En el principio era la palabra
 

SE ABRE EL CASO ORLANDI

El Papa quiere la verdad

11 de abril de 2023, fecha histórica. Se abre el caso Orlandi. Pietro, el hermano de Emanuela,   es recibido por el fiscal vaticano Alessandro Diddi, que acaba de declarar: “Sobre el caso Orlandi el Papa quiere la verdad plena. El mundo nos mira: no esconderemos nada”, “he podido leer y analizar los papeles”, “son tantos, tantísimos”, “hemos recuperado papeles viejos, viejísimos, llenos de polvo” (Corriere della Sera, 10-4-2023).

Pietro Orlandi ha presentado al fiscal vaticano una reveladora carta, un impactante audio, unos misteriosos chats y una lista de funcionarios vaticanos que deben ser interrogados, entre ellos,  Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, y Leonardo Sandri, vicedecano.

Reveladora carta. En 1993 el arzobispo de Canterbury envía una carta al cardenal Poletti. El arzobispo de Canterbury (anglicano) es Leonard Carey; el arzobispo de Westminster (católico) es Basil Hume. La carta es enviada a esta dirección: 176 Clapham Rode, una residencia femenina católica, propiedad de una congregación italiana fundada por Giovanni Battista Scalabrini, muerto en 1905 y proclamado beato en noviembre de 1997 por Juan Pablo II. La residencia (en la foto) está destinada a “chicas, estudiantes, trabajadoras” que quieren permanecer en Londres a precios reducidos (Fittipaldi, Gli impostori, 60-62).

En la carta el arzobispo de Canterbury dice al cardenal Poletti: “He sabido que usted en este momento está en Londres. A menudo nos hemos escrito. En relación a la cuestión de Emanuela Orlandi quizá sea el caso de que nos encontremos directamente”. La carta, dice Pietro Orlandi, va “dirigida a Clapham Rode, la calle que después está indicada en los famosos cinco folios” (La7, 7-4-2023).

La carta es enviada a la dirección londinense de Emanuela. Si es auténtica, la carta confirma la estancia en Londres de Emanuela y la actividad del cardenal Poletti en Londres relacionada con ella. Confirma lo que aparece en el documento de cinco folios sobre los Gastos del Vaticano con Emanuela (Fittipaldi, 82-86): entre marzo de 1988 y marzo de 1993 figura la “actividad de su Eminencia Reverendísima Cardenal Ugo Poletti” en Londres relacionada con Emanuela y los gastos correspondientes a la actividad del cardenal: “L. 80.000.000”.

Llama la atención. El cardenal Poletti muere en Roma el 25 de febrero de 1997 y los gastos del Vaticano con Emanuela terminan poco después, en julio de 1997. Además, entre abril de 1993 y julio de 1997 figuran “gastos sanitarios globales” (L.4.000.000) y, finalmente, “actividad general y traslado al Estado Ciudad del Vaticano, con trabajo referido a prácticas finales” (L. 21.000.000). Puede ser una simple coincidencia, pero en noviembre de 1997 Juan Pablo II proclama beato al fundador Scalabrini.

Audio impactante. Pietro Orlandi presenta también al fiscal vaticano un audio que le ha entregado el periodista Alessandro Ambrosini. El audio, de cuatro horas de duración, es de Marcello Neroni, un hombre cercano a la Banda de la Magliana. La grabación se hizo en 2009, pero sólo ahora, tras el documental La chica del Vaticano, el periodista la ha dado a conocer. Se omite lo más escabroso, pero se afirma lo siguiente: “De Pedis está sepultado allí por gracia recibida. Pero no por lo que dice la loca de la Minardi. Entonces Wojtyla (…) incluso juntas se las llevaba a la cama, donde fuera, dentro del Vaticano. Cuando resultó ser una cosa que ya era una basura, el Secretario de Estado decidió intervenir. Pero no diciendo a Wojtyla ‘me las quito de en medio’, se ha dirigido ¿a quién? A él.  Siendo experto en cárceles, porque fue capellán del reformatorio y de la cárcel, se dirigió a los capellanes de la cárcel, uno era calabrés, el otro un tipo listo, un tal Luigi y un tal padre Pietro, no hicieron otra cosa que llamar a De Pedis y le dijeron ‘Está pasando esto. ¿Nos puedes echar una mano?’. Punto. El resto son todo mierdas”.

Sin duda, debe investigarse lo que se afirma en el audio. Ahora bien, Sandra Minardi aporta datos que Marcello Neroni no tiene por qué conocer. Éste reduce el caso Orlandi a asunto de pedofilia, pero esto no excluye el asunto económico, el chantaje económico por parte del propio Enrico De Pedis, jefe de la Banda de la Magliana.

Por su parte, Pietro Orlandi comenta el audio: “Se dice cómo le llamaban dentro del Vaticano, se dan nombres y apellidos, detalles, situaciones. Yo no digo que Juan Pablo II sea un pedófilo. Digo que es justo indagar. En 2023 no puede haber personas intocables”. Comenta también: “Me dicen que Wojtyla salía con dos monseñores polacos por la noche y que, ciertamente, no iba a bendecir casas. Una duda me queda” (La7,11-4-2023).

Andrea Tornielli en el diario oficial del Vaticano L’Osservatore Romano considera las palabras de. Pietro Orlandi “acusaciones absurdas e infamantes”, “solo acusaciones anónimas infamantes”, “una locura”, “en presencia de su abogada, Laura Sgrò, que asentía, …ha contado que el papa Wojtyla salía por la noche en compañía de algún monseñor en busca de chicas” (14-4-2023). Laura Sgrò reacciona indignada: “La abogada de la familia desmiente indignada al Vaticano”, “niega que se opongan a dar nombres sobre las acusaciones contra Juan Pablo II” (RD/EFE, 15-4-2023).

El juez Ilario Martella, que recibió una serie de amenazas contra su hijo y su nuera mientras investigaba el atentado contra el papa, afirma en una entrevista que existe una relación entre aquel atentado y el secuestro de Emanuela: “Tras la desaparición de Emanuela hay un hecho tan grave que probablemente sólo el tribunal de la historia estará en condición de juzgar”. Y, dirigiéndose a su interlocutor, añade: “Si le dijera las cosas que he descubierto se le pondría la piel de gallina, como se me puso a mí. Hay elementos en las actas de la instrucción (judicial) que deben quedar reservados, porque son cosas que hacen pensar”. Habla también de “una pista muy misteriosa que lleva muy alto” (Il Messaggero, 20-6-1993; El día de la cuenta, 247-248).

Misteriosos chats. Pietro Orlandi presenta también al fiscal vaticano “un intercambio de conversaciones en WhatsApp de dos personas cercanas al Papa”: “se remontan al 2013 y al 2014”. Hablan de Emanuela, de recoger algunas cosas. Se dicen: “Hay que tener cuidado, tenemos que hacer fotocopias de todos estos documentos de Emanuela”. Hablan también de “tombaroli”, ladrones de tumbas, que hay que pagar en secreto: “A todo esto, los tombaroli ¿quién los debe pagar una vez visto que los debemos pagar en secreto? El papa Francisco dice que debemos ir adelante, pero después somos nosotros los que tenemos que hacer las cosas ¿qué hacemos?”. Esas dos personas no están solas. El cardenal Santos Abril las apoya y el Papa también: “Abril dice que debemos ir adelante, que después en septiembre debemos hacer el inventario de las cosas que hemos encontrado. De esto tenemos que avisar al jefe de la Gendarmería Giani”. El otro dice: “No, no, en absoluto, la Orlandi es una cosa grave, el Papa está con nosotros, nos dice que vayamos adelante”.

En el verano de 2018, con la foto de una tumba del cementerio teutónico del Vaticano, fue enviada a la abogada de la familia Orlandi, Laura Sgrò, una carta anónima que decía: “Buscad donde indica el ángel”. El 11 de julio de 2019 la sorpresa fue total. Abrieron la tumba del ángel y, también, la tumba adyacente. Estaban vacías. Afortunadamente, antes de la apertura de las tumbas, Francesca Chaouqui, que fue consejera vaticana y acusada de filtrar documentos, llamó a Pietro: “La señora al teléfono anunció a Pietro que las tumbas estaban vacías” (Blitz, 14-7-2019).

El 21 de noviembre de 2011 Santos Abril fue nombrado arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. Comenta el periodista Andrea Purgatori: “Es una investigación que no se puede cerrarse sin nada”, “hay una voz que dice que los huesos de Emanuela fueron exhumados y trasladados secretamente a la Basílica de Santa María la Mayor”, “puede no decir nada, pero puede ser importante”. Debe investigarse: “Esa persona debe ser escuchada”, dice el hermano de Emanuela (La7,11-4-2023).

Tensiones y problemas. La apertura del caso Orlandi es una fecha histórica, pero subsisten tensiones y problemas. El fiscal vaticano Alessandro Diddi comenta: “Temo que el papel de la Banda de la Magliana se haya sobrevalorado, aunque existen algunas evidencias” (Corriere della Sera, 10-4-2023). “El miedo, dice Andrea Purgatori, lo tiene el Vaticano, miedo a aparecer asociado con esa banda criminal”.

La abogada Laura Sgrò dice que es un “momento histórico”, pero denuncia un “problema de incompatibilidad”: el presidente del Tribunal de Justicia Vaticano, Giuseppe Pignatone, es juez y parte, es el fiscal que archivó la investigación del caso Emanuela en Italia (30-9-2015), mientras el fiscal adjunto Giancarlo Capaldo quería seguir la investigación. Capaldo desveló que en 2012 dos emisarios vaticanos acudieron a él para pedirle que exhumara el cuerpo de Enrico de Pedis, que estaba enterrado en la basílica de San Apollinare y era un escándalo. Por su parte, Capaldo pidió a los emisarios  que ayudaran a encontrar el cuerpo de Emanuela Orlandi. Respondieron que lo pensarían tras escuchar a personas de la jerarquía vaticana: “La respuesta llegó unas semanas después y fue positiva” (EFE, 13-12-2021), pero la investigación se archivó. Lo hizo el que ahora preside el Tribunal de Justicia Vaticano. El Papa quiere la verdad. Pero hay un problema de incompatibilidad, precisamente, en quien preside el tribunal vaticano. Asimismo, el papa Francisco “ha reivindicado la figura del papa Wojtyla, a quien ha defendido de las acusaciones que se han vertido estos días en el marco de la apertura del caso Orlandi”, “son suposiciones sin fundamento” (RD, 16-4-2023).

Jesús López Sáez