En el principio era la palabra
 

 

LO QUE IGNORA EL PEREGRINO
¿Entiendes lo que vas leyendo?

jp i16 de agosto. Comienza la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Las lecturas propias del día son significativas, pero no se leen en la misa presidida por el arzobispo de Madrid: "Dios anuncia la paz con tal de que a su locura no retornen" (Sal 85), "es más fácil a un camello entrar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios" (Mt 19,23-30). Crisis humanitaria en Somalia. Según la ONU, en el campo de Dabaad de Kenia hay casi medio millón de somalíes hambrientos. Comienza la exhumación de 250 represaliados de Franco en un parque infantil de Palencia. Bajo su suelo hay 497 fusilados por la dictadura franquista. España "tiene en la fe cristiana su principal seña de identidad histórica", dice el arzobispo de Madrid. Algo semejante había dicho el domingo en el diario El Mundo: "Los españoles tenemos ADN católico". Apelaba a la opinión del Papa: "El mismo ha dicho que los españoles tenemos un ADN católico". 
Sin embargo, la fe no se recibe por herencia. No es cuestión de raza. De nada sirve decir: "Tenemos por padre a Abraham", "somos católicos de toda la vida", "tenemos ADN católico". Es cuestión de "conversión" (Lc 3,8). En la línea profética de Juan, en medio del judaísmo sociológico, irrumpe la llamada de Jesús: "El reino de Dios está cerca, convertios" (1,15). No basta la religiosidad tradicional, hace falta otra cosa. De modo semejante, en medio del cristianismo sociológico irrumpe hoy la experiencia del Evangelio. 
Dejando atrás posiciones medievales, con el concilio Vaticano II la Iglesia que se renueva establece una nueva relación con el mundo, abandona la vieja identificación entre cristianismo y sociedad, el sueño de cristiandad, y se sitúa como comunidad en medio de la sociedad, una sociedad plural.  
17 de agosto. Manifestación laica contra el "boato y el gasto público" de la Jornada Mundial de la Juventud, bajo el lema: "De mis impuestos, al Papa cero. Por un Estado laico". Ocho personas son detenidas y once heridas, tres de ellas policías.
18 de agosto. Al llegar a Madrid, Benedicto XVI es recibido por los Reyes, el presidente del Gobierno y cargos institucionales. El Papa critica "la persecución abierta o larvada" que sufren no pocos jóvenes católicos: "Se les acosa queriendo apartarles de Cristo, privándoles de los signos de su presencia en la vida pública y silenciando hasta su santo nombre". Por la tarde, el Papa entra por la Puerta de Alcalá y recibe las llaves de Madrid de manos del alcalde. En Cibeles el Papa exhorta a los jóvenes a combatir el relativismo moral: "Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o es malo, lo justo o lo injusto, decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de sus preferencias". En 13 TV se proyecta la segunda parte de la película sobre Juan Pablo I, "Papa Luciani. La sonrisa de Dios". El salmo del día se centra en el nuevo sacerdocio propio de Cristo: "No quisiste sacrificios ni holocaustos. Heme aquí que vengo para hacer tu voluntad" (Sal 40). 
19 de agosto. Benedicto XVI se reúne en El Escorial con 1.664 monjas y 1000 profesores jóvenes. Por la tarde, en el vía crucis, dice a los jóvenes: "No paséis de largo ante el sufrimiento humano". El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, pide al Vaticano que el Valle de Los Caídos deje de ser un símbolo del nacional-catolicismo y se convierta en símbolo de reconciliación de los españoles. Chile reconoce a más de 40.000 víctimas de la dictadura de Pinochet. El salmo propio del día dice: "El Señor hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos, liberta a los cautivos, abre los ojos al ciego, endereza a los que ya se doblan, ama a los justos, guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda" (Sal 146). 
20 de agosto. El evangelio propio del día denuncia el fariseísmo institucional: Atan cargas pesadas en las espaldas de la gente. Todo lo que hacen es para que los vea la gente. No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro padre, el del cielo (Mt 23,1-12). El Papa confiesa a algunos jóvenes en el Retiro, donde se han instalado 200 confesonarios. En la catedral de la Almudena pide santidad a 4.500 seminaristas. Por la tarde visita a la Fundación Instituto San José para discapacitados.  Al final, preside la vigilia de oración en Cuatro Vientos. El Papa, que había comenzado su discurso, se vio obligado a interrumpirlo, cuando se desató una tormenta con abundante lluvia y fuerte viento. Los bomberos tuvieron que apuntalar el altar que la tormenta, con fuertes rachas de viento, había desestabilizado. 
21 de agosto. Misa en Cuatro Vientos. Se leen las lecturas propias del día. El Papa comenta sólo el evangelio. "Seguir a Jesús en la fe es caminar con él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario". Algunas de las capillas desde las que se iban a distribuir las 600.000 hostias preparadas sufrieron desperfectos por el viento y la lluvia de la víspera. Ante la falta de seguridad, no se pudo repartir la comunión, algo que el Papa consideró "muy doloroso".
Fue el pasado 8 de enero. Un voluntario de la JMJ, de Costa Rica, contactó con nosotros. Desde principio, aclaramos posiciones: "Aquí somos críticos con estos viajes faraónicos". Le comentamos el pasaje del eunuco etíope, ministro del tesoro, que volvía de Jerusalén, de una peregrinación, sentado en su carro, leyendo un pasaje del profeta Isaías (Hch 8,27-28). Felipe le dice: "¿Entiendes lo que vas leyendo?". Responde el peregrino: "¿Cómo lo puedo entender si nadie me hace de guía?". El pasaje que iba leyendo era éste: "Fue llevado como oveja al matadero; y como cordero, mudo delante del que lo trasquila, así él no abre la boca. En su humillación le fue negada la justicia; ¿quién podrá contar su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra" (Is 53,7-8). El peregrino pregunta a Felipe: "¿De quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo o de otro?" (Hch 8,34). Felipe entonces le anuncia la buena nueva de Jesús, crucificado precisamente en ese lugar de donde vuelve el peregrino, un matadero. 
Al voluntario de la JMJ le hablamos de Juan Pablo I. Precisamente, las lecturas propias de este domingo son las que escuchamos el día su elección como sucesor de Pedro. La pregunta se hace viva y actual: ¿Entiendes lo que vas leyendo? Si nadie se lo explica, y el Papa tampoco, quizá sea eso lo que ignora el peregrino.
Aquella tarde del 26 de agosto del 78 los medios de comunicación daban la noticia de la elección de Albino Luciani como Papa. Era sábado. En la eucaristía de la comunidad, leímos las lecturas del domingo correspondiente. El evangelio no podía ser más oportuno: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". Y también: "El poder del infierno no prevalecerá contra ella" (Mt 16,13-20).
A la luz de datos posteriores, también resulta oportuna la primera lectura, un pasaje del profeta Isaías: "Así dice el Señor a Sobna, mayordomo de palacio: Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo" (Is 22,19-23). Como sabemos por el testimonio de la persona de Roma y por otras fuentes, Juan Pablo I pensaba la destitución de Marcinkus, mayordomo del palacio vaticano.
La segunda lectura, de la carta a los romanos (11,33-36), fue utilizada por el cardenal decano Carlo Confalonieri en el funeral del Papa Luciani: “¡Qué inescrutables son tus juicios y desconocidos tus caminos!”, decía el cardenal. Pero el cardenal no decía nada de las circunstancias oscuras de la muerte de Juan Pablo I: un diagnóstico sin fundamento (infarto agudo de miocardio y, además, instantáneo) dado por médicos que no conocían al Papa como paciente, que ignoraron a su médico personal y que ni siquiera quisieron conocer su historial clínico; además (oficialmente) sin la realización de la autopsia, (oficiosamente) con ella y con una medicación que nadie ha recetado y que mata al Papa. Su funeral fue pasado por agua: desde la consagración a la comunión un violento aguacero cayó sobre Roma: En el improvisado altar, el cardenal decano tenía dificultades para leer las oraciones del misal, cuyas páginas agitaba la borrasca.
El salmo propio del día de la elección lo fue también del día de la muerte: "Te doy gracias, Señor, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca, yo sé que tú siempre me escuchas" (Sal 138). Para el que cree, todo (la enfermedad, la muerte prematura, la muerte violenta) se puede transfigurar en "gloria de Dios" y en "gloria de Cristo" (Jn 11,4.40). Por ello, a pesar de todo, el salmo invita a cantar "los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande". La humildad era un rasgo distintivo de la personalidad del Papa Luciani y, de hecho, se convirtió en su lema. El salmo recoge este detalle de identidad: "El Señor ve al humilde". La oración final del salmo sigue vigente: "Señor, es eterno tu amor, no abandones la obra de tus manos".
Jesús López Sáez