En el principio era la palabra
 

En los últimos años de mi vida (1979-1984), principalmente en los meses de 1984, un buen número de amigos de diversos países, cristianos o simpatizantes del Cristianismo, Cardenales, Obispos, Sacerdotes, hermanos Jesuitas, Religiosos, Religiosas y amigos seglares me han escrito, se han interesado por mí. En los últimos meses no he contestado esas cartas. Aguardé con silencio agradecido esperando el momento de poder contar toda la verdad. Varias veces la prensa nacional e internacional se ha referido a mi, haciendo afirmaciones verdaderas y también falsas. Ha llegado el momento de hablar. Quiero dar una respuesta sencilla, fraterna, sin protagonismo que no tienen sentido alguno en la situación en que vive Nicaragua, dando al mismo tiempo mi sincera visión de lo que ha sucedido y está sucediendo. Es la visión limitada y parcial de una persona pero es mi visión y creo que debo compartirla con quienes se interesan por mí. Es sobre todo una carta llena de agradecimiento. Ningún nombre será olvidado.