En el principio era la palabra
 

PREGON DE SAN MIGUEL
¿Quién como Dios?


Agradezco al Sr. Alcalde la invitación a estar aquí esta tarde, al comienzo de la fiesta de San Miguel. Para mi es un acontecimiento por el que doy gracias a Dios. "¿Pensáis que está callando?, dice Santa Teresa, aunque no le oímos bien, habla al corazón"(C 24,5), con "palabras y obras", "sus palabras son obras" (V 25,4), "habla sin hablar" (V 27,6), "conforme a la Sagrada Escritura" (V 25,13). Santa Teresa dice también que, a veces, se siente más acompañada por los que la gente dice que están muertos que por los que la gente dice que están vivos (V 38,6).
* La invitación (con la foto de San Miguel) me llegó acompañada de unas letras que tienen un aire familiar. Me llegó a través de Gema López, maestra y profesora de Religión en espera de destino. Hace unos años, Gema me decía en un correo: "Mi abuela te manda recuerdos. El otro día, hablando de vuestra familia, me comentó que las primeras letras se las enseñó tu madre, y luego mi abuela ha sido la encargada de enseñarnos a leer etc. a mi madre, a mi hermano, a todo el que lo ha necesitado y ciertamente a mi" (26-4-2008). Recibí este correo precisamente el 26 de abril, cumpleaños de mi madre. Me pareció una señal.
* Mi respuesta al Sr. Alcalde incluía la bendición de San Francisco. Es una bendición que está en la Biblia: Así bendeciréis a los hijos de Israel (Nm 6,23-26). Con su propia letra nos la dejó nuestra madre. Dice así: El Señor te guarde y bendiga y vuelva a ti su rostro. El Señor haga de ti misericordia y te dé paz. El Señor a ti N. dé su Santa Bendición. Amén. Es copia (Se exhorta llevarla consigo). Pues bien, yo la traigo conmigo y os la ofrezco.
* Nací en casa de mis abuelos maternos, hoy casa de mi tía Felisa, en la calle Larga, n. 40. Como dice el proverbio, "el ojo al ver la luz ha de decir: gracias". Yo doy gracias a Dios por haber visto la luz de la existencia aquí. Fui bautizado once días después en la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel. No por casualidad, llevo en el corazón lo que significa Miguel, este grito, este pregón: ¿Quién como Dios?
* De la casa de mis abuelos paternos, en la calle del Pozo, n.10, hoy Residencia Ntra. Sra. del Rosario, me llega, a través de mi padre, aquella canción sencilla y popular: "Divino Antonio precioso,/ suplícale al Dios inmenso / que por su gracia divina / alumbre mi entendimiento". No sé lo que pasará, pero está anunciada la edición italiana de mi último libro sobre Juan Pablo I, precisamente, en la Librería del Santo, San Antonio de Padua.
* No lo puedo callar. Mi padre nació el 17 de octubre de 1912: el mismo día, el mismo mes y el mismo año que Juan Pablo I. Estamos todavía en el centenario del nacimiento de ambos. Hace años, el 29 de agosto del 89, tuve la ocasión de estar en la casa natal de Juan Pablo I. Cuando le dije a Antonia, la mujer de Eduardo, que mi padre era maestro (como ellos) y que nació el mismo día, el mismo mes y el mismo año que Juan Pablo I se quedó con los ojos como platos. Me dijo: "Eso es una señal". "Así lo creo yo", le dije. Y añadió: "Entonces tienes dos padres, uno en la tierra (entonces todavía vivía mi padre) y otro en el cielo".
* Porque Dios lo quiso así, asumí la causa de Juan Pablo I: como Jesús de Nazaret, tomó la decisión de echar a los mercaderes del templo y desapareció de forma extraña. En este asunto, era de esperar, he encontrado muchas resistencias, pero el mensaje ha llegado a todas partes. Como muestra vale un botón. Por ejemplo, el del guía romano, a quien un grupo de turistas preguntó por la muerte de Juan Pablo I: "El que más sabe, respondió el guía, es un cura español...". Y dio mi nombre. "Es mi primo", dijo Elisa, hija de Tomás, en otro tiempo alcalde, cuyo aniversario es precisamente hoy.
* La figura de Miguel me ha inspirado siempre y me ha hecho entender que en cada momento de la historia, en tiempos de angustia (Dn 12,1), ante poderosas resistencias (Dn 10,13; Jd 9), hacen falta ayudas (10, 21; Ap 12,7-9), hacen falta voces que proclamen lo que significa Miguel, para que la verdad salga a la luz, para que se haga justicia, para que haya paz, para evitar la locura de la guerra. Ahí está el Papa Francisco levantando su voz ante los poderes del mundo.
* Salí pronto de Aldeaseca. En el fondo, viví desde el seno materno aquella profunda experiencia: Sal de tu tierra y vete a la tierra que yo te mostraré (Gn 12,1). Hoy están aquí conmigo miembros de la Comunidad de Ayala, de Madrid. Comenzamos hace 40 años. Buscábamos la renovación de la Iglesia, recuperando "los rasgos más simples y más puros de su origen" (Juan XXIII). Pensamos que había llegado la hora (Ag 1,1-8). Hoy se lee este pasaje en todas las iglesias. En la comunidad intentamos vivir la experiencia de las primeras comunidades cristianas como clave de renovación eclesial.
* Superando dificultades y recortes sociales, con el apoyo solidario de muchos, estamos sacando adelante en Madrid un nuevo centro de la Fundación Betesda para discapacitados. La opción por los más desfavorecidos es algo que ilusiona y dignifica a quienes buscamos un mundo más justo y más humano. Es una señal del Evangelio, estaba presente aquel día en la sinagoga de Nazaret, Jesús anuncia la buena nueva a los pobres, la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos...Hoy se cumple esta lectura que acabáis de oír (Lc 4,18-21).
* Respondí al Sr. Alcalde el 26 de agosto, aniversario de la elección de Juan Pablo I. Llama la atención que el aniversario de su muerte coincida con la fiesta de San Miguel. El salmo que el día 26 se leía en todas las iglesias era el mismo de hoy. Lo escucho, lo anuncio, lo pregono, os lo brindo como saludo dirigido a vosotros y como invitación a la fiesta: Cantad al Señor un cántico nuevo, ...alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras,...el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes (Sal 149). Pueblo de Aldeaseca, !Felices fiestas! ¡Viva San Miguel!


Jesús López Sáez
26 de septiembre de 2013