En el principio era la palabra
 
12. UN SOLO DIOS Y UN SOLO SEÑOR
La confesión de fe

  
1. En la experiencia presente de fe se vuelve actual la confesión de fe de la Iglesia naciente: Un solo Dios y un solo Señor (1 Co 8,6). Se puede ser católico de toda la vida y, sin embargo, no distinguir a Dios de Cristo. Se puede descubrir que "los muertos resucitan" (Lc 20,37), pero no reconocer que Jesús es el Señor, el Cristo (Hch 2, 36). Se puede pedir a Cristo una señal, como los fariseos y saduceos (Mt 16,1), pero no discernir las señales del tiempo presente (16,3) que cualquiera puede discernir, como puede discernir el tiempo que se avecina.

2. Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, pregunta a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre? Ellos dijeron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas (16,13-14). O sea, la gente percibe que es un enviado de Dios, un profeta. Otros se van por el desfiladero de la reencarnación: un profeta que ha vuelto a la vida. Les dice Jesús: Y vosotros ¿quién decís que soy yo?. Simón Pedro contesta: Tú eres el Cristo, el hijo de Dios vivo. Le dice Jesús: "Dichoso eres Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi padre que está en los cielos" (16,15-17). Sobre la confesión de Cristo se funda la comunidad cristiana. Esto no viene de la carne y de la sangre, no viene de familia ni de linaje. Necesitamos que nos lo diga Dios.

3. La experiencia de que Jesús es "el Cristo, el hijo de Dios vivo" afecta al sentido más profundo de la vida. La de Pedro adquiere un sentido nuevo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (16,18). Sobre la confesión de fe de Pedro se edifica la Iglesia. No hay nada (el mal, la muerte) que pueda destruir la comunidad, que pueda prevalecer sobre la Iglesia. El poder de atar y desatar, el poder de juzgar que se le da a Pedro, no justifica ninguna arbitrariedad. Su misión está vinculada a la palabra de Cristo, que (siempre en presente) edifica a la Iglesia.

4. Entonces dijo a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Cristo (16,20). ¿Cómo se entiende esto? Lo que tenemos que anunciar ahora a todo el mundo (Hch 2,36), Jesús les dice que se lo callen. Evidentemente, Jesús corre riesgo. El Mesías, el Cristo, el Ungido de Dios, el rey esperado, puede entenderse mal, en sentido nacionalista. Hemos de interpretar lo que significa Cristo para Dios y lo que significa Dios para Cristo.

5. Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; y ser matado y resucitar al tercer día (16,21). Sin embargo, Pedro cree todavía en el Cristo triunfante y no quiere oír hablar del Cristo doliente. Incluso, con aire de superioridad, le toma aparte y le corrige al Maestro: ¡Lejos de ti, Señor! ¡De ninguna manera te sucederá eso! Pero él, volviéndose, le dice a Pedro: "¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!" (Mt 16,22-23).

6. En los siguientes temas abordamos una serie de catequesis sobre Cristo y sobre Dios:

            * Los evangelios nacen poniendo por escrito la experiencia pascual de Jesús, que se convierte en nuestra experiencia presente de fe. Ponedlo por escrito (tema 13).

            * Nos acercamos a los orígenes de Jesús, recogiendo lo que María llevaba en el corazón. Magnificat (tema 14). Catequesis complementarias: Setenta semanas, una señal más, Hemos visto su estrella, de señal en señal, María, la madre de Jesús, la madre del Señor.

            * Nos acercamos a Cristo acogiendo su palabra y su acción, “lo que Jesús hizo y enseñó” (Hch 1,1). La cosa empezó en Galilea (tema 15). Catequesis complementarias: La misión de los doce, en nombre de Jesús, Los mandamientos más pequeños, hasta la última letra.

            * Anunciamos a un Cristo crucificado, “fuerza de Dios y sabiduría de Dios” (1 Co 1,23-24). Jesús vive su muerte como un paso de este mundo al padre. Ha llegado la hora (tema 16). Catequesis complementarias: Mete la espada en la vaina, renuncia a la violencia, No está aquí, el sepulcro vacío, Ha resucitado, Jesús es Señor.

            * La pascua no es lo que fue. Es preciso recuperarla. La pascua celebra el paso de Jesús en medio de nosotros como Señor de la historia. La pascua, el paso del Señor (tema 17).

            * Abordamos quién es Jesús. Lo contemplamos desde ángulos diversos: sus datos de identidad, lo que dicen las fuentes no cristianas, lo que percibe la gente que le sigue, lo que dice Jesús sobre sí mismo, lo que confiesa la Iglesia naciente. Y vosotros quién decís (tema 18).

            * Jesús nos da a conocer el verdadero rostro de Dios: "A Dios nadie le ha visto jamás”, Jesús “nos lo ha dado a conocer" (Jn 1,18). ¿Cómo es el Dios de Jesús? Uno solo es vuestro padre (tema 19).

            * Iniciar en la oración es parte del proceso de evangelización. En realidad, no sabemos  orar como conviene. Podemos orar con los salmos, como las primeras comunidades, en el espíritu de Jesús. Enséñanos a orar (tema 20). Catequesis complementarias: Los salmos, fuente de oración y Orar con los salmos, como las primeras comunidades.

            * Jesús lo dijo de forma muy sencilla: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y al que tú enviaste, Jesucristo” (Jn 17,3).Y también: “Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él”(14,23). Pero luego se han complicado las cosas de forma increíble. Es preciso volver a las fuentes y revisar la tradición a la luz de la Escritura. El Evangelio es un misterio revelado a los sencillos (Mt 11,25), no un enigma irresoluble. ¿Cómo expresamos lo esencial de la fe?, ¿cómo lo expresan los primeros cristianos? En un mismo espíritu, un solo Dios y un solo Señor (tema 21). Catequesis complementarias: Primero fue al anuncio, después vinieron los credos, El credo ¿para qué?, resumen del Evangelio.