8.
ATENTADO PAPAL, SECRETO DE ESTADO
El
atentado contra Juan Pablo II
en la plaza de San Pedro
, el 13 de mayo de
1981, es un enigma endiablado. Se han dado diversas explicaciones:
la pista búlgara, que lleva a los países del Este, a Bulgaria y al
antiguo KGB soviético; la pista atlántica, diametralmente opuesta,
que lleva al grupo terrorista de los Lobos Grises, de extrema derecha,
grupo vinculado con los servicios secretos occidentales
y con la CIA
[1]
, pero también con la mafia y con el tráfico de armas y
de drogas; la pista italiana, compatible con la anterior, que considera
el atentado un “asunto interno italiano”: miembros de los servicios
secretos italianos vinculados a la logia P2 desviaron interesadamente
la investigación echando la culpa a los búlgaros y a los rusos. Pero
se impone la pregunta: ¿por qué determinados miembros de los servicios
secretos italianos vinculados a la P2 podrían estar interesados en
desviar la investigación?
Alerta francesa
En
la orden de arresto, firmada por el fiscal general Achille Gallucci
, se le acusa al
agresor Ali Agca
de haber atentado contra la vida del papa “en
colaboración con otras personas cuya identidad sigue siendo desconocida”
[2]
. En
un primer momento, Luciano Infelisi, el magistrado encargado del caso,
declaró: “Para nosotros existen pruebas documentales de que Mehmet
Ali Agca
no actuó solo”
[3]
. Sin embargo, fuentes del gobierno italiano manifestaron
lo contrario: “La policía está convencida de que Agca actuó en solitario”
[4]
. El
auto de procesamiento del magistrado Infelisi
fue revisado, se suprimió la referencia a la
colaboración de otras personas y, a los pocos días, el propio Infelisi
fue apartado del caso. “No
tenemos ninguna prueba, ni indicios, ni pistas, ni la menor evidencia
de que exista una conjura internacional”, dijo Alfredo Lazzarini
, jefe de la DIGOS
[5]
, la policía antiterrorista italiana. Por
su parte, un alto funcionario de la CIA en Washington
declaró que se trataba de un “asunto interno
italiano” y que intervenir en él “no sería procedente”
[6]
. El
mismo día del atentado, a las 20’15, el informativo del canal alemán
ARD dio la filiación política del agresor, una pista importante a
tener en cuenta: “Mehmet Ali Agca ha sido miembro de los Lobos Grises
turcos, de extrema derecha”
[7]
. Con
ayuda exterior, de oscuras fuentes,
Agca
había escapado de la cárcel turca de Kartal
Maltepe el 23 de noviembre de 1979, donde estaba preso por el asesinato
de Abdi Ipekci, redactor-jefe del diario Milliyet,
de izquierda moderada. El asesino Agca utilizó su fórmula particular:
asumir él sólo la responsabilidad del delito y ser liberado después. Hoy
se sabe que el movimiento de los Lobos Grises, de extrema derecha,
estaba alimentado por los servicios de información norteamericanos
y occidentales. El periodista e investigador alemán Jürgen Roth
dice en su libro Mafias de Estado: “En 1991 en Europa se descubrió la existencia de
una estructura de comando militar secreta: Gladio. La contraguerrilla
turca era una parte integrante de esta organización secreta de la
OTAN. Los Lobos Grises y la contraguerrilla se veían como las más
importantes fuerzas anticomunistas en Turquía. En consecuencia gozaban
de un gran apoyo internacional. Que fueran una amenaza para la democracia
no interesaba en ese momento de la guerra fría”
[8]
. Los
Lobos Grises, que aúllan literalmente, son un partido que se dedica
al tráfico de armas y de droga. Para ellos, lo malo es el comunismo,
no la droga. La droga es un medio de financiación: “Cuando se exigía
en Europa el pago de las armas, se pasaba heroína de contrabando a
Europa... Los Lobos Grises se ocupaban de la distribución de heroína
e invertían los ingresos en compras de armamentos”
[9]
. Si no se tiene en cuenta esta pista, la del
tráfico de armas y de droga, no se entiende nada. Al
día siguiente de escapar de la cárcel, Agca envió una carta al diario
Milliyet, amenazando con matar al papa
durante su prevista visita a Estambul, que habría de realizarse tres
días después: “Los
imperialistas occidentales, temiendo que Turquía y sus naciones islámicas
hermanas puedan convertirse en una potencia política, militar y económica
en el Próximo Oriente, envían a Turquía, en tan delicado momento,
al Jefe de las Cruzadas, Juan Pablo, disfrazado de dirigente religioso.
Si esta visita... no es cancelada, sin duda, mataré al papa-jefe.
Este es el único motivo de mi huida de la cárcel. Además, la responsabilidad
en el ataque a La Meca, atribuible a norteamericanos e israelíes,
no quedará sin castigo”
[10]
. Es
la carta de un fundamentalista islámico exaltado, pero Agca bebía
y rara vez se le veía en una mezquita. Nada tenía de musulmán fanático.
Sin embargo, es el primer aviso del agresor. Fuera por lo que fuera,
el enigmático y siniestro viaje de Agca hacia la plaza de San Pedro
había comenzado. El Vaticano fue advertido de antemano por el
SDECE, el servicio francés de documentación exterior y de contra-espionaje:
“En el mes de abril de 1981, ciertos servicios del SDECE, aún dirigido
por Alexandre de Marenches, están persuadidos de que se prepara un
atentado contra el papa. Disponen de suficiente información y es suficientemente
seria como para inducir su convicción absoluta: ¡un asesino va a pasar
a la acción en Roma! En torno al 20 de abril, Alexandre de Marenches
envía a dos de sus más próximos colaboradores cerca del Santo Padre
para advertirle del peligro... Recibidos discretamente en el Vaticano,
transmiten a la Santa Sede la información detallada de la que disponen.
Esta información es explosiva, pues pone directamente en cuestión
a una potencia extranjera”
[11]
. Por
tanto, había complot contra el papa, pero surge la pregunta: ¿Esa
potencia extranjera era realmente Bulgaria? Y también: ¿Estaba en
marcha un montaje occidental para poner en dificultades al bloque
soviético? Y finalmente: ¿Detrás de todo se ocultaba un tráfico colosal
de armas y drogas a través de media Europa?
Proceso relámpago
El
abogado defensor de Agca
cuestionó la jurisdicción del tribunal italiano
alegando que los disparos se habían producido en suelo vaticano. El
tribunal desestimó la alegación citando los acuerdos de Letrán entre
el Vaticano e Italia, que preveían un caso semejante. Por su parte,
Agca rechazó la jurisdicción del tribunal italiano y se negó a contestar
preguntas en la sala: “No contestaré. No reconozco
a este tribunal. El juicio ha concluido. Gracias”
[12]
. El
juicio fue rápido, duró sólo tres días. El fiscal Nicola Amato, en
nombre del Estado italiano, hizo una larga exposición del delito de
Agca,
“carente de argumentaciones técnicas y jurídicas”.
El fiscal se refirió a “los escasos resultados de las investigaciones
para establecer contactos, apoyos o complicidades de las que ha gozado
indudablemente el acusado en los meses precedentes al atentado en
la plaza de San Pedro”
[13]
. El
abogado defensor, Pietro D’Ovidio, conocido por haber defendido a
los neofascistas Fredda y Ventura
[14]
, hizo todo lo posible por evitarle a Agca
la cadena perpetua. Le presentó como un “solitario
paranoico y esquizofrénico”, un “exaltado religioso que pensaba convertirse
en un héroe de la religión musulmana matando al papa de los cristianos”
[15]
. Momentos
antes de la lectura de la sentencia, el diario vaticano L’Osservatore Romano salió a la calle con un artículo de primera plana
en el que se hacía la siguiente pregunta: “¿Fue la locura o fue algo
más lo que guió aquella mano homicida?”
[16]
. El
22 de julio, el Tribunal de Primera Instancia de Roma, presidido por
el juez Severino Santiapichi
, dictó la sentencia
impuesta a Agca
: cadena perpetua
y un año de aislamiento total. El tribunal estaba formado por tres
jueces oficiales y diez jueces populares elegidos por sorteo entre
los ciudadanos. Entre ellos figuraban dos amas de casa, dos maestros
jubilados y un criador de conejos
[17]
. En
la declaración de motivos, el juez Santiapichi
reconoció lo siguiente: “Surgen graves preguntas
referentes a la posibilidad de una complicidad material en el crimen
y de una conspiración en altos niveles
”. El agresor
del papa “demostró poseer un adecuado conocimiento
de un fenómeno intrincado, de hechos específicos y mecanismos íntimos,
que no hubiera podido tener sin estar implicado de algún modo en una
empresa criminal”. Sin embargo, la índole de esta empresa no pasaba
todavía de ser una conjetura
[18]
. La
declaración fue archivada en la Cancillería el 24 de septiembre de
1981. Quedaba a disposición de quien la solicitara, pero nunca fue
publicada completa. En
la primera quincena de agosto, Agca
fue trasladado secretamente de la cárcel de
Roma a la de Ascoli Piceno, a 191 kilómetros al este de la capital
italiana
[19]
. El
caso fue reabierto el 6 de noviembre. Un juez, Ilario Martella
, fue nombrado nuevo
magistrado instructor. Debía investigar las conexiones internacionales
de Agca
. La pista búlgara
El
primero en lanzar la idea de una relación entre el atentado y los
servicios secretos de los países socialistas fue el periódico italiano
Il Giornale Nuovo, que el 19 de mayo del 81 hizo alusión a un informe
secreto del SISMI, el Servicio de Información y Seguridad Militar
Italiano. Según
dicho informe, el plan del atentado habría sido elaborado personalmente
por el mariscal Ustinov
y remitido para su ejecución a los servicios
secretos de la república democrática alemana, que habría ayudado a
Agca
a salir de la cárcel turca. El plan habría sido
examinado y adoptado en el encuentro de ministros de asuntos exteriores
de los países del pacto de Varsovia, en noviembre de 1980. Sin embargo,
el informe del SISMI, como se verificó después, era falso
[20]
. A
comienzos de septiembre, en la prensa francesa e inglesa se informó
que los servicios secretos de Alemania occidental habían llegado a
la convicción, tras consultar con sus colegas vaticanos e italianos,
de que detrás del atentado estaban los búlgaros y el KGB
[21]
. El
primer libro sobre el atentado es obra de un cura, Vendelin Slougorov
, que en 1963 pasó
de Checoslovaquia a Italia. Fue publicado en Coblentz (Alemania),
en enero de 1982 con el título El
drama del 13 de mayo. El cura indica que supo por un agente occidental
que “Moscú dio la orden de tirar contra el papa”
[22]
. Casi
un año después del atentado, el 1 de mayo del 82, Agca
anuncia que va a hacer declaraciones. Había
recibido ya la visita de representantes de los servicios secretos
italianos. El 2 de mayo dice haber cometido el atentado por orden
de los búlgaros, da los nombres de sus cómplices y describe lugares
y fechas. Son turcos, la mayor parte miembros del partido Idealista
y de la organización terrorista de los Lobos Grises. Entre los nombres
citados, sólo hay un búlgaro, un tal Petrov
, miembro
de la embajada búlgara en Viena
[23]
. Cuatro
meses más tarde, la versión de la pista búlgara es lanzada por la
periodista norteamericana Clara Sterling
[24]
en el Reader’s
Digest (agosto del 82) y por Marvin Kalb
en la cadena de televisión norteamericana NBC (15 y 21 de septiembre). Se menciona
ya por primera vez que en el atentado estaría implicado un funcionario
de las líneas aéreas búlgaras. A
primeros de octubre, el juez de instrucción Martella
viaja a Washington
. Durante el interrogatorio
realizado allí, se presentó a declarar por iniciativa propia Arnaud
de Borchgrave, periodista domiciliado en la capital norteamericana
, el cual declaró
tener ciertas informaciones recibidas de Alexandre de Marenches, antiguo
jefe del SDECE
, el servicio de
inteligencia francés. El periodista precisó que se había encontrado
con De Marenches
en París poco después del 13 de mayo del 81
y le había confirmado “haber enviado a Roma, unos tres meses antes
del atentado, a dos de sus principales colaboradores con el fin de
prevenir al Vaticano contra un eventual atentado contra el papa organizado
por los países del Este y proponer un refuerzo de las medidas de seguridad
del Soberano Pontífice”. De Marenches le habría dicho con pesar: “No
me tomaron en serio”. El
periodista añadió que
se había encontrado
en París, por casualidad, con el Dr. Becuaud
,
uno de los dos emisarios
enviados al Vaticano. Pues
bien, declara el juez Martella
que “interrogados De Marenches
y el Dr. Becuaud
, han rehusado responder
a cuestiones que, según ellos, afectan a un secreto de Estado”. Además,
el Dr. Becuaud declara no conocer personalmente a Arnaud de Borchgrave
por no haberse encontrado nunca con él
[25]
. El
25 de octubre Agca
da los nombres de sus “cómplices búlgaros” y
el 25 de noviembre es detenido Antonov
, alcanzando su punto
culminante la propaganda antibúlgara de los medios occidentales
[26]
. El
20 de diciembre, el ministro italiano de Defensa, Lelio Lagorio
, denuncia en el
parlamento la supuesta participación búlgara en el atentado como “un
acto de violencia internacional que equivale a una acción militar
en tiempo de paz”
[27]
.
Más adelante, el
8 de julio del 83, Agca quiere declarar de nuevo. Le da al juez Martella
detalles sobre el físico y las costumbres de
sus “cómplices búlgaros”. La mayoría de esos detalles se refieren
a Antonov
, pero hay que decir
que el propio Antonov los había dado en una entrevista que se le hizo
en la revista Corriere della
Domenica
[28]
. Clara
Sterling
publicó en 1983 su libro titulado La hora de los asesinos
[29]
. La mafia turca del padrino Abuzer Ugurlu
, operando desde
Sofía bajo estrecho control búlgaro, habría elegido el ejecutor apropiado
y le habría proporcionado la adecuada cobertura. Según la policía
italiana, un camión TIR salía de la embajada búlgara hacia la frontera
yugoslava una hora después del atentado. El agresor contaba ya con
una imagen de asesino terrorista de la extrema derecha. Todo debería
presentar el aspecto de una conspiración internacional de la extrema
derecha. Los Lobos Grises trabajarían para la mafia turca y la mafia
turca estaría controlada por el servicio secreto búlgaro, detrás del
cual estaría el KGB soviético
[30]
. El
31 de octubre del 84, el juez de instrucción Martella
hace público un documento en el que se inculpa
a seis personas como cómplices en el atentado contra el papa: tres
búlgaros (Serguei Antonov
, Jelio Vassilev
y Todor Aivazov
) y tres turcos (Oral
Celik
, Musa Celebi
y Bekir Celek
)
[31]
. Omer
Bagci
, otro turco mezclado
en la preparación del atentado, es acusado por importación ilegal
de armas y municiones. Sin embargo, el fiscal no presentó acusación
alguna contra el jefe de la mafia turca, Abuzer Ugurlu
. El
abogado francés Christian Roulette
publica en septiembre de 1984 su libro
La filière
[32]
. Habiendo
tomado contacto con juristas y periodistas de diversos países, denuncia
la pista búlgara como “el mayor montaje de la posguerra”. Un año después,
publica otro libro en la misma línea titulado Le procès. Otros
cómplices de Agca
que escaparon por Europa después del atentado
no han sido investigados ni inquietados: “Ermal
Menal
, Mehmet Enam
, Eyup Erdem
, Ramazan Sengul
, Abdullah Catli
, Mehmet Sener
, todos han sido
vistos al lado de Agca en los días que precedieron al 13 de mayo de
1981. Estos hombres no interesan al juez Martella
”
[33]
. Igualmente,
ninguna inculpación ha habido contra Omer Mersan
, presentado en todo
el proceso como el agente activo de Abuzer Ugurlu
, el padrino de la
mafia turca. El
periodista e investigador alemán Jürgen Roth
constata el mismo hecho: “Lobos grises como
Abdullah Catli podían actuar impunemente en toda Europa”. Y apunta
como explicación “el convencimiento general durante la guerra fría
de que los turcos residentes en Alemania debían proteger del terror
rojo, los comunistas”
[34]
. Pues
bien, en el mundo del derecho, la primera llamada de atención la dan
los juristas búlgaros en el congreso que en octubre del 84 reúne en
Atenas a 400 miembros de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas.
Unas semanas después, la Unión de Juristas Búlgaros publica un extenso
documento en el que se dice que el hecho de que la única fuente de
acusación sean las declaraciones de Agca
“no es absolutamente aceptable ni jurídicamente
admisible”.
Se da por supuesto
que Agca “no podía obtener por otro medio información sobre los búlgaros
inculpados, sino por contactos personales con ellos antes del atentado
y esto a pesar de los numerosos hechos que prueban que el criminal
pudo romper su aislamiento en las cárceles italianas”
[35]
.
Asunto interno italiano
En
la segunda mitad de 1983 no hubo periódico que no se ocupara de saber
cómo se rompió en la prisión de Ascoli Piceno el aislamiento de Agca
, permitiendo así
la manipulación activa y pasiva de éste. Veamos algunos ejemplos:
-
Diario Le Monde:
“Dejando a un lado los funcionarios, autoridades públicas y eclesiásticas,
criminales de todo tipo encarcelados en la misma prisión, tenían acceso
a la celda de aislamiento de Agca..
. Sin embargo, su
visitante más notable fue el padrino de la Camorra Rafaele Cutolo
que purgaba una pena de ocho años. Don Rafaele
seguía dirigiendo su organización criminal desde su celda dotada de
todo confort”
[36]
.
-
Semanario Panorama:
“A pesar del régimen de aislamiento, Agca
ha conseguido aprender italiano gracias a los
buenos oficios de Giovanni Senzani
, miembro de las
Brigadas Rojas. Ha recibido también la visita del obispo de Ascoli,
mons. Marcello Morgante
. Después de él,
visitaron a Agca el 29 de diciembre dos agentes de los servicios secretos,
Luigi Bonagura
y el comandante de carabineros Petrucelli
. Y
casi todos los días, el musulmán Agca estaba asistido por el capellán
de la prisión, don Santini
, detenido después
como cómplice de Cutolo
”
[37]
.
-
Diario La Repubblica
: “Resulta cada vez
más claro que Francesco Pazienza (agente de los servicios secretos
italianos) ha estado en estrecha relación no sólo con el SISMI sino
con Cutolo
y que ha visitado muchas veces la prisión de
Ascoli Piceno. En los medios jurídicos de Roma, se habla también de
las famosas fotos de pretendidos agentes secretos búlgaros, presentadas
a Agca
. Es justamente su
identificación por Agca lo que ha convencido al juez de instrucción
Martella
de que estaba en el buen camino. El asesino
ha designado a sus cómplices. Parece ahora que los dossiers de fotos
sobre el espionaje búlgaro en Italia han sido elaborados por el SISMI
con la colaboración de Pazienza. El intrigante (Pazienza) estaba en
posesión de otras fotos e informaciones, sobre todo en lo que afecta
a los dos búlgaros Aivazov
y Antonov
”
[38]
.
-
Semanario L’Espresso:
“La descripción del físico de Antonov
, de Aivazov
y de Vassilev
, dado por el asesino,
hace pensar en un dossier personal sacado de los archivos de comisarías
de policía más que en las observaciones de un agresor a quien se le
supone haber encontrado cuatro
o cinco veces a sus cómplices para poner a punto el plan criminal.
Detalles curiosos sobre la dentadura de uno, una descripción minuciosa
del lunar de la mejilla izquierda de Vassilev, un lunar que ni los
amigos más próximos del búlgaro habían advertido; una descripción
detallada de tics y costumbres”. Y también: “Cuando se le ha puesto
a este hombre dotado de un don de observación excepcional la cuestión
tan simple, que sería tan fácil de responder, a saber, cuál de los
dos era más alto, Aivazov
o Vassilev
, se ha equivocado
indicando que Vassilev, cuando Aivazov es al menos diez centímetros
más alto que su colega; es por lo menos sorprendente que un detalle
tan evidente haya podido escapar a Agca
. Evidentemente,
esta diferencia de talla no puede ser percibida en fotos presentadas
separadamente”
[39]
.
El
nombre de Pazienza
aparece muchas veces en el curso de intrigas
complicadas en torno al atentado contra Juan Pablo II
. Mauricio
Visigali
, secretario y conductor
de Pazienza, ha contado a los jueces que Pazienza poseía un dossier
voluminoso, por ejemplo, sobre una camarera de hotel de vía Véneto,
que habría visitado frecuentemente al asesino turco en Roma. Y el
negociante Alvaro Giardili
, brazo derecho de
Pazienza, ha declarado haber asistido a numerosas conversaciones telefónicas
entre Pazienza y monseñor Marcinkus
en el curso de las cuales el prelado insistía
a Pazienza para que siguiera de cerca el asunto Agca
. Pazienza
ha sido amigo personal y agente encargado de
comandos especiales del ex director del SISMI, el general Giuseppe
Santovito
, miembro influyente
de la logia P2: “Este guardián del orden y de la ley fue entregado
a la justicia por el juez de instrucción Carlo Palermo
, de Trento, como
uno de los jefes de la más importante red de droga y de armas, descubierta
hasta ahora en Italia. El general fue detenido, pero murió súbitamente
antes de ser interrogado”
[40]
. Un
importante documento, dado a conocer por Jean-Marie Stoerkel
(Francia) y Frank Gardeley
(Suiza), prueba que la justicia italiana optó
desde el principio por ignorar a los cómplices turcos de Agca
, todos ellos de
extrema derecha. El documento
es del general Santovito
, director del SISMI,
y va dirigido a Domenico Sica
, Sustituto del Procurador
de la República. Pues bien, con fecha de 25 de mayo de 1981, Santovito
informa, entre otras cosas, que Agca “se juntaría en Alemania con
ciudadanos turcos buscados por la policía de Ankara por actividades
subversivas” como Mehmet Sener
, Abdullah Catli
, Oral Celik
y otros
[41]
. Un
verdadero dossier se habría interesado por estos cómplices. Pero hay
otros datos a tener en cuenta:
-
Se sabe, sobre todo gracias a Stoerkel
, que Abdullah Catli
, Oral Celik
y Mehmet Sener
, huidos de Roma
tras el atentado, nunca fueron transportados por camiones búlgaros.
Anduvieron por Suiza, Alemania y Francia
[42]
.
-
Errores de bulto no merecieron la atención del juez,
tales como la descripción (por parte de Agca
) de una puerta corredera
que no existe en casa de Antonov
, pero que se encuentra
en los demás pisos del edificio: “Este error podía despertar la duda,
cuando se sabe que el vecino de escalera de los Antonov es el célebre
padre Morlion
, vinculado a la
CIA y a las instituciones integristas católicas, el cual dispone de
un piso idéntico provisto de una puerta corredera”
[43]
.
-
Cuando se considera la enorme cantidad de turcos que
en los años 70 atravesaban Bulgaria, hacia Europa y hacia Turquía,
se comprende que los servicios aduaneros búlgaros no pudieran controlar
el conjunto de ese tráfico. Ahora se sabe con certeza que el tráfico
entre Turquía e Italia, vía Bulgaria, estaba dirigido, al menos parcialmente,
por el SISMI
[44]
.
-
A propósito de una supuesta foto de Antonov
, aparecida en Paris-Match y en otros medios, la revista
americana Covert Action nº 19 afirma que “la foto
de Antonov ha sido colocada por un montaje sobre la muchedumbre de
la plaza de San Pedro”
[45]
.
-
No se puede aceptar que el magistrado invente el viaje
– relámpago y excepcional - de un camión diplomático del que sabe
llega cada año tras haber visitado ocho embajadas de Europa y que
fue cargado en la calle tras cuatro días de espera
en presencia de Aivazov y de un aduanero italiano
[46]
.
-
Según un informe del SISMI, de 25 de mayo del 81, Agca
utilizó la pistola Browning sin limar su número
de fabricación, lo cual permitió seguir fácilmente su pista hasta
la Fabrique Nationale Herstal, de Bélgica,
donde había sido fabricada. Desde allí pasó legalmente a un armero
de Lieja, que la vendió a otro de Zurich, el cual la vendió a su vez,
también legalmente, a un tal Otto Tintner
, que utilizó una
licencia de compra de la empresa austríaca Horst
Grillmayer
. Aunque
adquiridas legítimamente en Suiza, la Browning y otras veintiuna pistolas
entraron de contrabando en Austria, donde desaparecieron. Grillmayer,
de 42 años de edad, procedía de “una familia de fervientes nazis”
y había sido investigado varias veces por la policía austríaca por
tenencia ilícita de armas
[47]
.
-
El periodista Borchgrave, que da un “testimonio espontáneo”,
y el diplomático De Marenches
, que se calla, tienen
un amigo común: Francesco Pazienza
, agente de los servicios
franceses desde 1976, hombre de confianza de logias masónicas americanas,
de los servicios secretos italianos, el hombre que ha podido coordinar
las tareas confiadas a aquellos que rodeaban la celda de Agca
: Cutolo
de la Camorra, Senzani
de las Brigadas Rojas, el padre Morlion de la
CIA, el capellán camorrista Santini
e instituciones integristas y neonazis
[48]
. Pazienza era el hombre de
Reagan
en Italia
[49]
.
El
juez instructor de Roma Rosario Priore comenzó a ocuparse del atentado
contra el papa en 1985. Las afirmaciones de Agca no eran fiables.
Tampoco lo eran las del turco Oral Celik, salvo en lo referente al
turco Cihat Turkoglu, perteneciente a los Lobos Grises. Durante
los interrogatorios, Celik contó que, pocas semanas después del atentado,
Turkoglu había sido llevado a Roma por los servicios secretos italianos,
a los que había dado información sobre la pistola utilizada por Agca
a cambio de “mil millones de liras” y nuevos documentos de identidad. El
juez Priore encontró en los archivos del SISMI (Servicio para la Información
y la Seguridad Militar) una carta con fecha 1-8-1981, en la que el
agregado militar de la embajada de Italia en Viena informaba al servicio
secreto militar italiano que “un turco, Turkoglu Cihat, residente
en Viena, se dice en posesión de noticias relativas al atentado contra
el Papa. Acepta hablar..., siempre que haya garantías de protección
para él y para su familia”. De la correspondencia resultaba que el
3 de junio el SISMI había confirmado la plena disponibilidad a hablar
con Turkoglu, pero el 5 de junio el agregado militar comunicó que
el turco era ilocalizable. El
juez Priore verificó que Turkoglu era una fuente muy importante: el
1 de junio había ya referido a la policía austriaca datos precisos
sobre Agca y la pistola utilizada en el atentado. Sin embargo, en
el SISMI el magistrado sólo encontró un “no recuerdo”. Según el juez
Priore, el servicio secreto militar italiano, pocas semanas después
del atentado, “pagó y ocultó un importante testigo”
[50]
. Según
el juez Carlo Palermo
, no se ha prestado
suficiente atención al dominico belga Félix Morlion
, que ha desarrollado
una intensa actividad más política que religiosa. De extrema derecha
y anticomunista visceral, colaboró con fascistas y nazis. Sin embargo,
a finales de la segunda guerra mundial, se puso al servicio de la
central de información americana (OSS), que después se convertiría
en la CIA. En 1944 la OSS envió a Morlion a Roma, donde fundó con
dinero americano la Agencia de prensa católica internacional (CIP)
y la universidad internacional Pro Deo: “Estas dos organizaciones
- la primera de información y de propaganda, la segunda de formación
de cuadros católicos anticomunistas - constituyeron en la posguerra
las dos mayores bases de su actividad política”.
Morlion
habría organizado una red informativa que le
habría dado los elementos necesarios para elaborar informes reservados
enviados durante años regularmente a la CIA y a la Casa Blanca: “La
actividad del padre Morlion fue intensa también en los países de América
Latina, particularmente en Venezuela y Brasil, donde pasaba información
a la Standard Oil sobre las organizaciones comunistas en las zonas
calientes que interesaban a la gran compañía petrolífera. En Italia,
el padre Morlion elaboró y tuvo actualizado por cuenta de la CIA un
gran fichero que comprendía a todos los sacerdotes y religiosos sospechosos
de alimentar simpatías hacia las organizaciones políticas y sociales
de izquierda...Fue sólo después de la reforma de la Secretaría de
Estado del Vaticano, decidida en 1968 por Pablo VI
, cuando
la red informativa tendida por el padre Morlion
fue parcialmente desmantelada
”
[51]
.
Cobertura ideológica
El
triunfo de Reagan
supuso el auge de instituciones conservadoras
como la Heritage Fondation,
la Hoover Institution o el Center for Strategic and International Studies
(CSIS). Dijo Reagan en 1983, en la celebración del décimo aniversario
de la Heritage Fondation:
“Una revolución intelectual mundial y conservadora está a punto de
escribir las últimas páginas de un capítulo aberrante de la historia
de la humanidad que se titula el comunismo”
[52]
. Desde
1977, Clara Sterling
se mostró muy activa en Italia, en colaboración
con el agente de la CIA Michael Ledeen
, para intentar detener
el avance comunista y la estrategia de acercamiento entre Aldo Moro
y Enrico Berlinguer
[53]
. El
CSIS de Georgetown vino a ser bastión ideológico y trampolín político.
Sus investigadores son reclutados a precio de oro en todas las naciones
occidentales. Pero no están sólo las fundaciones americanas. Otras
instituciones en Occidente, como la secta Moon
, no olvidan las
necesidades imperiosas de la lucha contra el comunismo. Clara
Sterling
y Paul Henze
se presentan como investigadores “en misión”
del CSIS
[54]
. También son del CSIS otros inspiradores de la
pista búlgara: el propio Michael Ledeen
, Arnaud de Borchgrave
(además, de la secta Moon
) y el antiguo jefe
de la CIA, William Colby
[55]
.
Insuficiencia de pruebas
El
Tribunal de Primera Instancia de Roma que vio el juicio sobre la pista
búlgara hizo públicas en noviembre del 86 las 1200 páginas de la sentencia. El
documento, firmado por el presidente del tribunal, Severino Santiapichi
, dictamina que “el
atentado contra Juan Pablo II
fue resultado de una conjura internacional”. Asimismo,
el documento dicta sentencia absolutoria a favor de los búlgaros “por
insuficiencia de pruebas”. El fiscal ha planteado recurso frente a
los tres turcos implicados en el proceso y, por consiguiente, la sentencia
podría ser modificada en su caso
[56]
. La
sentencia incluye dos ligeras condenas: -
Omer Bagci
, condenado a tres
años y dos meses de cárcel por haber introducido en Italia la pistola
del delito. Es turco y representante de los Lobos Grises en Suiza. -
Ali Agca
, condenado anteriormente
a cadena perpetua, recibe ahora una condena por un año más y una multa
de un millón de liras por tenencia ilícita de armas
[57]
. Bekir
Celek
, el jefe de la mafia
turca, no ha sido juzgado al haber muerto en Turquía el 12 de octubre
de 1985 “de una crisis cardíaca”
[58]
. El
Vaticano se negó a comentar la sentencia.
Sin aclarar las razones,
el papa dijo a Deskur
, su amigo más íntimo
dentro del Vaticano: “Desde el principio yo he estado convencido del
hecho de que los búlgaros eran completamente inocentes, que no tenían
nada que ver con el atentado”. Wojtyla
dijo también a Deskur: “Fuera quien fuera el
responsable, estaba literalmente trabajando para el diablo”. Deskur
le preguntó por qué no seguía los procesos contra Agca
y sus cómplices, a lo que el papa respondió:
“No me interesan; porque ha sido el Maligno quien cometió aquel acto.
Y el Maligno puede conspirar de mil modos, ninguno de los cuales me
interesa”
[59]
. Deskur afirma que el papa no habría permitido
investigaciones o análisis oficiales por parte del Vaticano
[60]
. Según
el biógrafo Weigel
, la noche antes de recibir los disparos, el
papa Juan Pablo II leyó un breve pasaje del
Nuevo Testamento en el Breviario:
Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león
rugiente, buscando a quién devorar
[61]
. Cuando
empezaron a difundirse noticias sobre la pista búlgara, Giulio Andreotti
se encontró con el papa: “Le dije que los datos
que yo tenía eran tales que excluían una implicación búlgara y que,
por tanto, debíamos buscar la verdad por otra parte”, recuerda Andreotti
[62]
. Pero el político italiano no quiere profundizar
y, por lo visto, el papa tampoco.
Wojtyla
y Gorbachov
Al
parecer, los servicios de
información de Estados Unidos respondieron lentamente al atentado.
El primer estudio interno de la CIA no se hizo hasta mayo de 1983
y mostraba “tendencia a poner en duda la complicidad de los búlgaros”.
Pero lo que sobre
todo indujo a los máximos analistas de la CIA a rechazar la hipótesis
de la conexión búlgara fue el hecho de que “Moscú no tenía ningún
incentivo para ello”. Más aún, en 1981 los analistas estaban convencidos
de que “Moscú había llegado a un acuerdo con el papa en virtud del
cual éste moderaría la agitación en Polonia a cambio de las promesas
soviéticas de no intervenir”. El
12 de julio de 1985, el Grupo Especial sobre el papa que había formado
la CIA entregó una nota en la que se decía que “el papel de Juan Pablo
II
como fuerza agravante en la crisis polaca se
veía compensada por su papel moderador y que Moscú tenía poco que
ganar con su eliminación... Matar al papa no hubiera resuelto el problema
polaco de Moscú, sino que, en vez de ello, hubiese podido exacerbarlo
al causar más agitación”. Fue
una conclusión correcta. Por lo demás, la National
Security Agency (NSA), cuya función consiste en interceptar los
mensajes cifrados y no cifrados de amigos y enemigos en todo el mundo,
escuchaba en secreto
las comunicaciones telefónicas de Juan Pablo II - y de la Santa Sede
- con el episcopado polaco
[63]
. Los
contactos privados de Juan Pablo II
con los soviéticos
y las cartas entre el Vaticano y Moscú que monseñor
Hilary Franco
llevara en secreto a comienzos de 1981 habían
creado en Moscú la sensación de que “el papa se afanaba por conseguir
una evolución moderada - y no un enfrentamiento - en Polonia”
[64]
. El
13 de enero de 1987, Juan Pablo II
y el general polaco Jaruzelski
se entrevistaron en el Vaticano. En junio de
1983 ambos habían tenido una reunión de urgencia en Cracovia y después
habían mantenido una importante correspondencia privada.
Jaruzelski
se había entrevistado con Gorbachov en abril de 1985 y habían permanecido
en estrecha comunicación desde entonces. Durante su primer encuentro,
hablaron de la Iglesia polaca y del papa. Dice Jaruzelski: “Me halago
a mí mismo pensando que fui quien, por primera vez, juntó al papa
y a Gorbachov aunque sin su presencia física... Porque yo era el que
conocía bien a Gorbachov”. El
relato que hace el general manifiesta su condición de “amigo mutuo”
del papa y de Gorbachov
: “Sencillamente,
a causa de la posición que ocupaba yo en la política de entonces,
me convertí, por así decirlo, en el conducto extraoficial y portador
de ciertas opiniones de Gorbachov al papa y del papa a Gorbachov.
Pude hablar con cada uno de ellos acerca de mi valoración de sus respectivas
personalidades en el aspecto más constructivo”
[65]
Secreto de Estado
En
unas declaraciones formuladas al diario de Turín Stampa Sera, el general Ambrogio Viviani
, que fue durante
cuatro años el responsable del contraespionaje italiano, vincula a
la P2 con el atentado al papa. Según el general, “para analizar el
atentado del siglo es necesario escribir en tres columnas las fechas
de lo que ocurría entonces en Polonia, los movimientos de Ali Agca
y lo que sucedía en Italia
(la aparición de las listas de la P2)”
[66]
. Comenta Juan Arias
: “El hecho de que
la P2, de alguna forma, directa o indirectamente, participase en el
atentado al papa ha sido siempre un tabú que todos han querido evitar”
[67]
. En
declaraciones hechas al diario La
Stampa, en junio de 1991, el juez Martella
reconoce que en el juicio del atentado no fue
posible llegar a la verdad: “Martella da a entender que no sólo las
autoridades italianas, y concretamente el actual presidente del Gobierno,
Giulio Andreotti
, pusieron obstáculos
para llegar a fondo a la verdad del atentado, sino también las francesas;
y explica que él tuvo noticia, durante el proceso, de que los servicios
secretos franceses habían sido alertados acerca de un posible atentado
al papa y que habían avisado al Vaticano. Agrega que cuando fue a
interrogar al jefe de esos servicios le impusieron el secreto de Estado”
[68]
. Por
tanto, la investigación del atentado que pudo costarle la vida al
papa Wojtyla se convierte en secreto
de Estado. O mejor, de varios Estados: italiano y francés, pero
(como veremos a continuación) también atlántico y vaticano. El
antiguo juez instructor Germain Sengelin
, que se jubiló en
1997 y ahora imparte clases a la gendarmería francesa y a la policía
suiza sobre esclarecimiento de crímenes, insiste desde hace años en
lo siguiente: “Los agentes con poder de decisión política no tienen
ningún interés en combatir el crimen organizado cuando se puede recurrir
a la razón de Estado”
[69]
.
La pista atlántica
El
24 de noviembre de 1982, el juez de Trento Carlo Palermo anunció órdenes
de detención contra doscientas personas de diversas nacionalidades,
que trabajaban para el círculo de traficantes de armas y drogas más
importante de todos los descubiertos en nuestra época
[70]
: “El
círculo, que enviaba heroína a Occidente y armas al Este, dominaba
este tráfico en doble sentido desde Turquía y el Próximo Oriente a
toda Europa occidental y Estados Unidos. Los principales componentes
eran la mafia siciliana, que trabajaba en tándem con la Cosa Nostra
norteamericana, y la mafia turca, cuyo jefe supremo en la terminal
del Este era el padrino Abuzer Ugurlu
. La
conexión de la mafia turca con otras bandas en Europa era el copadrino
de Ugurlu, Bekir Celenk, cuya detención fue ordenada por Palermo unas
semanas más tarde”. El asunto era gordo, inconfesable: “Miles de millones
de dólares, bancos poderosos, hombres de reputación inatacable, masones,
militares de alta graduación, financieros vaticanos, terroristas,
asesinos, servicios de inteligencia del Este y del Oeste”
[71]
. Con
razón Juan Pablo I, como hemos visto en el testimonio de la persona
de Roma, pensaba hacer frente delante de todos a la masonería y a
la mafia. El
2 de octubre de 1991, el juez Carlo Palermo
denunció en el semanario Avvenimenti que la Banca de Crédito y Comercio Internacional (BCCI)
“era la caja fuerte del terrorismo y del tráfico mundial de armas”.
Los principales imputados en la investigación sobre armas y droga
realizada por el juez Palermo
“serán después implicados en los asuntos Calvi-Ambrosiano
y en el atentado contra el papa Wojtyla
”
[72]
. Dice
el juez Palermo: “Hace ocho años en mi investigación sobre armas y
droga habían emergido los mismos nombres de hoy, en coordinación con
una misteriosa sociedad, Tgs.
Me dijo la (Guardia de) Finanza: Tgs
significa Theodore G. Schackley, ex jefe de la CIA en Roma y director
de todas las acciones encubiertas de la CIA en los años 70. Siguiendo
esa pista, aparecieron los nombres de otros bancos y también las huellas
de la P2”. Poco
antes, el 1 de julio, había estallado el escándalo de la BCCI, la
banca personal del dictador panameño Noriega: “El escándalo había
comenzado a tomar cuerpo en 1989 en Estados Unidos, cuando la filial
de Miami de la Banca de Crédito y Comercio se declaró culpable de
haber reciclado dinero sucio proveniente del tráfico de droga. Un
tribunal de Tampa (Florida) condenó a siete dirigentes por tráfico
de estupefacientes y señaló a la BCCI como la banca personal de Manuel
Antonio Noriega
. Sucesivamente,
después de vanos intentos de tener el escándalo bajo control, comenzaron
a emerger implicaciones de servicios secretos - en particular de la
CIA -, tráfico internacional de armas, y hasta una red que debía adquirir
elementos para fabricar bombas atómicas por cuenta de Pakistán, Irak
y Argentina”
[73]
. Es
una de las más amargas verdades del actual orden internacional. En
el mercado clandestino de armas y drogas,
el uso de personal
especializado en el ejercicio de la violencia se hace necesario por
diversos motivos: proteger inversiones y mercancías no tuteladas por
las leyes y las instituciones oficiales, disuadir a competidores agresivos,
exigir créditos, eliminar testigos y opositores, obtener el respeto
de los contratos
[74]
. Afirma
el juez Carlo Palermo
en su libro titulado El papa en el punto de mira: “Siempre en aquel lejano 1983, por un
informe de la Finanza de Milán, fui informado del papel desarrollado
por un importante instituto de crédito islámico, la Banca de Crédito
y Comercio Internacional, una banca fundada por la mafia pakistaní
operante en todo el mundo, vinculada a tráfico de drogas, armas y
al mismo terrorismo. En aquel informe, venían también individuados
algunos elementos de vinculación entre esas complicidades de alto
nivel y algunos de nuestros misterios: el del Banco Ambrosiano, el
de la P2, el del ‘suicidio’ de Calvi
en Londres, el de nuestros servicios secretos
desviados, el más reciente del atentado al papa. Este último episodio
era descrito en una clave muy diversa de la indicada por Ali Agca
”
[75]
. En
funciones de juez instructor, Carlo Palermo
interrogó a Agca
en febrero de 1983: “Sobre la base de datos
verificados a nivel bancario, el asesino turco aparecía vinculado
a la cúpula de la masonería inglesa y a las sectas integristas inspiradas
en el culto de Fátima
”
[76]
. Sobre
este tema, volveremos más adelante, pues (al parecer) el tercer secreto
de Fátima ha sido utilizado y manipulado por los responsables del
atentado. El
juez Palermo
quiso seguir su investigación en Sicilia y,
en febrero de 1985, se trasladó a Trapani, donde ocupó el despacho
del colega Giacomo Ciaccio
Montalto, que había sido asesinado en los primeros
meses de 1983: “Me encontraba a pocos centenares de metros de bien
ocultas logias masónicas, que secretamente agrupaban, a nivel internacional,
hermanos mafiosos y políticos, búlgaros y rusos, árabes, templarios
y personajes cercanos a las estancias romanas del Vaticano, amigos
de ‘hermanos’ americanos, vinculados a los centros ocultos del poder
ejecutivo estadounidense y a los máximos niveles de la P2. En Trapani
estaba presente también una base militar de la OTAN, donde residí
cerca de un mes. Bruscamente alejado de la base, una semana después
- privado de la protección de recorrido que ella ofrecía - sufrí el
atentado de Pizzolungo. Era el 2 de abril de 1985”
[77]
. Un
mes después se descubrió cerca de Trapani la refinería clandestina
de Alcamo, “abastecida de droga por la misma organización de la mafia
turca descubierta en Trento. De ella formaban parte Celek
y Ali Agca
”
[78]
. No
en vano se ha dicho que “de Nápoles a Trapani el territorio está sólo
en parte en manos del Estado”
[79]
. Numerosos
árabes de la organización, así como los turcos Tegmen Ertem
, Bekir
Celek
y Atalay Saral
(estos dos últimos implicados también en el
atentado al papa) “durante mucho tiempo gozaron de protección en Europa
y en Estados Unidos, siempre como informadores o agentes cubiertos
de los servicios secretos americanos. No es, por tanto, casual que
Mehmet Ali Agca
haya estado en contacto con la organización
de la mafia turca y siciliana, la cual en Trapani (precisamente en
Alcamo) llevaba en aquellos años un laboratorio para la elaboración
de morfina base”
[80]
. Los
Lobos Grises son un partido que negocia con drogas como medio de financiación:
“Escondida en camiones, la heroína se transporta a través de Bulgaria
y Yugoslavia – la ruta de los Balcanes – hasta Europa. En Italia,
Alemania, Bélgica u Holanda las bandas turcas se encargan de nuevo
de la distribución final. Esto era así a finales de los años setenta
y no ha cambiado hasta el día de hoy”
[81]
. Seis
meses antes del atentado, Agca
estuvo dos días en Palermo
y fue misteriosamente financiado, como ha declarado
el mafioso trapanés Vincenzo Calcara. Este mafioso arrepentido “ha
sostenido que en el atentado al papa habría habido conexiones entre
Ali Agca (cuya presencia fue registrada en el lugar siciliano desde
las 23 del 13 a la mañana del 14 de diciembre de 1980), Totò Riina
, Antonino
Vaccarino
, ex
alcalde democristiano de Castelvetrano (Trapani) y un tal ‘Antonov
’ (no
identificado), que después sería asesinado en Milán”. Según Vincenzo
Calcara, “en 1981, antes del atentado al papa, habrían sido enviadas
desde Castelvetrano a Roma en dos maletas diez mil millones de liras,
retiradas de la habitación del boss
Francesco Messina”
[82]
. La
estancia de Agca en Palermo es confirmada desde Túnez, donde pasó
un par de semanas (desde el 28 de noviembre al 12 de diciembre) en
el Hotel Continental de Hammamet en compañía de un tal Youseef Dag.
Ambos “turistas” fueron vistos juntos tres veces ante la agencia de
viajes Tunisia Welcome Service, según atestigua Ahmed Bennaui
, director
de la Sûreté Nationale: “Una de las empleadas reconoció sin titubear
fotos de ambos hombres, entre un extenso surtido. Fue Dag quien compró
el billete de Agca para el transbordador nocturno a Palermo, presentando
el pasaporte (falso) de Faruk Ozgun, mientras Agca esperaba en la
otra acera. Nos dijo que preguntó por qué no entraba el amigo de Dag
para comprar su billete, y Dag contestó que Agca no se encontraba
bien”
[83]
. Según
el juez Carlo Palermo
, “el
padrino de Agca
, Oral
Celik
, no
podía sino ser un dirigente del MIT, del servicio secreto turco, directamente
vinculado a los servicios secretos americanos”
[84]
. El
ex agente de la CIA Philip Agee lo confirma: “La CIA estuvo en contacto
con el MIT durante años. La CIA se ocupó de esta organización en todas
las áreas”
[85]
. El
periodista turco Ugur Mumcu fue el primero que descubrió las conexiones
entre la mafia turca, que realizaba sus negocios básicamente a través
de Bulgaria, y la extrema derecha turca. El periodista declaraba ya
a principios de los años ochenta: “Paul Henze es colaborador de la
CIA. Hace unos dos meses se presentaron en mi casa de manera inesperada
Henze y la periodista americana Clara Sterling. Henze y la Sterling
me hablaron durante un buen rato para que apoyara su historia: el
servicio secreto soviético estaba implicado en el atentado contra
el papa. Pero esto es un burdo invento”, “recuerde el nombre de Ruzi
Nazar. El es el enlace de la CIA con los Lobos Grises desde hace años”.
El periodista fue asesinado en 1993
[86]
. El
turco Oral Celik
hablará de dos monseñores de la Curia romana
implicados en el atentado contra el papa: “Uno de estos monseñores
dijo a Agca
que su encuentro estaba ya escrito... Uno rezaba
por él, el otro afirmaba que el papa polaco había armado el desbarajuste
en todo el Vaticano... Ali Agca es un tirador formidable. Si hubiera
querido, aquella tarde no hubiera fallado un blanco tan fácil a esa
distancia. La verdad es que Agca no quería matar al Pontífice. Su
cometido era hacer exactamente lo que hizo: herirlo. Es lo que querían
las personas de la Santa Sede que organizaron el atentado”
[87]
. En
Roma, entre marzo y abril de 1981, el jefe de la logia P2, Licio Gelli
, mostró
a Vanni Nisticò
(jefe de prensa del partido socialista italiano
y afiliado a la P2) unas fotografías, que presentaban al papa Wojtyla
completamente desnudo al borde de su piscina
de Castelgandolfo. Gelli comentó: “El problema son los servicios secretos.
Si se pueden hacer estas fotos al
papa, figúrate con qué facilidad se le podría disparar”
[88]
. El
asunto de las fotos del papa lo relata a los jueces Bruno Tassan Din
, administrador
delegado de la Rizzoli-Corriere della Sera, grupo editorial controlado
por la P2
: “Gelli
y Ortolani
estaban particularmente interesados en la adquisición
del servicio fotográfico, diciendo que su eventual publicación podía
poner en dificultad al papa Wojtyla
también en relación con las luchas intestinas
que había en el Vaticano. Adquirimos, por tanto, el servicio fotográfico
que yo personalmente entregué a Gelli”
[89]
. En
febrero del 94 la revista 30
Giorni publicó una entrevista con el criminólogo Francesco Bruno,
especialista de los servicios secretos italianos desde 1978 a 1987.
Bruno aseguraba que el atentado no pretendía matar a Juan Pablo II
sino sólo darle un aviso: “Ningún asesino serio habría usado la pistola
Browning para herir mortalmente a su víctima”, “en cualquier escuela
de tiro enseñan a apuntar hacia el tórax, no ha disparado todo el
cargador, como hubiera hecho cualquier asesino profesional, ni tampoco
ha querido usar un fusil de precisión”.
Días
después del atentado, se dijo en el Vaticano que sólo había tenido
un fin intimidatorio y se le relacionaba con la intención del papa
de conceder al Opus Dei la Prelatura personal
[90]
. El
1 de mayo, Radio Vaticana había anunciado que el 12 y el 18 de mayo
comenzaría en Roma y en Madrid la causa de beatificación de Escrivá
, fundador
de la Obra. Desde diversos ángulos (jurídicos, económicos, políticos)
estaba en marcha el gran asalto del Opus a los palacios vaticanos.
Lo veremos más adelante. El
6 de mayo, en el patio de San Dámaso, tuvo lugar la ceremonia anual
del juramento de los nuevos guardias suizos. Poco antes, durante la
misa, el papa había dicho a los nuevos guardias: “Oremos al Señor
para que aleje de los muros vaticanos la violencia y el fanatismo.
Pero la disponibilidad a dar la vida, en caso de que sea necesario,
puede llegar a ser real también en vuestro servicio”. El pelotón de
los nuevos guardias suizos estaba a las órdenes de un nuevo capitán,
Alois Estermann, ligado al Opus Dei y dispuesto a asumir en su momento
el mando del Cuerpo.
“Fueron
días y semanas de extrema tensión en el Vaticano: una parte del sector
masónico-curial quería la dimisión del Pontífice y pretendía un nuevo
cónclave”, dice el grupo de eclesiásticos y seglares del Vaticano
que se oculta en el colectivo "Discípulos de la Verdad"
[91]
. El
juez instructor Rosario Priore, uno de los magistrados italianos encargados
de la investigación del atentado, no dejó de considerar la posibilidad
de que el complot para asesinar al papa Wojtyla hubiera tenido origen
y complicidades dentro del Vaticano. Agca
declaró que el arma del delito se le había entregado en Milán. La
investigación comprobó que el agresor turco había estado dos veces
en Milán, en el Hotel Aosta, bajo el falso nombre de Faruk Ozgun:
del 18 al 19 de abril y del 23 al 25. En el mismo albergue se alojó
el 26 de abril un tal Van Hoai Philip Tran, provisto de pasaporte
de servicio nº 347175 expedido el 6 de junio de 1971 por la Ciudad
del Vaticano. El registro del albergue no se ha encontrado, pues fue
destruido durante los trabajos de reconstrucción del edificio. Sin
embargo, en la Digos (policía antiterrorista) de la capital lombarda,
se encontró una copia del registro. En esta copia aparece tachado
el lugar y fecha de nacimiento de aquel cliente con pasaporte vaticano. La
investigación no logró establecer por qué razón, diecisiete días antes
del atentado contra el papa, un monseñor vaticano (nombrado prelado
de honor de Su Santidad, el 16-12-83) se alojó en Milán en el mismo
hotel frecuentado por Agca y los demás turcos. Tampoco se pudo averiguar
quién y por qué había intentado ocultar la circunstancia con una tachadura
en el registro del albergue
[92]
. El
juez instructor
Rosario Priore buscó en vano la colaboración
de las autoridades vaticanas: “Muchos interrogantes de esta investigación
se hubieran resuelto si hubiera habido colaboración por parte de la
Ciudad del Vaticano. Pero nos hemos encontrado delante de una actitud
que aparece como intento, y no se comprende con qué fines, de cerrar
toda investigación sobre el delito y de poner una losa sobre la búsqueda
de la verdad”
[93]
. Esa
actitud es la misma que intenta encubrir otros hechos, que de una
u otra forma están relacionados y que presentamos resumidamente:
-
Juan Pablo I se encontró con la misma situación que
Juan Pablo II y había decidido hacer frente (con valentía, delante
de todos) a la masonería y a la mafia. Se ha ocultado este hecho,
así como la causa de su muerte. Todo indica que murió de forma provocada
[94]
.
-
Se comprende que una de las primeras decisiones tomadas
por Juan Pablo II fuera la
de crear un cuerpo especial de seguridad, el Servicio Secreto de Su
Santidad (SSSS)
[95]
.
-
A diferencia de lo que pensaba hacer Juan Pablo I,
Juan Pablo II mantiene durante años al frente del IOR a Marcinkus,
que había negociado primero con Sindona y después con Calvi
[96]
.
-
Aquel mes de mayo del 81 fue tremendo: el 13, el atentado
contra Juan Pablo II; el 20, Roberto Calvi es encarcelado y, además,
ese día se publican las listas de la logia masónica P2, provocando
la caída del gobierno italiano
[97]
.
-
Calvi, en la cárcel donde estuvo dos meses, dice a
su esposa Clara y a su hija Anna: “Este juicio se llama IOR”
[98]
.
-
Al salir de la cárcel, Calvi recurre a Marcinkus, el
cual le avala con unas cartas de patrocinio
[99]
.
-
Un año después, Calvi le dice a su protector Flavio
Carboni que “debía hacerle entender al Vaticano que los curas tenían
que hacer honor a sus compromisos, porque de lo contrario él revelaría
todo lo que sabía”
[100]
.
-
En la misma época, en mayo del 82, Calvi le dice a
su hija: “Los curas tendrán que vender la plaza de San Pedro”, “por
cifras como ésas la gente puede matar”, “si vienen, dispararé contra
ellos”
[101]
.
-
Al propio tiempo que mantiene a Marcinkus, Juan Pablo
II asume la línea de Agostino Casaroli, su secretario de Estado, el
cual manifiesta en febrero del 81: “Los que nos critican tienen toda
la razón. Así no se puede seguir. Tenemos que cambiar”
[102]
.
-
La desaparición de Emanuela Orlandi (22-6-1983), hija
de un empleado vaticano, se ha considerado como un elemento de presión
sobre el papa
[103]
.
-
El 25 de mayo de 1984 se firma un acuerdo en Ginebra,
según el cual el IOR se compromete a pagar 250 millones de dólares
a los acreedores del Banco Ambrosiano, 109 bancos
[104]
.
-
Calvi es ahorcado (17-6-1982) y Sindona, envenenado
(22-6-1986)
[105]
.
-
Desde el principio de su pontificado, en medio de una
sorda lucha de poder, Juan Pablo II facilita el asalto del Opus a
los palacios vaticanos. Lo veremos después
[106]
.
-
El 4 de mayo de 1998, en el contexto de esa lucha de
poder por el control del Vaticano (verdadero caso de posesión diabólica)
se produce el triple crimen de la Guardia Suiza
[107]
.
-
Además, como acabamos de ver, el Vaticano encubre como
secreto de Estado, junto a otros Estados, el tráfico internacional
de armas y de drogas cuyos principales imputados, según el juez Carlo
Palermo, están implicados en los asuntos Calvi-Ambrosiano y en el
atentado contra el papa Wojtyla.
[1]
DE ANGELI, Le guide di Mafia connection, I, Biblioteca e Centro Documentazione,
1992, 176.
[2]
La
Stampa, 15-5-1981. Ver C. STERLING,
La hora de los asesinos, Ed. Planeta, Barcelona,
1984, 11-21.
[3]
La
Stampa, 15-5-1981.
[4]
The New York Times, 15-5-1981.
[5]
Newsweek, 25-5-1981.
[6]
The New York Times, 8-2-1983.
[7]
Ver ROTH, J., Mafias
de Estado, Ed. Salvat, Barcelona, 2001, 427.
[8]
Ib., 458,-459, 74 y 425.
[9]
STERLING, 82. Ver ROTH, 484-485.
[10]
Tribunal de Roma, Declaración
de motivos, 11.
[11]
Le Quotidien de Paris, nº 952, 18 y 19-12-1982.
[12]
WEIGEL, Biografía de Juan Pablo II
,
Ed.
Plaza & Janés, Madrid, 1999, 569.
[13]
Ver Ya, 22-7-1981.
[14]
Ver El País,
23-7-1981.
[15]
Ibidem.
[16]
Ver Ya,
23-7-1981.
[17]
Ibidem.
[18]
STERLING, 17 y 26.
[19]
Ver Ya,
14-8-1981.
[20]
Ver La Repubblica,
1-2-1985. Ver C. ROULETTE, Jean
Paul II, Antonov
, Agca
. Le procès, Ed. des Halles de Paris, 1985, 126.
[21]
TV inglesa Thames,
3-9-1981; Times y Le Monde, 5-9-1981. Ver ROULETTE, 127.
[22]
Ver ROULETTE, 278.
[23]
Ib., 127-128.
[24]
La periodista norteamericana contaba
con la colaboración de los magistrados italianos y había escrito
ya un libro controvertido sobre el terrorismo en Europa (Bulgaria
incluida) y en Oriente Medio. Parte de las afirmaciones hechas en
el libro, al parecer sin saberlo Sterling
, estaban basadas en el trabajo de
desinformación de la CIA. Ver
BERNSTEIN-POLITI, 316.
[25]
Ib., 262.
[26]
ROULETTE, 128-129.
[27]
Ib., 129.
[28]
En febrero de 1983. Ver ROULETTE, 129-130.
[29]
La versión española, en 1984.
[30]
STERLING, 124-128 y 210.
[31]
Ver ROULETTE, 96-97.
[32]
Ver ROULETTE, Jean
Paul II, Antonov
, Agca
. La filière, Editions du Sorbier, París, 1984.
[33]
Ver ROULETTE, Le
procès, 97.
[34]
ROTH, 431 y 463.
[35]
ROULETTE, Le procés, 130.
[36]
Le
Monde, 19 y 20-6-1983.
[37]
Panorama, 31-10-1983.
[38]
La
Repubblica, 8-12-1983.
[39]
L'Espresso, 9-12-1983.
[40]
Ver ROULETTE, Le
procès, 52-60.
[41]
Ib., 113-115.
[42]
Ib., 267.
[43]
Ib., 202.
[44]
Ib.,181.
[45]
Ib., 238 y 236.
[46]
Ib., 102.
[47]
STERLING, 34.
[48]
ROULETTE, Le procès, 120.
[49]
Ib., 216. Ver COEN-SISTI, 142.
[50]
NICOTRI, P., Mistero vaticano. La scomparsa di Emanuela Orlandi,
Kaos Edizioni, Milano, 2002, 126-127
[51]
Ver C. PALERMO, Il papa nel mirino, Editori Riuniti, Roma,
1998, 111-112.
[52]
ROULETTE, Le procès, 21.
[53]
Ib., 37.
[54]
Ib., 18-19.
[55]
Ib., 31-32.
[56]
Ver El País,
13-11-1986; ver también Ya,
12-11-1986.
[57]
Ver Ya,
30-3-1986.
[58]
ROULETTE, Le
procès, 249.
[59]
BERNSTEIN-POLITI,
307.
[60]
Ib., 309.
[61]
1 Pe 5,8. Ver WEIGEL, 573.
[62]
BERNSTEIN-POLITI,
307.
[63]
SZULC,
377.
[64]
Ib.,
359-360.
[65]
Ib., 400-401.
[66]
Ver El País,
1-8-1988.
[67]
Ibidem.
[68]
Ver El País,
7-6-1991.
[69]
ROTH, 35.
[70]
Todos los periódicos italianos, 25 de noviembre de
1982.
[71]
STERLING, 121-122.
[72]
DE ANGELI,
Le guide di Mafia connection,
I, 173.
[73]
DE ANGELI, Le guide di Mafia connection, III, Biblioteca e Centro Documentazione,
1992, 663-664.
[74]
Ib., 691-693. Ver PINO ARLACCHI, Armi a droga. L' atto d'accusa del giudice
Carlo Palermo
, Editori Riuniti, Roma.
[75]
PALERMO, 11.
[76]
Ibidem.
[77]
Ib., 12.
[78]
Ib., 12 y 122.
[79]
ROTH, 25.
[80]
PALERMO, 86.
[81]
ROTH, 484-485. Ver STERLING, 82.
[82]
PALERMO, 129 y 161.
[83]
STERLING, 94-95.
[84]
PALERMO,
79.
[85]
ROTH, 470.
[86]
Ib., 429.
[87]
Ver Il Messaggero, 27 marzo 1995.
[88]
Ver L'Espresso, 7 de junio de 1981.
[89]
Tribunal de Milán, sentencia relativa
a la quiebra del Banco Ambrosiano, 16 de abril de 1992.
[90]
Ver DISCEPOLI DI VERITA, All'ombra del papa infermo, Ed. Kaos, Milán,
2001, 92-93.
[91]
Ib., 80-81. Ver SZULC, T., El papa Juan Pablo II, Ed. Martinez Roca,
Barcelona, 1995, 354.
[92]
NICOTRI, 144-145.
[93]
DISCEPOLI, 94.
[94]
Capítulos 1 y 2.
[95]
Capítulo 5, Escasa seguridad.
[96]
Capítulo 4, Complicidad del IOR.
[97]
Ib., Calvi en la cárcel.
[98]
Ibidem.
[99]
Ib., El aval del Banco Vaticano.
[100]
Ib., La quiebra del Banco Ambrosiano.
[101]
Ibidem.
[102]
Ib., Investigación del Banco de Italia.
[103]
Capítulo 10.
[104]
Capítulo 4, Complicidad del IOR.
[105]
Ib., Calvi, ahorcado. Sindona, envenenado.
[106]
Capítulos 12 y 13.
[107]
Capítulo 11. |