En el principio era la palabra
 

 ORAR CON LOS SALMOS
Como las primeras comunidades


    1. Siguiendo el rastro de los salmos en el Nuevo Testamento, podemos ver cómo los salmos están presentes en la vida de Jesús y en las primeras comunidades, cómo oran con ellos. Los salmos aparecen una y otra vez. En general, se citan sólo unas palabras, las que resultan significativas, pero su alusión es inconfundible. En su caso, a partir de lo que resulta significativo, nace la oración libre, con propias palabras. Como dice Jesús, no hacen falta muchas (Mt 6,7).
         2. En el pasaje de los magos (Mt 2,11) se cumple el salmo 72: "Los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo". En medio de la tentación el adversario cita de mala manera el salmo 91: “Si eres Hijo de Dios, tírate abajo”, “a sus ángeles te encomendará” (Mt 4,6). En las bienaventuranzas, donde se dice "Dichosos los no violentos porque ellos poseerán la tierra" (Mt 5,4) reconocemos el salmo 37: "Poseerán la tierra los humildes"; donde se dice "Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados" (Mt 5,5), recordamos el salmo 126: "Al ir, se va llorando”, “al volver, se vuelve cantando"; donde se dice "Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8) se evocan salmos que hablan del corazón limpio (Sal 24,51,73); donde se dice: “No juréis en modo alguno” (Mt 5,35), se evocan salmos que cantan al Rey y Señor, cuyo nombre no debe ser tomado en vano (Sal 99, 48).
    3. El rechazo de los malvados y opresores alcanza también a los que dicen: Señor, Señor, pero no cumplen la voluntad de Dios: "Apartaos de mí" (Mt 7,23; Sal 6,9); en la parábola del grano de mostaza, la semilla se hace árbol y allí ponen los pájaros su nido (Mt 13,32; Sal 104,17); al hablar Jesús en parábolas, se cumple el salmo 78: "Abriré en parábolas mi boca" (Mt 13,35); cuando el Evangelio lo escuchan los humildes y se alegran (Sal 34), Jesús ora así: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos y se las has revelado a pequeños” (Mt 11,25); donde dice Jesús: "Yo soy el buen pastor" (Jn 10,14), se cumple el salmo 23: "El Señor es mi pastor"; donde Jesús multiplica los panes, se cumple la señal esperada: "Habrá en la tierra abundancia de pan" (Sal 72,16;Sal 78,29;Mt 14,13-21); cuando los judíos le acusan de que se endiosa, responde Jesús con el salmo 82: "¿Acaso no se dice en vuestra ley: sois dioses?" (Jn 10,34). Cuando Jesús denuncia el templo, sus discípulos se acuerdan de que está escrito: “El celo de tu casa me devora” (Sal 69, 10).
    4. Ante la tumba de Lázaro, Jesús da gracias con palabras tomadas del salmo 138: "Padre, te doy gracias por haberme escuchado" (Jn 11,41); cuando se habla del juicio de Dios, se evoca el salmo 98: “viene a juzgar la tierra”, también el salmo 62: "Tú al hombre pagas con arreglo a sus obras" (Mt 16,27); al entrar en Jerusalén, cuando los niños le aclaman, Jesús alude al salmo 8: "De la boca de los niños y de los que aún maman te preparaste alabanza" (Mt 21,16); en la parábola de los viñadores homicidas se cita el salmo 118: "La piedra que rechazaron los arquitectos es ahora la piedra angular" (Mt 21,42).
    5. En la pasión de Jesús, diversos hechos se viven a la luz de los salmos. Así, por ejemplo, la traición de Judas: "el que come mi pan levanta contra mí su calcañar" (Jn 13,18;Sal 41,10); el abandono de familiares y conocidos: "a distancia se quedan" (Lc 23,49;Sal 38,12;69,9;88,9); la tristeza y angustia de Jesús, "mi alma desfallece hasta la muerte" (Mt 26,38;Sal 42,6); la oración del huerto: “Padre, si quieres, aparta de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22,42; Sal 40); sobre la cruz Jesús proclama el cumplimiento del salmo 22: burlas, sed, reparto de los vestidos (Mt 27,46-49; Jn 19,23-29); al morir, se pone en manos de Dios: "En tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23,46;Sal 31,6). El salmo 110 se utiliza para confesar a Jesús como Cristo, como Señor: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha”. Con el salmo 2 se reconoce a Jesús como rey, se le llama “hijo de Dios”, título mesiánico (Mt 3,17; 16,16; 17,5; Mc 12,35-37).
    6. En los Hechos de los Apóstoles, el final de Judas y la elección de Matías se viven como cumplimiento del salmo 109: "Quede su majada desierta”, “que otro ocupe su cargo" (Hch 1,20); en la resurrección de Jesús se cumple el salmo 16: "No abandonarás mi alma en la muerte" (2,25-28); en medio de la persecución los apóstoles oran con el salmo 2: “¿A qué esta agitación de las naciones?”, “los magistrados se han aliado contra el Señor y contra su Ungido”, “Señor, ten en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos que puedan predicar tu palabra con toda valentía, extendiendo tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios por el nombre de tu santo siervo Jesús” (4, 25-30); Esteban, al ser lapidado, hace esta invocación: “Señor Jesús, recibe mi espíritu” (7, 59; Sal 31,6).
    7. En las cartas de Pablo, por el evangelio se revela la justicia de Dios para la salvación del que cree, del judío y también del griego (Rm 1,16;Sal 98); la ira de Dios denuncia la impiedad, injusticia e idolatría de los hombres: "Cambiaron su gloria por la imagen de un becerro" (Rm 1,23; Sal 106); la palabra de Cristo se difunde por todas partes: "Por toda la tierra se ha difundido su voz" (Rm 10,18;Sal 19); la respuesta es la alabanza de los gentiles (Rm 15,9-12; Sal 18,50 y 117,1); Dios no ha rechazado a su pueblo (Rm 11,2; Sal 94,14), pero ahora los cristianos son el pueblo de Dios (Ga 6,16;Sal 125), ellos cargan con la cruz "como ovejas de matadero" (Rm 8,36; Sal 44,23). Cuando Pablo dice que la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, cita el salmo 94: "El Señor conoce cuán vanos son los pensamientos del hombre" (1 Co 3,20); cuando denuncia la idolatría de los banquetes sagrados, tiene presente el salmo 106: "se mezclaron con las gentes", "aprendieron sus prácticas" (1 Co 10,20); aludiendo al espíritu de fe que le mueve, cita el salmo 116: "Creí, por eso hablé" (2 Co 4,13); promoviendo la comunicación de bienes, recuerda el salmo 112: "Repartió a manos llenas, dio a los pobres" (2 Co 9,9); encontrándose ante el tribunal, dice Pablo, “fui librado de la boca del león” (2 Tm 4,17; Sal 22, 22). 
    8. En la Carta a los hebreos, se proclama con salmos la realeza de Jesús: "Hijo mío eres tú" (Hb 1,5;Sal 2), "por encima de los ángeles" (Hb 1,7; Sal 104,4), "tu trono es de Dios para siempre jamás" (Hb 1,8;Sal 45,7), "no tienen fin tus años" (Hb 1,12; Sal 102,28); se cumple el salmo 110: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha" (Hb 1,13), y el salmo 8: "Todo lo sometiste bajo sus pies" (Hb 2,8); lo que importa es cumplir la voluntad de Dios (Hb 10,5-9; Sal 40), escuchar hoy su voz (Hb 3,7;Sal 95), ofrecer a Dios un "sacrificio de alabanza" (Hb 13,15; Sal 50).
    9. En las cartas de Pedro se cita un salmo, cuando se invita a gustar la bondad de Dios (1 P 2,3;Sal 34,9), cuando se presenta a Cristo como “la piedra que los constructores desecharon” (1 P 2,4-8; Sal 118, 22), cuando se aconsejan reglas de vida (1 P 3,10-12; Sal 34,13-15), cuando se recuerda que somos "extranjeros y forasteros" (1 P 2,11; Sal 39,13), cuando se invita a confiar en Dios (1 P 5,7;Sal 55,23), cuando se proclama la fragilidad humana y la relatividad del tiempo delante de Dios: “Mil años en tu presencia son como un ayer que pasó” (2 P 3,8; Sal 90,4).
    10. Finalmente, en el Apocalipsis con salmos se presenta a Cristo como el "primogénito",  "el príncipe de los reyes de la tierra" (Ap 1,5; Sal 89,28), él "sondea los corazones y los riñones" (Ap 2,23; Sal 7,10), ante él se postrarán todas las naciones (Ap 15,4; Sal 86,9), él apacentará a los elegidos de Dios (Ap 7,17; Sal 23), la copa de la ira la beberán los poderes enemigos (Ap 14,10;Sal 75; Ap 16,4; Sal 78,44 y 79,3), "grandes y maravillosas son las obras de Dios, justos son sus juicios" (Ap 15,3;16,5; Sal 145,17), los justos "contemplarán su rostro" (Ap 22,4), se cumple así el salmo 17: “Al despertar me saciaré de tu semblante”.

•    Diálogo: ¿Cómo aparecen los salmos en la vida de Jesús y en las primeras comunidades? ¿Cómo se ora con ellos? ¿Cómo oramos nosotros?