12.  PODER OCULTO

 

¿Se puede hablar de masones dentro del Vaticano? ¿No parece una acusación increíble, lanzada por instituciones conservadoras que no han aceptado la renovación del Concilio? Sin embargo, es preciso preguntarse: ¿existe dentro del Vaticano un poder oculto que, en determinadas circunstancias, está por encima del papa? Y para empezar ¿qué es la masonería?

 

La masonería

Sin remontarse a épocas lejanas, el origen de la masonería hay que buscarlo en los gremios y cofradías medievales de canteros y constructores (en francés maçon, albañil). En las ciudades donde se realizaban grandes edificaciones (catedrales, por ejemplo), inmediatamente se formaban las logias. La logia era el lugar, normalmente a cubierto, donde los obreros preparaban la realización del proyecto bajo la autoridad del maestro.

Poco a poco, aquella antigua organización profesional de constructores derivó hacia una masonería formada por miembros de profesiones muy diferentes. Propiamente hay que situar el origen de la masonería en el siglo XVIII. En 1717 surge la Gran Logia londinense, que tendrá como reglamento las Constituciones de Anderson  de 1723:

“Escritas por dos pastores protestantes, John Th. Desaguliers  y James Anderson , en ellas se explica cómo la catedral que habrá de construirse ya no será de piedra sino que será la Catedral del Universo, es decir, la Humanidad misma, en honor del Gran Arquitecto del Universo. No habrá que pulir la piedra, sino al hombre. En esta tarea la escuadra servirá para regular las acciones, el compás para saber mantenerse en los límites de los demás hombres, el delantal será símbolo de igualdad y la Biblia servirá para gobernar la fe. Estos hombres deseaban que la nueva masonería se convirtiera en el lugar de encuentro de los hombres de cultura o de los hombres que al menos tenían inquietudes intelectuales y deseaban y buscaban la fraternidad, la igualdad y la tolerancia” [1] . 

La masonería se extendió con rapidez desde Inglaterra a otros países. En 1732 nace la Gran Logia de Francia y en 1737 surge el Rito Escocés. En realidad, existen muchos tipos de masonería, independientes unos de otros y con gran variedad de ritos.

Según los masones, su asociación “es una sociedad fraternal, que admite a todo hombre libre y de buena reputación, sin distinción de raza, religión, ideario político o posición social, exigiendo únicamente que posea un espíritu filantrópico y el firme propósito de tratar siempre de ir en busca de la perfección”. Implica una iniciación, es decir, “el comienzo de un proceso que se desarrolla paulatinamente a lo largo de los años en los grados de Aprendiz, Compañero y Maestro”.

En 1738 el papa Clemente XII  lanza la excomunión contra la masonería. Sin embargo, el papel de los masones será determinante en muchos gobiernos liberales y burgueses del siglo XIX. Muchos padres de la patria en Estados Unidos y en Latinoamérica fueron masones: Benjamin Franklyn , George Washington , Simón Bolívar , etc.

En España [2] , Felipe V  “obligado por la bula de Clemente XII , expidió un severísimo edicto, en virtud del cual fueron presos varios miembros de una logia madrileña”; Fernando VI  prohibió la masonería y dictó penas de muerte para todos aquellos que la profesasen. El real decreto de 2 de julio de 1751 se basaba en la bula dada por Benedicto XIV  el 18 de mayo de ese mismo año. La situación cambió a partir de 1790. Desde esta fecha, y durante medio siglo XIX, el término masón se confunde con liberal y revolucionario. La invasión napoleónica de la península y la consiguiente supresión de la Inquisición permitió a muchos españoles manifestarse de acuerdo con las ideas revolucionarias que traían los franceses. Sin embargo, según informa el prefecto de policía de París con fecha 11 de septiembre de 1824, “al regresar el rey (Fernando VII ) fue restablecido el Tribunal de la Inquisición que detuvo los progresos de la masonería, siendo proscrita”.

A finales del siglo XIX nos encontramos con un panorama bastante complejo, caracterizado por la rivalidad y falta de entendimiento entre las distintas obediencias.

La dictadura de Primo de Rivera  trae de nuevo la represión. Lo mismo sucede durante el franquismo. Se condena a penas de veinte y treinta años de cárcel a los grados superiores de la masonería. La masonería española es legalizada en 1979.

 

La P2, un hecho grave

En Italia, antes de la disolución decretada en 1925 por el fascismo, dentro del Gran Oriente existía una particular Logia, llamada P (Propaganda), en la cual estaban agrupados afiliados eminentes, que tenían garantizada una absoluta reserva y discreción en razón de las importantes funciones públicas que ejercían: eran “hermanos cubiertos” cuya afiliación era sólo conocida en la memoria o al oído del más alto grado de la jerarquía masónica, es decir, del Gran Maestro [3] .

Constituida en 1887 por el Gran Maestro Giuseppe Mazzoni , la Logia Propaganda había sido desarrollada y potenciada por el banquero Adriano Lemmi  (Gran Maestro de 1885 a 1895), el cual había reclutado diputados, senadores y banqueros. Con motivo del escándalo de la Banca Romana, que envolvió a muchos banqueros por graves irregularidades administrativas, la Logia cubierta quedó marginada.

En la posguerra, la Logia Propaganda tomó el nombre de P2. En esta época la masonería italiana se reorganiza bajo la influencia de los masones americanos, que ponen el veto a socialistas y comunistas. La Gran Masonería inglesa se mantiene distante y sólo en 1972 da su reconocimiento al Gran Oriente de Italia.

En su relación final, la Comisión parlamentaria de investigación sobre la Logia P2 pone de manifiesto cómo se establecieron particulares vínculos entre la masonería americana y la italiana a través de un pastor de la Iglesia Evangélica, Frank Gigliotti , que fue agente de la sección italiana de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), antecedente de la CIA.

Exponente de la masonería californiana y del ala fascista de los italo-americanos, Gigliotti  está también vinculado al “círculo de la mafia” y forma parte de los servicios estratégicos americanos durante el desembarco aliado en Sicilia.

El 13 de mayo de 1947, el presidente del Consejo italiano Alcide De Gasperi  presenta la dimisión de su gobierno. El presidente Truman  dará su apoyo a un nuevo gobierno De Gasperi con una condición, la exclusión del Partido Comunista Italiano. De Gasperi forma un nuevo gobierno con democristianos, liberales e independientes, excluyendo a socialistas y comunistas.

El 7 de julio de 1947 Gigliotti  dejó atónito al socialista Giuseppe Saragat , que estaba de visita en Washington , diciéndole que había encontrado recientemente al bandido Giuliano  en Italia y que estaba de acuerdo “con el uso de la ilegalidad y la violencia empleada por Giuliano contra los comunistas”.

La exclusión del gobierno de las fuerzas de izquierda hacía muy precario el equilibrio político italiano. Por ello Gigliotti , el agente del anticomunismo que cumplía funciones de mediación entre Roma y Washington , propuso un cambio que reforzara el gobierno mediante la incorporación de grupos de izquierda moderados. La actividad de Gigliotti en Italia termina cuando Gelli  aparece en escena. Es una coincidencia revelada por la Comisión parlamentaria de investigación sobre la P2. 

Gelli  pidió ser admitido en la masonería el 6 de noviembre de 1963, pero, de momento, su pasado fascista bloqueó la solicitud. Sin embargo, en 1965 Gelli fue admitido en la Logia Romagnosi. La masonería italiana estaba dirigida por un hombre de confianza de la CIA, el Gran Maestro Giordano Gamberini , socialdemócrata. El pasado fascista de Gelli dejó de ser una dificultad y se convirtió en una garantía para la función anticomunista que tendría que desempeñar. El 28 de noviembre de 1966 ingresó Gelli en la P2 con el grado de Maestro.

Pocos días después de la elección de Lino Salvini  como Gran Maestro de la masonería italiana, el 18 de marzo de 1970 el jefe del Estado mayor del ejército americano, general William Westmoreland , puso su firma a un documento secreto titulado Operaciones de estabilidad y servicios secretos - Secciones especiales: contiene la consigna de “desestabilizar para estabilizar”, y la indicación de cómo recurrir a “operaciones especiales” para impedir el acceso al gobierno del Partido comunista, utilizando “acciones violentas y no violentas, según el caso”. La distribución del documento es “rigurosamente limitada a los destinatarios indicados en adjunta lista”, sujetos interesados en la aplicación de la estrategia de guerra no convencional y de guerra psicológica. Gelli  es uno de ellos.

El 15 de junio de 1970, Lino Salvini  en su condición de Gran Maestro de la Logia P2 delegó a Licio Gelli  con plenos poderes para dirigir la Logia cubierta, dándole incluso el poder de iniciación de nuevos afiliados, prerrogativa exclusiva del Gran Maestro o de los Maestros Venerables.    

En 1966 el Gran Maestro adjunto de la P2 Roberto Ascarelli   pidió a Gamberini  que se confiara a Gelli  la secretaría de la P2: “Gelli es un técnico de organización científica del trabajo, me ha presentado 14 solicitudes de iniciación de gente altamente cualificada, me ha dicho también que tenía in pectore otras 40 solicitudes, todas de gente cualificada” [4] .

En junio de 1970, habiendo recibido la delegación de la P2, Gelli  aumenta el número de afiliados, sobre todo en el ámbito de los servicios secretos y entre los oficiales de las Fuerzas Armadas. A comienzos de 1972 el general Luigi De Sanctis  (estrecho colaborador de Gelli) es encargado de reordenar las fichas de cerca de 400 afiliados.

Angelo Sambucco , hombre de confianza del Gran Maestro Salvini , dice que, con la llegada de Gelli , la organización interna de la P2 sufre una gran transformación: “Es planteada sobre criterios de absoluto y anómalo secretismo, pues se organiza un fichero en códice cuya clave sólo la conocía Gelli” [5] .

Los afiliados a la P2 no se reúnen nunca. En casos excepcionales, Gelli  puede organizar una reunión, pero sólo él decide quiénes participan. El 5 de marzo de 1971 Gelli organiza una de estas rarísimas reuniones. Acuden 37 de los 42 invitados. Entre los temas tratados, están los siguientes: “Amenaza del Partido Comunista Italiano, de acuerdo con el clericalismo, dirigida a la conquista del poder; falta de poder de las Fuerzas del orden; nuestra posición en caso de acceso al poder de los clerigo-comunistas; relaciones con el Estado italiano”.

El documento, que emana de la reunión, abunda en lugares comunes de la derecha golpista. Por ejemplo: “Muchos han preguntado - y no hemos podido darles una respuesta, porque no la teníamos - cómo deberíamos comportarnos si una mañana, al despertar, nos encontramos que los clerigo-comunistas se han hecho con el poder: ¿nos quedamos de brazos cruzados en una pasiva aquiescencia? ¿Tomamos determinadas posiciones? ¿En base a qué planes de emergencia? En la imposibilidad de poder responder, dirigimos esta cuestión a la sede central para que - si lo juzga oportuno - pueda iluminarnos al respecto”. Gelli  envía el documento a todos los afiliados a la P2, pues está en juego toda la vida nacional [6] .

En la primera mitad de los años 70, las acciones subversivas se traman en estrecha colaboración con los servicios secretos: se trata de desestabilizar para estabilizar. Sin embargo, tras las elecciones de 1976 y el establecimiento de una democracia de solidaridad nacional,  privada de oposición, la P2 diseña una nueva estrategia: el control de los centros neurálgicos de decisión del Estado. La P2 aumenta su poder en los años en que se desarrolla la política de solidaridad nacional, con el entendimiento entre los grandes partidos. En esos años se asiste a un crecimiento de la P2: por un lado se controlan puestos claves de la administración del Estado y de la economía pública y privada; por otro lado, se produce un control casi total de los servicios secretos.

Dice el senador Attilio Bastianini  en la Comisión parlamentaria de investigación sobre la P2: “La P2 ha sido un hecho grave, más grave de lo que la opinión pública pueda imaginar. Todos los más inquietantes escándalos de la Italia contemporánea (la carrera y la caída de Sindona , la quiebra del Banco Ambrosiano y las relaciones con el IOR, el suicidio y el homicidio de Calvi , el asesinato de Pecorelli , la lucha sin exclusión de golpes por el control de la Rizzoli, del Corriere della Sera y de otros periódicos, el escándalo ENI-Petromin, etc.), están marcados de algún modo por la presencia de hombres de la P2” [7] .

 

En tiempo de Pablo VI

En tiempo de Pablo VI  la posición de la Iglesia hacia la masonería se atenuó mucho, dada la posición común de “lucha frente al comunismo”, en la que se incluían también los mutuos intereses económicos.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, con fecha de 19 de julio de 1974, escribió a algunas Conferencias episcopales una carta reservada sobre la interpretación del canon 2.335 del Código de Derecho Canónico, que prohibía a los católicos, bajo pena de excomunión, inscribirse en asociaciones masónicas y otras semejantes.

Poco después, el director de la revista Civiltà Cattolica, Don Giovanni Caprile , indicaba el camino para superar el conflicto entre la Iglesia y la masonería: “Ninguno mejor que ellos (los católicos afiliados a la masonería) en conciencia y plena lealtad puede juzgar sobre la naturaleza y la actividad del grupo masónico al que pertenece. Si su fe de católico no encuentra nada de sistemáticamente hostil, organizado contra la Iglesia y contra sus principios doctrinales y morales, él puede permanecer en la asociación. No deberá ya ser considerado como excomulgado y, por tanto, como cualquier otro fiel podrá acercarse a los sacramentos y participar plenamente de la vida de la Iglesia” [8] .

La carta de la Congregación quitó el miedo a muchos. Así, por ejemplo, Mario Genghini  (hombre de Andreotti ) entró en la logia secreta a finales de 1974, cuando el amigo Ortolani  le dijo que “Pablo VI  había quitado la excomunión a los masones”.  En 1976 Genghini introdujo a Calvi  en el gobierno de Nicaragua del dictador Somoza . Tenía interés en crear allí un banco, como el de Nassau [9] .

Con fecha de 17 de febrero de 1981, la Congregación para la Doctrina de la Fe dirige una Declaración pública sobre la pertenencia de los católicos a la masonería, que fue dada a conocer en la sala de prensa del Vaticano el 2 de marzo y fue publicada en L’ Osservatore Romano el día 3 del mismo mes. La Declaración dice que ya que la carta de 19 de julio de 1974 “ha dado lugar a interpretaciones erróneas y tendenciosas”, esta Congregación confirma y precisa que “no ha sido modificada de ningún modo la actual disciplina canónica, que permanece en todo su vigor”. Poco después, el 17 de marzo, se realizó un registro en la casa de Gelli , en Arezzo, y en su oficina de la ciudad cercana de Castiglion Fibocchi. 

En realidad, Gelli  con su grupo era bien recibido en el Vaticano: había sido nombrado Comendador de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén y Ortolani  había sido nombrado Gentilhombre de Su Santidad. A la muerte de Pablo VI  los masones publicaron un comunicado de condolencia en el diario Il Messaggero el 9 de agosto de 1978: “Para nosotros es la muerte de quien ha hecho caer la condena de Clemente XII  y de sus sucesores. O sea, es la primera vez en la historia de la masonería moderna que el jefe de la religión occidental muere no en estado de hostilidad con los masones”.

En el nuevo Código de Derecho Canónico, promulgado por Juan Pablo II  el 25 de enero de 1983, desaparece la palabra masonería, quedando establecido lo que sigue en el canon 1.374: “Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia, debe ser castigado con una pena justa”.

Sin embargo, unos meses después, el propio Juan Pablo II  renovó la condena católica de la masonería, fuera cual fuera su obediencia, regular o no, al firmar la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe el 26 de noviembre de 1983 [10] .

 

Investigación incompleta

La Comisión parlamentaria de investigación sobre la P2 se detiene precisamente donde empieza la verdadera P2. Como dice el senador Bastianini , había que pasar “de la apreciable reconstrucción de cuanto ya era conocido al conocimiento de los lazos más profundos y más ocultos de la P2”.

La Comisión, en el curso de su trabajo, tropieza con demasiadas divagaciones. Además, hay quienes pretenden levantar el mayor revuelo posible para impedir que aparezcan claras las responsabilidades de los muchos asuntos tramados en torno a Gelli . También hay quienes pretenden (a cuenta de la P2) poner bajo acusación a la masonería en su conjunto.

Sin embargo, la masonería como tal es parte de la libertad del país y debe ser aceptada. La pertenencia a la masonería no se puede considerar como una culpa en sí misma. Está en juego el derecho de asociación y el artículo 18 de la Constitución italiana. Solamente los delitos han de ser investigados y juzgados.

Se discute mucho sobre la veracidad de las listas secuestradas a Gelli.  Se afirma que son incompletas, que quienes aparecen inscritos lo están a diverso nivel y en tiempos diversos, que hay que probar la responsabilidad de cada cual; en fin, que no basta con aparecer en la lista para ser considerado culpable [11] .

Se afirma que la Comisión ha sido demasiado numerosa (41 miembros): cada partido, cada corriente estaba representada, pero tenía escasa funcionalidad y ninguna reserva. Una comisión de investigación formada en total por 5-6 miembros, oportunamente elegidos, hubiera sido más eficaz [12] .

Dentro de la masonería, la P2 parece haber sido un cuerpo autónomo que, probablemente, ha gozado también del carácter reservado típico de la tradición masónica. Por lo demás, algunas tradiciones de secretismo propias de la vida masónica ya han sido encauzadas por las mismas obediencias, con la inmediata demolición de las logias cubiertas a tenor de la ley italiana de 25 de enero de 1982.

Actualmente, la masonería se presenta así: “No es una sociedad secreta, ya que no niega su existencia y cuáles son sus propósitos y finalidades, y está inscrita en el Registro de Asociaciones, con los nombres y apellidos de sus dirigentes y la presentación de sus Estatutos”. Por tanto, el secretismo podría quedar reducido al carácter reservado propio de toda organización y se podría compaginar la reserva de la masonería con las obligaciones de transparencia que es justo pedir a todos los que se ocupan de la política y desempeñan cargos públicos.

Para completar la investigación habría que identificar en los vínculos internacionales, de la masonería y de los servicios secretos, el centro de poder oculto que cubría e inspiraba la acción de la P2. La P2 figuraba como logia masónica regular en los Anuarios masónicos impresos en Estados Unidos y Gelli  era uno de los poquísimos italianos invitados a presenciar el juramento de los presidentes de Estados Unidos, Carter  y Reagan [13] .

Asimismo habría que investigar los grandes acontecimientos en los que la P2 ha estado implicada, concentrarse en esos hechos, seguir los rastros de las intervenciones políticas, valorar las relaciones de los políticos con Gelli  e investigar los motivos, analizar a fondo el sistema y las responsabilidades en los nombramientos de los servicios secretos.

En concreto, dijo el senador Bastianini  en 1984, la investigación podría avanzar en tres direcciones:

- los servicios secretos, que durante un largo decenio han estado en manos de la P2.

- los asuntos de Sindona  y de Calvi , así como los intentos de salvarlos realizados por hombres políticos.

- la financiación del Ambrosiano y de la Rizzoli a los partidos políticos. 

Años de investigaciones judiciales y parlamentarias, aun trabajando sobre casos diversos, hacen emerger una continuidad en las funciones desempeñadas primero por Sindona  y después por Calvi . Esta constatación se basa no sólo en la continuidad de las relaciones con el IOR y con los ambientes vaticanos, sino sobre el papel general que los dos grupos (la Banca Privata Italiana en la primera mitad de los 70 y el Ambrosiano en la segunda mitad) han desempeñado en el panorama financiero italiano.

En el caso de Sindona  la Comisión parlamentaria correspondiente trabajó bien. Menores elementos se tienen para reconstruir el caso de Calvi . Se tiene la impresión de que mientras Calvi esperaba poder salvar su poder financiero por  medio del IOR, gravemente implicado en sus aventuras financieras, la P2 habría optado por dejar abandonado a su propio destino al Ambrosiano y a Calvi, poniendo en marcha una red protectora (Pazienza  primero y después Carboni ), más para controlarlo que para ayudarlo [14] .

Por su parte, el senador Ghinami  se une a quienes afirman que “en la logia se había impuesto un vértice operante como poder oculto”: “Gelli  y el grupo de poder de su entorno habían dado vida a una degeneración de cuño mafioso de la praxis masónica, a una conspiración especuladora ligada a la finanza sin prejuicios y cínica de nuestro país: los Sindona , los Calvi , etc. Este aspecto relativo a las conexiones de esta finanza cínica y sin prejuicios tanto con la vieja mafia tradicional italiana e internacional, como con la nueva mafia constituida por la P2, no ha sido suficientemente indagado por la Comisión - que ha preferido recorrer la estéril senda de la gran conjura política -, aunque constituía en mi opinión el aspecto con mucho más relevante y peligroso de todo el asunto” [15] .

El llamado “Plan de Renacimiento Democrático”, la “gran conjura política” hallada en la maleta de Maria Grazia  (la hija de Gelli ), parecía sólo una cortina de humo lanzada por el Maestro Venerable. Como dijo el senador Giovanni Spadolini  a la Comisión parlamentaria: “Yo no he dado nunca mucha importancia a esos documentos que Gelli ha hecho encontrar” [16] .

 

En el Vaticano, donde no debe

En 1971, apenas nombrado director general del Banco Ambrosiano, Calvi  fue a Nassau, en las Bahamas, y en sociedad con Sindona  y Marcinkus  fundó la Cisalpine Overseas Bank poniendo en práctica la enseñanza de Sindona sobre los paraísos fiscales. Marcinkus formó parte del consejo de Administración. El trío Sindona-Calvi-Marcinkus comenzó una secretísima y frenética actividad financiera en los paraísos fiscales internacionales, bajo el signo de la ilegalidad y lejos de todo control por parte de las autoridades italianas.

Al denominador común Iglesia-dinero-anticomunismo que unía a los tres banqueros, se unían las sombras de la masonería internacional, de los servicios secretos atlánticos y de la mafia italo-americana.

Como hemos visto, el IOR tenía un paquete de acciones del Banco Ambrosiano (el 1’82 por ciento), pero las tramas financieras entre Calvi  y Marcinkus  eran múltiples y, en muchos casos, inconfesables. Sindona  dirá de los bancos sudamericanos del Ambrosiano: “Estaban allí para ayudar a los católicos en la lucha contra el comunismo. Esta era la justificación moral. Pero la razón financiera, bancaria, era la de ganar la comisión” [17] . De hecho, la presencia del IOR servía de cobertura a la red de bancos y  sociedades fiduciarias e intermediarias, diseminadas en todo el mundo, desde Panamá a Hong Kong: “Un enredo, dirigido por el Ambrosiano y por la P2 que había asumido la propiedad y el pleno control, concebido no sólo por motivos de evasión fiscal y por evitar el control de la autoridad monetaria, sino también por ocultar el flujo y el reciclaje de dinero sucio” [18] .

Sindona  era el banquero del papa, de la P2 y de la mafia. A Sindona le sustituye Calvi , que también era banquero de la P2. ¿Y Marcinkus ? Aparece en la lista de presuntos masones vaticanos, dada a conocer por Pecorelli . Sin embargo, con carnet o sin él, Marcinkus está asociado a ellos.

Desenmascarada la logia P2 y huido el jefe de la misma, Calvi  se dirige desde la cárcel a Marcinkus , haciéndole llegar, por medio de su mujer, una tarjeta en la que estaba escrito. “Este proceso se llama IOR”. Interviene Pazienza  telefoneando a Marcinkus. Este le dijo: “Ven aquí, hablamos personalmente, no por teléfono”. Pazienza se presenta en el Vaticano y Marcinkus le informa de un viaje de Mennini  a Suiza y de lo que se está haciendo para que Calvi “tenga lo que pide”: “Le calme, le tranquilice: nosotros estamos haciendo lo que debemos hacer”. Al terminar la conversación con Paul C. Marcinkus, Pazienza envía un telegrama a Calvi: “He visto a Paul. Te envía un saludo. Todo bien. Abrazos” [19] . 

He aquí cómo Pazienza , agente de los servicios secretos italianos y afiliado a la masonería, narra uno de sus encuentros (en septiembre de 1980) con Achille Silvestrini , brazo derecho del cardenal Casaroli : “Monseñor Silvestrini formaba parte de un grupo muy poderoso dentro de la Curia vaticana, le conocía desde hacía más de dos años... Fui introducido en el despacho de monseñor Silvestrini. Me arrodillé delante de él y le besé el anillo. Su acogida fue muy calurosa, amigable y cordial... Al final de un largo intercambio de puntos de vista, le propuse presentarle al director de los servicios secretos militares de la República. Se alegró de la propuesta, asintió y no ocultó su sorpresa de que ese encuentro no se hubiera producido antes. Sobre todo, teniendo en cuenta también razones de oficio muy importantes que habrían debido impulsar al general Santovito  a pedir audiencia: de hecho, el SISMI tenía un papel no secundario en lo que se refería a la seguridad del Santo Padre” [20] .

Y he aquí cómo Pazienza  relata el encuentro posterior entre Silvestrini  y el jefe del SISMI, afiliado a la P2, general Santovito : “Subí con Santovito a bordo de su Alfetta superblindada, dirección Ciudad del Vaticano. Pasamos la muralla por la puerta de Santa Ana. Dirigí al chófer hacia el patio de San Dámaso, desde donde, por un ascensor, se subía a las Logias vaticanas. La Secretaría de Estado estaba situada en la tercera logia... Llegamos a la antecámara del Secretario de Estado y en seguida fuimos introducidos en el despacho de monseñor Silvestrini. Después de haber presentado oficialmente el general al purpurado, pedí poder retirarme a la sala de espera. Por obvias razones de educación y de estilo, quería dejar libres a los dos personajes de modo que pudieran hablar abiertamente, sin que mi presencia pudiera en cierta manera entorpecer” [21] . 

Silvestrini  había preparado el texto del Concordato de 1984 entre el Vaticano e Italia, firmado por Bettino Craxi  poco antes de huir a Túnez. En su momento, la prensa recordó la fuerte oposición de todos los cardenales y obispos de la Conferencia Episcopal italiana al texto redactado por los equipos de Craxi y de Silvestrini. La opinión pública fue informada del violentísimo choque que se produjo entre Silvestrini y el patriarca de Venecia, cardenal Luciani , que se hacía portavoz de la esfera eclesiástica y del laicado católico en abierta oposición al texto preparado.

Silvestrini  fue nombrado cardenal en junio de 1988. Militando en grupos opuestos y luchando por la sucesión de Casaroli , Silvestrini envía a Martínez Somalo  un escrito que circula en medios vaticanos: “Preso por la lucha de quienes su profesión es hacer carrera... es para quedar pasmados si se piensa en los detalles de habilidad y destreza con que has desacreditado a tu posible competidor, Achille Silvestrini, promoviendo contra él invenciones sin cuento... lengua punzante,  la perfidia es tu virtud más grande”. Por su parte, Somalo envía a dignatarios vaticanos fotocopia del mismo escrito, con el siguiente comentario a pie de página: “Aviso mafioso - firmado: con tanto odio, Achille y el querido amigo Giovanni Coppa [22] . 

Una serie de acontecimientos, relacionados de uno u otro modo con la P2, manifiesta que es peligroso investigar determinados asuntos y que existe un límite más allá del cual nadie puede pasar:

En 1986 Michele Sindona  fue condenado a cadena perpetua como mandante del asesinato del fiscal Giorgio Ambrosoli , abogado milanés encargado de investigar la quiebra de los bancos de Sindona.

El 29 de septiembre de 1978 Juan Pablo I a parece muerto, cuando había tomado decisiones importantes: cortar la vinculación del Banco vaticano con el Banco Ambrosiano, hacer frente a la masonería y a la mafia. La penetración masónica en el Vaticano corría el riesgo de ser descubierta y derrotada. La extraña muerte del papa Luciani  no ha sido suficientemente investigada o aclarada por el Vaticano.

El 29 de enero de 1979 fue asesinado, oficialmente por subversivos, el juez Emilio Alessandrini , cuando investigaba las actividades del Banco Ambrosiano; además, pocas horas antes de ser asesinado, interrogaba a un ex jefe del SID en relación a falsos testimonios suyos y de altos oficiales, de Andreotti  y de Rumor , en el proceso por el atentado de la plaza Fontana .

El 13 de mayo de 1981 el papa Wojtyla   fue víctima de un enigmático atentado. El propio Juan Pablo II  no está interesado en que se investigue a fondo. Sin embargo, los principales imputados en la investigación sobre armas y droga realizada por el juez Carlo Palermo  “serán después implicados en los asuntos Calvi-Ambrosiano y en el atentado contra el papa Wojtyla”. El juez Palermo, que se salvará de un atentado, será apartado de la investigación.

El 4 de mayo de 1998, en el apartamento del nuevo comandante de la Guardia Suiza, aparecen tres muertos encharcados en sangre: el propio comandante Alois Estermann , su mujer Gladys Meza  y el vicecabo Cédric Tornay . Estermann era el candidato del Opus Dei a controlar la Guardia Suiza y la seguridad dentro del Vaticano. 

           

En determinadas circunstancias, ahí están los casos de Juan Pablo I,  de Juan Pablo II , del comandante Estermann , parece existir dentro del Vaticano, donde no debe [23] , un poder oculto que está por encima del papa  ¿Se ha convertido el Vaticano, como el viejo templo denunciado por Jesús, en casa de mercado y en cueva de bandidos? [24] .

En 1992, en el juicio por la quiebra del Banco Ambrosiano, el Banco vaticano (el IOR) es “responsable de distracción, ocultación, disipación y, en cualquier caso, de destrucción” del patrimonio del Banco Ambrosiano. La quiebra supuso un agujero de unos 1.200 millones de dólares. En el mismo juicio es condenada la cúpula de la logia P2: 19 años de cárcel para Umberto Ortolani , 18 años y medio para Licio Gelli .

Pues bien, parece increíble. En carta enviada a la Academia de Suecia, el comentarista de L’Osservatore Romano, Gino Concetti, teólogo y moralista franciscano, propone a Gelli como Nobel de poesía. Y escribe en Il Corriere della Sera el 13 de mayo de 1998: “Licio Gelli es el poeta de la sensibilidad familiar, de la naturaleza, de la cosmicidad, y sobre todo de la libertad, de la dignidad y de los derechos de la persona, de la paz, de la justicia y de la solidaridad humana. Estos valores brillan en su lírica como rayos de sol, como impetuosa energía que hace avanzar a la sociedad hacia formas de convivencia cada vez más perfectas”.

Concluye el teólogo vaticano: “Licio Gelli es verdaderamente el poeta profeta, el testigo iluminado que anuncia a las nuevas generaciones el mensaje de la esperanza. Por sus indudables valores artísticos y por la sublime calidad de sus contenidos merece ser condecorado con el premio Nobel de la poesía”.

La trama Vaticano-Masonería encuentra una confirmación más en el caso Concetti. Y también: la vejez del Venerable está llena de contrastes. Un día después, el 14 de mayo, se puede leer en Il Messaggero: “Desde ayer el forajido Licio Gelli es buscado también en el extranjero. Una orden de captura internacional ha sido cursada por la INTERPOL” [25] . 



[1] AA.VV., La masonería en Madrid, Ed. El Avapiés, Madrid, 1987, 19.

[2] Ver ib., 23-35.

[3] Ver FLAMIGNI, Trame atlantiche, 25-36.

[4] CpiP2, vol. 3, tomo 1, 395-396.

[5] Ib., tomo 4, 430.

[6] Ib., tomo 1, 456-460.

[7] BASTIANINI, A., Commissione parlamentare d'inchiesta sulla Loggia massonica P2. Relazione di minoranza, Doc.XXIII, n.2-bis/5, Roma, 1984.

[8] En Civiltà Cattolica, 19-10-1974.

[9] Tribunal de Milán, proceso por la bancarrota del Banco Ambrosiano, sentencia del 16 de abril 1992, 345; ver FLAMIGNI, 288.

[10] VIDAL MANZANARES, C., Diccionario de sectas y ocultismo, Ed. Verbo Divino, Estella (Navarra), 1991, ver Francmasonería.

[11] Ver BASTIANINI, ibidem; GHINAMI, A., ib., dc.XXIII, n.2bis/4, Roma, 1984.

[12] Ver GHINAMI, ibidem.

[13] Ibidem.

[14] BASTIANINI, ibidem.

[15] GHINAMI, ibidem.

[16] Ibidem.

[17] CpiP2, vol. 3, tomo 6, 127.

[18] FLAMIGNI, 290.

[19] CpiP2, vol. 8, 14

[20] PAZIENZA, F., Il disubbidiente, Longanesi, Milán, 1999, 84-85.

[21] Ib., 86-87. Ver DISCEPOLI, 142-143.

[22] Ver I MILLENARI, Via col vento in Vaticano, Ed. Kaos, Milán, 1999, 119-120.

[23] Mc 13,14.

[24] Jn 2,16 y Mc 13,14.

[25] Ver INCITTI, L’immolato Giovanni Paolo I, 153-155; Papa Luciani, una morte sospetta, 39-40.