es doble; por una parte, legitima a Sindona
en los ámbitos interno e internacional, lo que le permite avanzar
hacia su objetivo de crear un imperio financiero; por otra, está el
poder adquirido por Sindona ante las autoridades italianas, que ya
no le consideran como un banquero privado, sino como la sombra de
San Pedro
. Este trasfondo
es, sin duda, una de las claves para comprender el sistema de poder
de Sindona”
[33]
.
Pacto de acción y protección
Sindona
polariza durante aquellos años la actividad
económica: “Sus bancos, es decir, la Banca
Unione y la Banca Privata
Finanziaria, de cuya fusión nace en 1974 la Banca
Privata Italiana, se dedican a la exportación de capitales por
cuenta de grandes, medianos y pequeños empresarios y profesionales
liberales, aterrados por la progresiva depreciación de la lira”
[34]
. En un programa de la televisión italiana Sindona
declararía años después: “Como presidente del IOR, Marcinkus
era socio de dos bancos míos”. En
un servicio informativo, publicado en 1980, la revista socialista
Critica sociale señala que en la nochebuena
de 1969 se celebró en el bufete romano del abogado Umberto Ortolani
, brazo derecho de
Licio Gelli
en la P2, una cena histórica: “Los comensales
eran Calvi
, Sindona
y Gelli; el anfitrión, Ortolani. Propósito de
la reunión: establecer un pacto de acción entre los dos banqueros,
en función del cual Calvi sería ayudado, gracias a los apoyos vaticanos
de que gozaba Ortolani, a progresar en el banco, en tanto que Sindona
le respaldaba desde el exterior convirtiéndose en socio suyo en cuantas
operaciones emprendiesen conjuntamente en el futuro. Gelli, por su
parte, garantizaría el sostén político a todos los niveles y en los
dameros más diversos”
[35]
. Era un pacto de acción y protección. Del
brazo de Sindona
, Calvi
entró en contacto con el jefe de las finanzas
vaticanas, Paul Marcinkus
. Clara, la señora
de Calvi, declaró desde Nassau (Bahamas): “Fue Sindona quien presentó
a Marcinkus a mi marido. Era el fin de año de 1970, que pasamos juntos
aquí”
[36]
Al
credo común (Iglesia-dinero-anticomunismo) que unía a los tres banqueros,
se añadían las sombras de la masonería internacional, la de los servicios
secretos y la de la mafia italo-americana. El masón inglés John McCaffrey
(antiguo jefe del contraespionaje inglés en Italia, miembro del consejo
de administración de la Banca Privata, afiliado a la masonería de
Edimburgo que cuenta con la logia de los Hermanos Negros) lo reconoce.
Se trataba de “poner en común a aquellos que compartían las sanas
ideas occidentales con el fin de oponerse a la difusión del comunismo
en Europa. Con este motivo entré en el mundo de los negocios
”
[37]
. Calvi
sustituye a Sindona
El
14 de marzo de 1974 los periódicos italianos de tendencia izquierdista
informan de las pérdidas del Franklin
National Bank, el banco que controla Sindona
allende el océano. El rumor da paso a una retirada
masiva de depósitos. El 8 de octubre el Franklin National Bank fue
declarado insolvente. El imperio de Sindona hace quiebra. Ese mismo
mes el gobierno italiano publica dos órdenes de prisión contra Sindona.
Carlo Bordoni, director de las operaciones clave del grupo Sindona,
huye a Venezuela. Gelli
llamó por teléfono a Sindona
, que se escondía
en Suiza: “Vete de Suiza antes de que lo notifiquen a la Interpol.
Vete de aquí para que no puedan solicitar tu extradición. Si no lo
haces, nuestros enemigos te torturarán. Pueden llegar a matarte...
Las cosas han cambiado. Tal vez, si logras escapar, con el tiempo
podré utilizar mi poder para ayudarte. Si no, si te cogen, ya sabes
lo que tienes que hacer”
[38]
. Sindona
metió en su equipaje cuatro frascos de digital.
Una dosis tóxica produce arritmia en los músculos del corazón y, en
último término, fibrilación muscular. Los músculos vibran, pero no
mueven la sangre por el cuerpo. El resultado es la muerte. A
Sindona
se le viene el mundo abajo: “Los fuertes lazos
que ha trabado con el partido republicano estadounidense empiezan
a vacilar: justo en 1976, el demócrata Jimmy Carter
gana las elecciones presidenciales y, después
del escándalo Watergate, los nuevos ocupantes del poder toleran mal
cualquier clase de actividad equívoca. En Italia, entretanto, los
jueces Ovilio Urbisci
y Guido Viola
, encargados de investigar
la quiebra, están sacando a la luz, con la ayuda de Ambrosoli
, los secretos de
sus castillos de naipes”
[39]
. A
la hora de encontrar un sustituto al sistema creado por Sindona
, Calvi
no tiene rivales. El sistema de ambos es el
mismo, “expoliar las sociedades que dirigen atendiendo al principio
de que las pérdidas sean socializadas a un lado de la frontera, el
italiano, y los beneficios privatizados al otro, en el extranjero”
[40]
. La
relación entre Sindona
y Calvi
se rompe en 1977. Es preciso que alguien intervenga,
desembolse los 250.000 millones de liras y ponga fin al procedimiento
de quiebra. Calvi promete ayudarle, pero no lo hace. El
3 de noviembre de 1977 los muros del centro de Milán aparecen con
manifiestos blancos, azules y amarillos. Los papeles llevan firma:
Comité de vigilancia de las instituciones públicas.
El manifiesto explica
cómo funcionaba en el pasado la asociación Calvi-Sindona: “El siciliano
en quiebra captaba en la Bolsa gruesos paquetes de títulos que más
tarde enviaba al extranjero, a las habituales ‘cajas mágicas’ de Liechtenstein
o de Panamá, desde donde los vendía a sociedades extranjeras o a sus
filiales, con abultados beneficios que iban a parar a las cuentas
de Cimafin. Calvi efectuaba estas operaciones bajo cuerda, ya que no
constaban para nada en la contabilidad oficial. Por consiguiente,
una de dos: o bien Calvi utilizaba los fondos secretos del banco,
o bien se servía ilícitamente de los depósitos de sus clientes”
[41]
. Es la venganza de Sindona
. Calvi
hace gala de una calma suprema.
Gelli
ha elegido ya y ha tomado partido por él. El
es ahora el banquero de la logia secreta, tanto para los negocios
limpios, como para los sucios. La P2 está en fuerte expansión y el
Banco Ambrosiano es uno de sus principales brazos operativos.
Expansión en América Latina
La
preferencia de los banqueros de la P2 por los dictadores latinoamericanos
había sido formulada por Sindona
: “Prefiero tratar
con hombres como Somoza
. Hacer negocios
con un dictador es mucho más fácil que hacerlos con gobiernos elegidos
democráticamente: tienen muchas comisiones, muchos controles”
[42]
. Además,
la visión común de la masonería y de la política ligaba a los hombres
de la P2 con los dictadores latinoamericanos. Lo dirá también Sindona
: “Ortolani
y Gelli
tenían mucha relación con los gobiernos (sudamericanos)
porque buena parte de ellos están formados por masones. Gran parte
de los gobiernos militares de Sudamérica pertenece a los masones.
En Argentina, Perón
era uno de los jefes de la masonería; Massera
, que era el hombre
fuerte de Argentina y gran amigo personal de Gelli, era uno de los
más conocidos masones de Sudamérica
”
[43]
. A
comienzos de los setenta Calvi
instaló el Banco Ambrosiano Overseas en las Bahamas. Después de fundar las sociedades
fantasma en Panamá hizo también breves incursiones a América Central.
En 1977, tras entrevistarse
con el dictador Anastasio Somoza
, Calvi abrió en
Nicaragua el Banco Comercial del Grupo Ambrosiano. En 1978, la guerra
civil nicaragüense obligó a Calvi a buscar una nueva base latinoamericana
y así nació en Perú el Banco Ambrosiano Andino. Entonces Calvi trasladó
a Lima, desde Managua y otros lugares, el grueso de los préstamos
de las sociedades fantasma. Todas las decisiones se tomaban en Milán.
En 1980 se fundó en Argentina el Banco Ambrosiano de América del Sur,
con sede en Buenos Aires. La mano de Licio Gelli
estaba detrás. Con
la expansión de Calvi
por América Latina, dos graves amenazas se ciernen
sobre él: la justicia italiana investiga sus exportaciones de capitales
y, además, su plan de controlar
el Ambrosiano mediante sociedades fantasma empieza a causar tensiones
financieras. Los problemas legales y financieros se alimentan recíprocamente
en un círculo vicioso: “Gelli
le ofreció a Calvi protección contra las indagaciones
judiciales, pero parece que el precio de tal protección fue que Calvi
sacara dinero de las arcas del Ambrosiano para sobornar y conceder
préstamos cuestionables a hermanos de la P2. Esto, por supuesto, exacerbaba
la tensión financiera. Si fueran descubiertos, estos préstamos cuestionables
podrían poner en marcha nuevas investigaciones judiciales contra Calvi,
lo cual obligaba a pagar por protección adicional”
[44]
. Fuera
de Italia el mayor contingente de amigos de Gelli
se encontraba en América Latina. Sin embargo,
sus contactos más poderosos radicaban en Argentina. La penetración
de Gelli en la estructura de poder argentina provenía de su amistad
con Juan Domingo Perón
. Gelli agregó a
su lista de la P2 a personajes como José López Rega
, ministro de Bienestar
Social y organizador de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina),
un escuadrón de la muerte al que se atribuyen centenares de desaparecidos.
Agregó también al almirante Emilio Massera
, jefe de la Armada,
considerado “desmedidamente cruel, dispuesto a utilizar contra sus
adversarios las torturas más repulsivas”. Perón
le adjudicó a Gelli
un cargo diplomático argentino, y le nombró
asesor económico especial de la embajada argentina en Roma. Perón
murió en 1974 y el 1 de julio le sucedió su vicepresidente (y viuda),
Isabelita. En marzo de 1976, una junta militar la derrocó. “Gelli
salió indemne del golpe, porque uno de los tres miembros de la junta
era su viejo amigo el almirante Massera
, jefe de la Armada.
El cabecilla de la P2 no sólo sobrevivió al golpe de estado, sino
que incluso prosperó con éste: los nuevos gobernantes del país decidieron
muy pronto invertir miles de millones de dólares en la importación
de armas, y uno de los grandes proveedores era Italia. Gelli se dedicó
al tráfico de armas, junto con el almirante Massera”
[45]
. El
poder de Gelli
en Italia y América Latina llega a su apogeo
en 1978, precisamente cuando Calvi
empieza a sentirse amenazado por la investigación
que el Banco de Italia hace en el Ambrosiano.
Investigación del Banco de Italia
El
17 de abril de 1978, un equipo de inspectores del Banco de Italia,
encabezado por Giulio Padalino
, inicia una investigación
en el Banco Ambrosiano, que concluye el 17 de noviembre del mismo
año. Según los investigadores, grandes paquetes de acciones habían
sido adquiridos por subsidiarias del grupo Ambrosiano, “por corporaciones
extranjeras con sede en Panamá y Liechtenstein”. El
informe menciona indicios evidentes de que dichas sociedades podían
ser una pantalla para encubrir el hecho de que el control lo ejercían
Calvi
o el IOR, el banco del Vaticano. Más de 25 páginas
del informe están dedicadas a las relaciones del Ambrosiano y el IOR:
“Independientemente de su posición como accionista, el IOR está ligado
al ‘grupo Ambrosiano’ por estrechas relaciones de intereses, como
demuestra su constante presencia en algunas de las operaciones más
significativas y delicadas... acerca de cuya naturaleza se expresa
la mayor reserva”
[46]
. El 14 de diciembre de 1978, Padalino
entregó los resultados de la investigación a
sus superiores del Banco de Italia y, también, a la magistratura italiana.
El caso fue confiado a uno de los jueces de instrucción más respetados
de Milán, Emilio Alessandrini
. “Estamos
haciendo pesquisas”, responde Alessandrini
a un redactor de L’Espresso que le pide información. Era el 10 de enero de 1979. El
26 llama por teléfono el mismo periodista: “¿Hay noticias?”, pregunta.
“Nos estamos moviendo”. “¿Prevé usted que se le retire el pasaporte
a Calvi
?”. “Podría ocurrir
eso; y quizás algo más”. “¿Su detención?”. “Me reservo la respuesta”.
Tres días después, Alessandrini fue asesinado por un comando llamado
Primera Línea
[47]
, “oficialmente por subversivos”
[48]
. A
Alessandrini
le sustituye Luca Mucci
. Gelli
estaba obstruyendo y retrasando sistemáticamente
la investigación mediante sus contactos con la Guardia de Finanzas.
Sin embargo, el 12 de junio de 1980 Mucci recibió un informe de la
Guardia de Finanzas: “contenía pruebas de que Calvi
y algunos de sus colaboradores habían cometido
varios delitos graves: exportación ilegal de capitales, falsificación
de documentos bancarios y fraude”
[49]
. Dos
semanas después, Mucci
ordenó a Calvi
que entregara su pasaporte. Calvi y Gelli
hicieron todo lo posible por recuperarlo, aunque
solo fuera temporalmente, y lo consiguieron. Mucci
logró saber quiénes eran los veinte principales
accionistas del Banco Ambrosiano en marzo de 1979. El principal accionista
es el propio banco, con el 7’39 por ciento del total. El Vaticano
posee, por medio del IOR, el 1’82 por ciento
[50]
, pero las tramas financieras urdidas entre Calvi
y Marcinkus
eran múltiples y, muchas veces, inconfesables:
“En el curso de cinco años (1972-1977) el Vaticano ha sido recompensado
con cerca de 70 mil millones de liras por haberse prestado a ciertas
operaciones con títulos efectuadas por sociedades del grupo Ambrosiano.
La función del IOR, que a efectos de la legislación italiana es un
banco no residente y por tanto no sometido a las limitaciones que
rigen para los bancos italianos, consistió en actuar de pantalla en
movimiento de títulos realizados por la escudería del Ambrosiano”
[51]
. El
2 de octubre de 1980, Massimo Spada
fue detenido bajo la acusación de haber colaborado,
en representación del IOR, en la quiebra de la Banca Privata Finanziaria. Por razones de salud y de edad, fue puesto
en libertad provisional poco después. Por las mismas razones, el 7
de febrero de 1981, fue detenido el sucesor de Spada en el IOR, Luigi
Mennini
. Marcinkus
explicó que el arresto se debía a que, años
atrás, Mennini había sido miembro del comité ejecutivo de la Banca Unione de Sindona
y que el IOR no tenía nada que ver en el asunto.
El clamor fue colosal, porque Mennini no hacía otra cosa allí que
representar los intereses del IOR. Cinco
días después, durante la recepción anual que se celebra en Roma para
conmemorar la firma de los pactos de Letrán, comentó el secretario
de Estado, Agostino Casaroli
: “Los que nos critican
tienen toda la razón. Así no se puede seguir. Tenemos que cambiar”
[52]
. El secuestro de Sindona
A finales de enero de 1979,
el doctor Joseph
Miceli
Crimi
, médico norteamericano
de origen siciliano y miembro de la P2,
aparece en Nueva York, en el despacho de Sindona
. Le dice: “Somos
un grupo de patriotas sicilianos, la mayor parte masones, y necesitamos
su ayuda para derrocar al gobierno italiano en Sicilia. Sabemos que
usted odia a los comunistas y estamos enterados de la persecución
a la que se enfrenta tanto aquí como en Italia. Le necesitamos. Su
experiencia financiera, su personalidad, su carisma contribuirían
a que el golpe fuese un éxito. La gente de Sicilia no cree que usted
sea un criminal, don Michele”
[53]
. Tan pronto como el doctor Crimi
abandona su despacho, Sindona
llama por teléfono a Gelli
. Este le dice que
Crimi
es un hombre honrado y digno de confianza, aunque
no muy brillante. Dos días después, se encuentran en Nueva York. Gelli
dice que el plan de Crimi es una locura: “Sólo podía tener éxito,
si los miembros militares y políticos de la P2 lo aprobaban”
[54]
.
El 9 de marzo, la
justicia norteamericana procesa a Sindona
, le acusa de 99
cargos de fraude, perjurio y apropiación indebida de fondos bancarios.
Es puesto en libertad con 3 millones de dólares como fianza y con
la condición de presentarse cada día en el despacho del oficial de
justicia. En junio, el doctor Crimi
visita de nuevo a Sindona
. Los masones y un
pequeño grupo de partisanos están dispuestos a pasar a la acción.
Pero necesitan más hombres y necesitan el apoyo de la mafia. Sindona
se reúne con John Gambino y Rosario Spatola en una habitación del
Motel Conca d’Oro en Staten Island. Les dice: “Podemos hacerlo. Pero
necesitamos doscientos hombres más. Más armas. Si me ayudáis, garantizaría
a todos los mafiosos una amnistía para los crímenes cometidos antes
del golpe. Pero hay que dejar el tráfico de droga. Hay que terminar
con todos los crímenes de la mafia”
[55]
. Rosario Spatola dijo que tendría que hablar con
el jefe de la familia Gambino de Nueva York y con su gente de Sicilia. El 20 de julio, John Gambino y
Rosario Spatola responden a Sindona
. Apoyan la Acción
Siciliana. Si Sindona está de acuerdo, le pueden proporcionar pasaporte
y disfraz, y le ayudarían a llegar a Palermo
. Sindona aceptó
el pasaporte y el disfraz, pero el viaje ya estaba preparado por Joseph
Macaluso y el doctor Crimi
. El 2 de agosto, Sindona
(que ahora responde al nombre de Joseph Bonamico)
se embarca en un avión de la TWA con destino a Viena. Cambia el plan
previsto de llegar a Florencia y termina en Salzburgo. Desde allí
llama al doctor Crimi
. El doctor le dice
que vuelva a Viena y espere instrucciones. Sindona empieza a sospechar:
Crimi parecía extraño. En Estados Unidos, la secretaria
de Sindona
recibe una llamada telefónica anónima: “Hemos
secuestrado a Michele Sindona. Recibirán más información nuestra”.
La familia de Sindona recibe una carta: “Tenemos preso a Michele Sindona.
Deberá responder ante la justicia proletaria”. El mensaje está escrito
en italiano y firmado por el “Comité Proletario para la Implantación
de una Justicia Mejor”.
El doctor Crimi
le comunica a Sindona
un cambio de plan: llegar a Palermo
por Grecia. Por tanto, se encontrarían en Atenas.
El 12 de agosto, Crimi llega a Atenas con tres hombres a los que presenta
como masones. En realidad, sólo uno lo era, Ignacio Puccio, carnicero
de Palermo. Los otros dos pertenecen al sindicato del crimen de Rosario
Spatola: Giacomo Vitale y Francesco Foderà. El 16 de agoto, llegan a Brindisi
en barco. Por motivos de seguridad se dividen en dos grupos: Crimi
y Puccio toman el tren
, Vitale y Foderà
llevan en coche a Sindona
. “Hay algo extraño en todo esto,
dice Sindona
a sus acompañantes. Hay algo que apesta en todo
este asunto. Voy a regresar a Grecia. Desde allí volveré a Estados
Unidos y me defenderé”. Uno de los hombres saca un revólver
de su bolsillo. El otro le dice: “Tiene que venir con nosotros. El
jefe quiere que vaya a Palermo
. Si se escapa, le
mataremos a usted y a su familia”
[56]
. Llegan a Palermo
. Sus secuestradores
le llevan a casa de Francesca Paola Longo, maestra amiga de Crimi
y de Rosario Spatola. Crimi y Francesca le dictan
cartas de extorsión. Las cartas exigen dinero para no revelar ciertos
documentos, exigen también documentos y están firmadas por el Comité
Proletario para una Justicia Mejor. Hacia el cuarto día a Sindona
le ha crecido la barba, ha perdido peso y tiene
ojeras. Es el momento de hacer una foto para enviársela a su familia
y a sus abogados. Le atan a una silla y cuelgan alrededor de su cuello
un letrero que dice: “Le haremos el tipo de juicio que se merece”. El 23 de agosto, Rosario y Vincenzo
Spatola le llevan a otra casa. Con los ojos vendados,
es conducido a una habitación ante un hombre
identificado como “il padrone”. “Señor Sindona
, le dice el hombre,
se ha convertido usted en una molestia para nosotros... Por culpa
de sus problemas legales, la policía está investigando el tráfico
de heroína entre Sicilia, Francia, Estados Unidos
y otros países. Cuando ocurre un hecho semejante, nuestros
hombres son arrestados, porque los jueces tienen miedo de protegernos.
Esto produce muertes. El asesinato realza nuestro poder,
pero, señor Sindona, el asesinato no nos da dinero”. “Soy amigo de Licio Gelli
, dice Sindona
. Me ha prometido
ayuda. Tiene poder, seguro que lo saben. Hablen con él. Puede decirles
que es verdad”. “Gelli
no es nadie, Michele. Es un peón. Gelli únicamente
existe si no se convierte en un problema para nosotros, como ha hecho
usted. Mire las cosas que Bordoni
[57]
ha dicho sobre usted. Le llama el banquero de la
mafia. Amigos le dijeron que se deshiciese de él, pero usted se empeñó.
Se rebeló. Ahora mire qué ha pasado, Michele. Debe responder ante
los hechos. Queremos que haga transferencias de su dinero a distintas
cuentas. Queremos saber los nombres de los políticos que le han ayudado.
Si nos da esta información, podemos negociar. A los que paguen por
ser protegidos, nada les sucederá. Los demás serán sacrificados”
[58]
. Durante las semanas siguientes,
Sindona
es constantemente interrogado por distintos
hombres, casi todos encapuchados. El 21 de septiembre, Crimi
va a Arezzo a ver a Gelli
. Crimi le entrega
una carta en la que Sindona le pide ayuda. Gelli
convence a Roberto Calvi
de que retire treinta mil millones de liras
(50 millones de dólares) de la cuenta de Sindona
de la Banca del Gotardo. El dinero es entregado
a un mensajero que representa a la mafia. El 23 de septiembre, los Spatola
y John Gambino le dicen a Sindona
que lo van a liberar: “No intentes ninguna jugada.
Has visto nuestra organización. Sabes que podemos dar contigo y con
tu familia en cualquier momento. Cumple tu palabra, consigue los documentos
y tu familia estará a salvo”
[59]
. Sindona
asiente. Pero interviene Crimi
: “No puede volver
así como así. Debemos estar seguros de lo que va a decir y debemos
hacer algo para hacer creer que ha sido secuestrado por terroristas.
Tenemos que pegarle un tiro”. Crimi le disparó un tiro en la pierna,
le limpió la herida y la vendó. El 7 de octubre, John Gambino,
Crimi
y los dos guardaespaldas (Vitale y Foderà) acompañan
a Sindona
, que lleva peluca
y gafas de sol, al vuelo de Palermo
a Milán. John Gambino le dice: “Te vas a Francfort
con el doctor Crimi y los demás. Mi hermano tiene conexiones con la
TWA. Te hará volver a Estados Unidos”
[60]
. El 16 de octubre, 72 días después, Rosario Gambino
libera a Sindona en Nueva York junto a una cabina telefónica, en la
esquina de la calle 42 con la Décima Avenida de Manhattan.
Las
listas de la P2 A
comienzos de 1981 dos magistrados milaneses, que investigan los lazos
de Sindona
con la mafia, viajan a Palermo
para interrogar al doctor Joseph Miceli Crimi
. Los jueces le preguntan
por qué durante el período que Sindona había estado secuestrado en
Palermo había acudido de pronto a Arezzo: “Fui a Arezzo, responde
Crimi, porque mi dentista reside allí, y ese verano sufrí un dolor
de muelas”. Los magistrados no se quedan conformes con la respuesta
y finalmente Crimi confiesa: “La verdad es que fui a Arezzo porque
Licio Gelli
estaba allí; Gelli es mi hermano masón y un
íntimo amigo de Michele Sindona”. Los magistrados ordenan rápidamente
un registro en la casa de Gelli, en Arezzo, y en su oficina de la
ciudad cercana de Castiglion Fibocchi. Fue el 17 de marzo. Así
aparecen las listas de la P2. Gelli
había reclutado para su logia a 962 poderosas
figuras de casi todos los sectores del sistema: políticos, militares,
servicios de inteligencia, negocios y finanzas, medios de comunicación.
Se descubre también que “Gelli había estado implicado en una larga
serie de escándalos que se remontaban a la década anterior, incluidos
el caso Sindona
, el escándalo ENI/Petromin
y el reciente caso Calvi
. Además, entre los
amigos de Gelli se contaban varias personas ligadas a acciones del
terrorismo de derecha y a conspiraciones para derrocar al gobierno
italiano”
[61]
. En
los archivos de Gelli
aparecen también dos carpetas sobre Calvi
, lo que manifiesta
que Gelli seguía paso a paso el asunto Calvi
[62]
. Calvi
confirmará su adhesión a la P2: “En efecto,
yo di mi adhesión a la P2 de Licio Gelli
... el cual se presentaba
como hombre con iniciativas importantes como jefe de la Institución
P2, y solía presentar sus diversas iniciativas en el campo de los
negocios como tomadas bajo la guía de la Gran Logia Madre de Londres.
Gelli agregaba gente en torno a sí y consiguió agregarme también a
mí, por el sentido de protección que él daba a la pertenencia a la
Logia P2”
[63]
. Según
Anna, la hija de Calvi
, su padre intentaba
distanciarse de los jefes de la P2 unos meses antes de que estallara
la historia de la logia: “Mi padre ya había empezado a negarse a responder
las llamadas telefónicas de Gelli
u Ortolani
. Me pedía que dijera
que no estaba en casa, o que estaba enfermo o acostado”
[64]
. Clara,
la viuda de Calvi
, y su hija Anna
han revelado que Gelli
jamás decía su verdadero nombre cuando alguien
de la familia le preguntaba quién era: “Les respondía con su nombre
en clave: Luciani
”
[65]
. Lo mismo afirma Bettino Craxi
, entonces secretario
general del Partido Socialista Italiano. A comienzos de 1980, en el
Hotel Raphael donde tenía su residencia romana, le hace una “visita
de cortesía” un señor que se presenta “como un exponente de la logia
P2” y se hace llamar “Luciani, ingeniero Luciani”: “Cuando viene y
me habla, dice Craxi, yo entiendo de qué y con quién estoy hablando”.
No era sólo una visita de cortesía y el señor en cuestión era el propio
Gelli
[66]
. El
escándalo de la P2 no estalló hasta unas semanas después. Las copias
de las listas fueron entregadas al primer ministro Arnaldo Forlani
, que decidió no
divulgarlas. Gelli
huyó de Italia, pero siguió comunicándose con
Calvi
. Además, dispuso
de tiempo para tratar de limitar la magnitud del escándalo. El
3 de abril de 1981, el caso Calvi
fue confiado a un nuevo juez de instrucción,
Gerardo D’Ambrosio
, que adoptó una
actitud mucho más severa. El
ministro de Economía italiano Beniamino Andreatta lo veía venir. En
los primeros meses del año 81,
manifestó su preocupación al cardenal Casaroli
, secretario de Estado:
“Con ocasión de un encuentro que me solicitara el cardenal Casaroli
por otros motivos, pude expresarle mi preocupación por la conexión
IOR-Ambrosiano. Recuerdo que le dije al cardenal que temía que se
llegase a situaciones análogas a las que se dieron en su momento entre
Sindona
y el IOR”. Le dijo también: “Libraos de Calvi
lo más rápidamente posible”
[67]
. En
una entrevista, el 13 de febrero del 90, comenta Licio Gelli
:
-
A veces almorzaba con Roberto Calvi
. Con frecuencia
le veía colérico, especialmente cuando volvía de las reuniones que
tenía en el IOR. De hecho, me decía: Si las cosas van mal, el Altísimo
tendrá que irse de Italia.
-
¿El Altísimo?
-
¡Claro, el papa!, explicó Gelli
con tono malicioso
[68]
.
Calvi en la cárcel
Aquel
mes de mayo del 81 fue tremendo. El día 13, en la plaza de San Pedro
, Juan Pablo II
sufrió un brutal atentado. El día 20, Calvi
fue detenido: “Un terremoto sin precedentes
sacudió el mundo de las finanzas”
[69]
. En el Ambrosiano reinaba la confusión y el pánico. Ese mismo día, otro hecho vino a aumentar la conmoción causada por
la detención de Calvi: la publicación de las listas de la P2. Calvi
era el banquero más destacado en las listas de Gelli
. La publicación
de las listas de la P2 provocó la caída del gobierno de Arnaldo Forlani
y por primera vez desde los años cuarenta el
jefe de gobierno no pertenecía al Partido Demócrata Cristiano. Los
democristianos cedieron el cargo a un miembro de otro partido: Giovanni
Spadolini
, del Partido Republicano. En
la cárcel de Lodi, Calvi
explicó a su mujer Clara y a su hija Anna
lo que podían hacer para ayudarle: “Les dijo
que había que movilizar a los políticos cuyos partidos se habían beneficiado
con la generosidad del Ambrosiano, para que usaran su influencia en
favor de él. Añadió que había que presionar al IOR, el banco del Vaticano.
Calvi reveló a su familia que las dos operaciones con títulos por
las que lo habían detenido no las había hecho por su cuenta, sino
en representación del IOR. La Banca del Gotardo, el banco suizo del
Ambrosiano, tenía en su poder documentos que probaban la intervención
del IOR. Pero las leyes suizas sobre secreto bancario impedían que
el Gotardo entregara los papeles sin autorización del IOR. El banquero
indicó a sus familiares que la presión debía ejercerse sobre los dos
principales directores del IOR: el arzobispo Marcinkus
y Luigi Mennini
. Durante una visita
de su esposa y de su hija a la prisión, incluso les entregó unos papeles
sobre los cuales había escrito: Este juicio se llama IOR”. Cuando
Clara y Anna salían de la prisión se encontraron con el hijo de Luigi
Mennini, Alessandro, ejecutivo del Ambrosiano. “Al ver los papeles
que mi hija tenía en la mano, intentó arrebatárselos - relató Clara
Calvi
más tarde -. Pero yo me senté sobre ellos y
no los solté”. Clara Calvi afirma que Mennini les dijo entonces: “No
debéis mencionar este nombre (el del IOR) ni siquiera en el confesonario”
[70]
. El
22 de mayo, el magistrado Gerardo D’Ambrosio
interrogó a Calvi
en una sesión de cuatro horas y media: le pidió
explicaciones sobre una de sus operaciones anómalas con títulos y
sobre sus relaciones con Gelli
. Por fin, Calvi
comprendió que había perdido la partida y dijo torpemente: “Soy totalmente
incapaz de dar explicaciones”. El magistrado volvió al día siguiente,
llevando consigo documentos sobre el caso judicial de Calvi hallados
en los archivos de Gelli. El
juicio empezó el 29 de mayo. El presidente del tribunal es Guido Roda
Bogetti
y el fiscal, Corrado Carnevalli
, un magistrado competente
en exportación de divisas. Durante la noche del 2 al 3 de julio, Calvi
hace llamar a algunos magistrados milaneses.
Está desalentado, ve que todos le han vuelto la espalda, que ha perdido
la batalla judicial y ha de enfrentarse a una severa condena. Acosado
a preguntas, Calvi rompe a llorar y, alternando largas pausas y profundos
suspiros, hace una importante confesión: “Yo soy el último mono, traten
de comprender... El Banco Ambrosiano no es mío. Soy un simple mandado
de otros”. Insisten los magistrados: “Pero ¿quién le manda a usted?
¿De quién es el banco?”. “No puedo decirles más”, responde Calvi
[71]
. Sin
embargo, esa misma noche
, el banquero milanés
comenta a los magistrados sus relaciones con Gelli
y, sobre todo, con Umberto Ortolani
: “Ortolani tenía
amistades en todos los ambientes, también a nivel internacional, en
particular en la masonería londinense. Pude comprobar reiteradamente
que Ortolani tenía amistades de alto nivel, también en ambientes eclesiásticos,
siendo embajador de la Orden de Caballeros de Malta. Fue precisamente
Ortolani el que, poco a poco, me hizo entender que en mi posición
tenía necesidad particular de protección y de apoyos a nivel político,
financiero, administrativo, etc., que él decía que, juntamente con
Gelli, me podía garantizar. Con el tiempo Ortolani se fue metiendo
cada vez más en mi actividad de banquero, proponiéndome intervenciones,
acuerdos con otros grupos financieros, convenciéndome también de que
financiara al grupo editorial Rizzoli. En tal contexto, él me hizo
entender que me podía ser útil financiar a partidos políticos”
[72]
. El
9 de julio corre la noticia de que Calvi
ha intentado suicidarse durante la noche: ingirió
cierto número de pastillas y se hirió en la muñeca derecha. Las opiniones
son diversas: “lo ha hecho en un instante de abatimiento, al ver que
el proceso se le ponía en contra”, “ha sido para despertar la compasión
del tribunal”, “quiere provocar la intervención de fuerzas políticas
amigas”. Finalmente,
el 20 de julio el tribunal dicta sentencia: Calvi
y otros tres dirigentes del grupo Ambrosiano
son declarados culpables. Calvi recibe la sentencia más severa: cuatro
años de cárcel y una multa de dieciséis mil millones de liras (más
de diez millones de dólares). Los detenidos obtienen la libertad provisional.
El Vaticano, la Democracia Cristiana y los socialistas defienden a
Calvi
[73]
.
El aval del Banco Vaticano
En
el Banco Ambrosiano cundió la alarma. En agosto, los directores del
Banco Andino de Perú volaron a Milán y mantuvieron una reunión tempestuosa
con Calvi. Giorgio Nassano
, presidente del
Andino, informó más tarde al Financial
Times que “él y sus colegas directores amenazaron con dimitir
inmediatamente si Calvi no les ofrecía garantías de que los préstamos
a las sociedades panameñas serían reembolsados”
[74]
. Calvi
recurrió a Marcinkus
. Le pidió algún tipo de garantía que pudiera servirle
para ganar tiempo mientras desbrozaba los problemas financieros del
Ambrosiano. Marcinkus se negó a extender una garantía explícita, pero
accedió a escribir unas cartas
de patrocinio. Escritas el 1 de septiembre y el 26 de octubre
de 1981 en el IOR y dirigidas al Ambrosiano Andino de Lima y al Ambrosiano
Comercial de Managua, las cartas decían que el IOR controlaba “directa
o indirectamente” ocho sociedades (seis panameñas) y estaba “enterado
de (su) endeudamiento”, que en ese momento ascendía a unos 1000 millones
de dólares. Firmaban: Mennini
, segundo de Marcinkus,
y Pellegrino de Stroebel, director de contabilidad del IOR
[75]
. Los
acreedores pudieron respirar
tranquilos. Lo que no sabían era que Marcinkus
no tenía la intención de cancelar las deudas.
Existía otra carta, secreta, de Calvi
al IOR, del 27 de agosto, en la que aseguraba
que el IOR no sufriría “daños ni pérdidas adicionales”
[76]
. Era la carta
de descargo. Marcinkus
lo explica así: “Calvi
sale de la cárcel en 1981 y viene y me dice:
‘Tengo problemas y he de ver cómo solucionarlos. Como no puedo ocuparme
de todo, hágame el favor de echarme una mano y cuidarme estos asuntos’.
No dijo que fueran asuntos nuestros. Le pedí que nos escribiera una
carta, una carta aclaratoria, en la que dijera que aquellos negocios
ni eran nuestros ni nunca lo habían sido. Insistí en que se tomaran
todas las medidas para disminuir la deuda, y que en año y medio todo
tenía que estar resuelto y nosotros desentendidos del asunto. Es como
un compromiso fiduciario. No le dí garantía alguna ni cosa por el
estilo. Lo único que sabíamos era la deuda que había, eso es todo”
[77]
En
el otoño del 81, después de asumir la vicepresidencia del Ambrosiano,
Roberto Rosone empezó a interrogar a Calvi
acerca de los préstamos a las sociedades panameñas.
Calvi dijo vehementemente: “Detrás de esas deudas está el Vaticano:
el papa”. A comienzos del 82, Rosone insistió en lo mismo y Calvi
le hizo callar con esta frase: “¿Eso significa que usted alimenta
alguna duda acerca del banco central del Vaticano?”
[78]
. En
diciembre, el financiero Carlo De Benedetti
, en calidad de vicepresidente
y accionista del Ambrosiano, intentó saber con precisión qué relación
había entre el banco de Calvi
(y de la P2) y el banco del papa. Como Calvi
eludió la respuesta, diciendo que se trataba de “cosas particularmente
reservadas”, De Benedetti buscó otro camino y consiguió un encuentro
privado con monseñor Achille Silvestrini
, de la Secretaría
de Estado: “El
encuentro se produjo en Roma, en mi despacho, estando presente - en
calidad de amigo y por pura cortesía - el honorable Virginio Rognoni
(ministro del Interior y diputado democristiano).
En esa ocasión, partiendo yo de la explícita afirmación de que el
presidente del IOR Marcinkus
era un ladrón y de que me parecía inconcebible
que un Estado como el Vaticano hubiera confiado las propias finanzas
a un tipo así, hablé de la necesidad, en interés del Vaticano, de
que se mirara bien la actividad del IOR y la relación IOR-Ambrosiano.
Monseñor Silvestrini
, con aire dolorido,
tomó acta de mi hablar explícito y firme, y me dijo que ni siquiera
ellos - refiriéndose al cardenal Casaroli
- sabían gran cosa de la actividad del IOR”
[79]
. Nuevos protectores
En
marzo del 81, Calvi
contrata a Francesco Pazienza
como consultor del Ambrosiano. En su libro titulado
El desobediente, Pazienza
se reconoce como masón. Pertenece desde mayo de 1980 al Gran Oriente
de Italia, legitimado por la Gran Logia de Inglaterra
[80]
. Unos
meses antes, el 25 de noviembre del 80, Pazienza
había acudido al Vaticano, enviado por el general
Santovito
, entonces director
del SISMI, el Servicio de Información y Seguridad Militar Italiano.
Allí le esperaba monseñor Celata, brazo derecho del cardenal Casaroli
. Motivo del encuentro:
querían hacerse con una documentación comprometedora para Marcinkus
. Pazienza se puso
a indagar: “En
Suiza, en casa del abogado Peter Duft
de Zurich - que había sido consultor del cardenal
Vagnozzi
y depositario de muchos documentos del mismo
- tuve la fortuna de encontrar cartas peligrosamente comprometedoras
para monseñor Marcinkus
, probablemente las
mismas que el cardenal Casaroli
, a través de monseñor
Celata, estaba buscando. En efecto, eran documentos depositados en
Suiza por el cardenal Vagnozzi, ya difunto. El purpurado había sido
un acérrimo enemigo de monseñor Marcinkus, desde el momento en que
este último le desbancó en la gestión de las finanzas vaticanas”. “La
cosa más sorprendente, que resultaba de la lectura de aquellos documentos,
dice Pazienza
, era que el papa
estaba mal visto en el círculo de aquellos que habrían debido ser
sus más estrechos y fieles colaboradores. Su ‘culpa’ era la de ser
una especie de ‘marciano’, un verdadero y propio ‘extraño’, llegado
de Polonia y completamente ajeno y rechazado por el núcleo duro de
los prelados italianos que constituían el núcleo histórico de la Curia,
acostumbrados a llevar a su modo, y de manera absoluta, la complicada
pero casi perfecta máquina vaticana. Por tanto, de este papa no se
podía uno ‘fiar’, se corría el riesgo de que pusiera en peligro el
poder consolidado y construido durante tantos años de trabajo, dentro
y fuera de los muros de la Santa Sede. Existía el peligro de que rompiera
las incrustaciones que, como ‘extraño’, habría terminado por descubrir,
y que habría intentado aminorar y destruir pues poco o nada se conciliaban
con los principios de la Santa Madre Iglesia, sino sólo con criterios,
quizá cínicos y despiadados, de gestión y de conservación del poder
temporal. Por tanto, se imponía, en el diseño de quien detentaba el
poder, ‘neutralizar’ al nuevo papa, sobre todo, aislándolo e impidiendo
que crease un staff de personas de su absoluta confianza. El hecho
de que se hubiera establecido, en cambio, un eje privilegiado entre
el papa Juan Pablo II
y Paul Marcinkus
, el cual tenía los
cordones de la bolsa y por tanto un grandísimo poder, fastidiaba no
poco a los ‘conjurados’ y les había inducido a pasar a la acción de
modo tan brusco e insólito”
[81]
. Además,
estaba el apoyo de
Juan Pablo II
al sindicato polaco Solidaridad: “Los flujos
de dinero llegaban a Varsovia a través del IOR y, más concretamente,
a través del instituto financiero que era el aliado laico por excelencia
de la banca vaticana y de Marcinkus
: es decir, el Banco
Ambrosiano, cuyo presidente era Roberto Calvi
. En enero de 1981,
tales informaciones me fueron confirmadas autorizadamente también
por los franceses, cuyos servicios de inteligencia eran muy distintos
de los italianos”
[82]
. Otro
nuevo protector de Calvi es
Flavio Carboni
, hombre de negocios
sardo, que parecía tener una cantidad asombrosa de amigos en lugares
destacados: en el mundo de la política, de las editoriales, del Vaticano,
de los servicios de inteligencia y del hampa. “Desaparecido de escena
Licio Gelli
, refugiado en el
extranjero, el banquero milanés había quedado casi huérfano y aislado...
Con el paso del tiempo tuve tiempo de arrepentirme de haber entrado
en contacto con Carboni y, sobre todo, de habérselo presentado a Calvi”
[83]
, dice Pazienza. En
diciembre del 81, Carboni
asumió el papel de principal encargado de las
relaciones públicas de Calvi.
Roberto
Rosone, vicepresidente del Ambrosiano, definía a Pazienza
y a Carboni
como “individuos que te asustan con sólo verlos”
[84]
. El
2 de septiembre de 1981 la sección ordinaria del Tribunal de Casación
dicta una orden según la cual todas las investigaciones relacionadas
directa o indirectamente con la P2 son competencia de la sede romana
de la Fiscalía de la República. Por tanto, los magistrados de Milán
y de Brescia deben desprenderse de los sumarios y expedirlos a Roma:
“El poder político no puede tolerar el que algunos magistrados políticamente
independientes manejen delicadas investigaciones que implican en cierto
modo a los secretarios de los dos más importantes partidos del Gobierno”
[85]
. Se
encargan directamente de la maniobra de la fiscalía romana Achille
Gallucci
, primer fiscal de
la República por Roma, y el fiscal delegado Domenico Sica
: “Sica desarrolla
una gran actividad en Roma: a él se asignan en esa época las investigaciones
más delicadas y candentes de los últimos tiempos, desde el asesinato
de Aldo Moro
al del periodista Mino Pecorelli
, pasando por el
atentado al papa Wojtyla
”
[86]
. Otro
asunto. La historia conocida como cuenta Protección
se descubre cuando en los archivos de Gelli
aparece un sobre titulado Diputado Claudio Martelli
con tres papeles de contenido explosivo. El
primero dice: “Tres millones y medio de dólares en la cuenta Protección
número 633369, de la UBS: Fiorini
, DDL y Martelli
por cuenta de Bettino Craxi,
28-10-1980”; el segundo papel: “Seguirán otros
tres millones y medio a la firma del contrato”; el tercero es un apunte
en el dorso de un sobre titulado Cámara
de los Diputados: “Abonar en la cuenta Protección número 633369”
[87]
. El
10 de mayo del 81, el semanario L’Espresso
da la noticia de estos documentos comprometedores, a la vista de los
cuales los magistrados milaneses Viola
y Fenizia
abren una causa criminal, dictando diligencias
contra Martelli
, el vicepresidente
del Ente Nazionale Idrocarburi
(ENI), Leonardo
Di Donna
(DDL), el director financiero de la citada entidad,
Florio Fiorini
y Roberto Calvi
. Se sospecha que
Calvi ha abonado una comisión de 7 millones de dólares sobre una operación
monetaria entre el ENI y el Ambrosiano. Además, los instructores milaneses
están convencidos de que tras la cuenta Protección
no se esconde una persona
física, sino una sociedad fiduciaria con sede en Hong-Kong. En
efecto, en 1980, Roberto Calvi
obtuvo un fuerte crédito del ENI - controlado
por los socialistas - para su banco. El Ambrosiano andaba ya con problemas,
y Calvi estaba dispuesto a todo con tal de conseguir dinero fresco.
A cambio abonó al PSI (Partido Socialista Italiano) siete millones
de dólares en dos cuotas, que pasaron por la cuenta llamada Protección.
La cuenta estaba en un banco suizo “a nombre de un arquitecto amigo
de Craxi
, Silvano Larini
, pero en realidad
el dinero fue a parar a manos del PSI”
[88]
.
La quiebra del Banco Ambrosiano
En
1981 Calvi
intenta varios planes para salvar la quiebra
del Banco Ambrosiano. Con este fin, recurre al Opus Dei: “La organización
compraría las acciones del Ambrosiano que estaban en poder de las
sociedades fantasma, salvando así a la Santa Sede de las pérdidas
financieras (y del deterioro de su imagen pública) que sufriría si
el Banco quebraba. A cambio de ello el Opus Dei obtendría varios privilegios
dentro de la Iglesia”
[89]
. Por
su parte, Pazienza
quiere meter en el Ambrosiano al general Pietro
Musumeci, antiguo director del SISMI y
miembro de la P2.
A finales de 1981, Musumeci se presenta en las oficinas del banco
para organizar el control de los servicios de vigilancia. Pero el
proyecto es demasiado gravoso: “Ni el sha de Persia podría permitirse
un servicio de seguridad tan costoso”, dice Rosone a Calvi
, dándole a entender
que se opone al proyecto. El
27 de abril de 1982 Rosone sufre un atentado, del que sale herido.
El asesino contratado para dicha acción es muerto por un guardia jurado:
“El nombre del sicario, Danilo Abbruciati
, saca a la luz datos
desconcertantes: se trata de un maleante romano, con antecedentes
por delitos comunes, pero, curiosamente, de enorme fortuna, por lo
cual no necesita para nada los 15 ó 20 millones de un contrato para
matar. En efecto, Abbruciati era propietario, por medio de ciertos
testaferros, de cinco comercios de automóviles, viajaba con bolsas
cargadas de dinero, había intervenido en secuestros de personas y
también ensayado el tráfico de armas”
[90]
. Los
investigadores indicaron que el agresor, al que acompañaba un cómplice
llamado Bruno Nieddu
, pertenecía al clan
romano conocido como Banda de la Magliana. En el bolsillo tenía un
carnet de conducir y un papel cuidadosamente doblado en el que aparecían
dos números de teléfono. Uno correspondía a Ernesto Diotallevi
, cercano a la Banda
de la Magliana. Se comprobó que, el día después del atentado contra
Rossone
, Carboni
había efectuado un pago de 530.000 dólares a
favor de Diotallevi. El 28 de enero de 1983, el juez Fernando Imposimato
dio orden de busca y captura contra Carboni
y Diotallevi. El segundo número de teléfono, se supo sólo diez años
después, correspondía a Enrico Nicoletti
, considerado el
cajero de la Banda
[91]
. Más
problemas. A finales de mayo del 82 la Banca del Gotardo reclama al
IOR la cantidad de 300 millones de dólares por una operación hecha por Calvi
. Según Flavio Carboni
, “Mennini
convocó a Calvi y lo intimó a responder inmediatamente
al compromiso. Por eso el banquero decidió marchar al extranjero,
seguro de que el Vaticano no podría tirar más de la cuerda; quería
buscar el dinero para contentar a Mennini y compañía”
[92]
. Anna
Calvi
cuenta que escuchó furtivamente una conversación
entre su padre y Carboni
, durante un fin
de semana de mayo: “Mi padre le decía (levantando la voz) a Carboni
que éste debía hacerle entender al Vaticano que los curas tenían que
hacer honor a sus compromisos, porque de lo contrario él revelaría
todo lo que sabía”
[93]
. El
30 de mayo Calvi
y su hija están solos en la finca de Drezzo
(Como): “Mi padre me dijo que, para resolver los problemas con el
IOR, había estudiado y puesto en marcha un proyecto que preveía la
intervención directa del Opus Dei, organización que debería aportar
una cifra enorme, de una cuantía superior al billón de liras, para
cubrir la exposición deudora del IOR con respecto al Banco Ambrosiano”.
Calvi le dice a su hija que Casaroli
se muestra contrario a su proyecto, pero el
IOR corre el riesgo de quebrar: “Los curas tendrán que vender la plaza
de San Pedro
”. Las cifras son
enormes: “Por cifras como esas la gente puede asesinar”. Calvi se
acerca a su armario, saca un revólver y dice: “Si vienen, dispararé
contra ellos”
[94]
. El
presidente del Banco Vaticano, el arzobispo Marcinkus
, se niega desde
hace meses a recibir a Calvi
, “aunque haya sido
su socio de negocios y haya recibido su ayuda para organizar la financiación,
según se dice, de 50.000 millones de pesetas a favor del sindicato
Solidaridad, a través de bancos panameños”
[95]
. Al
cerrársele las puertas del IOR, Calvi
se dirige al Opus Dei. Según Carlo Calvi
, el plan de su padre
era vender al Opus el 16 por 100 del Ambrosiano, que estaba en manos
del IOR: “El Opus Dei habría tapado todos los agujeros que Marcinkus
y Luigi Mennini
(su brazo derecho) habían producido en el Banco
Ambrosiano”
[96]
. En
la mañana del 8 de junio, Calvi
le dijo a su hija que se fuera de Italia: “Si
las cosas mejoran, te llamaré. O me iré al extranjero y proseguiré
la operación escondido. Si las cosas empeoran, empezaré a revelar
todo lo que sé”
[97]
. Desde
que salió de la cárcel, el Banco de Italia presionaba a Calvi
con cartas que exigían explicaciones sobre lo
que hacía en el extranjero. La carta del 31 de mayo fue, dice Rosone,
“un auténtico bombardeo”. El 7 de junio del 82 llega para Calvi el
momento de la verdad: “En una acalorada junta del consejo de administración
el banquero se encuentra por primera vez en minoría”
[98]
. El 9 de junio Carboni
encuentra a Calvi
en un estado de extrema agitación: “Mennini
le había planteado un brutal ultimátum sobre
la cuestión de los 300 millones de dólares, indicándole que esta suma
debía ser entregada al IOR no más tarde del
viernes siguiente, día 11 de junio. Mennini le había añadido
que su hijo Alessandro, dirigente del
Banco Ambrosiano, tenía ya instrucciones para denunciar a la
magistratura la situación y las deudas de Calvi”
[99]
. El
11 de junio, Calvi
deja una nota escrita en su apartamento romano:
“Debo ausentarme por razones inesperadas”. Desde el aeropuerto de
Fiumicino hace varias llamadas telefónicas, una es para Mennini
: “Debe perdonarme.
No puedo acudir esta mañana a la cita. Estaré con usted el lunes próximo.
Una vez más le pido perdón”
[100]
. El
l3 de junio, en Klagenfurt (Austria), Calvi
se desahoga con Carboni
. Ataca a Marcinkus
. Vuelve a hablar
de las asociadas sudamericanas (el Banco de Managua y el Andino) y
alude “a un masivo desplazamiento de dinero a favor de Solidaridad”.
En mayo de 1983, Carboni dirá a los magistrados de Milán: “El día
siguiente, Calvi pudo hablarme de sus relaciones importantes en Sudamérica
y me dijo también que se había hecho un cuantioso desplazamiento de
dinero a favor de la organización sindical polaca Solidaridad. Calvi
especificó que la operación había sido elaborada por Marcinkus, aprovechando
dinero de las sociedades comunes: 100 millones de dólares USA. Calvi
dijo que hubiese deseado controlar la operación, pero Marcinkus lo
había hecho todo materialmente él mismo, a fin de tener sólidamente
en su puño al papa, que llevaba en el corazón la cuestión polaca”
[101]
. El
14 de junio Marcinkus
presenta su carta de dimisión al director general
del banco Ambrosiano de Nassau: “Mi dimisión, dice, está motivada
por el hecho de que se me ha hecho imposible encontrar tiempo para
asistir a las reuniones de los consejos de administración a causa
de las numerosas tareas vinculadas con mi actual responsabilidad”
[102]
. El
jueves 17 de junio Il Sole 24
ore publica el texto íntegro de la última carta del Banco de Italia,
haciendo públicas las desastrosas noticias acerca de la deuda exterior
del Ambrosiano. En la Bolsa sobreviene el desplome. Por la tarde se
celebra el último Consejo de administración del Ambrosiano. Se decide
poner el banco bajo gestión comisarial. En adelante, el Banco de Italia
se ocupará del Ambrosiano. Ese
mismo día, Graziella Corrocher
, la secretaria de
Calvi
, cae desde el cuarto
piso de la sede central del Ambrosiano, dejando una “nota de suicidio”
en la que maldice a Calvi por el daño causado. Hay quienes dicen que
fue “suicidada”. Algo parecido sucede unos meses después, el 2 de
octubre, con Giuseppe Dellacha
, ejecutivo del mismo
banco. Unas horas después que su secretaria, Calvi muere en Londres.
Su cuerpo aparece al día siguiente colgado bajo el puente de los Hermanos
Negros
[103]
.
Calvi
,
ahorcado
A
las dos de la tarde el profesor Keith Simpson
efectuó la autopsia, según la cual Calvi
murió “por asfixia debida a suspensión”. Estaba
todavía vivo cuando el lazo se cerró.
Los objetos contenidos en la chaqueta y en los pantalones (dos
trozos de ladrillo y tres piedras) habían estado sumergidos en el
agua; por tanto, la marea del Támesis alcanzó un cierto nivel. La
hora de la muerte se fija alrededor de las dos de la madrugada
[104]
. Según el profesor Simpson, “no había evidencias
que sugirieran que el ahorcamiento era otra cosa que una suspensión
autoinfligida”
[105]
. La
vista por la muerte de Calvi
concluye el 23 de julio. Sentencia del jurado:
suicidio. Sin embargo, ¿por qué habría de elegir Calvi una forma de
morir tan macabra y complicada? Podría
tratarse de un asesinato ritual.
En algunas viejas ceremonias iniciáticas de la masonería le
advierten al nuevo miembro que si revela los secretos de la logia
será ahorcado y su cuerpo lavado por el flujo y reflujo de la marea.
Para que le quede claro, se le coloca “alrededor del cuello un cordón
anudado con el extremo colgando de la espalda” y el candidato jura
solemnemente que jamás revelará “parte ni partes, punto ni puntos”
de los secretos propios de la masonería “bajo una pena no menor –en caso de violación de alguno de
ellos- de que mi cabeza sea cortada, mi lengua arrancada de raíz y
enterrada en la arena del mar sobre la línea de la marea baja, o a
distancia de un cable desde la playa, donde la marea regularmente
fluye y refluye dos veces en veinticuatro horas, o el más efectivo
castigo de ser marcado como un individuo conscientemente perjuro,
privado de toda dignidad moral, y totalmente inadecuado para ser recibido
en esta venerable logia”
[106]
. El
veredicto del jurado suscita muchas dudas. Algunos periódicos italianos
sugieren incluso que los investigadores policiales de Londres y Roma
han recibido instrucciones de los más altos niveles políticos para
que pronuncien un veredicto de suicidio y cierren el legajo de Calvi
“
en razón de las incómodas
conexiones con el tráfico de armas para Argentina y de la implicación
del banco del Vaticano en este caso”
[107]
. Se
decidió una segunda vista, que tuvo lugar el 27 de junio de 1983.
Durante el debate los abogados de la familia Calvi
y de Carboni
chocan con violencia. La familia Calvi atestigua
que el banquero temía por su vida. Clara Calvi
enumera entre sus muchos enemigos a políticos,
elementos internos del Vaticano y otros. Dice que su marido estaba
dispuesto a dar nombres de figuras políticas y del Vaticano durante
su juicio de apelación, si era indispensable. También revela que en
mayo del 82, un mes antes de su muerte, su marido le había dicho que
un alto funcionario del IOR estaba tratando de apoderarse de los documentos
donde tenía registradas sus operaciones financieras con el banco del
Vaticano. Según
Robert Clarke, el
abogado de Londres que había ayudado a Calvi a conseguir alojamiento
en Londres por petición de Hans Kunz (
amigo suizo de Carboni)
, Kunz le dijo que
Carboni había actuado “en representación de los intereses del Vaticano”
y que si no se hubieran hecho los arreglos para el viaje a Londres
“el gobierno de Italia podría haber caído”
[108]
. El
profesor Antonio Fornari
, director del Instituto
de medicina legal de la universidad de Pavía, presentó en la segunda
vista judicial un peritaje por cuenta de la familia Calvi
.
El profesor Fornari
descubrió en el fondo exterior de los pantalones de Calvi una gran
mancha. Poco antes de morir, Calvi se había sentado en una superficie
muy sucia. En su opinión, en el fondo de una barca. Una persona, en
la oscuridad de la noche, se había situado a su espalda, y sosteniendo
en la mano una cuerda, había hecho el nudo y se lo había apretado
alrededor del cuello: “Lo estrangularon por detrás, dice Fornari,
e inmediatamente después lo colgaron del pretil”
[109]
. La
sentencia del tribunal de Palermo
(8 de noviembre de 1985) contra la cúpula de
la mafia recoge el testimonio de Tommaso Buscetta sobre un oscuro
personaje, Pippo Calò, a quien acusa de estar implicado “en los más
graves secuestros y, en Roma, en tramas oscuras, entre ellas el caso
Calvi
”
[110]
. El proceso supuso 19 penas de cadena perpetua
y otras por más de dos mil años de cárcel. El 23 de marzo del 92 fue
asesinado el juez Giovanni Falcone
, con su mujer y
tres hombres de su escolta. Y
el 19 de julio le tocó al juez Paolo Borsellino
y a cinco agentes. Ambos jueces habían redactado
la sentencia de Palermo. En
1992,
la magistratura
romana consigue trasladar el caso de Calvi a la capital y prosigue
la investigación que concluye con orden de captura contra Pippo Calò
y Flavio Carboni, emitida por el juez Mario Almerighi el 8 de abril
de 1997
. Los dos, según
la acusación, habrían preparado “en colaboración mutua y con otros”
(aún por identificar) el asesinato del banquero “valiéndose de la
organización denominada Cosa Nostra, con el fin de conseguir la impunidad
y conservar el beneficio del delito de colaboración en bancarrota
fraudulenta”: Calò “dando disposiciones a otros delincuentes asociados,
los cuales actuaban materialmente, estrangulando a Calvi y simulando
el suicidio”; Carboni “entregando a Calvi en manos de los ejecutores
materiales”. El
móvil sería el siguiente: “Calvi se habría apoderado, como antes lo
había hecho Sindona, de una parte del tesoro de Cosa Nostra, prometiendo
invertirlo y hacerlo producir, pero al final, atrapado por las deudas,
no habría estado en situación de devolverlo”
[111]
. Según
los magistrados romanos, el banquero milanés fue asesinado por la
trama mafia-camorra-masonería. Calvi
habría podido “transformarse en una astilla
enloquecida no fiable”, “existía el temor de que Calvi pudiera intentar
salvarse mediante maniobras chantajistas contra sus viejos aliados”
y “el temor de que el banquero pudiera revelar
las informaciones que tenía en su poder”
[112]
. Un
pequeño detalle. El cadáver de Calvi aparece sin bigote. ¿Se lo había
afeitado para pasar desapercibido? Un testigo, Cecil Gerard Coomer,
dice haber coincidido (hacia las 22’00) con Calvi, delante del ascensor
del hotel. Llevaba bigote, aunque fuera muy sutil. Le pareció la cara
de Hitler. Parecía pensativo, meditabundo, preocupado. Le acompañaban
dos hombres más jóvenes, que entre ellos hablaban italiano. Tal circunstancia
apoya la hipótesis de que Calvi fuera cloroformizado y después afeitado
para no dejar huella, antes de ser colgado
[113]
.
Orden de captura contra Marcinkus
El
31 de julio de 1982, mes y medio después de la muerte de Calvi
, llegan tres sobres
certificados al Vaticano. Proceden de Milán y los destinatarios son
Paul Marcinkus
y sus dos colaboradores, Luigi Mennini
y Pellegrino De Strobel. Se había iniciado una
investigación sobre la hipotética implicación de los interesados en
la quiebra del Banco Ambrosiano. Los jueces de Milán ordenaban el
secuestro cautelar de los bienes que los tres sospechosos poseían
en territorio italiano
[114]
.
Los tres sobres fueron
entregados al embajador de Italia ante la Santa Sede, Claudio Cheli
. Se rechazaban por
defecto de forma. La transmisión de rogatorias a las autoridades extranjeras
debía hacerse por vía diplomática. El forcejeo sobre formalidades
jurídicas duraría más de cinco años. Además,
los miembros del IOR se acogieron al beneficio de inmunidad, previsto
en el artículo 11 de los pactos de Letrán. El 3 de octubre de 1983,
el juez instructor Antonio Prizzi
rechazó tal pretensión: “A los miembros del
IOR se les han enviado notificaciones judiciales referentes a indicios
de delitos consumados en territorio italiano, con daños a súbditos
italianos y realizados con la colaboración de ciudadanos italianos”. Los
magistrados milaneses siguieron investigando. El 23 de enero de 1987,
Pier Luigi María Dell’Osso pide al juez Renato Bricchetti
que emita una orden de busca y captura contra
Marcinkus
, Mennini
y De Strobel: “El apoyo del IOR, que ha sido
un socio insustituible del sistema operativo puesto en marcha por
Calvi
, ha representado
una constante inequívoca en la actividad realizada por el grupo directivo
del banco Ambrosiano, hasta culminar en la expedición de las cartas
de patrocinio, lo que se ha revelado perjudicial para los intereses
de dicho banco”
[115]
. El
20 de febrero los magistrados milaneses Antonio Prizzi
y Renato Bricchetti
firman las órdenes de arresto. No se pone en
tela de juicio tal o cual operación, sino indistintamente toda la
relación del IOR con el Ambrosiano, el acuerdo, el concierto y la
colaboración que durante varios años se prestaron mutuamente los dos
bancos. A
partir del Banco Ambrosiano de Milán se llegaba a una serie de sociedades
financieras, constituidas en el extranjero, llamadas “panameñas” o
“sociedades fantasma”: “Esas sociedades, dice la orden de captura,
habían sido pensadas y eran controladas por el IOR y por
Calvi
; después, se habían
puesto a disposición de éste para que llegaran a ellas, procedentes
de otras asociadas, sumas ingentes (de capitales) que figuraban como
operaciones bancarias normales”. En realidad, servían “para finalidades
diferentes y producían un enorme flujo de dinero sin retorno”. Según
los magistrados, el IOR se prestaba a “encubrir la realidad para no
dejar ningún rastro sobre las posibles conexiones entre el Ambrosiano
y la principal financiera panameña
de todas las sociedades fantasma”,
“la banca del Vaticano ha sido un apoyo formidable
para las anómalas operaciones de Calvi
”, y todo ello “prueba
la existencia de un entendimiento profundo que funcionaba continuamente,
entre los directivos del IOR y los del Banco Ambrosiano”. Por
ello, el IOR “es responsable de distracción, ocultación, disipación
y, en cualquier caso, de destrucción” del patrimonio del Banco Ambrosiano.
La quiebra supuso un agujero de unos 1.200 millones de dólares (aproximadamente,
156.000 millones de pesetas)”
[116]
. El
13 de abril del 87, el Tribunal de la Libertad italiano rechazó un
recurso del IOR basado en la inmunidad de los acusados. Los abogados
del IOR apelaron al Supremo. El 17 de julio, el Tribunal Supremo italiano
anuló definitivamente las órdenes de arresto: “Un tribunal italiano
no puede entrometerse en lo que han hecho tres directivos del IOR
porque no lo han hecho como individuos privados, sino en cuanto directivos
y administradores del IOR”
[117]
. Los
jueces instructores del Tribunal Penal de Milán jugaron la última
carta, la del Tribunal Constitucional, en una demanda interpuesta
el 26 de noviembre. El 6 de junio del 88, el Tribunal Constitucional
redactaba la sentencia que liberaba definitivamente a Marcinkus
. Ningún tribunal
de la república italiana podía procesar al presidente del IOR y a
sus dos colaboradores. Se establecía el carácter central del IOR entre
los órganos de la Iglesia Católica y se confirmaba la consiguiente
inmunidad garantizada por el Tratado de Letrán
[118]
. Dice
la comisión parlamentaria de investigación sobre la P2: “De hecho,
la presencia del IOR servía de cobertura a la red de bancas, sociedades
fiduciarias e intermediarias, de compañias-sombra, de cuentas bancarias
cifradas, diseminadas por todo el mundo, desde Panamá a Hong Kong;
un enredo, dirigido por el Banco Ambrosiano y por la banda de la P2
que había asumido la propiedad y el pleno control, concebido no sólo
por razones de evasión fiscal y para escapar a los controles de la
autoridad monetaria, sino también para ocultar el flujo y el blanqueo
de dinero sucio”
[119]
. La
relación entre el IOR y el Ambrosiano se había iniciado ya en 1972;
es decir, un año después de que Marcinkus
fuera nombrado presidente del banco vaticano.
A partir de la compraventa de la Banca Católica del Véneto, el IOR
y el Ambrosiano crearon una relación que iba mucho más allá de los
vínculos que unen normalmente a las instituciones de crédito.
Complicidad del IOR
El
27 de diciembre de 1982 se comunicó oficialmente la firma de un acuerdo
para crear una comisión mixta italo-vaticana (tres miembros por cada
parte) que estudiara la cuestión IOR-Ambrosiano. Los
comisarios de la parte italiana distinguen entre una “literatura oficial”
y una “literatura paralela”. El documento más importante en la documentación
paralela es la famosa carta de descargo, pero los comisarios italianos
conocen otros diecinueve documentos del mismo tipo, escritos por Calvi
en un periodo de tiempo muy prolongado y sobre
todo de 1976 a 1981
[120]
. Ello demuestra
que la misión
de las cartas de
patrocinio y de la carta de descargo, por parte de Marcinkus y de
Calvi, representan “la evolución - en un momento difícil - de la técnica
ya experimentada en el pasado”. El
abogado Pasquale Chiomenti
, presidente de la
comisión por parte italiana, concluye que si bien no surge la prueba
cierta de que el IOR sea el verdadero propietario de las sociedades
patrocinadas, aparece en cambio “más allá de toda posibilidad de duda
la prueba de que, al menos desde algún tiempo a partir de 1974, entre
Roberto Calvi
y el IOR hubo muy estrechas relaciones todas
ellas con el fin de cubrir posiciones y actividades no muy ortodoxas
de Roberto Calvi en el ámbito del Banco Ambrosiano y de las sociedades
u otras entidades directa o indirectamente
controladas por éste”. Chiomenti
recuerda que Marcinkus
presentó ante la comisión numerosos documentos
con la intención de desmentir que fuese el propietario de las sociedades
patrocinadas, pero precisamente estos papeles demuestran al mismo
tiempo “que el IOR era conocedor
de que su comportamiento proporcionaba a Roberto Calvi
los medios para poner en marcha operaciones
que a éste no le hubiera sido posible desarrollar a la luz del sol”. Según
los tres comisarios vaticanos, “hasta junio de 1981, el IOR sólo conocía
la MANIC y la United Trading
Company (UTC), pero ignoraba la existencia de las ocho filiales
y, en consecuencia, estaba totalmente a oscuras respecto de su actividad”
[121]
. La
comisión trabajó durante nueve meses escasos y llegó a conclusiones
limitadas. El resultado fue una transacción. El acuerdo se firmó en
Ginebra el 25 de mayo de 1984, en los locales de la Asociación Europea
de Libre Intercambio. Había sesenta funcionarios en representación
de 109 bancos acreedores. La ceremonia no tenía precedentes. El IOR
tenía que pagar 250 millones de dólares, en tres plazos. Por pronto
pago, obtendría un descuento. El IOR pagó exactamente 240.822.222 dólares con 23 centavos
[122]
. Cuando
el periodista inglés Cornwell
pregunta a Marcinkus
por qué pagó el Vaticano semejante suma de dinero
si no tenía nada que ver en el asunto, responde: “Se ha equivocado
usted de hombre”
[123]
. Ese
hombre es Agostino Casaroli
. Secretario de Estado
desde julio de 1979 y desde 1980 miembro de la Comisión de Vigilancia
del IOR, había llegado con nuevos planteamientos. En marzo del 81
se negó a aprobar el balance anual del IOR, si no podía estudiar los
documentos con suficiente antelación. Y al final de la primavera,
se creó una comisión de quince cardenales para estas cuestiones. Según
Flavio Carboni
, sobre el asunto
Calvi
dijo el papa: “Que caiga todo. Dejemos que se
encargue el cardenal Casaroli”
[124]
. Especialmente
contra Casaroli
va la carta que escribe Calvi
a Juan Pablo II
el 5 de junio de 1982, unos días antes de su
muerte:
“Santidad,
he pensado mucho, mucho en estos días. He pensado mucho, Santidad,
y he concluido que Usted es la última esperanza, la última... Santidad,
he sido yo quien ha asumido la pesada carga de los errores y de las
culpas cometidos por los actuales y precedentes representantes del
IOR, incluyendo las fechorías de Sindona
de las que aún sufro las consecuencias. He sido
yo, bajo encargo preciso de Sus autorizados representantes, quien
ha dispuesto conspicuas financiaciones en favor de muchos países y
asociaciones politico-religiosas del Este y del Oeste; he sido yo
quien, de acuerdo con autoridades vaticanas, he coordinado en todo
el Centro-Suramérica, la creación de numerosas entidades bancarias,
sobre todo con el fin de contrarrestar la penetración de las ideologías
filomarxistas y soy yo, finalmente, quien hoy es traicionado y abandonado
precisamente por esta autoridad a quien he rendido siempre el máximo
respeto y obediencia... Los adversarios externos sabemos quiénes son
y Usted, Santidad, lo sabe mejor que nadie y los combate mejor que
nadie; pero los internos, a la Iglesia quiero decir, los afines, como
algunos democristianos, ¿usted, Santidad, los conoce? Yo creo que
no. No soy un chismoso y tampoco uno que acusa por despecho o por
venganza. Y no me interesa, por tanto, detenerme en tantas habladurías
que recaen sobre algunos prelados y, en particular, sobre la vida
privada del Secretario de Estado Casaroli
, pero me interesa
muchísimo señalarle la buena relación que une a este último con ambientes
y personajes notoriamente anticlericales, comunistas y filocomunistas,
como el ministro democristiano Nino Andreatta
, con el que parece
que haya llegado a un acuerdo para la destrucción y repartición del
grupo Ambrosiano... Pero ¿a qué designio quiere o debe obedecer el
secretario de Estado? ¿A qué chantaje?”
[125]
.
La
carta escrita al papa no será enviada ese día y quizá nunca. Calvi
la metió en el maletín que llevó consigo a Londres
en su última fuga. En
1982 Marcinkus
queda excluido en los viajes del séquito papal.
El
11 de febrero de 1984 Bettino Craxi
, entonces presidente
del Consejo italiano, y el cardenal Casaroli
, secretario de Estado
del Vaticano, firman el concordato entre Iglesia y Estado. Se dijo entonces que Craxi había firmado
sólo con la condición de que Casaroli cerrase el contencioso que enfrentaba
al IOR con sus acreedores. Según
el abogado Pasquale Chiomenti
, “el papa estaba
en contra de la idea de pagar un solo céntimo, convencido como estaba
de que se trataba de un litigio entre laicos y de que no había pruebas
legales de la responsabilidad de Marcinkus
”
[126]
. Casaroli
se dirigió al papa y consiguió arrancarle el
sí. Casaroli
comprendió perfectamente, después de pasarse
horas y horas sobre miles de documentos, cuál era el punto débil de
Marcinkus
. ¿Quién poseía la
Manic, UTC y Zitropo, los tres holdings que dirigían numerosas sociedades
fantasma responsables del agujero del Ambrosiano por una suma superior
a los 1200 millones de dólares? No había duda: el IOR, porque las
acciones eran al portador y estaban en su cartera. Pues bien, una
cláusula del acto de Ginebra, el 25 de mayo de 1984, preveía la devolución
por parte de Marcinkus de todos los títulos de aquellos tres holdings
que el IOR llevaba de la mano. ¿Qué significaba todo eso? Muy sencillo:
que el IOR era el auténtico propietario de Manic, UTC y Zitropo; y
que sus directivos no podían ignorar lo que ocurría frente a sus ojos
[127]
. Cuando
la periodista Laura Colby
publicó esta noticia
[128]
en 1987, Marcinkus
se sintió fuera de combate. No respondió inmediatamente,
lo hizo dos años más tarde con un memorial preparado por sus abogados
y reproducido en el libro de Cornwell
, Un ladrón en la noche. Para
demoler la tesis de Marcinkus
habría bastado con revisar la documentación
de la Banca del Gotardo, de Lugano, documentación que Marcinkus esperaba
que permaneciera sepultada en el banco suizo. Sin embargo, “las cajas
con los preciosos documentos suizos
fueron expedidas a Milán en la primavera de 1990, exactamente un día
antes del comienzo del proceso por la quiebra del banco Ambrosiano”.
El
9 de marzo de 1989 se anuncia el cese de Marcinkus
como presidente del IOR. De forma discreta,
se produce en el contexto de una reforma de la estructura del IOR.
Una comisión cardenalicia de cinco miembros, nombrados por el papa
para un período de cinco años, vela por la fidelidad del IOR a sus
estatutos. Un prelado, no obispo, nombrado por la citada comisión,
sigue la vida del instituto, pero sin ninguna función ejecutiva ni
de gestión. Un consejo de administración vela por la actividad financiera;
entre sus funciones figura la de nombrar director y subdirector del
IOR - siempre seglares - y de tres censores de cuentas.
Sindona
,
envenenado
El
27 de marzo de 1980, Sindona
fue declarado culpable de 68 cargos de fraude,
apropiación indebida de fondos bancarios y perjurio. En espera de
la sentencia, fue encarcelado en el Centro Correccional Metropolitano
de Manhattan. El 13 de mayo de 1980, dos días antes de la sentencia,
Sindona intentó suicidarse. El
7 de julio de 1981, el gobierno italiano acusó a Sindona
de ser el responsable del asesinato de Giorgio
Ambrosoli
, abogado
milanés encargado de investigar la quiebra de sus bancos. El
25 de enero de 1982, Sindona
fue sentenciado en Palermo
, junto
a 75 miembros de las familias mafiosas Gambino, Inzerillo y Spatola.
Se les acusó de haber llevado a cabo un tráfico de heroína entre Sicilia
y Estados Unidos por valor de 600 millones de dólares al año
[129]
. Sindona
fue extraditado a Italia en 1984 y en 1986 fue
condenado a cadena perpetua como mandante del asesinato de Ambrosoli
. Murió
el 22 de agosto, en la cárcel de Voghera, por beber café envenenado.
La investigación habla oficialmente de suicidio, pero no logra explicar
cómo le llegó el veneno a Sindona. Dos días antes había sido condenado
a cadena perpetua. Sindona había amenazado revelar, tras años de riguroso
silencio, los misterios de la organización oculta a la que pertenecía
[130]
. Con
dos años de antelación, el 27 de septiembre de 1984, Francesco Pazienza
entregó a su abogado un extraño documento titulado
Cómo será eliminado Sindona
. Escrito
antes de la extradición de Sindona, el documento suponía que si Sindona
era recluido en una cárcel normal sería asesinado por sus mismos compañeros,
mientras que si era recluido en una cárcel de máxima seguridad y en aislamiento (como estaba), los servicios
secretos italianos le harían llegar una taza de café envenenada. En
el caso en que Sindona
muriera en una situación “limpia” e imprevistamente
quiere decir que los americanos han entrado en el juego. Pazienza
afirmaba que sólo los americanos podían procurar
a los italianos venenos sofisticados capaces de matar sin dejar huellas
que se pudieran detectar en la autopsia: “Los italianos no tienen
la posibilidad de usar otra cosa que arsénico y cianuro”. Por tanto,
los responsables de la muerte de Sindona fueron probablemente los
servicios secretos italianos y no los americanos: el veneno usado
fue el cianuro. Los investigadores, sin embargo, encuentran más lógica
la conclusión del suicidio, pues, dicen, Sindona bebió la taza de
café hasta el fondo, a pesar del sabor, del olor y del ardor. Según
Pazienza, también el Vaticano
quería ver muerto a Sindona
, “el
otro que sabía”, además de Calvi
. Junto
a los servicios secretos y el Vaticano, “el tercer interesado en la
muerte de Sindona era Giulio Andreotti
”
[131]
.
El juicio del Banco Ambrosiano
El
juicio por la quiebra del Banco Ambrosiano se inició el 29 de mayo
de 1990, tras ocho años de investigaciones, comenzadas tras empezar
la liquidación del banco, dispuesta 50 días después de la muerte de
Calvi
: “La
decisión judicial, considerada en Italia espectacular, ya que afecta
a personajes de primera línea de la empresa, la industria y las finanzas,
fue emitida tras dos años de debates, 119 audiencias y una semana
de deliberación del tribunal. El agujero financiero provocado por
la bancarrota del Banco Ambrosiano fue de alrededor de 150.000 millones
de pesetas y significó la ruina de muchos ahorradores y grandes vaivenes
en el mundo económico”
[132]
. Las
cúpulas del Banco Ambrosiano y de la logia P2 fueron condenadas por
la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia de Milán. Las principales
condenas cayeron sobre los jefes de la P2:
18 años y medio de
cárcel para Licio Gelli y 19 para Umberto Ortolani
. Las
penas impuestas son 34 en total, que suman más de 300 años de prisión
para 33 imputados. Otros imputados son: el ex administrador del grupo
editorial Rizzoli, Bruno Tassan Din
(14 años); los administradores del Ambrosiano,
Roberto Rosone (12 años) y Orazio Bagnasco
(7 años y medio); el ex agente secreto Francesco
Pazienza
(14 años y 8 meses); Flavio Carboni
(15 años). Diversos
imputados presentaron recursos, que habrían
de resolver el tribunal de Apelación y el Supremo
[133]
. Otro
asunto relacionado con el Banco Ambrosiano, el de la comisión ilegal
de la cuenta llamada Protección,
comisión que termina en las arcas del partido socialista italiano.
El 29 de julio de 1994, el tribunal de Milán pronunció sentencia contra
Bettino Craxi
, ex secretario del
PSI y ex primer ministro italiano, y contra Claudio Martelli
, ex ministro italiano
de justicia, también socialista. Ambos fueron condenados a ocho años
y medio de cárcel. Craxi huyó a Túnez, donde ha permanecido hasta
su muerte. Junto
a ellos fueron condenados Licio Gelli
con seis años y medio de reclusión, el ex vicepresidente
del ENI y socialista Leonardo
Di Donna
con siete años, y el arquitecto Silvano Larini
, por prestar su
cuenta corriente, con cinco años y medio.
Peligrosa conexión
Ciertamente,
sorprende la serie de asesinatos y atentados violentos, relacionados
de una u otra forma con la P2, con la mafia, con el Ambrosiano, con
el Banco Vaticano: el fiscal Giorgio Ambrosoli
, que
investigaba la quiebra de los bancos de Sindona
, es
asesinado el 11 de julio de 1979; el juez Emilio Alessandrini
, que
investigaba las actividades de Calvi
y del Ambrosiano, es asesinado el 29 de enero
de 1979; Juan Pablo I,
que quería terminar con los negocios vaticanos,
muere en extrañas circunstancias el 29 de septiembre de 1978; en mayo
del 81, cuando ha abandonado a su suerte al Ambrosiano y Calvi es
encarcelado, Juan Pablo II
sufre un brutal atentado; Calvi muere ahorcado
en 1982; la secretaria de Calvi y un ejecutivo del Ambrosiano mueren
también ese mismo año; Sindona muere envenenado en 1986. En conclusión, la conexión IOR-Ambrosiano resulta
muy peligrosa. En
septiembre del 89, del 10 al 17, estuve en Tenerife dirigiendo un
curso de inspiración catecumenal
en la parroquia de La Vera. Precisamente, esos mismos días
el cardenal Antonio Javierre
, responsable
de los archivos vaticanos,
predicaba el quinario del Cristo de la Laguna. Además, daba unas conferencias
en un convento de Garachico, antigua capital de la isla. Fui con un
grupo a la conferencia del sábado. El tema era la misión de los laicos
en la Iglesia de hoy. Tras la conferencia, que fue en la capilla,
no hubo diálogo, sino una misa solemne. La primera lectura hablaba
del becerro de oro, ese
falso dios ante el que se postra el pueblo de Israel
[134]
. En
la homilía el cardenal habló de la Virgen y, al parecer, sin inspirarse
en el canto del Magnificat. Por supuesto, no esperábamos que revelase
ningún secreto vaticano. Al
día siguiente, de vuelta hacia Madrid, leí en el periódico un artículo
que me llamó la atención. Era de un sacerdote que es, precisamente,
hermano del cardenal. No sé por qué sacaba a colación el lamento del
poeta Pablo Neruda
: “Busqué
a los sabios sacerdotes,/ los esperé después del rito,/ los aceché
cuando salían/ a visitar a Dios y al diablo./ Se aburrieron con mis
preguntas./ Ellos tampoco sabían mucho;/ eran sólo administradores”
[135]
. No
pude menos de recordar lo del día anterior.
Pensé en los sabios sacerdotes que escriben libros sobre el
papa Luciani
y no quieren saber nada del moderno becerro
de oro.
[1]
LUCIANI, Opera Omnia (II), 465-466; ver KUMMER, R., Albino Luciani, papa Giovanni Paolo I, Ed. Messaggero, Padua, 1988,
273-283; y ZIZOLA, Il papa
che non volle farsi re, 162.
[2]
Ver la introducción de Loris F. Capovilla
al libro LUCIANI,A., Con il
cuore verso Dio. Intuizioni profetiche di Giovanni Paolo I.
A cura di Saverio Mirijello. Neri Pozza Editore, Vicenza, 1995,
9.
[3]
Ver YALLOP, 70.
[4]
DOMENECH,
Marcinkus
. Las claves secretas de las finanzas vaticanas, Ed.
B, Barcelona, 1987, 32.
[5]
Ib.,
77.
[6]
Ib.,
35.
[7]
Ib.,
36.
[8]
Ver
Mario GUARINO, I mercanti
del Vaticano, Kaos, Milán, 1999, 10-11.
[9]
Ib., 12.
[10]
Hch
2,42-47.
[11]
PC 15;AG 25;PO 17 y 21;LG 13;DV 10.Ver
AA.VV., El Concilio del siglo
XXI, PPC, Madrid, 1987, 117-118.
[12]
LAI, I segreti del Vaticano
da Pio XII a papa Wojtyla, Ed. Laterza, Roma-Bari, 1984,100.
[13]
Ver DI FONZO, Michele
Sindona
, el banquero de San Pedro
, Planeta, Barcelona, 1984, 36.
[14]
Ver GURWIN, El
caso Calvi. La muerte de un banquero, Ed. Versal, Barcelona,
1983, 37.
[15]
DI FONZO, 46.
[16]
GURWIN, 38.
[17]
Ib., 40.
[18]
DI FONZO, 99 y 243.
[19]
Ib., 88.
[20]
Ib., 81.
[21]
MARINO, G.C., Historia de la mafia. Un poder en las sombras,
Javier Vergara Editor, Barcelona, 2002, 323-324.
[22]
La
Nazione, 25-8-81.
[23]
GURWIN, 33.
[24]
Ver SISTI,L.-MODOLO,G., El embrollo del Ambrosiano y la logia P2, Ed. Plaza & Janés, Esplugues
de Llobregat (Barcelona), 1983, 61.
[25]
Ver GURWIN
, 29.
[26]
Ver SISTI-MODOLO, 62.
[27]
Ib., 44.
[28]
Ver SISTI-MODOLO, 67-68.
[29]
Ib., 75.
[30]
DI FONZO, 22-23.
[31]
Ib., 14 y 16.
[32]
Ib., 18.
[33]
DOMENECH, 100.
[34]
Ib., 24.
[35]
SISTI-MODOLO, 66.
[36]
Ib.,
166.
[37]
CpiP2,
vol. 1, tomo 1, 150. Ver
FLAMIGNI, Trame atlantiche.
Storia della Loggia massonica segreta P2, Ed. Kaos, Milán, 1996,
285.
[38]
DI FONZO, 234.
[39]
SISTI-MODOLO, 26-27.
[40]
Ib., 26.
[41]
Ib., 39.
[42]
YALLOP,
195.
[43]
CpiP2,
vol. 3, tomo, 6, 117. Ver
FLAMIGNI, 289.
[44]
SISTI-MODOLO,91-92.
[45]
Ib.,85.
[46]
Ver GURWIN, 72-74.
[47]
SISTI-MODOLO, 102.
[48]
DE ANGELI, F., Le guide di Mafia connection, II, Biblioteca e Centro Documentazione,
1992, 275.
[49]
GURWIN, 98.
[50]
Los demás accionistas son los siguientes:
Toro Assicurazioni (5’11), Kredietbank de Amberes (3’09), Crédito
Overseas de Panamá (2’98), SAPI (1’58), Lantana de Panamá (1’40),
Cascadilla de Panamá (1’40), Rekofinanz de Vaduz (1’22), Ulricor
de Vaduz (1’04), La Fidele de Panamá (1’02), Cogebel Lux de Luxemburgo
(1’00), Ecke de Liechtenstein (0’92), Finkurs de Liechtenstein (0’92),
Finprogram de Panamá (0’92), Orfeo de Panamá (0’92), Marbella de
Panamá (0’92), Sektorinvest de Liechtenstein (0’65), Crédit Commercial
de France (0’46), Sansinvest de Liechtenstein (0’46), Italfid Italtrust
(0’70). Ver SISTI-MODOLO, 80-81.
[51]
GURWIN, 85-86.
[52]
Ib., 167.
[53]
DI FONZO, 256.
[54]
Ibidem.
[55]
Ib., 260.
[56]
Ib., 267.
[57]
Carlo Bordoni fue director de las
operaciones clave del grupo Sindona.
[58]
DI FONZO, 270-271.
[59]
Ib., 274.
[60]
Ib., 275.
[61]
GURWIN, 101.
[62]
SISTI-MODOLO, 118.
[63]
En la sentencia del juez Giuliano
Turone, 17 de julio de 1984, 307-308; ver FLAMIGNI, 287.
[64]
GURWIN, 102.
[65]
YALLOP,
416.
[66]
TRIBUNALE DI MILANO, III SEZIONE PENALE,
UBS - Lugano. 633369 "Protezione",
Ed. Kaos, Milán, 1996, 111-113.
[67]
COEN-SISTI, Marcinkus, el banquero de Dios, Grijalbo, Barcelona, 1992, 150.
[68]
COEN-SISTI, 194.
[69]
GURWIN, 105.
[70]
Ib., 106 y 109.
[71]
Ib., 93-94.
[72]
CpiP2, vol. 8, tomo 10, p. 399; ver
FLAMIGNI, 308.
[73]
GURWIN, 118.
[74]
Ib., 121.
[75]
Ibidem. Ver COEN-SISTI, 77.
[76]
Ver GURWIN, 122.
[77]
CORNWELL, 100.
[78]
GURWIN, 135.
[79]
Declaración de Carlo De Benedetti
al Procurador de la República de Milán, 8 de julio de 1982.
[80]
PAZIENZA, F., Il disubbidiente, Longanesi & C., Milán, 168.
[81]
Ib., 183-184.
[82]
Ib., 186.
[83]
Ib, 252.
[84]
SISTI-MODOLO, 271.
[85]
Ib., 214.
[86]
Ib., 123-125.
[87]
TRIBUNALE DI MILANO, III SEZIONE PENALE, UBS - Lugano. 633369 "Protezione",
5-6,12-13, 61-62 y 205-207. Ver SISTI-MODOLO, 237.
[88]
ABC, 30-7-1994.
[89]
GURWIN, 145.
[90]
SISTI-MODOLO, 272-275.
[91]
PAZIENZA, 253-255.
[92]
ZIZOLA, G., La restauración del papa Wojtyla
,
Ed.
Cristiandad, Madrid, 1985, 172.
[93]
GURWIN, 146.
[94]
PIAZZESI-BONSANTI, La historia del banquero Roberto Calvi
,
Planeta,
Barcelona, 1984, 133-134.
[95]
ZIZOLA, 166.
[96]
Ibidem.
[97]
GURWIN, 151.
[98]
Ib., 268.
[99]
PIAZZESI-BONSANTI, 144.
[100]
Ib., 146.
[101]
Ib., 158-159.
[102]
COEN-SISTI, 121.
[103]
Ver GURWIN, 269-270.
[104]
Ib.,181-182.
[105]
GURWIN, 193.
[106]
DE LA CIERVA,R., La palabra perdida. El triple secreto.
Orígenes internos, constituciones y rituales
secretos de la masonería, Ed. Fénix, 1999, 215-216.
[107]
The Observer, 11-7-82.
[108]
GURWIN,
265.
[109]
Ib., 201.
[110]
TRIBUNALE DI PALERMO, Mafia. L'atto d'accusa dei giudici di Palermo
. A cura di Corrado Stajano. Editori
Riuniti, Roma, 1992, 102.
[111]
ALMERIGHI, M., I banchieri di Dio. Il caso Calvi, Ed. Riuniti,
Roma, 2002, 1-8.
[112]
Ver PAZIENZA, 362.
[113]
Ver ALMERIGHI, 152-155.
[114]
DOMENECH, 226.
[115]
Ver COEN-SISTI, 72.
[116]
DOMENECH, 233-236.
[117]
Ib., 233.
[118]
Ver íb., 92.
[119]
CpiP2,
vol. 3, tomo 6, 127. Ver
FLAMIGNI, 290.
[120]
PIAZZESI-BONSANTI, 208.
[121]
Ib., 209-212.
[122]
Ver DOMENECH, 216-219.
[123]
CORNWELL, 103.
[124]
DOMENECH, 167 y 189-191.
[125]
La
Repubblica, 19-20 abril 1992.
[126]
COEN-SISTI, 241.
[127]
Ib., 244.
[128]
LAURA COLBY,
Vatican Bank played a central
role in fall of Banco Ambrosiano, en Wall
Street Journal (27-4-1987).
[129]
Ver DI FONZO, 279-280.
[130]
DE ANGELI,
Le guide di Mafia connection,
I, 200.
[131]
Ver WILLAN,
I burattinai. Stragi e complotti
in Italia, Tullio Pironti Ed., Napoles, 1993, 118-119.
[132]
Ver El País,
17-4-1992.
[133]
Ibidem.
[134]
Ex 32,7-14.
[135]
En Ya, 17-9-1989. |