En el principio era la palabra
 
EXAMINADLO TODO

 

1.- El debate sobre la asignatura Educación para la ciudadanía es vivo. De uno u otro modo, surgen diversos interrogantes: ¿quién puede educar?, ¿hay que educar para la ciudadanía?, ¿qué contenidos tiene esa educación?, ¿qué pretende?, hubo una formación del espíritu nacional ¿ahora hay una formación del espíritu democrático?, ¿se necesita un consenso social?, ¿debemos ponernos de acuerdo creyentes y no creyentes?, ¿qué posición asume la comunidad cristiana?

2.- La asignatura nace de una recomendación del Consejo de Europa (2002): "promover una sociedad libre, tolerante y justa, y que contribuya... a defender los valores y principios de la libertad, el pluralismo, los derechos humanos y el imperio de la ley, que son los fundamentos de la democracia". Recoge esta recomendación la Ley Orgánica de Educación (LOE, 3-5-2006). Ahora bien ¿qué dice la ley? Destaca la importancia de la educación de los jóvenes, pues "de ella dependen tanto el bienestar individual como el colectivo", "la educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas".

3.- La ley concede un espacio de autonomía a los centros docentes: "La flexibilidad del sistema educativo lleva aparejada necesariamente la concesión de un espacio propio de autonomía a los centros docentes. La exigencia que se le plantea de proporcionar una educación de calidad a todo el alumnado, teniendo al mismo tiempo en cuenta la diversidad de sus intereses, características y situaciones personales, obliga a reconocerle una capacidad de decisión que afecta tanto a su organización como a su modo de funcionamiento".

4.- La ley combina una educación común y una educación diversificada: "Las enseñanzas que tienen carácter obligatorio son la educación primaria y la educación secundaria obligatoria (ESO)", "la educación secundaria obligatoria debe combinar el principio de una educación común con la atención a la diversidad del alumnado, permitiendo a los centros la adopción de las medidas organizativas y curriculares que resulten más adecuadas a las características de su alumnado, de manera flexible y en uso de su autonomía pedagógica".

5.- La educación para la ciudadanía se sitúa en un "lugar muy destacado del conjunto de las actividades educativas". Su finalidad es "ofrecer a todos los estudiantes un espacio de reflexión, análisis y estudio acerca de las características fundamentales y el funcionamiento de un régimen democrático, de los principios y derechos establecidos en la Constitución española y en los tratados y las declaraciones universales de los derechos humanos, así como de los valores comunes que constituyen el sustrato de la ciudadanía democrática en un contexto global". Los contenidos de esta educación "no pueden considerarse en ningún caso alternativos o sustitutorios de la enseñanza religiosa", permiten profundizar "en algunos aspectos relativos a nuestra vida en común, contribuyendo a formar a los nuevos ciudadanos" (Preámbulo).

6.- La educación primaria (de los 6 a los 12 años) tiene, entre otros, estos objetivos: "Conocer y apreciar los valores y las normas de convivencia, aprender a obrar de acuerdo con ellas, prepararse para el ejercicio activo de la ciudadanía y respetar los derechos humanos, así como el pluralismo propio de una sociedad democrática" (Cap. II, art. 17, a). La ESO (de los 12 a los 16 años) tiene, entre otros, estos objetivos: "Asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los demás, practicar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre las personas y grupos, ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos como valores comunes de una sociedad plural y prepararse para el ejercicio de la ciudadanía democrática",  "valorar y respetar la diferencia de sexos y la igualdad de derechos y oportunidades entre ellos. Rechazar los estereotipos que supongan discriminación entre hombres y mujeres", "fortalecer sus capacidades afectivas en todos los ámbitos de la personalidad y en sus relaciones con los demás, así como rechazar la violencia, los prejuicios de cualquier tipo, los comportamientos sexistas y resolver pacíficamente los conflictos" (Cap.III, art. 23, a,c,d). Según el Real Decreto de 29-12-2006, compete al Gobierno fijar las enseñanzas mínimas.

7.-. Las reacciones son diversas: "Esta asignatura no tiene ningún sentido, como no sea para adoctrinar a la gente" (Rajoy). "Es imprescindible", "sólo enseña y enseña libertad" (Zapatero). "Hemos jugado un papel muy complicado y difícil, donde se ha buscado siempre el diálogo y el consenso antes que la confrontación" (Manuel de Castro, secretario general de la FERE). “La FERE ha querido siempre actuar en comunión eclesial y con la responsabilidad que tiene también confiada con los padres que llevan a sus hijos” (Ricardo Blázquez, presidente de la CEE). La asignatura "es inaceptable", "impone legalmente a todos una antropología que sólo algunos comparten", "sus contenidos son perjudiciales para el desarrollo integral de la persona" (Comisión permanente de la CEE). "El Estado relega los derechos de los padres al imponer esta asignatura", "el uso de la objeción de conciencia es un procedimiento legal" (Cardenal Rouco). "Supone una formación obligatoria estatal de las conciencias y esto es contra la Constitución", "la verdad no juega papel alguno", en el nuevo concepto de homofobia "se esconde una visión de la constitución de la persona más ligada a las llamadas orientaciones sexuales que al sexo" (J.A. Martínez Camino, secretario de la CEE), "los Reales Decretos...están traspasando los límites sin tener en cuenta las convicciones religiosas de los padres" (Cardenal Cañizares).

8.- Debemos ponernos de acuerdo sobre lo que una sociedad libre debe exigir a creyentes y no creyentes: "Uno de los grandes debates de nuestra época versa sobre cómo lograr que individuos de distintas religiones, etnias y valores vivan juntos como ciudadanos de pleno derecho en unas sociedades libres", dice Timothy Garton, profesor de Historia contemporánea en Oxford. De modo semejante, el filósofo José Antonio Marina apuesta por la educación de un "ciudadano democrático que tiene que vivir y realizar un proyecto ético en el que vivimos todos y que nos protege a todos" y por una ética "universalmente justificable", sabiendo que "nos hemos puesto de acuerdo en casi todo" y que el "buen ciudadano" es "responsable, justo y solidario".

9.- En el siglo II, el autor de la Carta a Diogneto describe cómo se sitúan los cristianos en medio del mundo: "Los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por su tierra ni por su lengua ni por sus costumbres...Habitan sus propias patrias, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos y todo lo soportan como extranjeros; toda tierra extraña es para ellos patria, y toda patria es tierra extraña. Se casan como todos; como todos, engendran hijos, pero no exponen los que les nacen. Ponen mesa común, pero no lecho. Están en la carne, pero no viven según la carne. Pasan el tiempo en la tierra, pero tienen su ciudadanía en el cielo. Obedecen a las leyes establecidas, pero con su vida sobrepasan las leyes" (V,1-10).

10.- Con el concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia establece una nueva relación con el mundo:  abandona la identificación entre cristianismo y sociedad, sale de la vieja situación de cristiandad, opta por vivir como comunidad en medio de la sociedad (señal en medio de las naciones, luz de las gentes: LG 1), respeta la autonomía de lo temporal (GS 36), reconoce el legítimo pluralismo social, renuncia a imponer el Evangelio por la fuerza, ofrece el Evangelio en la debilidad de la libertad: "La verdad no se impone de otra manera, sino por la fuerza de la misma verdad" (DH 1), Cristo "dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza" (DH 11). Conviene recordar las lecciones de la historia: el viejo integrismo, partidario de un Estado confesional que impusiera por la fuerza la religión católica y prohibiera cualquier otra, no fue precisamente ejemplo de justicia y de paz.

11.-  La igualdad fundamental de todos los hombres es una señal de nuestro tiempo, tan fácil de percibir como el tiempo que viene (Mt 16,3), una señal asumida por el concilio como acción del espíritu en el mundo de hoy: "Toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión, debe ser vencida y eliminada por ser contraria al plan de Dios" (GS 29).

12.- La comunidad de Tesalónica, capital de la provincia romana de Macedonia, fue fundada por Pablo hacia el año 50. Algunos son judíos, la mayoría son griegos, muchos ya adoraban a Dios  (Hch 17,4). Viven en medio de una sociedad plural. Han de estar atentos, acoger el don del espíritu y discernir: No extingáis el espíritu, no despreciéis las profecías, examinadlo todo y quedaos con lo bueno (1 Ts 5,19). El derecho civil puede ser más justo que el derecho religioso. Por ello Pablo apela a su condición de ciudadano romano (Hch 22,25-29;21,39;25,11).

* Diálogo: Sobre la educación para la ciudadanía

- tiene gran importancia, pretende formar ciudadanos

- se da autonomía a los centros, es una educación común y diversificada

- sirve para adoctrinar, relega las convicciones religiosas de los padres

- debemos ponernos de acuerdo creyentes y no creyentes, falta consenso social

- los derechos fundamentales de la persona son una señal de nuestro tiempo

- la verdad no se impone por la fuerza, el integrismo no es ejemplo de justicia y de paz

- examinadlo todo y quedaos con lo bueno