12. PODER OCULTO
¿Se
puede hablar de masones dentro del Vaticano? ¿No parece una acusación
increíble, lanzada por instituciones conservadoras que no han aceptado
la renovación del Concilio? Sin embargo, es preciso preguntarse: ¿existe
dentro del Vaticano un poder oculto que, en determinadas circunstancias,
está por encima del papa? Y para empezar ¿qué es la masonería?
La masonería
Sin
remontarse a épocas lejanas, el origen de la masonería hay que buscarlo
en los gremios y cofradías medievales de canteros y constructores
(en francés maçon, albañil). En las ciudades donde se realizaban grandes edificaciones
(catedrales, por ejemplo), inmediatamente se formaban las logias. La logia era el lugar, normalmente
a cubierto, donde los obreros preparaban la realización del proyecto
bajo la autoridad del maestro. Poco
a poco, aquella antigua organización profesional de constructores
derivó hacia una masonería formada por miembros de profesiones muy
diferentes. Propiamente hay que situar el origen de la masonería en
el siglo XVIII. En 1717 surge la Gran Logia londinense, que tendrá
como reglamento las Constituciones
de Anderson
de 1723: “Escritas
por dos pastores protestantes, John Th. Desaguliers
y James Anderson
, en ellas se
explica cómo la catedral que habrá de construirse ya no será de piedra
sino que será la Catedral del Universo, es decir, la Humanidad misma,
en honor del Gran Arquitecto del Universo. No habrá que pulir la piedra,
sino al hombre. En esta tarea la escuadra servirá para regular las
acciones, el compás para saber mantenerse en los límites de los demás
hombres, el delantal será símbolo de igualdad y la Biblia servirá
para gobernar la fe. Estos hombres deseaban que la nueva masonería
se convirtiera en el lugar de encuentro de los hombres de cultura
o de los hombres que al menos tenían inquietudes intelectuales y deseaban
y buscaban la fraternidad, la igualdad y la tolerancia”
[1]
. La
masonería se extendió con rapidez desde Inglaterra a otros países.
En 1732 nace la Gran Logia de Francia y en 1737 surge el Rito Escocés.
En realidad, existen muchos tipos de masonería, independientes unos
de otros y con gran variedad de ritos. Según
los masones, su asociación “es una sociedad fraternal, que admite
a todo hombre libre y de buena reputación, sin distinción de raza,
religión, ideario político o posición social, exigiendo únicamente
que posea un espíritu filantrópico y el firme propósito de tratar
siempre de ir en busca de la perfección”. Implica una iniciación,
es decir, “el comienzo de un proceso que se desarrolla paulatinamente
a lo largo de los años en los grados de Aprendiz, Compañero y Maestro”.
En
1738 el papa Clemente XII
lanza la excomunión contra la masonería. Sin
embargo, el papel de los masones será determinante en muchos gobiernos
liberales y burgueses del siglo XIX. Muchos padres de la patria en
Estados Unidos y en Latinoamérica fueron masones: Benjamin Franklyn
, George Washington
, Simón Bolívar
, etc. En
España
[2]
, Felipe V
“obligado por la bula de Clemente XII
, expidió un severísimo
edicto, en virtud del cual fueron presos varios miembros de una logia
madrileña”; Fernando VI
prohibió la masonería y dictó penas de muerte
para todos aquellos que la profesasen. El real decreto de 2 de julio
de 1751 se basaba en la bula dada por Benedicto XIV
el 18 de mayo de ese mismo año. La situación
cambió a partir de 1790. Desde esta fecha, y durante medio siglo XIX,
el término masón se confunde con liberal y revolucionario. La invasión
napoleónica de la península y la consiguiente supresión de la Inquisición
permitió a muchos españoles manifestarse de acuerdo con las ideas
revolucionarias que traían los franceses. Sin embargo, según informa
el prefecto de policía de París con fecha 11 de septiembre de 1824,
“al regresar el rey (Fernando VII
) fue restablecido
el Tribunal de la Inquisición que detuvo los progresos de la masonería,
siendo proscrita”. A
finales del siglo XIX nos encontramos con un panorama bastante complejo,
caracterizado por la rivalidad y falta de entendimiento entre las
distintas obediencias. La
dictadura de Primo de Rivera
trae de nuevo la represión. Lo mismo sucede
durante el franquismo. Se condena a penas de veinte y treinta años
de cárcel a los grados superiores de la masonería. La masonería española
es legalizada en 1979.
La P2, un hecho grave
En
Italia, antes de la disolución decretada en 1925 por el fascismo,
dentro del Gran Oriente existía una particular Logia, llamada P (Propaganda),
en la cual estaban agrupados afiliados eminentes, que tenían garantizada
una absoluta reserva y discreción en razón de las importantes funciones
públicas que ejercían: eran “hermanos cubiertos” cuya afiliación era
sólo conocida en la memoria o al oído del más alto grado de la jerarquía
masónica, es decir, del Gran Maestro
[3]
. Constituida
en 1887 por el Gran Maestro Giuseppe Mazzoni
, la Logia Propaganda
había sido desarrollada y potenciada por el banquero Adriano Lemmi
(Gran Maestro de 1885 a 1895), el cual había
reclutado diputados, senadores y banqueros. Con motivo del escándalo
de la Banca Romana, que envolvió a muchos banqueros por graves irregularidades
administrativas, la Logia cubierta quedó marginada. En
la posguerra, la Logia Propaganda tomó el nombre de P2. En esta época
la masonería italiana se reorganiza bajo la influencia de los masones
americanos, que ponen el veto a socialistas y comunistas. La Gran
Masonería inglesa se mantiene distante y sólo en 1972 da su reconocimiento
al Gran Oriente de Italia. En
su relación final, la Comisión parlamentaria de investigación sobre
la Logia P2 pone de manifiesto cómo se establecieron particulares
vínculos entre la masonería americana y la italiana a través de un
pastor de la Iglesia Evangélica, Frank Gigliotti
, que fue agente
de la sección italiana de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS),
antecedente de la CIA. Exponente
de la masonería californiana y del ala fascista de los italo-americanos,
Gigliotti
está también vinculado al “círculo de la mafia”
y forma parte de los servicios estratégicos americanos durante el
desembarco aliado en Sicilia. El
13 de mayo de 1947, el presidente del Consejo italiano Alcide De Gasperi
presenta la dimisión de su gobierno. El presidente
Truman
dará su apoyo a un nuevo gobierno De Gasperi
con una condición, la exclusión del Partido Comunista Italiano. De
Gasperi forma un nuevo gobierno con democristianos, liberales e independientes,
excluyendo a socialistas y comunistas. El
7 de julio de 1947 Gigliotti
dejó atónito al socialista Giuseppe Saragat
, que estaba de
visita en Washington
, diciéndole que
había encontrado recientemente al bandido Giuliano
en Italia y que estaba de acuerdo “con el uso
de la ilegalidad y la violencia empleada por Giuliano contra los comunistas”. La
exclusión del gobierno de las fuerzas de izquierda hacía muy precario
el equilibrio político italiano. Por ello Gigliotti
, el agente del
anticomunismo que cumplía funciones de mediación entre Roma y Washington
, propuso un cambio
que reforzara el gobierno mediante la incorporación de grupos de izquierda
moderados. La actividad de Gigliotti en Italia termina cuando Gelli
aparece en escena. Es una coincidencia revelada
por la Comisión parlamentaria de investigación sobre la P2. Gelli
pidió ser admitido en la masonería el 6 de noviembre
de 1963, pero, de momento, su pasado fascista bloqueó la solicitud.
Sin embargo, en 1965 Gelli fue admitido en la Logia Romagnosi. La
masonería italiana estaba dirigida por un hombre de confianza de la
CIA, el Gran Maestro Giordano Gamberini
, socialdemócrata.
El pasado fascista de Gelli dejó de ser una dificultad y se convirtió
en una garantía para la función anticomunista que tendría que desempeñar.
El 28 de noviembre de 1966 ingresó Gelli en la P2 con el grado de
Maestro. Pocos
días después de la elección de Lino Salvini
como Gran Maestro de la masonería italiana,
el 18 de marzo de 1970 el jefe del Estado mayor del ejército americano,
general William Westmoreland
, puso su firma
a un documento secreto titulado Operaciones
de estabilidad y servicios secretos - Secciones especiales: contiene
la consigna de “desestabilizar para estabilizar”, y la indicación
de cómo recurrir a “operaciones especiales” para impedir el acceso
al gobierno del Partido comunista, utilizando “acciones violentas
y no violentas, según el caso”. La distribución del documento es “rigurosamente
limitada a los destinatarios indicados en adjunta lista”, sujetos
interesados en la aplicación de la estrategia de guerra no convencional
y de guerra psicológica. Gelli
es uno de ellos. El
15 de junio de 1970, Lino Salvini
en su condición de Gran Maestro de la Logia
P2 delegó a Licio Gelli
con plenos poderes para dirigir la Logia cubierta,
dándole incluso el poder de iniciación de nuevos afiliados, prerrogativa
exclusiva del Gran Maestro o de los Maestros Venerables. En
1966 el Gran Maestro adjunto de la P2 Roberto Ascarelli
pidió a Gamberini
que se confiara a Gelli
la secretaría de la P2: “Gelli es un técnico
de organización científica del trabajo, me ha presentado 14 solicitudes
de iniciación de gente altamente cualificada, me ha dicho también
que tenía in pectore otras 40 solicitudes, todas
de gente cualificada”
[4]
. En
junio de 1970, habiendo recibido la delegación de la P2, Gelli
aumenta el número de afiliados, sobre todo en
el ámbito de los servicios secretos y entre los oficiales de las Fuerzas
Armadas. A comienzos de 1972 el general Luigi De Sanctis
(estrecho colaborador de Gelli) es encargado
de reordenar las fichas de cerca de 400 afiliados. Angelo
Sambucco
, hombre de confianza
del Gran Maestro Salvini
, dice que, con
la llegada de Gelli
, la organización
interna de la P2 sufre una gran transformación: “Es planteada sobre
criterios de absoluto y anómalo secretismo, pues se organiza un fichero
en códice cuya clave sólo la conocía Gelli”
[5]
. Los
afiliados a la P2 no se reúnen nunca. En casos excepcionales, Gelli
puede organizar una reunión, pero sólo él decide
quiénes participan. El 5 de marzo de 1971 Gelli organiza una de estas
rarísimas reuniones. Acuden 37 de los 42 invitados. Entre los temas
tratados, están los siguientes: “Amenaza del Partido Comunista Italiano,
de acuerdo con el clericalismo, dirigida a la conquista del poder;
falta de poder de las Fuerzas del orden; nuestra posición en caso
de acceso al poder de los clerigo-comunistas; relaciones con el Estado
italiano”. El
documento, que emana de la reunión, abunda en lugares comunes de la
derecha golpista. Por ejemplo: “Muchos han preguntado - y no hemos
podido darles una respuesta, porque no la teníamos - cómo deberíamos
comportarnos si una mañana, al despertar, nos encontramos que los
clerigo-comunistas se han hecho con el poder: ¿nos quedamos de brazos
cruzados en una pasiva aquiescencia? ¿Tomamos determinadas posiciones?
¿En base a qué planes de emergencia? En la imposibilidad de poder
responder, dirigimos esta cuestión a la sede central para que - si
lo juzga oportuno - pueda iluminarnos al respecto”. Gelli
envía el documento a todos los afiliados a la
P2, pues está en juego toda la vida nacional
[6]
. En
la primera mitad de los años 70, las acciones subversivas se traman
en estrecha colaboración con los servicios secretos: se trata de desestabilizar
para estabilizar. Sin embargo, tras las elecciones de 1976 y el establecimiento
de una democracia de solidaridad nacional,
privada de oposición, la P2 diseña una nueva estrategia: el
control de los centros neurálgicos de decisión del Estado. La P2 aumenta
su poder en los años en que se desarrolla la política de solidaridad
nacional, con el entendimiento entre los grandes partidos. En esos
años se asiste a un crecimiento de la P2: por un lado se controlan
puestos claves de la administración del Estado y de la economía pública
y privada; por otro lado, se produce un control casi total de los
servicios secretos. Dice
el senador Attilio Bastianini
en la Comisión parlamentaria de investigación
sobre la P2: “La P2 ha sido un hecho grave, más grave de lo que la
opinión pública pueda imaginar. Todos los más inquietantes escándalos
de la Italia contemporánea (la carrera y la caída de Sindona
, la quiebra del
Banco Ambrosiano y las relaciones con el IOR, el suicidio y el homicidio
de Calvi
, el asesinato
de Pecorelli
, la lucha sin
exclusión de golpes por el control de la Rizzoli, del Corriere della Sera y de otros periódicos, el escándalo ENI-Petromin,
etc.), están marcados de algún modo por la presencia de hombres de
la P2”
[7]
.
En tiempo de Pablo VI
En
tiempo de Pablo VI
la posición de la Iglesia hacia la masonería
se atenuó mucho, dada la posición común de “lucha frente al comunismo”,
en la que se incluían también los mutuos intereses económicos. La
Congregación para la Doctrina de la Fe, con fecha de 19 de julio de
1974, escribió a algunas Conferencias episcopales una carta reservada
sobre la interpretación del canon 2.335 del Código de Derecho Canónico,
que prohibía a los católicos, bajo pena de excomunión, inscribirse
en asociaciones masónicas y otras semejantes. Poco
después, el director de la revista Civiltà
Cattolica, Don Giovanni Caprile
, indicaba el
camino para superar el conflicto entre la Iglesia y la masonería:
“Ninguno mejor que ellos (los católicos afiliados a la masonería)
en conciencia y plena lealtad puede juzgar sobre la naturaleza y la
actividad del grupo masónico al que pertenece. Si su fe de católico
no encuentra nada de sistemáticamente hostil, organizado contra la
Iglesia y contra sus principios doctrinales y morales, él puede permanecer
en la asociación. No deberá ya ser considerado como excomulgado y,
por tanto, como cualquier otro fiel podrá acercarse a los sacramentos
y participar plenamente de la vida de la Iglesia”
[8]
. La
carta de la Congregación quitó el miedo a muchos. Así, por ejemplo,
Mario Genghini
(hombre de Andreotti
) entró en la
logia secreta a finales de 1974, cuando el amigo Ortolani
le dijo que “Pablo VI
había quitado la excomunión a los masones”.
En 1976 Genghini introdujo a Calvi
en el gobierno de Nicaragua del dictador Somoza
. Tenía interés
en crear allí un banco, como el de Nassau
[9]
. Con
fecha de 17 de febrero de 1981, la Congregación para la Doctrina de
la Fe dirige una Declaración pública sobre la pertenencia de los católicos
a la masonería, que fue dada a conocer en la sala de prensa del Vaticano
el 2 de marzo y fue publicada en L’ Osservatore Romano el día 3 del mismo
mes. La Declaración dice que ya que la carta de 19 de julio de 1974
“ha dado lugar a interpretaciones erróneas y tendenciosas”, esta Congregación
confirma y precisa que “no ha sido modificada de ningún modo la actual
disciplina canónica, que permanece en todo su vigor”. Poco después,
el 17 de marzo, se realizó un registro en la casa de Gelli
, en Arezzo, y
en su oficina de la ciudad cercana de Castiglion Fibocchi. En
realidad, Gelli
con su grupo era bien recibido en el Vaticano:
había sido nombrado Comendador de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén
y Ortolani
había sido nombrado Gentilhombre de Su Santidad.
A la muerte de Pablo VI
los masones publicaron un comunicado de condolencia
en el diario Il Messaggero
el 9 de agosto de 1978: “Para nosotros es la muerte de quien ha hecho
caer la condena de Clemente XII
y de sus sucesores. O sea, es la primera vez
en la historia de la masonería moderna que el jefe de la religión
occidental muere no en estado de hostilidad con los masones”. En
el nuevo Código de Derecho Canónico, promulgado por Juan Pablo II
el 25 de enero de 1983, desaparece la palabra
masonería, quedando establecido lo que sigue en el canon 1.374: “Quien
se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia, debe
ser castigado con una pena justa”. Sin
embargo, unos meses después, el propio Juan Pablo II
renovó la condena católica de la masonería,
fuera cual fuera su obediencia, regular o no, al firmar la declaración
de la Congregación para la Doctrina de la Fe el 26 de noviembre de
1983
[10]
.
Investigación incompleta
La
Comisión parlamentaria de investigación sobre la P2 se detiene precisamente
donde empieza la verdadera P2. Como dice el senador Bastianini
, había que pasar
“de la apreciable reconstrucción de cuanto ya era conocido al conocimiento
de los lazos más profundos y más ocultos de la P2”. La
Comisión, en el curso de su trabajo, tropieza con demasiadas divagaciones.
Además, hay quienes pretenden levantar el mayor revuelo posible para
impedir que aparezcan claras las responsabilidades de los muchos asuntos
tramados en torno a Gelli
. También hay
quienes pretenden (a cuenta de la P2) poner bajo acusación a la masonería
en su conjunto. Sin
embargo, la masonería como tal es parte de la libertad del país y
debe ser aceptada. La pertenencia a la masonería no se puede considerar
como una culpa en sí misma. Está en juego el derecho de asociación
y el artículo 18 de la Constitución italiana. Solamente los delitos
han de ser investigados y juzgados. Se
discute mucho sobre la veracidad de las listas secuestradas a Gelli.
Se afirma que son incompletas, que quienes aparecen
inscritos lo están a diverso nivel y en tiempos diversos, que hay
que probar la responsabilidad de cada cual; en fin, que no basta con
aparecer en la lista para ser considerado culpable
[11]
. Se
afirma que la Comisión ha sido demasiado numerosa (41 miembros): cada
partido, cada corriente estaba representada, pero tenía escasa funcionalidad
y ninguna reserva. Una comisión de investigación formada en total
por 5-6 miembros, oportunamente elegidos, hubiera sido más eficaz
[12]
. Dentro
de la masonería, la P2 parece haber sido un cuerpo autónomo que, probablemente,
ha gozado también del carácter reservado típico de la tradición masónica.
Por lo demás, algunas tradiciones de secretismo propias de la vida
masónica ya han sido encauzadas por las mismas obediencias, con la
inmediata demolición de las logias cubiertas a tenor de la ley italiana
de 25 de enero de 1982. Actualmente,
la masonería se presenta así: “No es una sociedad secreta, ya que
no niega su existencia y cuáles son sus propósitos y finalidades,
y está inscrita en el Registro de Asociaciones, con los nombres y
apellidos de sus dirigentes y la presentación de sus Estatutos”. Por
tanto, el secretismo podría quedar reducido al carácter reservado
propio de toda organización y se podría compaginar la reserva de la
masonería con las obligaciones de transparencia que es justo pedir
a todos los que se ocupan de la política y desempeñan cargos públicos.
Para
completar la investigación habría que identificar en los vínculos
internacionales, de la masonería y de los servicios secretos, el centro
de poder oculto que cubría e inspiraba la acción de la P2. La P2 figuraba
como logia masónica regular en los Anuarios masónicos impresos en
Estados Unidos y Gelli
era uno de los poquísimos italianos invitados
a presenciar el juramento de los presidentes de Estados Unidos, Carter
y Reagan
[13]
. Asimismo
habría que investigar los grandes acontecimientos en los que la P2
ha estado implicada, concentrarse en esos hechos, seguir los rastros
de las intervenciones políticas, valorar las relaciones de los políticos
con Gelli
e investigar los motivos, analizar a fondo el
sistema y las responsabilidades en los nombramientos de los servicios
secretos. En
concreto, dijo el senador Bastianini
en 1984, la investigación podría avanzar en
tres direcciones: -
los servicios secretos, que durante un largo decenio han estado en
manos de la P2. -
los asuntos de Sindona
y de Calvi
, así como los
intentos de salvarlos realizados por hombres políticos. -
la financiación del Ambrosiano y de la Rizzoli a los partidos políticos. Años
de investigaciones judiciales y parlamentarias, aun trabajando sobre
casos diversos, hacen emerger una continuidad en las funciones desempeñadas
primero por Sindona
y después por Calvi
. Esta constatación
se basa no sólo en la continuidad de las relaciones con el IOR y con
los ambientes vaticanos, sino sobre el papel general que los dos grupos
(la Banca Privata Italiana en la primera mitad de los 70 y el Ambrosiano
en la segunda mitad) han desempeñado en el panorama financiero italiano. En
el caso de Sindona
la Comisión parlamentaria correspondiente trabajó
bien. Menores elementos se tienen para reconstruir el caso de Calvi
. Se tiene la
impresión de que mientras Calvi esperaba poder salvar su poder financiero
por medio del IOR, gravemente
implicado en sus aventuras financieras, la P2 habría optado por dejar
abandonado a su propio destino al Ambrosiano y a Calvi, poniendo en
marcha una red protectora (Pazienza
primero y después Carboni
), más para controlarlo
que para ayudarlo
[14]
. Por
su parte, el senador Ghinami
se une a quienes afirman que “en la logia se
había impuesto un vértice operante como poder oculto”: “Gelli
y el grupo de poder de su entorno habían dado
vida a una degeneración de cuño mafioso de la praxis masónica, a una
conspiración especuladora ligada a la finanza sin prejuicios y cínica
de nuestro país: los Sindona
, los Calvi
, etc. Este aspecto
relativo a las conexiones de esta finanza cínica y sin prejuicios
tanto con la vieja mafia tradicional italiana e internacional, como
con la nueva mafia constituida por la P2, no ha sido suficientemente
indagado por la Comisión - que ha preferido recorrer la estéril senda
de la gran conjura política -, aunque constituía en mi opinión el
aspecto con mucho más relevante y peligroso de todo el asunto”
[15]
. El
llamado “Plan de Renacimiento Democrático”, la “gran conjura política”
hallada en la maleta de Maria Grazia
(la hija de Gelli
), parecía sólo
una cortina de humo lanzada por el Maestro Venerable. Como dijo el
senador Giovanni Spadolini
a la Comisión parlamentaria: “Yo no he dado
nunca mucha importancia a esos documentos que Gelli ha hecho encontrar”
[16]
.
En el Vaticano, donde no debe
En
1971, apenas nombrado director general del Banco Ambrosiano, Calvi
fue a Nassau, en las Bahamas, y en sociedad
con Sindona
y Marcinkus
fundó la Cisalpine Overseas Bank poniendo en
práctica la enseñanza de Sindona sobre los paraísos fiscales. Marcinkus
formó parte del consejo de Administración. El trío Sindona-Calvi-Marcinkus
comenzó una secretísima y frenética actividad financiera en los paraísos
fiscales internacionales, bajo el signo de la ilegalidad y lejos de
todo control por parte de las autoridades italianas. Al
denominador común Iglesia-dinero-anticomunismo que unía a
los tres banqueros, se unían las sombras de la masonería internacional, de los servicios secretos atlánticos y de
la mafia italo-americana.
Como
hemos visto, el IOR tenía un paquete de acciones del Banco Ambrosiano
(el 1’82 por ciento), pero las tramas financieras entre Calvi
y Marcinkus
eran múltiples y, en muchos casos, inconfesables.
Sindona
dirá de los bancos sudamericanos del Ambrosiano:
“Estaban allí para ayudar a los católicos en la lucha contra el comunismo.
Esta era la justificación moral. Pero la razón financiera, bancaria,
era la de ganar la comisión”
[17]
. De hecho, la
presencia del IOR servía de cobertura a la red de bancos y sociedades fiduciarias e intermediarias, diseminadas
en todo el mundo, desde Panamá a Hong Kong: “Un enredo, dirigido por
el Ambrosiano y por la P2 que había asumido la propiedad y el pleno
control, concebido no sólo por motivos de evasión fiscal y por evitar
el control de la autoridad monetaria, sino también por ocultar el
flujo y el reciclaje de dinero sucio”
[18]
. Sindona
era el banquero del papa, de la P2 y de la mafia.
A Sindona le sustituye Calvi
, que también
era banquero de la P2. ¿Y Marcinkus
? Aparece en la
lista de presuntos masones vaticanos, dada a conocer por Pecorelli
. Sin embargo,
con carnet o sin él, Marcinkus está asociado a ellos. Desenmascarada
la logia P2 y huido el jefe de la misma, Calvi
se dirige desde la cárcel a Marcinkus
, haciéndole llegar,
por medio de su mujer, una tarjeta en la que estaba escrito. “Este
proceso se llama IOR”.
Interviene Pazienza
telefoneando a Marcinkus. Este le dijo: “Ven
aquí, hablamos personalmente, no por teléfono”. Pazienza se presenta
en el Vaticano y Marcinkus le informa de un viaje de Mennini
a Suiza y de lo que se está haciendo para que
Calvi “tenga lo que pide”: “Le calme, le tranquilice: nosotros estamos
haciendo lo que debemos hacer”. Al terminar la conversación con Paul
C. Marcinkus, Pazienza envía un telegrama a Calvi: “He visto a Paul.
Te envía un saludo. Todo bien. Abrazos”
[19]
. He
aquí cómo Pazienza
, agente de los
servicios secretos italianos y afiliado a la masonería, narra uno
de sus encuentros (en septiembre de 1980) con Achille Silvestrini
, brazo derecho
del cardenal Casaroli
: “Monseñor Silvestrini
formaba parte de un grupo muy poderoso dentro de la Curia vaticana,
le conocía desde hacía más de dos años... Fui introducido en el despacho
de monseñor Silvestrini. Me arrodillé delante de él y le besé el anillo.
Su acogida fue muy calurosa, amigable y cordial... Al final de un
largo intercambio de puntos de vista, le propuse presentarle al director
de los servicios secretos militares de la República. Se alegró de
la propuesta, asintió y no ocultó su sorpresa de que ese encuentro
no se hubiera producido antes. Sobre todo, teniendo en cuenta también
razones de oficio muy importantes que habrían debido impulsar al general
Santovito
a pedir audiencia: de hecho, el SISMI tenía
un papel no secundario en lo que se refería a la seguridad del Santo
Padre”
[20]
. Y
he aquí cómo Pazienza
relata el encuentro posterior entre Silvestrini
y el jefe del SISMI, afiliado a la P2, general
Santovito
: “Subí con Santovito
a bordo de su Alfetta superblindada, dirección Ciudad del Vaticano.
Pasamos la muralla por la puerta de Santa Ana. Dirigí al chófer hacia
el patio de San Dámaso, desde donde, por un ascensor, se subía a las
Logias vaticanas. La Secretaría de Estado estaba situada en la tercera
logia... Llegamos a la antecámara del Secretario de Estado y en seguida
fuimos introducidos en el despacho de monseñor Silvestrini. Después
de haber presentado oficialmente el general al purpurado, pedí poder
retirarme a la sala de espera. Por obvias razones de educación y de
estilo, quería dejar libres a los dos personajes de modo que pudieran
hablar abiertamente, sin que mi presencia pudiera en cierta manera
entorpecer”
[21]
. Silvestrini
había preparado el texto del Concordato de 1984
entre el Vaticano e Italia, firmado por Bettino Craxi
poco antes de huir a Túnez. En su momento, la
prensa recordó la fuerte oposición de todos los cardenales y obispos
de la Conferencia Episcopal italiana al texto redactado por los equipos
de Craxi y de Silvestrini. La opinión pública fue informada del violentísimo
choque que se produjo entre Silvestrini y el patriarca de Venecia,
cardenal Luciani
, que se hacía
portavoz de la esfera eclesiástica y del laicado católico en abierta
oposición al texto preparado. Silvestrini
fue nombrado cardenal en junio de 1988. Militando
en grupos opuestos y luchando por la sucesión de Casaroli
, Silvestrini
envía a Martínez Somalo
un escrito que circula en medios vaticanos:
“Preso por la lucha de quienes su profesión es hacer carrera... es
para quedar pasmados si se piensa en los detalles de habilidad y destreza
con que has desacreditado a tu posible competidor, Achille Silvestrini,
promoviendo contra él invenciones sin cuento... lengua punzante,
la perfidia es tu virtud más grande”. Por su parte, Somalo
envía a dignatarios vaticanos fotocopia del mismo escrito, con el
siguiente comentario a pie de página: “Aviso mafioso - firmado: con
tanto odio, Achille y el querido amigo Giovanni Coppa
”
[22]
. Una
serie de acontecimientos, relacionados de uno u otro modo con la P2,
manifiesta que es peligroso investigar determinados asuntos y que
existe un límite más allá del cual nadie puede pasar: En
1986 Michele Sindona
fue condenado a cadena perpetua como mandante
del asesinato del fiscal Giorgio Ambrosoli
, abogado milanés
encargado de investigar la quiebra de los bancos de Sindona. El
29 de septiembre de 1978 Juan Pablo I a
parece muerto,
cuando había tomado decisiones importantes: cortar la vinculación
del Banco vaticano con el Banco Ambrosiano, hacer frente a la masonería
y a la mafia. La penetración masónica en el Vaticano corría el riesgo
de ser descubierta y derrotada. La extraña muerte del papa Luciani
no ha sido suficientemente investigada o aclarada
por el Vaticano. El
29 de enero de 1979 fue asesinado, oficialmente por subversivos, el
juez Emilio Alessandrini
, cuando investigaba
las actividades del Banco Ambrosiano; además, pocas horas antes de
ser asesinado, interrogaba a un ex jefe del SID en relación a falsos
testimonios suyos y de altos oficiales, de Andreotti
y de Rumor
, en el proceso
por el atentado de la plaza Fontana
. El
13 de mayo de 1981 el papa Wojtyla
fue víctima de un enigmático atentado. El propio
Juan Pablo II
no está interesado en que se investigue a fondo.
Sin embargo, los principales imputados en la investigación sobre armas
y droga realizada por el juez Carlo Palermo
“serán después implicados en los asuntos Calvi-Ambrosiano
y en el atentado contra el papa Wojtyla”. El juez Palermo, que se
salvará de un atentado, será apartado de la investigación. El
4 de mayo de 1998, en el apartamento del nuevo comandante de la Guardia
Suiza, aparecen tres muertos encharcados en sangre: el propio comandante
Alois Estermann
, su mujer Gladys
Meza
y el vicecabo Cédric Tornay
. Estermann era
el candidato del Opus Dei a controlar la Guardia Suiza y la seguridad
dentro del Vaticano.
En
determinadas circunstancias, ahí están los casos de Juan Pablo I,
de Juan Pablo II
, del comandante
Estermann
, parece existir
dentro del Vaticano, donde no
debe
[23]
, un poder oculto
que está por encima del papa ¿Se
ha convertido el Vaticano, como el viejo templo denunciado por Jesús,
en casa de mercado y en cueva de bandidos?
[24]
. En
1992, en el juicio por la quiebra del Banco Ambrosiano, el Banco vaticano
(el IOR) es “responsable de distracción, ocultación, disipación y,
en cualquier caso, de destrucción” del patrimonio del Banco Ambrosiano.
La quiebra supuso un agujero de unos 1.200 millones de dólares. En
el mismo juicio es condenada la cúpula de la logia P2: 19 años de
cárcel para Umberto Ortolani
, 18 años y medio
para Licio Gelli
. Pues
bien, parece increíble. En carta enviada a la Academia de Suecia,
el comentarista de L’Osservatore Romano, Gino Concetti, teólogo
y moralista franciscano, propone a Gelli como Nobel de poesía. Y escribe
en Il Corriere della Sera el 13 de mayo de 1998: “Licio Gelli
es el poeta de la sensibilidad familiar, de la naturaleza, de la cosmicidad,
y sobre todo de la libertad, de la dignidad y de los derechos de la
persona, de la paz, de la justicia y de la solidaridad humana. Estos
valores brillan en su lírica como rayos de sol, como impetuosa energía
que hace avanzar a la sociedad hacia formas de convivencia cada vez
más perfectas”. Concluye
el teólogo vaticano: “Licio Gelli es verdaderamente el poeta profeta,
el testigo iluminado que anuncia a las nuevas generaciones el mensaje
de la esperanza. Por sus indudables valores artísticos y por la sublime
calidad de sus contenidos merece ser condecorado con el premio Nobel
de la poesía”. La trama Vaticano-Masonería
encuentra una confirmación más en el caso Concetti. Y también: la
vejez del Venerable está llena de contrastes. Un día después, el 14
de mayo, se puede leer en Il Messaggero: “Desde ayer el forajido
Licio Gelli es buscado también en el extranjero. Una orden de captura
internacional ha sido cursada por la INTERPOL”
[25]
.
[1]
AA.VV., La masonería en Madrid, Ed. El Avapiés, Madrid, 1987, 19.
[2]
Ver ib., 23-35.
[3]
Ver FLAMIGNI, Trame atlantiche, 25-36.
[4]
CpiP2,
vol. 3, tomo 1, 395-396.
[5]
Ib., tomo 4, 430.
[6]
Ib., tomo 1, 456-460.
[7]
BASTIANINI, A., Commissione parlamentare d'inchiesta sulla
Loggia massonica P2. Relazione
di minoranza, Doc.XXIII, n.2-bis/5, Roma, 1984.
[8]
En Civiltà Cattolica, 19-10-1974.
[9]
Tribunal de Milán, proceso por la
bancarrota del Banco Ambrosiano, sentencia del 16 de abril 1992,
345; ver FLAMIGNI, 288.
[10]
VIDAL MANZANARES, C., Diccionario de sectas y ocultismo, Ed.
Verbo Divino, Estella (Navarra), 1991, ver Francmasonería.
[11]
Ver BASTIANINI, ibidem; GHINAMI, A.,
ib., dc.XXIII, n.2bis/4, Roma, 1984.
[12]
Ver GHINAMI, ibidem.
[13]
Ibidem.
[14]
BASTIANINI, ibidem.
[15]
GHINAMI, ibidem.
[16]
Ibidem.
[17]
CpiP2,
vol. 3, tomo 6, 127.
[18]
FLAMIGNI, 290.
[19]
CpiP2, vol. 8, 14
[20]
PAZIENZA, F., Il disubbidiente, Longanesi, Milán, 1999, 84-85.
[21]
Ib., 86-87. Ver DISCEPOLI, 142-143.
[22]
Ver I MILLENARI, Via col vento in Vaticano, Ed. Kaos, Milán,
1999, 119-120.
[23]
Mc 13,14.
[24]
Jn 2,16 y Mc 13,14.
[25]
Ver INCITTI, L’immolato Giovanni Paolo I, 153-155; Papa
Luciani, una morte sospetta, 39-40. |