7.
LA SORPRESA DE VON BALTHASAR
En
la primavera de 1988, de forma muy discreta, se publicó en Suiza un
libro, que fue la última obra
preparada por Hans Urs Von Balthasar
[1]
.
Este famoso teólogo suizo nació en Lucerna (Suiza) el 12 de agosto
de 1905. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1929. En 1945 fundó con
Adriana Von Speir
la comunidad Johannes, una comunidad de cristianos
consagrados a Dios que viven en medio del mundo. Está considerado como uno de los grandes teólogos
del siglo XX. Adriana
Von Speir
nació el 20 de septiembre de 1902 en La Chaux-de-Fonds
(Suiza), en el seno de una familia protestante. En 1940 se convirtió
al catolicismo de la mano de Von Balthasar
, que
sería su director espiritual hasta el final de su vida. Ese año, el
día de todos los Santos recibió el bautismo. Casada y madre de familia,
ejerció la medicina en Basilea con una entrega ejemplar. Murió el
17 de septiembre de 1967.
El último libro del teólogo
El
último libro preparado por Von Balthasar
se titula Erika.
Erika Holzach
nació en Basilea el 26 de agosto de 1903. De
familia protestante, como Adriana, su trayectoria es semejante. Por
medio de una amiga católica conoció a un jesuita que durante un año
le dio en secreto clase de religión. En 1927, en la fiesta de todos
los Santos, se bautizó en la Iglesia Católica. Por este
motivo su padre, que era masón, la echó de casa. En 1929 se hizo religiosa de la congregación de Santa Catalina.
Fue secretaria del profesor Feiner
, teólogo
y perito en el Concilio Vaticano II. Al final de su vida dejó la congregación,
con la que tenía profundas diferencias, e ingresó en la comunidad
Johannes. Murió el 23 de febrero de 1987. Del
libro existe sólo la versión alemana. Había pasado bastante desapercibido,
pero Andrea Tornielli
lo dio a conocer
en 1993
[2]
. Es
una colección de apuntes de sor Erika. En principio, podría parecer
de escasa importancia, pero contiene algunas sorpresas: por ejemplo,
la visión del asesinato de Juan Pablo I,
la valoración que Von Balthasar
hace de la visión como revelación privada, la
comunicación al papa Juan Pablo II
de todo lo que a él le afecta, la petición de
rehabilitación de Von Balthasar. Juan Pablo II le nombró cardenal
el 29 de mayo de 1988. Juan Pablo I f
ue
asesinado
Erika
afirma haber tenido una visión de Juan Pablo I en los días inmediatamente
posteriores a su muerte: “Poco después de la muerte del papa Luciani
, antes
de su entierro, le reconocí de repente conmigo de forma espiritual,
en Dios. El estaba allí, tan seguro y tan real como los ángeles o
los santos. El estaba allí para todos, también para mi, aunque no
sea digna. El está radiante y feliz, pero yo no ‘veo’ nada. Lo sé
con el ‘corazón’ o con mi
‘persona’. Todo pertenece al mundo de Dios”
[3]
. La
visión del asesinato de Juan Pablo I,
que (al parecer) debe situarse al final de la
vida de Erika, es como sigue: “Anoche, casi al final de mi oración
en el mundo de Dios, se me dio a conocer algo con claridad: En esa
noche, cuando el papa Juan Pablo I fue asesinado, entraron dos hombres
en su habitación y se dirigieron a él. El primero tenía la jeringuilla
mortal, el otro tenía que vigilar. El Santo Padre se despertó y se
dio cuenta inmediatamente de que le querían matar. También vio al
segundo hombre. El no pudo ni quiso defenderse, sino que aceptó la
muerte voluntariamente y por amor. Todo ocurrió muy rápidamente. La
querida Madre de Dios me ha revelado que el Santo Padre se ha entregado
totalmente en el último instante, encomendándola también la Iglesia
y el futuro papa. Si no me
equivoco, posteriormente el segundo hombre, el que vigilaba, fue asesinado
por el primero por ser cómplice. Esto es todo. Yo estaba muy turbada,
pero Jesús me regaló una gran paz. Después se me dijo que esto que
he conocido con la muerte de Juan Pablo I no ha sido un fin, sino
un principio. De repente, mi espíritu estaba en contacto vivo y confiado
con el papa muerto. Él me mostró que lo que le importa es que el actual
Santo Padre se entere de su muerte. Él ha muerto por amor a Cristo
y por amor a la Iglesia”
[4]
. Juan
Pablo I a
parece
en distintas ocasiones en las visiones de Erika, que dice: “Me habló
del Sínodo, que ha sido convocado por el Santo Padre a finales de
noviembre hasta el 8 de diciembre...
Me dijo que él quiere, por deseo de la Madre
de Dios, ayudar a que cada sínodo de obispos responda a las preguntas
conforme a la verdad y valientemente. Deben invocarle. El protegerá
a su sucesor de forma especial”
[5]
. Esta
doble referencia de Erika a la muerte de Juan Pablo I y
al sínodo de obispos converge claramente con
el artículo que publiqué en octubre del 85 sobre el mismo tema. Dije
entonces: “La muerte de Juan Pablo I y su significado es algo que
no debe olvidarse, a la hora de hacer examen del momento presente
de la Iglesia. Todo lo que en su día se quiso enterrar con su cuerpo,
está apareciendo de diversas formas ante la conciencia de la Iglesia
y del mundo. Los padres sinodales deberían, valientemente, tenerlo
en cuenta, porque está en juego la relación de la Iglesia consigo
misma, con el mundo y, por supuesto, con Dios”
[6]
.
Revelación privada
En
la introducción al libro, Von Balthasar
explica que Erika, en los últimos años de su
vida, se caracterizó por una total disponibilidad a recibir “visiones”
referentes a acontecimientos eclesiales importantes, algunos de los
cuales “pueden ser sólo apuntados”: “Fue importante la visión del
asesinato del papa Luciani
(Erika no sabía nada de las tesis de Yallop
) con
el que coincide posteriormente en gran medida (como se muestra aquí).
Esto es una ‘revelación privada’ y hay que interpretarla adecuadamente.
Importante es también su relación con el Santo Padre actual; todas
las experiencias que a él le afectan le fueron notificadas”
[7]
. Realmente,
sorprende que la visión de Erika haya sido acreditada y publicada
por un teólogo del prestigio internacional de Von Balthasar
, que haya sido comunicada al papa Wojtyla
, que
Erika haya pedido la rehabilitación de Von Balthasar como deseo de
Dios y que el papa le haya nombrado
cardenal. En efecto, el teólogo Von Balthasar
fue nombrado cardenal por el papa Wojtyla
en mayo de 1988 y falleció el 26 de junio del mismo año, apenas dos días
antes de recibir en Roma el capelo cardenalicio. Como
dice Tornielli
, las
visiones de Erika, aunque se presenten como “revelaciones privadas”, “no dejarán de reencender los reflectores sobre
la muerte del papa Luciani
. De
vidente en vidente, también sor Lucía
...
había ‘visto’ algo referente a Juan Pablo I.
En 1977 el patriarca de Venecia había dirigido
una peregrinación diocesana a Portugal. Llegado a Fátima
se le dijo que sor Lucía quería verlo. Del principio
al fin del encuentro la religiosa se dirigió a él llamándolo ‘Santo
Padre’. Luciani salió algo turbado de aquel encuentro. Según lo contado
por algunos testigos, que vieron al patriarca salir muy impresionado
del encuentro, la vidente le había predicho la elección y un brevísimo
pontificado”
[8]
. Sobre
este asunto y sobre el secreto de Fátima hablaremos más adelante.
Discernimiento necesario
Von
Balthasar
presenta la visión de Erika como revelación
privada. En el discernimiento, siempre necesario, queda por ver si,
como sucede en el lenguaje simbólico de los sueños, también aquí no
haya que tomarlo todo al pie de la letra. Aunque sean semejantes a
los sueños, las visiones sorprenden más: son algo excepcional, se
producen en estado de vigilia y, en muchos casos, instantes después
del sueño. Lo que hay que discernir es si el sueño o la visión son
una señal del espíritu de Dios
[9]
o si,
por el contrario, se trata de una alucinación. Conviene
recordar lo que se dice en el libro del Eclesiástico: Adivinaciones,
augurios y sueños cosas vanas son. A menos que te sean enviadas por
el Altísimo en visita, no abras tu corazón a estas cosas
[10]
. Según
dice Von Balthasar
, Erika tuvo tres o cuatro predicciones sobre el día de su muerte para la que se preparaba
intensamente, pero las predicciones no se cumplieron
[11]
. Al
fin y al cabo, como dice el Señor, de aquel día y hora, nadie sabe
nada
[12]
. En
la novela La sotana roja
(1983) de Roger Peyrefitte
se atribuye la muerte del papa a una inyección
practicada por el mafioso Brucciato, acompañado de monseñor Hulot
y de monseñor Larvenkus... Realmente, cuesta creer que Villot
(Hulot) y Marcinkus
(Larvenkus) participaran en el asesinato, pero
no sucede lo mismo con Danilo Abbruciati
(Brucciato), profesional del crimen organizado
que sería asesinado después (el 27 de abril de 1982) en el atentado
contra Roberto Rosone, vicepresidente del Banco Ambrosiano. El autor,
diplomático francés y experto en temas vaticanos, advierte al principio
que pretende describir lo verdadero bajo los rasgos de la fábula.
Por tanto, es preciso distinguir una cosa de otra. Por
cierto, Peyrefitte
se encuentra entre los autores preferidos de
Adriana Von Speir
, fundadora
con Von Balthasar
de la comunidad Johannes a la que se incorporó
Erika al final de su vida. Dice Von Balthasar en su libro sobre
Adriana: “Desde 1940 se ve obligada a guardar cama hasta mediodía.
La noche estaba consagrada casi exclusivamente a la oración, tras
un tiempo de lectura, por la tarde, de dos o tres horas; por entonces
leía todavía con una rapidez increíble: en una tarde devoraba una
novela francesa. Su programa nocturno comportaba sufrimientos, oración
y los viajes a que nos referiremos más adelante... Tuvo ocasión de
leer entonces una gran parte de la literatura francesa moderna”. Lee
también “numerosas novelas policíacas”. Entre sus autores preferidos
se encuentra Peyrefitte
[13]
. Dice
también Von Balthasar
: “La
expresión ‘estar a disposición de’ aparece constantemente en sus libros.
Dios le tomaba la palabra y en las horas nocturnas de oración le hacía
‘viajar’ sin descanso a lugares siempre nuevos”. Hasta en sus últimas
semanas, Adriana mencionaría estos “viajes”: durante la guerra a los
campos de concentración; después, sobre todo, a los monasterios, en
particular a los monasterios contemplativos en los que había que renovar
el espíritu; a los confesonarios, testigos de confesiones sin fervor
y absoluciones mediocres; a los seminarios; a menudo también a Roma,
a la Curia, o incluso a una pequeña iglesia abandonada donde nadie
entraba a orar. “Se sentía siempre físicamente presente y, sin embargo,
invisible; con frecuencia terminaba mortalmente extenuada a causa
de estos combates espirituales: la ayuda que se esperaba de ella exigía
un esfuerzo sobrehumano”
[14]
. Erika
reconoce que todo esto es muy extraño y teme engañarse: “Mi entendimiento
humano crítico temía ser víctima de engaños. Jesús me enseñó reiteradamente
que no necesitaba entender; mi director espiritual me pedía que lo
escribiera todo”
[15]
. Erika
se remite, como ejemplo, a las visiones de Adriana: “Todo es muy extraño,
pero debo escribirlo. Adriana von Speir fue ‘en persona’ así para
los hombres, para ayudarles cuando todavía vivía”
[16]
. Von
Balthasar
da esta semblanza de Erika: “Erika, a la que
conocí bien en los últimos años, era una persona totalmente normal,
inteligente, versada en las cosas del mundo en las que se ocupaba,
con un inteligente humor y siempre con un acertado conocimiento de
las personas”
[17]
.
Von Balthasar
,
nombrado cardenal
Ciertamente,
llama la atención que el último libro de Von Balthasar
(publicado en la primavera de 1988) sea sobre
Erika; que Von Balthasar comprometa su autoridad con la calificación
teológica que atribuye a la visión del asesinato de Juan Pablo I:
revelación privada; que Juan Pablo I ‘hablara’
a sor Erika del sínodo de 1985 y del deseo de la Madre de Dios de
ayudar a los sínodos de obispos
para que respondan “conforme a la verdad y valientemente”; que sor
Erika solicite como deseo de Dios la rehabilitación de Von Balthasar;
que Juan Pablo II
le nombrara cardenal, teniendo conocimiento
de todo ello. He
aquí la petición que recibe Erika sobre la rehabilitación de Von Balthasar
: “A
las 5 de la mañana estaba nuevamente despierta, y Dios me mostró sus
deseos. Con este nombre, Juan, funciona la comunidad Johannes de Adriana
y de B. (Von Balthasar), la cual tiene como Patrón al Apóstol Juan. Dios quiere que B. sea rehabilitado y admitido de nuevo en
la Orden de SJ”
[18]
. Antes
de la comunión, Erika pidió
a San Ignacio su intercesión y ofreció la comunión por el General
de la Compañía de Jesús, P. Kolvenbach
. Al
parecer, el General de los jesuitas no se inmutó. Quien sí lo hizo
es el papa Juan Pablo II
, que
rehabilitó a Von Balthasar,
nombrándole cardenal. Erika
acepta sufrir por el papa actual: “Jesús me preguntó si estaba dispuesta
a sufrir por el Santo Padre. Un sufrimiento espiritual terrible vino
sobre mí... tuve una tortura, que es indescriptible. Era tan grande
que exclamé: Dios mío, Dios mío (¿por qué me has abandonado?). Entonces
vi a Jesús en su sufrimiento y El me dio paz”
[19]
. Según
Erika, Juan Pablo II
sabe (y lo cree) que su antecesor fue asesinado:
“El Santo Padre lo ‘sabe’ y lo cree. Yo debía apuntar esto en el librito.
El mismo, Jesús, ha sido matado en el último papa por el odio de los
hombres, como entonces en el Calvario”
[20]
. En
noviembre del 93, Cornelia Capol
, responsable
de la comunidad Johannes, manifiesta a Fuensanta Muñoz
, de
la comunidad de Ayala, que la visión de Erika fue “algo que pasó”,
“una revelación privada”, pero “no es el centro de su actividad”,
“el libro sobre Erika no es uno de los más importantes”. Con
fecha 25 de marzo de 1995 escribí a Cornelia, con la intención de
seguir haciendo un discernimiento sobre la visión de sor Erika, pero
no he recibido respuesta.
[1]
VON BALTHASAR, Erika, Johannes Verlag, Einsiedeln-Trier, 1988.
[2]
En la revista Il Sabato, 23-10-1993.
[3]
VON BALTHASAR, 174.
[4]
Ib., 175-176.
[5]
Ib., 176.
[6]
En Vida Nueva 1497 (1985),24.
[7]
Ib., 173.
[8]
Ver Il Sabato,
23-10-1993.
[9]
Jl 3,1.
[10]
Eclo 34,5-6.
[11]
VON BALTHASAR, 174.
[12]
Mt 24,36.
[13]
VON BALTHASAR
Adrienne von Spair. Vida y misión teológica. Ed.
Encuentro. Madrid, 1986. 33-34.
[14]
Ib.,35.
[15]
VON BALTHASAR, Erika, 13.
[16]
Ib., 128.
[17]
Ib., 14-15.
[18]
Ib., 164.
[19]
Ib., 117.
[20]
Ib.,121. |