En el principio era la palabra
 

EUCARISTÍA, REUNIÓN PRESENCIAL

La misión de la comunidad

El día 18 de octubre, fiesta de San Lucas, “médico querido” (Col 4,14), se ha reunido el Consejo Rector de la Asociación Comunidad de Ayala para realizar el seguimiento de la situación actual creada por el coronavirus, teniendo en cuenta que el día 29 de septiembre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, había anunciado el fin de las restricciones en Madrid: “A partir del próximo lunes (4 de octubre) vamos a quitar todas las restricciones de aforo”.

Empezamos la reunión leyendo el evangelio propio del día, la misión de los setenta y dos (Lc 10,1-9). Ante el nuevo curso, en esta inicial vuelta a la normalidad frente a la pandemia, el Consejo acuerda lo siguiente:

Reuniones presenciales de la Eucaristía en Belisana los sábados, cada 15 días (dos al mes), alternando con reuniones virtuales de la Palabra, también cada 15 días (los otros dos sábados del mes), siempre de 20:00 a 22:00 h.

● Las catequesis serán virtuales los miércoles alternos, cada 15 días (dos al mes), de 20:00 a 22:00 h.

● El próximo sábado, 23 de octubre, la reunión será virtual, pudiendo explicarse algunas cuestiones relativas a la responsabilidad que conlleva la reunión presencial.

● La primera celebración de la Eucaristía (presencial) será el siguiente sábado 30 de octubre.

● En todas las reuniones, que se celebrarán de 20:00 a 22:00 h, se procurará la mayor puntualidad posible.

En cuanto a las reuniones presenciales (eucaristías, asambleas, etc.), el Consejo tiene en cuentalas consideraciones siguientes:

1.- Aforo: La superficie útil es de 190 m2. El aforo teórico es de una persona por m2, es decir, 190 personas. Estudiando una cuadrícula teórica de 1,25 x 1,00 metros, salen unas 160 plazas en total. Descontando pasillos laterales, en ambos extremos, más dos pasillos centrales, de 0,80 m, el número de sillas con 1,00 m entre ellas a los lados y 1,25 m en el frente, salen en torno a 100 sillas. Si las sillas se distancian a un metro entre sí, cabrían unas 120 o 125 sillas.

2.- Acceso único: Evitar las aglomeraciones en la puerta. Mantener a una persona para ordenar el acceso, que además colocará y recogerá las sillas.

3.- Aseos: Deberá haber productos de limpieza para que cada usuario que utilice este servicio, lo deje como estaba. Los menores siempre acompañados de sus padres o tutores.

4.- Asientos y mascarillas: En principio sin distancia porque no hay restricciones. Siempre con mascarilla. Se han hecho señales orientativas en el suelo con más distancia de lo estrictamente necesario.

5.-Calidad del aire. Ventilación. Calefacción. Duración En principio no contamos con medidores de aire, por tanto, ventilación y abrigo. Establecer una duración máxima del orden de dos horas. Horario propuesto de 20:00 a 22:00 h. rogando la máxima puntualidad. Al no disponer de calefacción ni de aire acondicionado, garantizar ventilación, abrigo y duración. Y para las épocas de frío extremo, suprimir las reuniones presenciales y tenerlas online. Están en estudio varias alternativas para calentar el local dos horas antes.

6. Micrófono: Una persona estará encargada de llevar el micrófono a quien lo solicite, con guante y pondrá una bolsa protectora nueva cada vez que lo utilice un participante.

7.- El pan y el vino: Hay en el mercado unas bolsas de pan cortado. Dos o tres personas con guantes, o lavadas las manos, entregarán a cada uno un trozo de pan. Lo mismo con los vasitos individuales de vino.

8.- El padrenuestro. Utilizando el criterio del respeto, podrá rezarse uniendo manos o no, según prefieran las personas colindantes.

9.- La paz. Se suprimen los besos. Podría darse un abrazo de paz más o menos cercano, siguiendo también el criterio de respeto.

10.- La bolsa. Se propone que permanezca la bolsa. Quien se encargue de contabilizarlo y llevarlo al banco deberá hacerlo con la debida higiene.

11.- Forma de actuar con los no vacunados. El problema es difícil. Se da un conflicto entre el bien común y la libertad individual. Los expertos en Bioética tienden a aplazar la vacunación obligatoria hasta que no sea estrictamente necesario. Se exponen diversos datos recogidos al respecto y se debaten ampliamente todos los argumentos. Finalmente se adopta la decisión de remitirlo a la responsabilidad individual y social, sin imponer la vacunación como condición para asistir a las reuniones presenciales. Tenemos en cuenta que, en general, somos una población de riesgo, pero se toman medidas cautelares. Sugerencias: test de antígenos que pueden hacerse los no vacunados, evitar los cantos en la celebración.

Algunos aspectos. En la Biblia, el pasaje del Eclesiástico (cap. 38) -en diálogo con la cultura dominante de entonces (griega)- aborda uno de los aspectos que el creyente puede asumir de esa cultura. Evidentemente, se refiere a los médicos en general, lo cual no quiere decir que acierten siempre. La Biblia dice: “El Señor puso en la tierra medicinas, el varón prudente no las desdeña”, “con ellas el médico cura y quita el sufrimiento, con ellas el farmacéutico prepara sus remedios”, “acude al médico, pues también a él lo creó Dios, que no se aparta de tu lado, pues lo necesitas”, “peca contra su Hacedor el que se hace fuerte frente al médico” (Eclo 38,15).

Según los datos actuales, en el mundo hay 243 millones de casos y 4’94 millones de muertos. En España, 5 millones de casos y 87.132 fallecidos. No es una simple gripe (influenza). El problema es el COVID, no la vacuna. La vacuna es la solución. En España, con 37 millones de personas vacunadas, ha bajado la incidencia a los 43 casos por 100.000 habitantes.

Seguramente, ha habido poca experimentación, pero la situación era urgente. Es posible que en determinados casos haya sido contraproducente, pero no es la norma general. Los efectos secundarios son muy infrecuentes. Sin embargo, la posibilidad de enfermar gravemente sin la vacunación lo es. Se habla de un “efecto polizón”: esperan que sean los demás quienes se vacunen para aprovecharse ellos de la inmunidad de rebaño. Aunque no hayamos llegado a la inmunidad de rebaño, el 76’4 % de los españoles cuentan ya con la pauta completa, 37 millones de personas.

Se entiende por inmunidad de rebaño (colectiva, de grupo) la “protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección con anterioridad”. La Organización Mundial de la salud (OMS) apoya la postura de lograr la inmunidad colectiva mediante la vacunación, no permitiendo que una enfermedad se propague en un grupo demográfico, ya que ello daría como resultado que se presentaran casos y defunciones innecesarias (31-12-20).  

En España, el movimiento contra la vacunación es residual: el 4% el pasado mayo, y un 33% el verano anterior. Los miedos fueron despareciendo con el avance de la vacunación y con la reducción efectiva de la pandemia.

Circula en las redes un video del arzobispo Carlo María Viganó. Coincidí con él varios años en el Colegio Español de Roma. Ahora figura dentro del sector conservador que se opone frontalmente al papa Francisco. En realidad, siempre fue “conservador”. Viendo el video, tengo la impresión de que está un poco “fuera de la realidad” y de que, en estos momentos, no es consciente de la responsabilidad que tiene con su mensaje “negacionista”, estando como estamos en plena lucha contra la pandemia. En Italia, hay entre 1’5 y 3 millones de trabajadores no vacunados, lo que supone un “problema social” que en los puestos de trabajo se afronta exigiendo el certificado COVID.

Eucaristía, reunión presencial. La fracción del pan es el nombre más antiguo de la eucaristía: “El primer día de la semana, estando reunidos para la fracción del pan”… (Hch 20,7-11). La frecuencia más antigua es semanal: la comunidad se reúne “el primer día de la semana”, el sábado al atardecer.  La eucaristía es la reunión por antonomasia de la comunidad. Volviendo a las fuentes, la eucaristíaes una reunión presencial. La comunidad escucha la palabra de Dios en su propia vida. Hay datos personales y privados, que no tienen por qué retransmitirse. En los evangelios, hay un diverso nivel de comunicación: Jesús se comunica con la multitud por medio de parábolas, pero a los discípulos les comunica, en privado (Mc 4,34), los secretos del reino de Dios (Lc 8,10).

La cuestión del pan. En la eucaristía la Iglesia ortodoxa utiliza pan normal. La Iglesia católica utiliza pan ácimo: “La Iglesia griega usa pan con levadura. En la Iglesia latina está preceptuado el pan ácimo (Concilio de Florencia, 1439). El primer testigo indiscutible del uso del pan ácimo es Rábano Mauro (m.850)” (Schmaus). La cuestión del pan (ácimo o normal) no es algo que deba dividir a los cristianos. El precioso simbolismo del pan ácimo pertenece al rito judío de la pascua, que se celebra una vez al año. El pan ácimo (como las hierbas amargas) es símbolo de las dificultades pasadas. Es el pan de los perseguidos, el pan de la miseria y de la prisa, el pan que hubo que cocer antes de que fermentara. Así lo dice el ritual judío de la pascua: “He aquí el pan de miseria que nuestros antepasados han comido en Egipto, que aquel que esté necesitado venga a celebrar la pascua”.

Los caminantes de Emaús utilizaron pan normal. Es la presencia del Señor lo que transfigura aquella cena normal en una cena del Señor. La comida de pan y pescado que el Señor resucitado da a los siete discípulos aparece en el arte cristiano primitivo como expresión eucarística: “Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan” (Jn 21,9), “Jesús se acerca, toma el pan y se lo da y lo mismo el pescado” (21,13). Frente a los falsos maestros, San Pablo dice que “no se debe rechazar ningún alimento que se coma con acción de gracias, pues es santificado por la palabra de Dios y la oración” (1 Tm 4,4-5). En realidad, “el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el espíritu santo” (Rm 14,17).

La expresión fracción del pan permanece en uso mientras la eucaristía se celebra en el marco de una comida. Se llama también la cena del Señor (1 Co 11,20).  En el epitafio de Abercio (en Hierápolis, Asia Menor, hacia 180) la comida de los cristianos es descrita como pez, pan y vino (ver Rouët de Journel, Enchiridion patristicum, Herder, 1969, 187). Sin embargo, cada vez más, el acento se pone en la acción de gracias: "Este alimento, dice San Justino, se llama entre nosotros eucaristía" (Apología I, 66). La eucaristía se separa de la cena y se traslada a la mañana: "Esta ordenación la hallamos por primera vez a mediados del siglo II (San Justino, Apología I, 67). Luego se impuso universalmente" (Schmaus). San Agustín comenta que el “pez asado” es símbolo de Cristo crucificado: “el pez asado es Cristo sacrificado” (Sobre el evangelio de Juan, 123, 2).

Eucaristía significa acción de gracias. Se dice en el salmo 54: “Te ofreceré un sacrificio voluntario dando gracias a tu nombre”. San Pablo exhorta a los corintios: “Quitad la levadura vieja para ser masa nueva, ya que sois panes ácimos. Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado. Así pues, celebremos la pascua no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ácimos de la sinceridad y la verdad” (1 Co 5,7-8). Y a los romanos: “Ofreced vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual”, “de forma que podáis discernir cuál es la voluntad de Dios” (Rm 12,1-2). Escuchar la palabra de Dios y cumplirla es formar parte de la nueva familia de los discípulos (Lc 8,21). En la Carta a los Hebreos se dice del nuevo sacerdocio de Cristo: “No quisiste sacrificios ni holocaustos… heme aquí que vengo para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad” (Hb 10,5). Cumplir la voluntad de Dios es participar de la misión de Cristo, la misión de los setenta y dos, la misión de la comunidad.

 

Jesús López Sáez

Octubre 2021