En el principio era la palabra
 

Nuestro mundo es evangelizado en la medida en que se vuelven a dar entre nosotros las señales que liberan, las señales esperadas: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva (Mt 11,5). Para que esto se cumpla, necesitamos que El vaya por delante, necesitamos de su presencia y de su acción: Ven, Señor Jesús.

 


VEN, SEÑOR JESUS,
VEN, SEÑOR JESUS,
VEN, SEÑOR JESUS.

El mundo espera
nuevo cielo, nuevo sol,
nuevo horizonte
y una nueva mañana.

Verán los ciegos
y los cojos andarán
y los leprosos
regresarán sin mancha.

Oirán los sordos
y los muertos vivirán
y de los pobres
será la Buena Nueva.